Las
“joyas de la familia”
Por
Roberto
Bardini
Bambú Press, 25/06/07
La
película El buen pastor (Robert De Niro, 2006) narra en 160
minutos 30 años de intrigas de la CIA y su antecesora, la Oficina de
Servicios Estratégicos (OSS, por sus siglas en inglés). En un tramo
de la historia, uno de los personajes le dice a un estadounidense de
pura cepa y orgulloso de su estirpe: “Los italianos tenemos a
nuestras familias y a la Iglesia; los irlandeses, a su madre patria;
los judíos, sus tradiciones; incluso los negros tienen su música. ¿Pero
qué tienen ustedes?”. Y el interpelado responde: “Nosotros
tenemos a los Estados Unidos de América. Ustedes están aquí de
visita”.
¿Y qué es Estados
Unidos para esta clase de hombres que conspiran en las sombras? Un
gigante que se proyecta en todo el planeta a través de grandes
empresas, un ejército poderoso y un servicio de espionaje activo en
casi todos los países del mundo.
Ahora la CIA ha
decidido desclasificar la mayor parte de un enorme archivo secreto de
693 páginas de 1973, al que el director de la organización, general
de aeronáutica Michael Hayden, ha definido como “las joyas de la
familia”. Si de buscar símbolos se trata, esos documentos quizá se
aproximen más a pestilentes residuos de cloaca que a elaboradas
piezas de joyería.
Mucho de lo que hay
en el archivo del cuartel general de Langley ya fue filtrado y
revelado por la prensa en años pasados: grabaciones telefónicas
ilegales, vigilancia secreta a periodistas, golpes de Estado,
invasiones militares, eliminación de personas, intentos de asesinato
a líderes “enemigos”, experimentos con seres humanos sin su
consentimiento, utilización de armas bacteriológicas y un largo etcétera
que nada tiene que ver con los relatos de Ian Fleming, John Le Carré
y Robert Ludlum.
Se sabe, por ejemplo
que el demonio latinoamericano más longevo del siglo XX y lo que va
del XXI, Fidel Castro, exhibe el récord mundial como blanco móvil en
más de 630 complots para matarlo en 40 años. Los planes de eliminación
se efectuaron durante ocho gobiernos estadounidenses: 38 intentos con
Dwight Eisenhower, 42 con John Kennedy, 72 con Lyndon Johnson, 184 con
Richard Nixon, 64 con James Carter, 197 con Ronald Reagan, 16 con
George Bush padre y 21 con William Clinton.
La prensa
internacional informó en su momento sobre las fallidas tentativas de
asesinar al ex jefe de Estado cubano en la cumbre iberoamericana de
Cartagena (Colombia) en 1994, el encuentro iberoamericano en Bariloche
(Argentina) en 1995, una reunión similar en la isla venezolana de
Margarita en 1997, una visita a República Dominicana en agosto de
1998 y la cumbre de líderes de Iberoamérica en Oporto (Portugal) a
fines de ese mismo año.
En su tenaz esfuerzo
por instaurar la democracia, el respeto a los derechos humanos, la
empresa privada, la “mano invisible del mercado” y las sonrisas
infantiles en ese Gulag del Caribe que es Cuba, la CIA trató de
utilizar contra Fidel Castro francotiradores, habanos envenenados,
bombas de tiempo, lanzacohetes, pastillas de cianuro, explosivos acuáticos
disimulados en caracoles marinos y un traje de buceo con bacterias
letales. Incluso en 1960 recurrió a una ex amante alemana, Marita
Lorenz, que a último momento se arrepintió y le confesó al líder
cubano cuál era su intención.
Marita
Lorenz y Fidel |
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La frustrada Mata
Hari, nacida en Alemania en 1941 e hija de un capitán de la marina
mercante, en la Segunda Guerra Mundial fue prisionera en el campo de
concentración de Bergen–Belsen, a los ocho años fue violada por un
soldado norteamericano y a los 19 vivió su aventura con Fidel Castro
en La Habana. También fue amante a los 22 años del ex hombre fuerte
de Venezuela, Marcos Pérez Jiménez, con quien tuvo una hija.
La mujer trabajó
para el FBI, donde se casó con un agente con el que tuvo un hijo, se
vinculó a la Mafia ítaloamericana y conoció a Lee Harvey Oswald, el
presunto asesino del presidente John Kennedy en 1963. Actualmente
sobrevive a duras penas en un barrio pobre de Nueva York, donde recibe
un cheque mensual de 461 dólares de la asistencia social del
gobierno. La CIA, por lo visto, es bastante austera con las heroínas
jubiladas.
“Mi amor era más
fuerte”, relató Marita Lorenz en la película documental alemana Querido
Fidel, estrenada en 2000. “No lo maté porque por naturaleza no
soy una asesina, no podía arrebatarle la vida a alguien que amaba,
aunque la CIA –que no sabía que seguía enamorada– me haya
entrenado para matarlo. Ese momento fue determinante, algo me detuvo,
quizá el gran amor que sentía por él”.
Luego de la
desclasificación de los archivos secretos de la CIA quizá se
conozcan otros detalles acerca de esta situación imprevista –más
cercana a una telenovela mexicana que a las parcas memorias de ex espías–
en su épica lucha por la libertad, las películas de Hollywood y las
hamburguesas MacDonald.
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