La era
del domino unipolar de Estados Unidos
declina aceleradamente
Por
Víctor Wilches (*)
Enviado por el autor, 17/12/06
Los rápidos y
profundos cambios que se están observando en el mapa de las
relaciones internacionales en los primeros años del siglo XXI, están
configurando nuevos poderes que se contraponen a la hegemonía
unilateral de los Estados Unidos. Como resultado de estos cambios se
está generando un Nuevo Orden Internacional, el cual manifiesta dos
tendencias muy marcadas: por un lado, encontramos el acelerado declive
de la supremacía política, militar y económica de Estados Unidos; y
por el otro, un rápido re-alineamiento y consolidado ascenso de Rusia
y China, que los sitúa como nuevos protagonistas de poder a nivel
internacional y serios rivales a los intereses y objetivos de EE.UU. a
nivel planetario.
El Nuevo Orden
Internacional en ciernes se caracteriza principalmente por el esfuerzo
mancomunado de Rusia y China de constituir un Orden Mundial
Multipolar, que se sustente en la política, la diplomacia y el
derecho internacional, y en que sea el Consejo de Seguridad de las
Naciones Unidas el que dirima las controversias internacionales.
Mientras que en el mundo unipolar de EE.UU. impera el unilateralismo y
el desprecio a las reglas internacionales. Este decadente orden
unipolar capitalista se opone frontalmente a que surja un posible
mundo multipolar, aunque éste también sea capitalista.
El actuar de
Washington y de relacionarse con los poderes mundiales y Estados le
está llevando a que pierda influencia y poder a todos los niveles; es
tal la crisis de la superpotencia que algunos intelectuales y
analistas, tanto de derecha como de izquierda, se atreven a sentenciar
que el "fin de la hegemonía estadounidense" ya ha entrado
en su última fase de decline.
Este periodo de
unipolarismo se establece una vez desaparecida la Unión Soviética,
pero se implementa con profundidad y agresividad tras los trágicos
acontecimientos del 11/S de 2001. Valiéndose de este hecho el
gobierno de George Bush emprende a nivel global una serie de amenazas,
confrontaciones e invasiones militares bajo los lemas de "guerras
contra el terrorismo" y "guerras preventivas". Pero
antes de emprender su ‘misión revelada’ contra el ‘terrorismo
internacional’ y el ‘eje del mal’, le advierte amenazante a la
comunidad internacional que ‘aquel que no está con nosotros está
contra nosotros’.
Estas ansias de
supremacía y planes de dominio hegemónico planetario que se
fundamentan en "Rebuilding America's Defensas (RAD)"[1],
documento central elaborado y puesto en marcha por los ‘neoconservadores’
del "Proyecto para el Nuevo Siglo Americano", a
finales de la década pasada. Las áreas temáticas de este documento
están organizadas bajo 4 categorías: "A.) Pax-Americana –esbozando
la razón fundamental para el imperio global-, B.) Asegurar la
hegemonía global –identificar las regiones que son consideradas
problema para la política de EE.UU.-, C.) Reconstruir el ejército
–planes para la expansión del poder militar de EE.UU.-, y D.) Con
las futuras guerras de la Pax-Americana visiona el RAD completo
control de tierra, mar, aire, espacio y ciberespacio a nivel
global."
Los propósitos
imperiales de EE.UU. van a quedar inmediatamente al desnudo con las
guerras de invasión a Afganistán e Irak, el objetivo que se busca
con estas agresiones es el control geoestratégico de la importante
región del Oriente Medio y el Asia Central para hacerse a sus
inmensos recursos energéticos. Aventura bélica expansionista que
quedará grabada en la historia de la humanidad por los horrores
cometidos en el campo de concentración de Guantánamo, las torturas
en Abu Ghraib, los vuelos de aviones clandestinos de la CIA y el
establecimiento de prisiones clandestinas en varios países del mundo.
Estos propósitos
hegemónicas estadounidenses también han contribuido a que en gran
medida haya ido perdiendo y decayendo de su privilegiada posición
global, debido a los múltiples reveses que ha venido recibiendo a
causa de sus pretensiones. Ya que al mismo tiempo que avanzaba y se
expandía avasalladoramente sobre los demás países imponiendo sus
reglas y condiciones, iba creando y dejando muchos vacíos militares,
políticos, económicos y hasta culturales, a lo largo y ancho de la
tierra. Vacíos que comenzaron a ser asumidos rápidamente por otros
poderes políticos-militares mundiales ansiosos de convertirse en
potencias globales y regionales. Vacíos que han incentivado a nuevas
situaciones y alianzas que de otra manera hubieran tardado mucho más
tiempo en constituirse.
La pérdida de esta
influencia y dominio de Washington es el resultado de la combinación
de múltiples factores, en los que cuentan las importantes derrotas
militares que le han venido infligiendo sus adversarios en diferentes
conflictos en los que se encuentra implicado. Lo más importante de
esto último, es poder apreciar cómo Estados Unidos pasó, en tan
corto tiempo, de ser un "imperio a la ofensiva a ser un imperio a
defensiva"[2], produciéndose con ello un cambio
trascendental en el orden internacional.
Aunque todos los
indicios pueden llevan a pensar que existen las condiciones objetivas
para que se de una Nueva Guerra Fría[3], y que todos las
señales puedan indicar hacia esa dirección, aún estos dos posibles
bloques no se han ‘constituido formalmente’: aquellos países y
poderes que se decantan y alinean en un posible bloque encabezado por
EE.UU., y otros, alineados con el ascendente bloque asiático liderado
por Rusia-China. Si bien es cierto que todavía no encontramos dos
bloques divididos por una línea que los separa en dos campos bien
definidos y rivalizando abiertamente por el control de los recursos
estratégicos, sobretodo por los recursos energéticos globales:
carbón, gas, petróleo, uranio y agua. Aquello que encontramos en
esta nueva etapa que se está abriendo son fuertes rivalidades entre
diferentes Estados y poderes regionales y globales, que indican y
vislumbran conflictos bélicos para hacerse con esos vitales recursos.
Si algo se puede
afirmar desde ahora, sin temor a equivocaciones, es que los conflictos
en el inmediato y lejano futuro van a estar principalmente originados
por la rivalidad por el control, acceso, abastecimiento y seguridad de
los recursos energéticos y del agua a nivel mundial. Recursos sin los
cuales las sociedades y Estados industrializados y desarrollados se
paralizarían, situación que crearía un caos total en sus economías
y vidas.
Por motivos vitales y
por ser un recurso escaso y costoso, el tema petrolífero se ha
convertido desde hace algunas décadas, en parte importante y
estratégica de la seguridad del Estado en muchos países del mundo,
en especial de en los países desarrollados. Hoy esa preocupación se
hace más apremiante y extendida hacia el gas, del que se afirma será
el eje central y motor de la industria y de la economía mundial hacia
mediados de la década de 2020. Otro tanto pasa con la energía
nuclear, los países industrializados hablan de la urgencia de
construir y poner en funcionamiento centrales nucleares para
abastecerse de energía, mientras esas mismas posibilidades se le
niegan o limitan a los países en desarrollo.
Todos estos
movimientos por preservar y garantizar los intereses y necesidades
nacionales acontecidos en la arena política internacional, están
arrastrando a las grandes superpotencias, a los poderes de rango medio
y también a la gran mayoría de los países a nuevas e impensables
relaciones, a nuevos lineamientos y reacomodos de estratégicas
alianzas. Unos buscan garantizar y asegurar recursos energéticos para
satisfacer sus necesidades e intereses; y otros, la protección de
tales recursos, pues existen demasiados poderes interesados en hacerse
a ellos, ya sea por la fuerza (Irak) o a través de contratos leoninos
de saqueo, con la colaboración de las corruptas clases políticas
dirigentes de estos países (México, Colombia, Nigeria, Costa de
Marfil).
El nuevo panorama en
las relaciones internacionales además de señalar sus elementos
centrales: pérdida de influencia y supremacía del poder global
unipolar de EE.UU. y el ascenso de nuevos poderes regionales e
internacionales, entre los que sobresalen de lejos la fuerte alianza
ruso-china; a su vez está mostrando cómo se está gestando éste a
grandes pasos y cuáles serán los principales rasgos que tendrá ese
Nuevo Orden Internacional: Rusia y China (y probablemente también
India) serán a mediano plazo los Estados que ostenten un importante
dominio, poder e influencia en la política y orden mundial; y el
continente asiático será el centro decisivo de la política, la
economía y de la seguridad internacional.
Cómo se están
desarrollando los acontecimientos este nuevo orden será en gran
medida multipolar. Hoy la situación es muy diferente a aquella de
1996 en que muchos se reían socarronamente cuando Rusia y China –a
las que posteriormente se adhirió India y luego otros países-
comenzaron a dar a conocer su ideas en numerosas declaraciones y foros
internacionales sobre la necesidad de un mundo multipolar, con la
intención de parar el dominio unipolar de EE.UU.
Veamos algunos de los
signos más relevantes, indicadores de, hacia donde se está
dirigiendo aceleradamente un nuevo orden, en el que la tendencia
preponderante es la merma trascendental del poder e influencia de
EE.UU. a nivel mundial; y en el que Rusia y China están aumentando su
poder y predominio a nivel regional y mundial. Circunstancia que los
está situando en una mejor posición para constituir relaciones
geopolíticas estratégicas sustancialmente opuestas a los intereses
del dominio estadounidense:
Acuerdos y
acercamientos cada vez mayores entre Rusia y China en temas clave a
nivel mundial: Irak, Afganistán, Corea del Norte, Irán y Oriente
Medio, como también, en unidad diplomática y política ante el
Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
Profundización en la
cooperación entre Moscú y Pekín a través del Tratado de Amistad y
Cooperación y Buena Vecindad, en la esfera política, económica,
militar, energética, científica, tecnológicas y de seguridad
regional y mundial.
Fortalecimiento de
las organizaciones asiáticas regionales como la Organización de
Cooperación de Shangai, la ASEAN+3.
Aumento constante de
las tensiones entre EE.UU. -y de algunos países europeos- con estos
Estados asiáticos en ascenso.
Discrepancia en el
tratamiento en asuntos y problemas globales entre ciertos Estados ‘Occidentales’
y el ‘Este’ ascendente: energía nuclear, escudo antimisiles,
armamentismo, extensión de OTAN hacia el Este europeo, manejo de los
recursos energéticos, derechos humanos y reformas democráticas.
En
el Sudeste Asiático
En estas importantes
regiones hacen presencia naciones que aspiran ser potencias regionales
o mundiales (China, Rusia, India, Japón, Irán, Corea). Varios de los
países que hacen presencia allí están gozando de elevado y
constante crecimiento económico, después de la profunda crisis
económica sufrida en el sureste asiático de 1997-8, conocida como
"efecto Dragón". No se debe olvidar que en la mayor parte
de estas naciones existe una gran brecha entre las inmensas masas
empobrecidas y las clases ricas que ostentan el poder. Pese a los
indicadores macroeconómicos que hablan del incremento de la riqueza
la brecha entre pobres y ricos sigue aumentando vertiginosamente.
La misma presencia y
proximidad de estos grandes poderes en ascenso tanto en el suroeste y
centro del continente asiático, les permite un acercamiento más
fácil para relacionarse con los distintos países y organizaciones
internaciones que hacen presencia en estas importantes regiones.
En el sudeste
asiático Rusia y China han venido asentando solidamente su poder e
influencia a través de la Asociación de las Naciones del Sudeste
Asiático (ASEAN). Esta organización que cuenta con mecanismo
denominado ASEAN+3 (que es la ASEAN + China, Japón y Corea del Sur),
ha ido afianzando su lazos de cooperación y dando pasos firmes hacia
procesos de integración más sólidos, como la propuesta de crear una
Unidad Monetaria Asiática denominada ACU, la cual se había planeado
lanzar en el mes de marzo de este año. Todas las naciones que hacen
parte de la ASEA+3 participan con sus respectivas divisas de esta
iniciativa para crear una cesta de todas ellas, pero las tres monedas
con más peso significativo de este nuevo sistema monetario serán el
yuan chino, el yen japonés y el won surcoreano. En el mismo momento
en que se materialice este sistema monetario será un gran golpe audaz
y duro al sistema basado en el dólar-centrismo.
El desarrollo de la
situación política en esta región no debe sorprender, por el
contrario nos lleva a tomar nota para comprender por qué la ASEAN+3,
no ha tenido la gentileza de invitar a EE.UU. a sus cumbres, y si lo
haga con Rusia. En la cumbre 2005, en Kuala Lumpur, Malasia, la
estrella invitada fue Rusia, que planteó la necesidad de crear un
mecanismo para garantizar la seguridad de los recursos energéticos
(petróleo, gas, carbón, etc.) a nivel mundial y se comprometió a
compartir sus inmensas riquezas energéticas con los miembros de la
ASEAN+3[4]
A finales de octubre
tuvo lugar una cumbre China-ASEAN, en donde China brilló con luz
propia. En el Marco del Acuerdo sobre Cooperación General Económica
señala que el comercio entre las dos partes ha alcanzado 130.370
millones de dólares en 2005, mientras las inversiones 3.100 millones
de dólares. Entre lo más sobresaliente de la Cumbre está: la ASEAN
se reafirma en su política de una sola China; establecen un Área de
Libre Comercio para 2010 que incluye la liberación de mercancías
para ASEAN-6 y China, y para 2015 participan Camboya, Laos, Myanmar y
Vietnam; Además China apoya y da la bienvenida a los esfuerzos de la
ASEAN para establecer al Sudeste de Asia como un Zona Libre de
Arma-Nucleares[5].
La próxima cumbre de
ASEAN+3 en diciembre podrá definir nuevos pasos que vayan en contra
de los intereses de EE.UU., pues no es en vano ni fortuito que el
gobierno de G. W. Bush le pidiera a China ser transparente en la
cooperación militar con la ASEAN, ante las palabras dichas por parte
del Primer Ministro Chino, Wen Jiabao, de que desea profundizar los
lazos militares con el Sudeste Asiático[6].
Quizá estos
desarrollos políticos son en gran mediada los responsables de que uno
de los países más alineados a la voluntad de Washington, como es el
caso Corea del Sur, le haya contentado al presidente Bush, en la
reciente reunión de la APEC en Vietnam, en su intento de crear un
frente común contra el programa nuclear de Corea del Norte, que no
está de acuerdo y rechaza sumarse al plan de Washington de
interceptar transportes norcoreanos sospechosos de incluir material
nuclear.
En
África
Acercamiento y
establecimiento de profundas relaciones comerciales y de cooperación
en distintas áreas entre la gran mayoría de los países del
continente africano y China, como lo demuestra la reciente Primer
Cumbre "Foro de Cooperación China-África"[7]
que tuvo lugar en el mes de octubre, en el que participaron 48
presidentes y líderes de países africanos. Fue tal el número de
presidentes y líderes africanos asistentes al foro, que la mayor
parte de los medios de comunicación a nivel mundial resaltaron este
importante hecho.
Entre los acuerdos
que tuvieron lugar en este Foro sobresalen la firma de 14 contratos y
acuerdos comerciales por un valor cercano a $1.9 billones de dólares
con 11 naciones africanas que abarca recursos naturales,
infraestructura, finanzas, tecnología y comunicaciones.
Igualmente se resalta
el constante crecimiento del comercio bilateral China-África,
registrando un crecimiento promedio anual superior al 30% en los
últimos años. Se espera que esta cifra alcance los $50 billones de
dólares este año y que llegue a los $100 billones de dólares para
el año 2010.
Al efecto
establecieron un Plan de Acción[8] para
"adecuadamente dirigir las disputas comerciales y fricciones a
través de la consulta amigable bilateral y multilateral…
fortaleciendo la cooperación aduanera, impuestos, inspección y
cuarentena." Y a su vez "el Presidente de China, Hu Jintao,
prometió abrir su mercado a África y levantar a 440 el número
productos libre de impuestos, actualmente es de 190."
Por su parte Rusia
también ha estado ampliaando y mejorando sus relaciones de
cooperación con varios países del África. En septiembre firmó con
Maruecos[9] un acuerdo en nueve campos diferentes. Con
Egipto y Angola acordó a comienzos de noviembre[10]
profundizar sus relaciones comerciales en sectores tales como el
turismo, comercio, exploración de hidrocarburos, minerales y
desarrollo. Egipto también ofreció a Moscú el espacio para la
creación de un parque industrial de un millón de metros cuadrados.
En septiembre el
Presidente de Rusia, Vladimir Putin, viajó a Sudáfrica[11]
acompañado por una delegación de cien hombres de negocios, firmando
acuerdos para inversión de más de mil millones de dólares en áreas
de energía y petróleo, minería, aluminio, abastecimiento de
energía nuclear, y el ofrecimiento de por parte del Kremlin para que
Sudáfrica utilice las naves espaciales rusas para el lanzamiento de
satélites surafricanos.
Este tipo de
movimientos y de acuerdos que se están dando entre Rusia y China con
el continente africano, ya hizo saltar las alarmas y está poniendo
sobre aviso a los líderes estadounidenses sobre lo que pueda pasar
debido a la dependencia de recursos estratégicos venidos de África:
"Los EE.UU. solo resultaran ser más vulnerables cuanto más se
caliente la competición global por recursos estratégicos (y el anti-americanismo
a través del planeta aumente). Las naciones ya han iniciado pelearse
no sólo por recursos energéticos, sino por minerales estratégicos,
particularmente vitales para las industrias de defensa.
Si Sudáfrica cerrara
un pacto con naciones anti-estadounidenses compitiendo por la
influencia global, EE.UU. podría ser aislado de vitales recursos. Sí
Rusia ganara predominante influencia sobre los recursos de Sudáfrica,
éste, en cooperación con China y la Unión Europea, estaría en una
posición para forzar un bloqueo sobre las naciones
anglo-americanas"[12].
En
Latinoamérica
La pérdida de
influencia de Washington en América Latina es notoria. Se manifiesta
en un serio distanciamiento por parte de varios gobiernos
latinoamericanos frente a las políticas de EE.UU., fundamentalmente
por parte de Venezuela, Bolivia, Cuba, Argentina y Brasil, y también
Ecuador, que tras la reciente victoria electoral fue elegido como
nuevo presidente del país Rafael Correa, quien también se opone a
las políticas de la Casa Blanca. Y posiblemente hay que agregar en la
lista a la Nicaragua de Daniel Ortega.
A la vez que aumentan
las tensiones los países latinoamericanos van tomando políticas más
autónomas de carácter nacionalista, en especial por parte de
Venezuela y Bolivia, en el manejo de sus recursos naturales: gas y
petróleo. O de iniciativas más autónomas de carácter regional o
sub-regional como el ALBA, Merco Sur, Comunidad Sudamericana,
así como el planteamiento de políticas petroleras intrépidas
para la región latinoamericana como la conformación de la Empresa
Multinacional Petrolera Estatal Latinoamericana (Petroamérica), bajo
el paraguas del ALBA.
La Casa Blanca ha
encontrado una resistencia cada vez más fuerte por parte de varios
gobiernos de la región y de las amplias mayorías populares
latinoamericanas, a los tratados comerciales que ha querido imponer
bajo la presión y la fuerza, como en el caso del ALCA o el fracaso
intento de EE.UU. para "derrocar a Hugo Chávez en 2002 que
llevó a la solidificación del régimen bajo ataque. Del mismo modo,
el método tradicional rutinario de USA de dominio sobre
Latinoamérica, el de las políticas económicas del FMI y de la OMC,
que agilizan la transferencia masiva y regular de la riqueza
latinoamericana a USA, también es evitado por dirigentes
nacionalistas envalentonados"[13].
No en vano el Council
on Foreign Relations dio a conocer en octubre de 2006 un estudio,
titulado "National Security Consequences of U.S. Oil
Dependency", en el cual hace un análisis minucioso sobre las
consecuencias para la seguridad del Estado de EE.UU., por su
condición de país dependiente del petróleo y de las exportaciones
de recursos estratégicos de otros países. Además de destacar y
prevenir sobre la peculiar situación, deja un velado mensaje sobre el
peligro que puede representar el que compañías estatales sean las
propietarias de estas riquezas estratégicas, y peor aún, que estos
países se opongan a los intereses y políticas estadounidenses,
haciendo una clara referencia a Rusia, Venezuela, Irán y Bolivia. Ya
que los altos precios permitirán a estos Estados una mayor
autonomía, y debido a eso es que "en años recientes, con los
altos precios del petróleo, algunos países como Rusia y Venezuela
han incrementado la autoridad sobre esas compañías estatales"[14].
Por lo tanto, la
posibilidad de que éstos [Estados] cuenten con el ‘control sobre
inmensos recursos petroleros proporciona a los países exportadores la
flexibilidad para adoptar políticas que se oponen a los intereses y
valores de EE.UU.’ (…) Venezuela tiene los recursos de sus
exportaciones de petróleo para pedir reajuste en las relaciones
políticas en América Latina y para financiar cambios tales como la
salida de Argentina de su acuerdo de reserva del Fondo Monetario
Internacional (FMI), y la reciente decisión de Bolivia de
nacionalizar sus recursos de gas y petróleo. Debido a su riqueza
petrolera, esos y otros países productores son libres para ignorar
las políticas estadounidenses y para continuar con hostiles intereses
a nuestra seguridad nacional"[15].
A su vez esto ha
producido un marcado acercamiento de los países latinoamericanos a
los poderes asiáticos y el aumento de las inversiones chinas y rusas
en áreas energéticas estratégicas, militares, de armamento y
comerciales, entre otras, las cuales son de gran importancia para la
región.
Entre estos
encontramos el acuerdo entre Rusia y Venezuela para la entrega por
parte de Moscú a Caracas de 24 aviones de combate y 53 helicópteros
de combate[16], así como fusiles de asalto AK-103,
10 aviones de transporte y 8 botes patrulleros. O la exitosa gira que
hiciera en noviembre de 2004 el Presidente de China, Hu Jintao, por
varios países de la región: Brasil, Argentina, Chile y Cuba, en la
que se dio a conocer que Pekín invertiría 100 mil millones de
dólares en Latinoamérica durante una década 2004-2014. Acuerdos de
inversión que se han comenzado ha desarrollar entre el gigante
asiático y diferentes estados latinoamericanos.
En noviembre de 2005
China y Chile firmaron un Tratado de Libre Comercio[17],
siendo hasta el momento el primero de esta clase entre China y un
país latinoamericano. De acuerdo con el Ministerio del Comercio de
China, el comercio bilateral entre los dos países ha estado creciendo
en un promedio anual del 20% desde del 2000. El volumen comercial
alcanzó los $7.130 millones en 2005, del cual el 50% son
importaciones de cobre chileno a China[18].
Una de las
iniciativas que pueden marcar en el corto y mediano plazo un eje más
definido de ruptura entre la región Sudamericana y la Casa Blanca es
la propuesta de Brasil sobre la creación de una organización de
defensa regional, la cual sería como una "OTAN
sudamericana"[19]. Esta propuesta será oficialmente
presentada a los vecinos del Cono Sur y a la Comunidad Andina de
Naciones (CAN) a comienzos de 2007.
Tres serían los
objetivos de este tipo de ‘OTAN’ sudamericana: primero, defender
los bastos recursos naturales que dispone la zona. Segundo, disuadir
cualquier intento foráneo para intervenir en forma directa en el Cono
Sur. Y tercero, distender las relaciones entre las propias naciones de
la región.
Si se logran
materializar estos objetivos pueden ser el camino de Brasil hacia el
año 2050 del que hace referencia el Dreaming with BRICs: The Path
to 2050 (2003)[20], que es la conocida Tesis del
banco de inversión Goldman Sachs, tan ampliamente comentada y bien
valorado por diferentes sectores a nivel mundial, en la que se plantea
que Brasil junto con Rusia, India y China (BRIC) pueden llegar a ser
las cuatro economías dominantes en el 2050.
Todo parece indicar
que hoy más que nunca retumban las palabras de Simón Bolívar sobre
la ‘necesidad de formar en [Sur]América la más grande
nación del mundo, menos por su extensión y riquezas que por su
libertad y gloria’, para hacerle frente a "los
Estados Unidos [que] parecen destinados por la Providencia a
plagar la América de miserias en nombre de la libertad", y que
esta nueva coyuntura política sea capaz de enterrar la apolillada ‘doctrina
Monroe’, la cual reza que América es para los Usamericanos, y que
por el contrario ésta debe ser recordada por los pueblos
latinoamericanos como una larga y mala pesadilla.
En
Asia Central
La "guerra
contra el terrorismo" de la administración Bush se inicia con la
invasión a Afganistán, cuyo objetivo básico es que sirva de puerta
para entrar a Asia Central, así como a la rica zona en gas y
petróleo del Mar Caspio y al sur de éste. Además para que EE.UU.
implemente y amplie de manera ostensible su presencia militar en la
región, mucho más amplia con la invasión contra Irak. Refiriéndose
a esta región Zbigniew Brzezinski dice que "los Balcanes
euroasiáticos son infinitamente más importantes como un potencial
premio económico: una enorme concentración de gas natural y reservas
de petróleo localizadas en la región, además de importantes
minerales, incluyendo oro […] Acceder a esos recursos y participar
en su potencial riqueza representa objetivos que agitan ambiciones
nacionales, motiva intereses corporativos, reaviva demandas
históricas, reaviva aspiraciones imperiales, y enciende rivalidades
internacionales."
En un primer momento
la presencia de bases y tropas militares estadounidense allí fue
avasalladora, tratando de completar la tarea de ‘balcanización’,
que han procurado llevar adelante desde la desaparición de la Unión
Soviética en todas aquellas zonas y territorios que hicieron parte de
ella y a la misma Rusia, con la ayuda de la Unión Europea, de
instituciones como la OSCE, servicios de inteligencia (CIA, ISI), de
cientos de ONGs ‘independientes’ (Freedom House, Fundación Soros,
etc.). EE.UU. no satisfecho con su presencia militar dominante, se da
a la tarea de implementar una serie de "golpes de Estado
blandos" o "revoluciones de colores", en varios
países, con los cuales se buscaba instalar gobiernos títeres que
sirvieran a sus intereses imperiales.
Afganistán que fue
el centro elegido para acabar con el "terrorismo
internacional", hoy después de cinco años invasión el gobierno
de Bush ha fracasado estrepitosamente en sus cometidos de para
extirparlo y "esparcir la democracia estadounidense".
En primer lugar,
durante este periodo de invasión EE.UU. ha sufrido duros y continuos
golpes, que lo obligaron a traspasar las responsabilidades a la OTAN,
para que controle la grave situación. Washington no solo fracasó en
su cometido militar, ya que jamás logró controlar territorialmente
más allá de la capital Kabul, sino que el cultivo y tráfico de
narcóticos aumentó espectacularmente. Según el último reporte de
la ONU[21] este año ha aumentado el 60% y esto equivale a
600 toneladas de heroína, lo que representa un aumento de cerca de
500% desde que arribó la "democracia Bushiana" al país. Y
lo que es más sorprendente los Taliban se encuentran hoy nuevamente
reagrupados y se estima que son un contingente de 10.000 combatientes.
El propio halcón Richard Armitage[22] afirma que
"hace un año, el Taliban nos estaba combatiendo en unidades de 8
a 12 hombres, y ahora están haciéndolo en tamaño de compañía e
incluso más grandes".
Esta situación
parece indicar que el momento está de lado del Taliban[23],
y se avizora desde ahora un fiasco de la OTAN en su cometido. Para
empezar Bush y sus incondicionales socios Reino Unidos y Canadá, no
lograron en la reciente cumbre de Riga que los países miembros
aumentaran el pie de fuerza en el país, que hoy cuentan con unos
32.000 militares, a lo que Mullah Obaidullah[24],
comandante Taliban, "advirtió que la posibilidad de más tropas
de la OTAN no nos inquieta, sino que esto más bien facilitará a
nuestro hombres atacarlos". Si la OTAN fracasa sera un
estruendoso golpe no solo para ésta y los países que la conforman,
sino para toda la concepción de seguridad al servicio de las
ambiciones imperiales de EE.UU.
En segundo lugar,
Washington y sus aliados al no haber logrado controlar el país y
hacer realidad los planes "para reconfigurar tanto las fronteras
de Afganistán como las de Pakistán a fin de facilitar el flujo de
petróleo y gas desde Asia Central a las costas del Océano Indico.
Una vez construido el corredor con el oleoducto y el terminal sobre el
litoral del Océano Indico, se habría logrado una victoria importante
frente a los intereses energéticos de los competidores rusos, chinos
e iraníes en la Cuenca del Caspio y Asia Central. Esta sería la
segunda victoria geoestratégica de EEUU tras la apertura de la
Terminal Petrolífera Baku-Tblisi-Ceyahn (BTC)"[25].
Pero a tenor de la situación actual este objetivo está lejos de ser
cumplido, por no decir que fracasado.
Rusia ante la
gravedad que esta situación representa para la seguridad de sus
intereses geopolíticos en la región, se moviliza hábilmente y se
acerca nuevamente a sus antiguos y tradicionales aliados a través de
acuerdos de cooperación bilaterales económicos, de seguridad y
militares; y además, consolida las organizaciones internacionales que
hacen presencia en la región: Organización del Tratado de Seguridad
Colectiva (CSTO) (esta y las otras por sus siglas en inglés),
Comunidad Económica Eurasiática (EurAsEC), Organización de
Cooperación de Asia Central (CACO) –estas dos Organizaciones en
agosto de 2006 pusieron en marcha conjuntamente un Espacio Económico
Común-, y la Organización de Cooperación de Shangai (SCO).
Por su parte China
comprendió que sus intereses peligraban en esta zona geoestratégica
con la presencia de EE.UU., que además de su intromisión militar
dominante, apoya a los grupos musulmanes extremistas-autonomistas de
la región de Xinjiang, situación que le ha llevado a sumar esfuerzos
mancomunados con Rusia para fortalecer la seguridad de la región a
través de la SCO.
El punto de
inflexión en la región se marca con el llamado que le hicieran a
Washington los países centroasiáticos para que se retire con sus
tropas de los distintos países de Asia Central, hecho que tuvo lugar
al finalizar la Cumbre de la SCO en julio de 2005. Y es Uzbekistán
quien le exige de inmediato que retire sus tropas en menos de 180
días. Demanda que la Casa Blanca se obligada a cumplir en enero de
este año. Esta inesperada situación le ha creado serios problemas
para seguir manteniendo la base de Kirguizistán y que a inicios de
diciembre también le ha exigido que abandone la base que tiene en
territorio kirguizo. Esto ha demostrado dos tendencias importantes:
uno, que Rusia y China han consolidado su presencia en la región, en
especial Moscú, y este significativo avance en seguridad y dominio
ruso-chino en la región se debe al desarrollo y fortalecimiento de la
SCO; y dos, que EE.UU. no es bienvenido a la región a pesar de haber
logrado una abrumadora presencia militar.
Además de esto,
Rusia ha logrado controlar y revertir casi todos de los procesos
políticos que se presentaron en forma de "revoluciones de
color" que iban en abierta oposición a sus intereses:
Kirguizistán, Ucrania, en Uzbekistán que no llegó materializarse, y
con Georgia que sigue teniendo problemas serios.
Georgia por su
dependencia energética con Rusia, se ha visto obligada al aplazando
de sus deseos de vincularse a la OTAN, por la fuerte presión rusa y
amenaza de corte del suministro de gas y petróleo, si Tbilisi no paga
a precios de mercado internacional, situación que le ha permitido al
Kremlin un cierto margen de presión y de juego político.
Ucrania ya sufrió
las consecuencias por sus intentos de abandonar la férula rusa. Las
relaciones ruso-ucranianas se hicieron muy tirantes tras la
"revolución naranja" y una de las consecuencias de su
desobediencia fue el corte de suministro de gas en enero de este año
que dejó al país sumido en tremenda crisis energética. Rusia con la
crisis ucraniana logra revertir en gran medida el proceso
"naranja" y neutralizar al gobierno con el alza moderada de
los precios del gas, que luego va a permitir que sea nombrado como
Primer Ministro, Viktor Yanukovych, quien es declaradamente pro-ruso.
Esta crisis no solo
afectó a Ucrania también a varios países europeos, demostrándose
con ello que hoy Rusia no solo cuenta con el poder del suministro de
gas y petróleo, sino con la capacidad de afectar gravemente la
industria y la economía europea, y por ende, su seguridad e
intereses, ya que Europa importa el 26% de sus necesidades de gas de
Rusia. Esta situación de dependencia ha propiciado en Europa
conmoción por los posibles riesgos que este asunto pueda tener para
su seguridad, pues cada día aumentan esos peligros, como es el caso
del acuerdo "sorpresivo y secreto" entre Alemania y Rusia
para construir el gigantesco gasoducto que irá por el fondo de las
aguas del Mar Báltico. Así como el hecho de que Rusia se negara, en
la cumbre de noviembre en Finlandia, a ratificar el Tratado sobre
la Carta de la Energía con la Unión Europea argumentando que
éste no concuerda con los intereses de Moscú[26], y
además, ha solicitado que se modifique el contenido de la Carta
Energética.
Estos movimientos
rápidos y sagaces del gobierno de V. Putin, también le han permitido
a Rusia el control de reservas de gas, petróleo y otros recursos
energético y minerales en la rica zona centroasiática, por medio de
contratos bilaterales entre las empresas rusas, Gazprom y Gazprom Neft
(Sibneft) y estos gobiernos. Hecho que va a convertir los países de
la Comunidad de Estados Independientes, en especial Asia Central y
Rusia, en los poseedores de más del 40% de todas las reservas
mundiales de gas[27]. Igualmente China ha firmado
importantes acuerdos de petróleo y gas con diferentes Estados de la
región, en especial con Kazajstán y Rusia. El otro país que ha
realizado importantes inversiones ha sido India, que también está
impulsando una estrategia global muy similar a la de China, que le ha
permitiendo alcanzar importantes acuerdos en materia de energéticos
con países de la región.
Pero quizá lo más
sobresaliente de ese posicionamiento ruso como un importante y
decisivo poder en la región, es el haberle podido quitar vuelo a los
principales propósitos que se habían trazado con el oleoducto Baku-Tbilisi-Ceyhan
(BTC), que a más de costoso, sus expectativas resultaron ser muy
pobres, pues sus objetivos centrales estaban diseñados para sacar el
petróleo y el gas del Mar Caspio y Asia Central, del que se iban a
apropiar EE.UU. y sus aliados, producto de las aventuras bélicas en
estas zonas; y estos recursos ahora están principalmente en manos
rusas, chinas, hindúes.
En
el Oriente Medio
Por sus enormes
riquezas esta geoestratégica región se ha convertido en centro de
disputas entre las distintas potencias mundiales, y especialmente
finalizada la II Guerra Mundial. En la segunda post-guerra EE.UU. se
convierte en la potencia más influyente, dominante y decisoria del
Oriente Medio. La prioridad de su agenda política se centra en cómo
controlar los regímenes de la región para hacerse a los recursos
petrolíferos y gasíferos.
La mayoría de los
gobernantes de Oriente Medio se han caracterizado por ser déspotas,
corruptos, y despiadadamente represivos con sus pueblos. A EE.UU. y
sus aliados europeos nunca les ha preocupado que estos Estados
clientes sean dictaduras; simplemente, cuando un sátrapa de estos no
cumple con su cometido impuesto, se le depone. Y sí surge un
gobernante con ideas y actitudes nacionalistas o de
autodeterminación, se auspicia su derrocamiento. Por ello, para
EE.UU. el requerimiento de la "democracia estilo occidental"
no es una exigencia que obliga a estos regímenes dictatoriales o
antidemocráticos, como es el caso de Egipto, Jordania, Arabia
Saudita. Esta exigencia es solo un pretexto de confrontación con
aquellos gobiernos que no están alineados con la orbita
anglo-estadounidense.
Como se ha indicado,
una vez colapsada la URSS el poder de EE.UU. se torna más agresivo en
la región, su apoyo será totalmente incondicional a los intereses
expansionistas del sionismo israelí. Sus políticas van a coincidir
tanto, que Israel se convertiendo en la base militar de avanzada más
grande de Washington en el mundo. EE.UU. como única superpotencia, y
sin un posible rival digno de consideración a la vista, diseña una
agenda orientada a someter el Oriente Medio para hacerse al control de
las inmensas reservas de petróleo y de gas, en este propósito va a
coincidir con el deseo de varios países europeos y del expansionismo
sionista.
Además de apoderarse
de los recursos del Oriente Medio, Mar Caspio y Asia Central, y
garantizado el control esta región, esta sería la plataforma para
lanzar nuevos ataques contra sus posibles rivales a nivel regional,
Irán, y a nivel mundial, Rusia y China.
En este nuevo e
hipotético contexto hegemónico mundial se diseñan planes para
redefinir la región bajo el dominio de EE.UU.. Entre estos planes –y
seguro que existen otros más y secretos- están el "Plan Abrams",
el "Plan Reino Hachimita", la "Iniciativa para el Gran
Oriente Medio", el "Nuevo Oriente Medio". Además,
también se han realizado distintas simulaciones de "juegos de
guerra" para región; pero todos estos apuntan a objetivos muy
concretos en donde cada uno de los elementos está vinculado con otros[28]:
Apropiarse de los
inmensos recursos de gas y petróleo que existen en Oriente Medio,
zona del Mar Caspio y Asia Central.
Por medio de la
agresión y la amenaza militar, controlar estratégicamente
territorios muy importantes.
Rediseñar el mapa
político de esta extensa región, donde Israel garantice los
intereses de Estados Unidos.
Consolidar esta área
como base para los futuros, quizá en el mediano plazo,
enfrentamientos contra China y Rusia.
Pero serán los
sucesos del 11/S los que van a marcar un nuevo estadio en las
políticas estadounidenses. El unilateralismo se torna en el eje
central de su agenda internacional. Ya no considerará el derecho
internacional y de los organismos internacionales como parte
importante y el foro para la resolución de los conflictos. En medio
de esta euforia hegemónica y secundado por una "Alianza",
interesada en el saqueo de los recursos, emprende su segunda invasión
basada en la mentira, caso Irak.
Irak invadida,
destruida y ocupada va a entrañar dos importantes acontecimientos en
el orden internacional para el poder imperial estadounidense: en
primer lugar, este momento es su punto más alto como superpotencia
mundial, su unilateralismo había arrasado no solo con Irak sino que
además sentía que podía someter a la comunidad internacional a sus
designios, con mentiras y ‘guerras preventivas’. En segundo lugar,
quién lo iba a creer que Irak también marcaría el punto que daría
comienzo al acelerado inicio de la pérdida del poder hegemónico no
solo en esta región sino en muchos otros lugares del planeta.
Con el arribo de las
tropas y la ‘victoria militar Usamericana’ el pueblo iraquí no
salió a las calles a "poner flores en los cañones de los
tanques, ni tampoco alzaron a los niños para que fueran besados por
los soldados" invasores. No. Por el contrario el pueblo iraquí
desde los primeros días de la agresión salió a combatir a las
fuerzas extranjeras. Y EE.UU. "que esperaba combatir con soldados
iraquíes, lo que encontró era que estaban siendo atacados por
viejos, mujeres e incluso niños"[29].
La arrogante
declaración de victoria de George W. Bush, en la cubierta del
portaaviones Abraham Lincoln, pronto se fue esfumando y transformando
en una trampa mortal, que rápidamente va a convertirse en una
estruendosa derrota política, ética, moral y militar, reconocida por
el mismo nuevo Secretario de Defensa, Robert Gates, "EE.UU.
no está ganando la guerra en Irak". Llegándose a tal
punto hoy que cualquier medida que se tome para salir del atolladero
es mala.
Israel aprovechando
la especial situación profundiza sus políticas expansionistas,
represión y de extermino contra el pueblo palestino, simbolizadas en
el ‘Muro de la Vergüenza’. Que no son otra cosa que la
preparación del terreno para las batallas por venir. Domeñado el
pueblo palestino el camino estaría libre para avanzar al de
Washington por los hidrocarburos de la región del Mar Caspio. Estos
planes comprometen una serie de guerras contra otros países: Siria,
Líbano e Irán. Para lo cual una vez sometido Irak, el siguiente paso
es acallar a los palestinos para emprender el camino hacia Irán.
El objetivo
fundamental de las agendas políticas tanto de Washington como de Tel
Aviv buscan que Irán no se erija en potencia regional capaz de
rivalizar y de contraponer la supremacía militar israelí y evitar
que la influencia hegemónica de EE.UU. en Oriente Medio disminuya y
sea cuestionada. Por ello buscan afanosamente que Irán sea sancionado
por el CS, pues éste hecho permitirá el proceso de aislamiento
internacional y así realizar más fácilmente el ‘ataque preventivo’
a las centrales nucleares, realizado por Israel y/o EE.UU.. Y una vez
garantizado su debilitamiento continuar con sus propósitos de
destruir y dominar a Irán, para hacerse con los grandes recursos y
consolidar su poderío en la región.
Aunque todo parecía
fácil y resuelto a favor del poder hegemónico estadounidense en la
región, las cosas comenzaron a enturbiarse y a surgir serios
problemas que se transformaron en importantes derrotas, que incluso
hoy llevan a que EE.UU. no solo postergue sus planes imperiales, sino
que llevan al mismo desmoronamiento de su propio poder e influencia
global. Y todo esto producto de una serie de factores que se
interrelacionan:
En primer lugar, como
se ha dicho, EE.UU. se ha visto obligado a cambiar su agenda y aplazar
sus planes para la región, debido a los contundentes reveses
militares que le ha propinado la lucha de resistencia del pueblo
iraquí, convirtiéndose éstos en estruendosa derrota para la Casa
Blanca. Pese a que ha establecido un gobierno títere dominado por los
Shiíes con el beneplácito de Teherán, hoy ante el fracaso está
replanteando sus políticas en Irak.
En segundo lugar, en
Palestina inesperadamente para Washington, Tel Aviv y Brúcelas, el
Movimiento Hamas gana las elecciones más vigiladas del mundo, había
triunfado el candidato equivocado, y con ese resultado se complicaban
los planes, pese a que Hamas ha contemplado una solución de dos
Estados que se base en las fronteras de 1967.
El camino que toma
Israel –secundado por EE.UU. y la Unión Europea- es el
desconocimiento de la validez de las elecciones y del triunfo de Hamas,
la no entrega de los dineros que le corresponden a la Autoridad
Palestina, congelamiento de los fondos palestinos, bloqueo de la
franja de Gaza y ataques militares más sangrientos contra la
población civil (como la matanza de Beit Hanun o el de la playa de
Beit Lahiya en Gaza) y sus líderes, para tratar de imponer un
gobierno palestino al ‘gusto y medida de Occidente’ que permita
emprender los ataques militares planeados con anterioridad.
En tercer lugar,
Siria es forzado a retirar sus fuerzas del Líbano por la presión del
Consejo de Seguridad de la ONU, tras haber sido culpado del asesinato
del anti-sirio ex Primer Ministro, Rafia Hariri, el esfuerzo
diplomático de EE.UU., Israel y Brúcelas trata de aislar a Siria
para que pueda ser fácilmente atacada más tarde. Al mismo tiempo se
van creando las condiciones para que el movimiento Hezbollah pudiera
ser atacado por las milicias falangistas por el norte de Líbano y por
el sur por las fuerzas israelíes.
En cuarto lugar,
EE.UU., Israel y de otros países europeos (Inglaterra, Francia,
Alemania) tratan de aislar y de que el Consejo de Seguridad (CS)
sancione a Irán por tratar de desarrollar tecnología nuclear para
uso civil, argumentando que con ello está violando el Tratado de
No-Proliferación Nuclear. Esto lo hacen arguyendo que Teherán tiene
intenciones de crear armas nucleares. Aunque para la dupla sionismo-usamericana
una guerra contra Irán es una prioridad absoluta, hasta el momento
han visto sus propósitos frustrados y aplazados por la negativa de
Rusia y China a que Irán se aislado y sancionado por el CS;
agregándose a ello, que Irán se ha sabido mover hábilmente en la
arena regional e internacional aprovechando sus importantes basas,
principalmente sus recursos energéticos, armas e influencias, como el
caso del mismo conflicto de Irak. Esto no quiere decir que en el
inmediato futuro el gobierno de Bush no se lance a la aventura bélica
sin importar que esta sea aún más sangrienta, brutal, amplia y de
consecuencias impredecibles para el mundo.
En quinto lugar, el
pasado mes de julio el Movimiento Hezbollah le propina a Israel una
derrota militar de profundo significado y trascendencia a nivel
militar, político, ético y moral, que afecta no solo el
expansionismo sionista sino que la misma geopolítica regional y
global de EE.UU. se ha ido al traste. La derrota es de tal magnitud,
que además de convertirse en un infierno para Tel Aviv, ha afectado
gravemente el dominio de Washington y su influencia está declinando
aceleradamente en la zona, a tal punto, que hoy, quizá, se vea
obligado a compartir su poder en la región con su odiado enemigo, el
gobierno de Teherán.
El impresionante
poderío militar que el ejército israelí utilizó en esta sangrienta
y devastadora guerra para exterminar a Hezbollah, explica la
importancia estratégica que tenía este conflicto para Tel Aviv y
Washington. Es quizá por esto que Shimon Peres dijo que ‘esta
guerra era una cuestión de vida o muerte’.
Un hecho fortuito
hizo que el ataque israelí planeado para el mes de octubre se
adelantara al mes de julio, y que Hezbollah no fuera cogido por
sorpresa. Israel aspiraba propinarle una derrota contundente a la
milicia shi’i, para luego ocupar todo el territorio libanés con la
ayuda de las fuerzas falangistas colaboracionistas
sionismo-occidentales, quienes atacarían desde el centro y norte del
país a Hezbollah, ya que éstos serían acusados de ser el culpables
de la crisis y destrucción del país. Una vez derrotados los
oponentes, ocupado y controlado el Líbano se podría anunciar el ‘parto
de un Nuevo Oriente Medio’, que no es otra cosa que el rediseño y
reparto de la región por EE.UU., para luego emprender ataques contra
Siria e Irán.
A la vez que Israel
acometía incesante e indiscriminadamente bombardeos, que destruía
infraestructuras -a lo largo y ancho del país- asesinaba a niños,
mujeres y ancianos civiles, el silencio cómplice de los Estados
"democráticos" se hacía manifiesto. Los Estados europeos
apenas balbuceaban, el Consejo de Seguridad no fue capaz de condenar
la masacre contra la población civil libanesa ni muchos menos
imponerle un alto fuego a Israel, pese a que había bombardeado a sus
propias ‘fuerzas de paz’ en Líbano. Simplemente repetían los ‘argumentos
oficiales’: que el culpable era Hezbollah, y que eran ellos los que
tenían que cesar el fuego y luego desarmarse.
Fue tal la euforia de
triunfalista que la Secretaria de Estado de EE.UU., Condoleezza Rise,
viajó a la región no a negociar ni mucho menos a imponerle un alto
al fuego a Israel, sino que bajo el olor a pólvora, a sangre, a
muerte que había causado el ejército israelí, expresó escuetamente
con inhumana indiferencia para con la víctimas: "aquí estamos
viendo el parto de un ‘Nuevo Oriente Medio’ y no importa qué
hagamos, tenemos que estar seguros que nosotros estamos empujando
hacia delante el Nuevo Oriente Medio y no daremos marcha atrás al
viejo"[30]. Con esta actitud Rise estaba declarando
que la devastación del Líbano era necesaria para ese nuevo orden, ya
que se daba por sentada una segura victoria militar de Israel sobre
Hezbollah y el pueblo libanés, y que estas ruinas y derrota
servirían como punto de apoyo para reestructurar todo el Oriente
Medio.
Pero las previsiones
fallaron, una milicia irregular con capacidad extremadamente inferior
tanto militar como en armamento, pudiera asestarle tan rotunda derrota
militar en el campo de batalla a uno de los ejércitos más poderosos
del mundo, como es el israelí. Ante el fracaso y la derrota sufrida
el régimen de Tel Aviv tuvo que fingir la ‘aceptación de cese de
fuego’ que pedía la Resolución 1701 del CS. Una vez entró en
vigor la Resolución, la dupla Olmert-Bush acompañados de otros
gobiernos europeos, trataron de ganar con la diplomacia lo que no
habían conseguido en el campo de batalla: obligar a Hezbollah a
retirarse del sur del Líbano y a desarmarse.
El triunfo
político-militar de Hezbollah es de tal importancia geopolítica, no
solo para la región sino a nivel global, pues además de infligirle
una profunda derrota a los intentos expansionistas de Israel, logra
también completar el trabajo que habían iniciado los pueblos de Irak
y Afganistán. Si Irak había sido el punto de inflexión que indicaba
como el superpoder unipolar de EE.UU. emprendía su acelerado decline
hegemónico, y con lo cual "estaba finalizando la era durante la
cual había disfrutado de influencia y libertad para actuar sin
precedente"[31] en la región, a la vez que otros
poderes a nivel global hacían su arribo, ahora la milicia shi’i de
Hezbollah le estaba dando la estocada final a ese periodo de
unilateralismo unipolar estadounidense.
Todo parece indicar
que está emergiendo un Nuevo Oriente Medio pero muy diferente al que
anunciara Condolleezza Rice. El triunfo de Hezbollah le ha impuesto a
la calle y al pueblo arabo-musulmana una nueva dinámica en la que las
poblaciones de estos países sienten que es realmente factible
derrotar a los poderes foráneos en la región. Dinámica que de
alguna manera está obligando a los distintos regimenes e a que asuman
actitudes de distanciamiento con las políticas impuestas por EE.UU.
obrar de otro modo, puede llevarlos a ser avasallados por la ola de
descontento popular. La ‘hezbolización’ está produciendo
grandes cambios en los que se pueden observar que tanto Irán como
Siria están surgiendo como poderes e interlocutores primordiales, sin
los cuales no es posible resolver los grandes conflictos de Oriente
Medio, y con quienes Washington tiene que contar para cualquier
posible solución a la crisis de la región y en especial la retirada
de Irak.
Esta especial
coyuntura geopolítica la vislumbra con cierta cercanía Richard Haass[32],
en su artículo The New Middle East, en donde plantea el inicio
de una nueva era para la región pero ya sin la hegemonía de EE.UU..
Pese a que Haass "peca sesgadamente de americanocentrismo,
para no decir israelocentrismo"[33], este
análisis es bastante esclarecedor, veamos algunos de los elementos
que esboza este autor:
"Estados Unidos
gozará de mayor influencia que otro poder foráneo, pero su
predominio será disminuido."
"EU será cada
vez más desafiado por las políticas exteriores de extraños."
"Irán será uno
de los estados más poderosos de la región."
"Israel será el
otro Estado poderoso en la región" […] "El único Estado
en Medio Oriente con arsenal nuclear con la mayor fuerza militar
convencional." Y "Su situación se deteriorará más, con la
de EU, si Irán desarrolla armas nucleares."
"Irak…
permanecerá caótico, con el peligro de una guerra civil que se
desparrame a los países vecinos."
La
"militarización continuará a paso acelerado" […]
"El reciente combate en Líbano exacerbó esta tendencia, desde
entonces Hezbollah ha ganado… un resultado que envalentonará a
Hezbollah y a esos que lo emulan."
"El Islam
llenará el vacío político e intelectual del mundo árabe."
"Y proporcionará una base para las políticas de una mayoría de
los habitantes de la región."
"Las
instituciones regionales permanecerán débiles."
Además de los
factores relacionados existen otros que también son de esencial
importancia, que contribuyen a que EE.UU. pierda aceleradamente su
influencia global como superpotencia mundial.
Encontramos que las
mayores empresas multinacionales del sector petrolero del Oeste
controlan hoy menos del 10% de todas las reservas globales petroleras,
mientras que un 70% es controlado por compañías estatales y de
países que no se encuentran al lado de los intereses estadounidenses.
No en vano EE.UU. promueve y presiona –con diferentes medios y
mecanismos políticos, económicos y militares- para que los Estados
privaticen sus empresas de hidrocarburos y energéticas.
El dólar actualmente
está sufriendo duras y serias amenazas que lo están llevando a la
pérdida de su rol y dominio internacional. Otras monedas le están
socavando su dominio dólarcentrista. Las reservas de los países del
Este están progresivamente aumentando y además haciéndolo fuera del
patrón dólar. Una de las más fuertes concurrencias al dólar está
en el Euro. Además de ésta, existen otras fuertes competencias como
el anuncio del lanzamiento de la Unidad Monetaria Asiática, ACU (por
sus siglas en inglés), por parte de los países que conforman la
ASEAN+3 el pasado mes de marzo, hecho que podrá traer no solo
sorpresas sino también grandes cambios, nuevas crisis y conflictos.
La materialización
de esta nueva divisa se sustenta sobre las monedas de "China,
Japón y Corea del Sur que tendrán la ponderación más significativa
en el nuevo sistema monetario. Bajo este plan, el yuan chino influirá
más que ninguna otra moneda, seguido por el yen japonés y el won
surcoreano. El soporte fundamental de la ACU estará sobre el PIB
conjunto de estos tres países y que es de unos 7.5 trillones de
dólares, es decir, 22 por ciento del PIB mundial"[34].
Sumado a esto existen
y se están abriendo nuevas bolsas de petróleo y de gas denominadas
en otras divisas diferentes y que están minando el predomino global
del dólar. Rusia inauguró la Bolsa del Sistema Ruso de Comercio (SRC)
el pasado junio, que es el primer mercado de acciones realizando
transacciones establecidas en rublos de contratos para oro, petróleo
y productos derivados de éste. Y a comienzos de 2007 la Bolsa SRC
lanzará las entregas domésticas de petróleo a futuro, en
denominación-rublo.
Así mismo surge la
Bolsa Petrolera de Irán (BPI) que sin duda resultará ser el centro
dominante del comercio del petróleo del Oriente Medio, lo interesante
a resaltar es que el intercambio comercial de esta bolsa será
petróleo por Euros en lugar de dólares. Con lo cual el dólar deja
de ser una moneda dominante en el comercio internacional del
petróleo.
Estados Unidos es hoy
el país más endeudado del planeta, esta grave circunstancia limita y
disminuye su influencia tanto económica como política contra sus
rivales e incluso con sus propios aliados. Es igualmente bien sabido
que actualmente, "el dólar es, en teoría, una divisa sin valor
que soporta el peso de una deuda nacional que excede los $8 trillones
y un déficit comercial de más de $600 mil millones. Sólo el costo
de la aventura de Irak, según el premio Nobel de economía Joseph
Stiglitz, podría ascender a los $2 trillones. El imperio militar
norteamericano, con sus guerras y sus más de 700 bases militares e
intrigas sin límite, está financiado por acreedores asiáticos,
principalmente chinos. Que el petróleo se comercie en dólares es
crítico para mantener al dólar como la divisa de reserva mundial. Lo
que el régimen de Bush teme no es a las ambiciones nucleares de Irán
sino al efecto de que el cuarto mayor productor y comerciante mundial
de petróleo rompa el monopolio del dólar"[35].
También es digno de valoración que Japón tiene unas reservas de
más de un trillón de dólares, China unos 800.000 millones de
dólares y Corea del Sur unos 250.000 millones de dólares, la
pregunta que surge es ¿qué van hacer estos países con esos dólares
que no tienen valor alguno?
La respuesta a esta
pregunta está claramente revelando que muchos países están
abandonando y diversificando sus reservas de papel moneda (dólar),
como es el caso de aquellos que ya lo han anunciado: el Banco Central
de Emiratos Árabes, el Banco Nacional de Suecia, el Banco Central de
Qatar, el Banco Central de Siria, el Banco Central de Rusia.
Rusia a través de su
Banco Central[36] informó que de sus reservas en papel
moneda solamente 50% está en dólares, con el 40% en Euros y el resto
en libras esterlinas. Antes del anuncio se creía que Moscú mantenía
entre el 25-30% de sus reservas en Euros y el resto en dólares.
Se estimaba según
los expertos que China posea un 70% de sus reservas en dólares, pero
de acuerdo a lo que informa China Daily, el Banco Central Chino ya ha
reducido este porcentaje en un 10%. Recientemente el Gobernador del
Banco Central de China, Zhou Xiaochuan[37], anunció que
China tiene planes de diversificar sus reservas, las cuales llegan a
más de US$ 1 trillón de dólares, este hecho ha realzado las
expectativas y determinado que los precios del oro hayan alcanzado su
más alto nivel. Además de esto, el anuncio chino hizo que el dólar
sufriera una de sus caídas fuertes frente al euro una semana después
de conocerse la noticia.
Todo parece indicar
que algo muy grave está sucediendo con el dólar, pues esta semana
según lo indicó el Bank for International Settlements (BIS)[38],
los "principales países exportadores de petróleo, Rusia y la
OPEC, se han estado alejando de los depósitos de dólares para
acumular reservas en otras divisas incluyendo el yen japonés. Los
depósitos globales denominados en dólares de los miembros de la OPEC
han decrecido cerca de US$ 5.3 billones en el segundo trimestre de
2006, mientras los depósitos en euros crecieron en cerca de $ 2.8
billones y los depósitos yen cerca de $3.8 billones informó el
BIS".
Conclusión
La derrota que le
propinó la milicia Hezbollah a Israel en la guerra de julio-agosto de
2006, no hizo otra cosa que cerrarle el paso al unilateralismo y con
ello terminar con la era de dominio unipolar estadounidense. La
importancia de este hecho de debe, en primer lugar, a que EE.UU. e
Israel fueran obligados a modificar sus las agendas políticas para el
Oriente Medio y a realizar un giro totalmente diferente, para
adecuarse a los nuevos tiempos y escenarios que están emergiendo en
el mundo y en especial en esta región. En segundo lugar, a la par que
EE.UU. ve declinar su poder de influencia y dominio en la región,
surgen nuevos interlocutores y un nuevo poder regional: Irán.
Acontecimiento que indudablemente transforma las políticas y los
actores para la región y además contribuye en gran medida al
establecimiento de un Nuevo Orden Mundial.
Por ello, destruir a
Hezbollah ‘era de vida o muerte’ para Tel Aviv, porque le hubiera
permitido despejar el camino al expansionismo sionista y afianzar los
planes de Washington en la región, cuyo objetivo central es la guerra
contra Irán. Para lo cual, era, o es, necesario pasar sobre Líbano y
Siria. El balance para Israel es tan desastroso que no solo creó una
profunda crisis e incertidumbre interna a todo nivel, sino que
además, con ello, arrastró y frustró los distintos planes
geopolíticos de EE.UU. de supremacía absoluta sobre la región.
Los planes para ‘irradiar
de democracia’ esta geoestratégica zona han fracasado, no porque
los pueblos árabo-musulmanes no deseen la democracia sino porque la
"democracia usamericana" les ha traído invasiones,
opresión, dolor y guerras, y no paz con justicia social, ni mucho
menos libertad. La cacareada ‘democracia occidental’ es una
entelequia que sólo se refiera a gobiernos clientes impuestos por la
potencia dominante, ya sea por parte de EE.UU., Inglaterra, Francia,
etc.
Este nuevo revés con
enormes repercusiones para la geopolítica unilateral de Washington se
viene a sumar a otra serie de fracasos y derrotas: Afganistán e Irak.
En lo interno, el gobierno de Bush está en sus índices más bajos, y
la mayoría de la población se opone y exige la inmediata retirada de
las tropas de Irak. A nivel externo, EE.UU. ha encontrado una profunda
resistencia a las políticas belicistas de los halcones de la Casa
Blanca, y las poblaciones de los países árabo-musulmanes aumentaron
considerablemente su rechazo a cualquier tipo de acercamiento y de
presencia militar estadounidense en sus territorios. A nivel regional,
varios gobiernos árabes han perdido credibilidad en Washington, y su
influencia como un posible mediador para la negociación y resolución
del conflicto árabo-israelí se ha derrumbado, por su declarado y
abierto apoyo a las políticas expansionistas sionistas.
El sólo hecho de la
existencia y las conclusiones de la ‘Comisión Baker’ es una
manera de reconocer y demostrar que algo grave está padeciendo el
hegemonismo estadounidense. Este grupo de trabajo solamente viene a
confirmar lo que muchos otros venían sosteniendo, que EE.UU. esta
perdiendo aceleradamente su rol de superpotencia y de dominio en el
Oriente Medio y por añadidura a nivel mundial.
Lo más grave para
las pretensiones imperiales de EE.UU., es que los planes de dominio no
sólo se han visto pospuestos sino que Irán ha resurgido como
decisivo poder en la región. Por más que intenten negar y desconocer
a Irán como potencia regional, hoy es un interlocutor clave para un
acuerdo general y la posible resolución de los diferentes conflictos
en Oriente Medio. Y peor aún, para que Washington pueda conservar a
sus aliados estratégicos en la región; y para que la derrota y la
retirada estadounidense del territorio iraquí no sea desastrosa,
necesariamente tiene que contar, dialogar y negociar tanto Siria e
Irán.
Además, se verá
obligado a compartir el poder con un Irán fortalecido, y lo más que
probable, que se vea forzado permitir su nuclearización, a menos que
opte por un desesperado ataque militar contra el gobierno de Teherán,
presionado por Israel y los halcones estadounidenses. Ataque que sin
duda sería de graves consecuencias y repercusiones para la misma
presencia de EE.UU. en la región.
La pérdida de poder
de influencia de EE.UU. en muchas de las regiones del planeta es
evidente: Latinoamérica, África, Asia, Oriente Medio. A EE.UU. le
han comenzado a surgir rivales que están disputando su liderazgo y
dominio, en cada una de estas regiones y a nivel global.
Estados Unidos, con
el surgimiento de Rusia y China, y en cierto grado India, en la escena
internacional como las nuevas potencias a nivel regional e
internacional, va a marcar un cambio en el equilibrio de las
relaciones internacionales. Estos países asiáticas son hoy serios
oponentes a los intereses y planes de EE.UU. El actual escenario
internacional que se presenta es el producto de factores políticos,
económicos, militares, socio-culturales, que confluyen en detrimento
del dominio estadounidense. Pero quizá el factor más determinante
que ha contribuido a que EE.UU pierda su papel de superpotencia y a
que decline aclaradamente su influencia y supremacía planetaria es la
derrota sufrida en Irak.
El empantanamiento y
la derrota militar sufrida en Irak constituyeron el punto de
inflexión que demostró que el superpoder de EE.UU. emprendía su
acelerado decline hegemónico, al que vienen a sumársele el
contundente derrota político-militar que Hezbolah le propina a
Israel. Con esta certera estocada de Hezbollah estaba finalizando la
era estadounidense del unilateralismo unipolar. Con ello, se inicia
una nueva era con unas características más multilaterales, y sobre
todo sus señales están indicando que ese nuevo orden mundial estará
constituido por varios polos y niveles de poder: multipolar.
(*)
Víctor Wilches: Miembro del
Grupo Interdisciplinario ALCES-España
Notas:
The
Project for the New American Century: Rebuilding America’s
Defenses. Strategy, forces and Resources for a new Century, en
http://newamericancentury.org, septiembre de 2000.
2
Klare, Michael: The Meaning of Gates: From Imperial Offense to
Imperial Defense, en www.tomdispatch.com, Nov. 14, 2006.
3
Wilches, Víctor: Rusia y China: Una Posible Alianza. ¿Existen
Factores Objetivos para una Nueva "Guerra Fría"?,
GrönMåne Ed., Stockholm, Dic. 2005.
4
Wilches, V.: Op. cit.
5
Xinhua: Full text of Joint Statement of China-ASEAN Commemorative
Summit, octubre 30, 2006.
6
Agence France-Presse: U.S. Asks China To Be Open with Military Ties
with Southeast Asia, 0ctubre 31, 2006.
7
Xinhuanet: Beijing Summit adopts declaration, highlighting China-Africa
strategic partnership, en www.xinhuanet.com, noviembre 5, 2006.
8
Cheng Yunjie: Action plan encourages joint energy exploration,
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