Debaten
historiadores si Bush es el peor presidente de Estados Unidos
El
75% de estadounidenses desaprueba el manejo de la guerra en Irak
Por
David Brooks
Corresponsal
en EEUU
La
Jornada, 12/12/06
Nueva
York, 11 de diciembre.–
El presidente, mostrando gran interés en las ideas de todo mundo para
abordar el tema de Irak, se estará reuniendo con sus diplomáticos y
militares esta semana y, tratando de hacer algo, lo que sea, para
desviar la atención de dos grandes hechos: Estados Unidos está
perdiendo la guerra en Irak, y el comandante en jefe de esa política
bélica enfrenta su propia derrota histórica en casa.
Las
encuestas más recientes constatan que la ciudadanía de este país no
sólo condena su fracaso, sino que ahora reprueba su presidencia y los
historiadores continúan un gran debate sobre si George W. Bush es el
peor presidente de Estados Unidos.
Según
una encuesta de CBS News dada a conocer esta noche, los
estadounidenses nunca han estado tan pesimistas sobre la guerra en
Irak como ahora; la mayoría duda que Estados Unidos pueda ganar, y 6
de cada 10 piensan que fue un error. La mitad opina que Estados Unidos
debería comenzar su retiro de Irak; 85 por ciento califica la situación
como guerra civil y la mitad piensa que las cosas empeoran. Sólo 21
por ciento aprueba ahora el manejo de la guerra por Bush, el índice más
bajo registrado, y 75 por ciento lo desaprueba.
En
el frente interno, 24 por ciento cree que este país avanza en dirección
correcta, y 70 por ciento opina lo opuesto. El nivel de aprobación
general de Bush es de 31 por ciento, igual que el punto más bajo de
su presidencia registrado en mayo pasado.
Sólo
9% espera un triunfo
Otras
encuestas indican tendencias similares; Ap–Ipsos registra que 9 por
ciento espera que la guerra acabe con un triunfo estadounidense, números
parecidos a los registrados en torno a la guerra de Vietnam, donde sólo
7 por ciento creía posible una victoria estadounidense.
En
tanto, recientemente algunos reconocidos historiadores argumentaron
sobre si es o no el peor presidente en las páginas del Washington
Post. Eric Foner, profesor de historia de la Universidad de
Columbia, comparó a varios presidentes, incluyendo los que crearon
desastres por su falta de liderazgo, provocaron guerras bajo
justificaciones falsas (menciona a Polk y la guerra contra México
como ejemplo), otros que se colocaron sobre la ley como Richard Nixon
y otros más por su corrupción al servicio del gran capital. Foner señala:
"es sus primeros seis años en funciones (Bush) ha logrado
combinar las faltas de liderazgo, políticas mal dirigidas y el abuso
del poder de sus antecesores. Creo que no hay alternativa más que
calificarlo como el peor presidente en la historia de Estados
Unidos".
Recientemente,
la revista Rolling Stone publicó un amplio ensayo del
historiador Sena Wilentz de la Universidad de Princeton examinando si
Bush era el peor de todos los presidentes, y concluyó: "parece
estar rumbo a un desgracia histórica colosal".
Otros
fueron más generosos. Vincent Cannato, profesor de historia en la
Universidad de Massachussets, consideró, también en un ensayo en el Post,
que no se puede calificar a este presidente ya que mucho dependerá de
lo que suceda en los próximos años. Otros fueron un poco menos
generosos y consideran que aún no es el peor, pero sí está entre
los tres o cuatro peores de la historia.
Frente
al juicio de la historia pero más inmediatamente ante el juicio de la
opinión pública hoy, Bush inició una semana dedicada a consultar
con su secretaria de Estado, Condoleezza Rice, altos funcionarios del
Pentágono y lo que se describe como "expertos" de afuera
del gobierno, supuestamente para evaluar las "opciones"
sobre Irak y encontrar, de acuerdo con las palabras del mandatario,
"un nuevo camino para avanzar".
La
idea es que toda esta actividad culminará con un discurso ante la
nación sobre su "nueva dirección" en Irak, en donde, según
Bush, "ellos sabrán que he escuchado todos los aspectos dentro
del gobierno y que la manera de proceder es obtener nuestro objetivo:
el éxito en Irak". Un "éxito" en Irak es, según él,
un país que se puede autogobernar y defender, que goza de una
sociedad "libre" y que es un "aliado" en la
"guerra contra el terror". La Casa Blanca intentará tener
preparado "el nuevo camino" en las próximas dos semanas
para que Bush lo anuncie antes de Navidad.
Estas
actividades son parte del esfuerzo de diluir las consecuencias de la
presentación del informe del Grupo de Estudio de Irak la semana
pasada, el cual concluyó que la situación en Irak era "grave y
en deterioro" y que, esencialmente, todo lo que se había hecho
política y militarmente ha llevado a un fracaso que podría tener
poco remedio.
Aunque
muchos elogiaron la conclusión del distinguido grupo bipartidista
encabezado por el ex secretario de Estado James Baker, íntimo de Bush
padre, como un retorno al "realismo", permitiendo que gente
como el nuevo secretario de Defensa Robert Gates pudiera declarar que
"no estamos ganando", el hecho, según comunicaciones
internas del propio grupo y de otros observadores, es que Bush y su
gobierno han perdido la guerra.
Como
señala el columnista Frank Rich en el New York Times, lo más
revelador del último memorando del secretario de Defensa saliente,
Donald Rumsfeld, es que en esencia recomienda que "el gobierno no
debería enunciar esa palabra (perder) aun si perder es exactamente lo
que hemos hecho. La ilusión de no perder tiene que ser mantenida sin
importar el precio en sangre".
Rich
estima que el informe del Grupo de Estudio de Irak tiene como
"objetivo real actuar una farsa sobre el progreso para pacificar
al público mientras que Washington espera, sin duda en vano, a que
Bush regrese al mundo real".
Pero
como todos saben, no todo quedará suspendido mientras Washington
reconozca la realidad. Es aquí donde varios señalan las lecciones de
la guerra de Vietnam, donde cinco años antes de terminar, ya se había
concluido que no había forma de lograr un triunfo militar, sin
embargo, Washington se negaba a hacer lo que finalmente fue obligado a
hacer: retirarse. Vale recordar que Henry Kissinger fue el gran
estratega de los últimos años de Vietnam, y ahora es uno de los
asesores más consultados por el equipo de Bush.
Tal
vez por eso las encuestas registran no sólo la reprobación del
comandante en jefe, sino serias dudas sobre su capacidad para resolver
este fiasco en los últimos dos años de su mandato.
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