Cada
vez más soldados desertores
Por
Aaron Glantz
Inter
Press Service (IPS), 05/10/06
San Francisco.– En
los registros del ejército de Estados Unidos hay entre 8.000 y 10.000
soldados con paradero desconocido. Se ignora cuántos de ellos
escaparon del servicio por no querer combatir en Iraq.
Uno de ellos, que se
ausentó sin permiso del servicio por oponerse a la guerra, fue
encarcelado el martes en la prisión estadounidense de Mannheim, en
Alemania, a la espera de que se tramite su apelación en Washington,
en noviembre.
El arresto de Agustín
Aguayo, de 34 años, acontece menos de una semana después de que se
presentara en Fort Irwin, en el desierto californiano de Mojave, tras
haberse escondido desde septiembre.
Como objetor de
conciencia, Aguayo pidió ser eximido en febrero de 2004, apenas un año
después de haber comenzado su servicio en el ejército y cuando había
sido enviado por primera vez a Iraq. Su solicitud fue rechazada por el
Departamento de Defensa en 2005 y Aguayo apeló ante tribunales
federales en Washington, que atienden los casos del personal militar
desplegado fuera del país.
"Dijeron que
permitirían que me llamara (desde Alemania), lo que sería magnífico,
pero no ha ocurrido", dijo a IPS su esposa, Helga Aguayo.
"En Fort Irwin afirmaron que él se comunicaría y que yo podría
telefonearlo, pero ni lo uno ni lo otro se ha hecho realidad. Creo que
están tratando de incomunicarlo lo máximo posible".
Aguayo estaba
apostado en Alemania cuando escapó por una ventana de la base, antes
de iniciar una segunda misión en Iraq. Sus comandantes le dijeron que
lo enviarían a territorio iraquí aunque tuvieran que esposarlo, alegó.
"Todavía no
puede descartarse que lo envíen a Kuwait o Iraq. No parece posible,
pero nadie me lo ha asegurado", agregó la esposa de Aguayo.
"Por eso tengo temor".
Según los registros
militares de Estados Unidos, hay entre 8.000 y 10.000 soldados cuyo
paradero se desconoce. No se sabe cuántos se ausentaron sin permiso
por motivos políticos. Durante la Guerra de Vietnam (1964–1975),
por ejemplo, el actual mandatario George W. Bush abandonó sin permiso
su unidad de la Guardia Nacional Aérea en el meridional estado de
Texas para trabajar en una campaña para el Senado en el sudoriental
Alabama.
Cientos de soldados
contrarios a la guerra están ausentes sin permiso en Canadá. Unos
pocos solicitaron asilo públicamente, y el martes el primer soldado
estadounidense que escapó a ese país vecino se entregó en Fort
Knox.
Darrell Anderson,
condecorado con un Corazón Púrpura (medalla de honor militar
entregada en nombre del presidente de Estados Unidos) por salvar a su
unidad de una bomba al costado de la carretera en Iraq, dijo haber
desertado el año pasado porque ya no podía luchar en lo que creía
era una guerra ilegal.
"Siento que al
resistir compensé las pecados que cometí en Iraq", dijo
Anderson durante una conferencia de prensa realizada poco antes de
entregarse.
En abril de 2004,
relató Anderson, se le ordenó abrir fuego contra un automóvil lleno
de civiles inocentes. El auto había acelerado al pasar un puesto de
control militar, y su comandante le dijo que era un procedimiento del
ejército disparar sobre cualquier vehículo que siguiera de largo en
estos puestos. Anderson rechazó la orden.
"Hechos como ese
siguieron ocurriendo, hasta que un día vi a un par de mis compañeros
alcanzados por las balas", dijo al programa "Democracy
Now!" de la radioemisora Pacifica, "y apreté el gatillo
mientras apuntaba a un niño inocente. Pero mi arma estaba con el
seguro puesto, me di cuenta de lo que estaba haciendo y de que no
importa cuán bueno crees que eres, cuando estás allí y el diablo
está por dominarte, vas a matar personas".
Anderson regresó de
Iraq emocionalmente herido, con un severo estrés postraumático.
Cuando su unidad regresó a casa, él escapó a Canadá antes de tener
que volver al frente. Permaneció allí hasta el fin de semana, cuando
su madre, Anita Dennis, lo recogió en Toronto y lo condujo de regreso
al centro–oriental estado de Kentucky. Ella aseguró que fue un
viaje difícil.
"En Iraq, él
circulaba en vehículos Humvee y tanques, con gente disparándole todo
el día", declaró Dennis a IPS. "Así que no se siente bien
en esos transportes y definitivamente no duerme en ellos. Los soldados
no pueden ir a dormir cuando están patrullando la ciudad en busca de
minas antipersonal y artefactos explosivos improvisados".
Dennis agregó que
coincide con su hijo en que la guerra de Iraq está mal desde el punto
de vista moral.
"Creo todo lo
que me dijo mi hijo", afirmó. "Darrell dijo que las
personas que combatió estaban matando soldados estadounidenses porque
no saben quiénes somos. Todo lo que saben es que estamos atravesando
sus ciudades con tanques".
"Nuestros
soldados los están encarcelando", continuó. "Cuando
llevamos gente a (la prisión de Bagdad) Abu Ghraib no informamos a
sus familias. Darrell relató que ellos se llevaban a hombres y
muchachos, y sus esposas y hermanas nunca sabían lo que ocurría
durante semanas. Nosotros estaríamos indignados si eso ocurriera en
Estados Unidos", dijo Dennis.
Por sufrir estrés
postraumático, Darrell Anderson recibió un tratamiento diferente del
prestado a Agustín Aguayo cuando se entregó.
En el marco de un
acuerdo alcanzado con los abogados de Anderson, las autoridades no
llevarán a juicio al soldado, sino que le darán tratamiento y le
permitirán vivir con su familia en Kentucky.
Helga Aguayo,
mientras tanto, intenta reunir suficiente dinero para volar a Alemania
y testificar en el juicio a su esposo. Mientras trabaja, vive en la
casa de sus padres, en Los Angeles, junto a sus mellizas de 10 años.
"No somos una
familia rica", dijo. "Nuestros parientes trabajan duramente.
Hay un fondo de defensa y también un fondo para ayudar a mi familia
con los gastos, y yo espero poder viajar para ver a mi marido y
testificar. Me dijeron que eso es crucial".
"Este hombre está
defendiendo su conciencia", agregó. "Si su familia no está
allí para respaldarlo, será un gran golpe para su defensa".
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