No es
creíble el testimonio, afirman Human Rigth Watchs y expertos en
derecho
Dudas
de la confesión de Mohamed en Guantánamo
AFP
, Reuters , The Independent
La Jornada, 16/03/07
Washington.- La
confesión del paquistaní Jaled Sheik Mohammed sobre su
responsabilidad en los atentados en Estados Unidos del 11 de
septiembre de 2001 y otros 30 ataques perpetrados, así como haber
decapitado al periodista Daniel Pearl, plantea interrogantes de la
manera en que fue obtenida, dijeron hoy por separado Human Rigth
Watchs (HRW) y expertos en derecho.
Arrestado en mayo de
2003, el presunto terrorista recluido en Guantánamo, que aún no se
ha reunido con un abogado, compareció el pasado sábado ante tres
encargados de examinar su estatuto de "combatiente enemigo",
en vista de un eventual proceso ante un tribunal militar de excepción.
Al ser preguntado
sobre si cualquier declaración efectuada bajo interrogatorio fue
"resultado del trato que recibió", Mohammed, en inglés muy
deficiente, respondió: "Gentes (sic) de la CIA. Sí. En el
principio, cuando me transfirieron". El resto de la trascripción
fue censurado.
La organización de
derechos humanos HRW llamó a que Estados Unidos difunda en su
totalidad la confesión del supuesto número tres de Al Qaeda, para
conocer sus acusaciones contra la CIA.
"Es un evidente
abuso del poder de clasificar información por el solo motivo de que
pueda ser humillante o ilegal", afirma en un comunicado de prensa
el director ejecutivo de HRW, Kenneth Roth. "Las denuncias de
Mohammed sobre tortura deben ser investigadas".
La transcripción de
la confesión tiene pasajes que el Departamento de Defensa censuró
"por motivos de seguridad", pero que según el abogado de la
American Civil Liberties Unión, Jameel Jaffer, "parece responder
(...) a un deseo de evitarles la vergüenza a los responsables del
gobierno y de esconder la utilización de técnicas de interrogación
ilegales".
Según informes
difundidos este jueves, Mohammed confesó haber decapitado, en 2002,
al periodista estadounidense Daniel Pearl, si bien especificó que
dicho asesinato no fue una operación de Al Qaeda, sino de "mujaidines
paquistaníes".
Mohammed no sólo
dijo ser el "cerebro" de los atentados del 11 de septiembre,
sino que afirmó estar involucrado en el atentado contra un club
nocturno en Bali, Indonesia, en octubre de 2002, y en un intento de
derribar dos aviones estadounidenses con zapatos bomba, así como en
planes para asesinar al papa Juan Pablo II y al presidente paquistaní,
Pervez Musharraf.
El pasaje sobre la
decapitación de Pearl fue censurado y por eso se dio a conocer sólo
hasta este jueves. Se explicó que primero se quería informar a la
familia sobre esto antes de hacerlo público.
Familiares del
periodista del Wall Street Journal señalaron en un comunicado que es
"imposible saber" si Mohammed dice la verdad en su
"confesión".
Hay quienes
consideran que la confesión no es creíble. "El reivindica una
gran responsabilidad en incidentes terroristas menores a los que nunca
estuvo ligado", señaló Geoffrey Corn, ex abogado militar.
Agregó que en caso
de abrirse un proceso la acusación no se podrá sostener únicamente
en sus declaraciones para obtener la condena de Mohammed. "Una
confesión debe ser corroborada con pruebas", explica Corn, quien
agregó que si hubo coerción, la confesión no tiene validez jurídica
alguna.
Para John Sifton,
investigador de HRW, la confesión parece tener el único fin de que
se le trate como combatiente enemigo y no como criminal.
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