En
Canadá cada familia posee un arma; sin embargo, las muertes por este
concepto son mínimas
La
violencia en Estados Unidos
La
Jornada, 17/04/07
Al
menos 33 personas murieron ayer lunes, como consecuencia de dos
ataques con arma de fuego en un par de edificios del Tecnológico de
Virginia, en el este de Estados Unidos. Se trata de uno de los peores
tiroteos ocurridos en escuelas de ese país.
Se
tienen que revisar los archivos para encontrar una matanza en una
universidad estadounidense de mayores proporciones a la que acaba de
ocurrir (en 1927 un hombre hizo explotar una bomba en una escuela de
Michigan, que provocó 45 muertos). En realidad no hay que ir muy
lejos para hallar casos en los que un sujeto -profesor, estudiante o
trabajador de la institución- saca una pistola o un rifle y dispara
contra la gente que tenga la mala suerte de estar cerca de él. A
principios de abril, por ejemplo, dos personas murieron por disparos
de bala en la Universidad de Washington en Seattle (noroeste de
Estados Unidos).
La
lista es larga: el 17 de enero de 2002, tres personas murieron y otras
tres resultaron heridas luego de que un estudiante abriera fuego
contra las autoridades de un colegio privado en Appalachian, Virginia.
El 5 de marzo de 2002, un estudiante armado de una escuela en
California asesinó a dos personas e hirió a otras 14. El 23 del
mismo mes del mismo año, dos jóvenes resultaron heridos de bala y
otras siete personas con lesiones leves en una escuela secundaria
cerca de San Diego. El 29 de octubre del mismo año, un joven
pistolero mató a tres personas en la Universidad de Arizona.
El
hecho más recordado, sin embargo, es el ataque en la Escuela
Columbine, de Denver. El 20 de abril de 1999, Eric Harris y Dylan
Klebold dispararon contra sus compañeros y profesores: 15 personas
fallecieron en este incidente, entre ellos los atacantes que se
suicidaron, algo común en este tipo de hechos.
Se
trata de una tendencia alarmante que debería hacer reflexionar a las
autoridades de ese país: ¿qué se hizo para llegar a esto?
El
cineasta Michael Moore no tiene duda: las matanzas en escuelas se
deben a la patología de violencia y miedo prevaleciente en el país
con el mayor índice de asesinatos por armas de fuego del mundo y
donde el número de las mismas sobrepasa al de votantes y aparatos de
televisión.
Moore
ganó en 2003 el Oscar al mejor documental por Bowling for Columbine,
en el cual el director busca encontrar una explicación a esos hechos,
con datos e imágenes estremecedoras. Por ejemplo, señala la cinta,
en Canadá cada familia posee un arma, sin embargo, las muertes por
este concepto son mínimas.
"Somos
un pueblo singularmente violento y utilizamos nuestra tremenda
acumulación de armas para matarnos los unos a los otros y contra
muchos países en el mundo", dijo. Para el director de cine
"los Estados Unidos viven inmersos en una cultura de temor
dirigida a la población por el gobierno y los poderes fácticos y
orquestada por los diferentes medios de comunicación de noticias,
principalmente los canales de televisión". Se trata, puntualizó,
de una forma de control similar a la que uso el régimen nazi en
Alemania entre 1933 y 1945.
Sin
duda, esa actitud violenta es exacerbada por el ánimo belicista del
gobierno de George W. Bush, que ha incendiado buena parte del mundo
con su guerra contra el terrorismo. "Las escuelas deben ser
lugares de seguridad, refugio y aprendizaje. Cuando este santuario es
violado, el impacto se resiente en todas las aulas y comunidades
estadounidenses", dijo el mandatario tras enterarse sobre la
matanza ocurrida en dos edificios del Tecnológico de Virginia.
El
mandatario omite mencionar el impacto que su política agresora ha
provocado en su propio pueblo, sin olvidar a la gente afectada por sus
acciones bélicas. Bush ha ordenado a sus generales y tropas buscar a
Osama Bin Laden en todo el mundo, sin embargo, es claro que existe
crispación en el interior de su propio país, que impide que los
estadounidenses vivan en paz y armonía, supuesto objetivo de las
campañas del Pentágono.
No
se trata únicamente de los ataques en las universidades, en este país
existe una cultura de la pistola. De acuerdo con datos de diversos
organismos de Estados Unidos, cada día mueren en esta nación 80
personas por armas de fuego, incluyendo anualmente 17 mil suicidios,
11 mil homicidios y 762 disparos no intencionales. Se calcula que
entre 1979 y 2002, un total de 95 mil 761 niños y adolescentes han
muerto por heridas provocadas por armas de fuego.
De
hecho, no hay que olvidarlo, uno de los atentados terroristas más
mortíferos de la historia de Estados Unidos fue perpetrado por un
estadounidense. El 11 de septiembre de 2001, Timothy McVeigh hizo
estallar una bomba en un edificio federal, matando a 168 personas e
hiriendo a otras 500.
Son
datos, cifras, tragedias humanas que hablan de una profunda crisis
de valores en una nación que dice respetarlos.
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