Corrupción
e Iraq:
La
lujosa reconstrucción
Por
Emad Mekay
Inter
Press Service (IPS), 01/02/07
Washington.- Decenas
de millones de dólares originalmente destinados a la reconstrucción
y a la seguridad de Iraq fueron usados para la compra de bienes
suntuosos, como una piscina olímpica, tráilers VIP y edificios que
nunca o rara vez fueron usados.
En ocho nuevas
auditorías realizadas en los últimos tres meses, el Inspector
General Especial de Estados Unidos para la Reconstrucción de Iraq,
Stuart Bowen, señaló que "la corrupción sigue plagando Iraq"
y que "el ambiente de seguridad ha seguido deteriorándose".
Las auditorías,
enviadas al Congreso legislativo estadounidense el miércoles,
revisaron los esfuerzos de Washington para fortalecer a los
ministerios de Iraq, así como la administración del Departamento de
Defensa de los fondos para el entrenamiento de policías.
Los estudios también
analizaron la adquisición de equipos médicos para centros de atención
en Iraq y revisaron los costos de la seguridad brindada a los
principales contratistas de Estados Unidos.
Entre los casos de
malversación documentados en el informe de 579 páginas se encuentra
uno relacionado con un contrato otorgado a la compañía DynCorp
International entre julio de 2004 y junio de 2006, a la cual el
Departamento de Defensa pagó 43,8 millones de dólares para construir
un gran almacén en un campamento residencial que nunca fue usado.
Esa suma incluyó 4,2
millones de dólares para obras no autorizadas, como el traslado del
campamento residencial en los jardines del lujoso Palacio Adnan, en
Bagdad, la fabricación de 20 tráilers VIP adicionales, y la
construcción una piscina de dimensiones olímpicas en los jardines
del palacio.
El Departamento de
Estado (cancillería) pudo haber gastado otros 36,4 millones de dólares
en armas y equipamiento, incluyendo vehículos blindados, armaduras
para soldados y equipos de comunicaciones, pero estos gastos no pueden
ser constatados porque "las facturas eran vagas y no hay
documentos de respaldo".
La auditoría también
descubrió varias irregularidades en un proyecto de apoyo al Colegio
Policial de Bagdad, como mala calidad de las construcciones,
presupuestos excesivos y obras sin terminar.
"Las
instituciones anticorrupción en Iraq están fragmentadas, y no parece
haber un consenso interno sobre cómo éstas deben interactuar",
señala el informe.
El estudio también
llamó la atención sobre la deteriorada situación de seguridad,
alertando que está "dificultando los progresos en todos los
sectores de la reconstrucción y amenazando todos los esfuerzos".
La auditoría concluyó
que la infraestructura de seguridad sigue siendo vulnerable. Las líneas
eléctricas son atacadas regularmente, y los oleoductos del norte son
en su mayoría inoperables debido a los constantes actos de sabotaje.
Los equipos iraquíes
de reparación por lo general no pueden trabajar por temor a los
ataques.
La investigación señaló
que hubo una "inconsistente coordinación" entre muchas
agencias estadounidenses que apoyan la reconstrucción, lo que está
impidiendo una efectiva ejecución de la asistencia.
El informe fue
presentado en un momento especialmente sensible para el gobierno del
presidente George W. Bush, que pidió al Congreso la aprobación de
una nueva partida de 1.200 millones de dólares para Iraq.
El 10 de enero, Bush
presentó una nueva estrategia, que incluye más inversiones en la
recuperación económica de ese país.
El informe también
llegó en un momento clave para los donantes internacionales, como la
Organización de las Naciones Unidas, el Banco Mundial y los países
limítrofes con Iraq.
Washington intenta
convencerlos de que Iraq, debido a la situación de seguridad,
requiere una "nueva fase de inversiones", pero las
crecientes denuncias de corrupción y malversación de fondos los
disuade.
En diciembre, la
Oficina de Responsabilidad Gubernamental, brazo de vigilancia del
Congreso, divulgó un informe en el que se revelaban una serie de
deficiencias en el control del Ejército a los contratistas en Iraq.
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