Se
forma una coordinación nacional del movimiento
Un
paso adelante para el movimiento pro inmigrante
Por
Paulina Jara
Socialist
Worker (Obrero Socialista), septiembre 2006
Hillside,
Ill.– Más de 700 personas representando 25 estados de la nación se
juntaron del día 11 al 15 de agosto para establecer una red nacional
e independiente, de coordinación para promover una estrategia
nacional enfocada en los derechos de los trabajadores y los
inmigrantes.
Allí
estaban los sindicatos Unite, UE, SEIU, AFSCME, Teamsters, las
coaliciones que lideraron las marchas en Nueva York, Texas, Los Ángeles,
las organizaciones de campesinos, de estudiantes y organizaciones
comunitarias.
El
movimiento 10 de Marzo, que organizó las grandes marchas de la
primavera en Chicago, junto con otras organizaciones nacionales y
regionales siguiendo las recomendaciones de una reunión regional que
se celebró en marzo, pusieron en marcha esta Convención Nacional de
Estrategia de Inmigrantes.
La
meta era juntar aquellas coaliciones, y grupos que estaban en acuerdo
con puntos básicos: Legalización para todos los inmigrantes, Alto a
las deportaciones, No a los trabajadores huéspedes, No al inglés
como idioma básico, No a la militarización de las fronteras, No a la
separación de las familias.
El
objetivo era poder lograr un acuerdo nacional. Previo a la Conferencia
se hicieron llamadas de coordinación nacional para poder implementar
un programa que realmente unificara a los diferentes puntos del país.
Así
comienza un nuevo capitulo de las luchas de los inmigrantes, con una
propuesta diferente, independiente y nacional. El centro de la discusión
fue Nuestra lucha es por los DERECHOS CIVILES Y HUMANOS, y por el
DERECHO AL TRABAJO de todos los trabajadores.
Las
mesas de trabajo fueron: sobre los trabajadores, Estrategia y Táctica
para este periodo, Medios de comunicación, Cómo enfrentar los golpes
de la derecha. Llenaron los salones de discusión, algunas acaloradas
y apasionadas. Una sala estaba desierta... el taller de ciudadanía.
Cada
mesa contaba con líderes que tomaban las notas, otros facilitaban el
proceso de discusión, fue un espacio de tiempo en que cada uno de
nosotros sentimos que éramos parte de un proceso riquísimo de
dialogo por una alternativa diferente. En definitiva había un grupo
representativo de los inmigrantes latinos. Faltó mayor diversidad étnica,
sin embargo algunos coreanos y árabes participaron.
El
resultado político es en definitiva la creación de una organización
de coordinación nacional independiente, bajo el gran paraguas de los
siete puntos básico. Esto es un tremendo logro político.
Estamos
en un periodo que la derecha de este país como sus aliados buscan
criminalizar a los inmigrantes, buscan socavar su fortaleza, buscan
intimidarnos con sus redadas, selectivas y masivas al nivel nacional,
continúan militarizando las fronteras, continúan imponiendo las
leyes anti–inmigrantes en forma administrativa por medio del
Departamento de Seguridad Nacional.
Esos
inmigrantes dijeron ¡basta! Basta a querer usarnos para ganar entre
ellos en las elecciones de Noviembre; Basta de querer usarnos como
chivos expiatorios a los problemas que enfrenta el país.
Hoy
esta coordinadora tiene una gran responsabilidad: coordinar
nacionalmente esta alternativa. Los desafíos son muchos:
–
Evitar que el proyecto Hutchinson–Pence sea aprobada en la sesión
del Congreso en Septiembre, o bien en una sesión especial después de
las elecciones.
–
Encontrar la manera de frenar las actuales medidas represivas de Bush,
Chertoff y Myers: Redadas, deportaciones, y el uso de cartas
No–Match.
–
Buscar ampliar la base de apoyo, entre Organizaciones de Base y
Sindicatos, buscar unidad con sectores masivos más allá de los
inmigrantes.
–
Llegar a todos los grupos étnicos.
–
Promover la amplia creatividad de cómo enfrentar los golpes de la
derecha, con la creciente numero de propuestas anti inmigrante a
escala local y estatal.
La
conferencia fue un primer paso a establecer creativamente una
alternativa a las llamadas instituciones que han hablado en nombre de
los inmigrantes. Este proceso orgánicamente trabajará
provisionalmente por tres meses, y luego se establecerán un mecanismo
de representación democrática al nivel nacional.
Queremos
pensar en largos plazos. Esta lucha no se termina con una reforma
legislativa, por que cualquiera que salga tendrá provisiones que serán
nocivas para los trabajadores inmigrantes. La reunión nacional
termina con las viejas canciones del Inti Illimani...De pie que vamos
triunfar...Y juntos cantaremos, “el pueblo unido jamás será
vencido”.
¿Adónde
va el movimiento?
Socialist
Worker (Obrero Socialista), septiembre 2006
El
movimiento por los derechos civiles de los inmigrantes se encuentra en
un período de reflexión y reagrupación después de las megamarchas
de la pasada primavera, y del aparente fracaso de alguna reforma
migratoria en el Congreso.
Los
logros del movimiento no se pueden ignorar. Las marchas no sólo
sacaron de las sombras a los inmigrantes, además hicieron que el
proyecto de ley de Sensenbrenner, que hubiera criminalizado a todos
los indocumentados, fuera inviable. Sin embargo, el movimiento
enfrenta ahora una reacción anti inmigrante en la forma de acciones
de grupos racistas como los Minutemen, o legislación represiva y
discriminatoria aprobada por congresistas, legislaturas estatales y
gobiernos locales.
En
esta coyuntura política, cuando no existe la posibilidad de que se
apruebe una reforma migratoria, las líneas de debate entre los
defensores de los inmigrantes se han hecho confusas. Debido a que no
hay una específica propuesta legislativa que obligue a los sindicatos
y organizaciones comunitarias a tomar una posición a favor o en
contra, puede parecer que todos están unidos por un mismo tipo de
reforma migratoria.
Pero
no debemos olvidar que sólo hace pocos meses atrás, el movimiento
estaba dividido entre quienes abogaban por una legislación que
hubiera dividido a los inmigrantes en varios grupos y que además
incluía un nuevo programa bracero, y quienes apoyaban una legalización
para todos, rechazando todos los programas de trabajo temporal.
Éstas
divisiones volverán a surgir, especialmente en caso de que los Demócratas
ganen la mayoría en una o ambas cámaras del Congreso y traten de
aprobar una "reforma migratoria integral."
Mientras
varios sectores del movimiento consideran este período como una
oportunidad para promover un voto por los Demócratas en los comicios
de noviembre, nosotros debemos preguntarnos: ¿por quién vamos a
votar?
Tanto
los Demócratas como los Republicanos respaldan medidas represivas y
quieren proyectarse como "duros" sobre la cuestión de la
seguridad fronteriza.
Como
siempre, los políticos solamente nos hacen caso cuando aumentamos la
presión en las calles, los centros de trabajo y las comunidades. Por
lo tanto, fue importante que la ala pro amnistía del movimiento
fundara la Alianza Nacional por Los Derechos de los Inmigrantes en
agosto durante una reunión nacional que se celebró cerca de Chicago.
La
nueva alianza provee un centro organizador donde los activistas pueden
responder coordinadamente a los nuevos ataques y prepararse para la próxima
etapa de la lucha.
También
una campaña contra las redadas y deportaciones, la que comienza
construyendo solidaridad con Elvira Arellano–una activista e
indocumentada que se refugió en una iglesia en Chicago en vez de
acudir a una cita de deportación. Tenemos que aliarnos con el
movimiento laboral, pero tenemos que asegurarnos que los sindicatos
tomen en serio las exigencias de nuestras y sus propias filas.
La
asociación, dada a conocer en agosto, entre la AFL–CIO y la
National Day Laborer Organizing Network (NDLON), una red de
organizaciones de jornaleros, representa un pequeño paso adelante.
Pero esta alianza tendrá que desarrollarse en una la lucha real
dirigida por los propios trabajadores–y no por medios de una alianza
burocrática.
Finalmente,
el movimiento ha emergido gracias al empuje de la comunidad inmigrante
latina y mexicana, pero necesita ampliarse para incluir todos los
grupos de inmigrantes que podamos, especialmente los provenientes de
las comunidades árabes y musulmanas que han sufrido tanta represión
y discriminación.
Este
período nos da la oportunidad de armarnos políticamente para las
luchas que sabemos va a llegar.
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