Giro
al realismo
Análisis de Jim Lobe
Inter
Press Service (IPS), 09/11/06
Washington.–
La abrupta salida del secretario (ministro) de Defensa de Estados
Unidos, Donald Rumsfeld, y la victoria del opositor Partido Demócrata
en las últimas elecciones legislativas prometen grandes cambios en la
política exterior de Washington, sobre todo en lo referido a Medio
Oriente.
Rumsfeld
fue reemplazado el miércoles por el ex director de la Agencia Central
de Inteligencia (CIA) Robert Gates, analista de carrera retirado a
comienzos de los años 90, y favorito del ex presidente Georg Bush
(1989–1993), padre del actual mandatario.
Gates
defiende un enfoque "realista" de la política exterior y
muestra poca paciencia hacia los neoconservadores y los nacionalistas
agresivos, como el vicepresidente Dick Cheney o el propio Rumsfeld,
quien ejerció vital influencia durante el primer periodo de gobierno
del presidente George W. Bush tras los ataques terroristas del 11 de
septiembre de 2001 en Nueva York y Washington.
Los
llamados realistas prefieren la acción multilateral y dan prioridad
al fortalecimiento de las alianzas tradicionales de Washington, en
especial la Organización del Tratado del Atlántico Norte.
En
cambio, los neoconservadores son hostiles a los procesos
multilaterales en general y a la Organización de las Naciones Unidas
en particular. Sus postulados sobre política exterior rechazan el
pragmatismo y formulan los conflictos en términos morales.
Hace
dos años, Gates presidió un equipo especial patrocinado por el
influyente centro académico Consejo de Relaciones Exteriores con
Zbigniew Brzezinski, ex consejero de seguridad en el gobierno de Jimmy
Carter (1977–1981).
El
Consejo propuso una política de diplomacia y de acercamiento económico
con Irán, lo que fue acusado de "contemporización" por
varios prominentes neoconservadores.
Tras
la salida de Rumsfeld y los comicios legislativos del martes, en los
que los demócratas se aseguraron una mayoría en la Cámara de
Representantes y se perfilan para lograr también con una mayoría más
estrecha en el Senado, Cheney y sus amigos neoconservadores quedaron más
marginados que nunca.
"Si
la tendencia en el segundo periodo de Bush es vista como lo que un
amigo mío una vez llamó 'imperceptible giro de 180 grados' de la
ideología neoconservadora al realismo político, entonces será un
gran logro", señaló el analista Gary Sick, un especialista en
Irán de la Universidad de Columbia que trabajó con Gates en el
Consejo de Seguridad Nacional durante el gobierno de Carter.
"Desde
mi perspectiva, creo que éste es uno de los giros políticos más
significativos de los últimos seis años", añadió.
El
analista sostuvo que el reemplazo de Rumsfeld por Gates, en el mejor
de los casos, le dará a la secretaria de Estado (canciller),
Condoleezza Rice, de la escuela realista, una mayor capacidad de
maniobra diplomática que en el pasado, cuando debía contender tanto
con el vicepresidente como con el secretario de Defensa.
Aunque
al parecer había sido discutida desde hacía tiempo, la salida de
Rumsfeld luego de las elecciones fue una ofrenda sacrificial del
gobernante Partido Republicano a los victoriosos demócratas.
La
crisis en Iraq, de la que Rumsfeld era la cara más visible, según
las encuestas preelectorales y las realizadas a boca de urna, fue quizás
el factor más importante de lo que el propio Bush llamó
"golpazo" republicano.
"Como
mínimo, la salida de Rumsfeld le da tiempo al presidente para ajustar
la situación en Iraq y otras políticas sin que los demócratas,
ahora más fuertes, pidan sangre. Pero ellos comenzarán a hacerlo
pronto, si nada coherente empieza a suceder", sostuvo el analista
Chris Nelson, editor del boletín "The Nelson Report".
En
sus primeras declaraciones tras la votación del martes, Bush prometió
buscar un "terreno común" con los demócratas en relación
a Iraq, así como en otros temas, una promesa que parecía
inconcebible hace apenas un mes, cuando él y Cheney acusaban a la
oposición de querer "salir corriendo" de Iraq y permitir así
una victoria de los "terroristas".
Mientras,
la demócrata Nancy Pelosi, quien se convertirá en la primera mujer
presidenta de la Cámara de Representantes, y el probable próximo líder
de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, propusieron la
realización de una conferencia nacional sobre la política en Iraq.
La
mayoría de los demócratas creen que Washington debería fijar un
calendario para retirar dentro de un año o dos los más de 140.000
soldados que están en el territorio iraquí, y así frenar el
creciente costo en vidas y dinero de la ocupación y liberarse de la
cada vez más encarnizada guerra civil en ese país.
Se
espera que demócratas y republicanos tengan en cuenta las
recomendaciones del Grupo de Estudio sobre Iraq (ISG), creado por el
Congreso e integrado por representantes de ambos partidos, que se
espera presente su informe antes de mediados de 2007.
Es
significativo que Gates sea uno de los miembros republicanos del ISG y
se haya reunido en septiembre con altos representantes de Irán y de
Siria, países que han sido boicoteados diplomáticamente por el
gobierno de Bush.
Esas
reuniones despertaron fuertes especulaciones de que el informe del ISG
seguramente recomendará un acercamiento con Teherán y Damasco, así
como con otros gobiernos vecinos de Iraq, como parte de una estrategia
para facilitar el repliegue de las fuerzas estadounidenses e impedir
que la guerra sectaria en ese país se propague más allá de sus
fronteras.
|