Elecciones regionales en Francia
(21/03/04, primer turno)
El gobierno
fue sancionado en las urnas
Buró Político
de la Liga Comunista Revolucionaria
Rouge, 25/03/04
El gobierno ha
sido reprobado en las urnas. Con el 34 por ciento de los sufragios, la
derecha parlamentaria ha sufrido un neto retroceso en relación a las
últimas elecciones legislativas. La brutal ofensiva antisocial
realizada desde hace dos años ha sido masivamente sancionada. El
aumento del desempleo, las privatizaciones, la supresión de subsidios
para 200.000 desempleados, los ataques contra la educación nacional,
la demolición del sistema de retiro (jubilaciones) han sido
masivamente rechazadas. Estos resultados electorales traducen también
el relanzamiento de las luchas sociales desde hace más de un año y particularmente en las últimas semanas.
Por último, menos de dos años después de la victoria de Chirac, las
pretensiones de construir un sistema bipartidista por el momento han
fracasado.
Con el 16,24 %
de los votos, el Frente Nacional aumenta sus resultados de las
elecciones regionales de 1998. Esto confirma las posiciones adquiridas
en la última elección presidencial. El FN ha echado raíces en una
serie de regiones e impuso candidatos en 17 de ellas. Aunque
no ha logrado triunfar en alguna región, el Frente Nacional
constituye un verdadero peligro contra las libertades democráticas y
el movimiento obrero.
El castigo a
la política del gobierno se manifestó en un ascenso electoral del
Partido Socialista y de sus aliados. Esos votos no significan sin
embargo una confianza renovada del electorado popular en la política
de la izquierda plural. La abstención sigue siendo masiva, expresando
el rechazo de la política aplicada por los gobiernos sucesivos.
Arrojado a la oposición en mayo del 2002, el PS ha sido el principal
beneficiado del “voto útil” contra la política de la derecha. A
pesar de haberse distanciado de los partidos de la “izquierda
plural”, los trabajadores utilizaron el voto por esos partidos para
manifestar su desaprobación de la política gubernamental. Esa
izquierda no es considerada del mismo modo por el electorado popular
cuando ella está en el gobierno, que cuando está en la oposición.
Asimismo, el PCF y los Verdes, al aparecer en forma autónoma frente
al Partido Socialista, han recobrado una parte de su electorado. Esto
posiblemente agudice los debates en esas organizaciones sobre la
actitud a adoptar frente al PS, porque la línea de alianza con el PS
sigue siendo la política dominante del PCF, ya sea mediante listas
comunes de la ex izquierda plural en el primer turno o con las 22
fusiones de listas para el segundo turno.
Muchos
votantes, simpatizantes o militantes de la izquierda revolucionaria
pueden estar decepcionado por los resultados de la lista LO-LCR. Es
verdad que esperábamos mejores resultados. Pero el 10 % obtenido en
la elección presidencial no podía constituir un punto de referencia.
Ambas votaciones no tienen nada de comparable. Sin embargo, más allá
de las variaciones de nuestros resultados desde [las elecciones
regionales de] 1998, éstos marcan la estabilidad y la consolidación
de un electorado de la izquierda revolucionaria. El 21 de marzo, la
lista LO-LCR obtuvo 1.080.000 votos. O sea, algo más que en 1998 (un
aumento de 140.310 votos). Pero el modo de votación de estas
elecciones penalizó las listas como las nuestras y favoreció a los
partidos dominantes. Así, con un aumento del número de sus votos,
los revolucionarios no tendrán ninguna representación en los
Consejos Regionales, mientras que la tuvimos en las elecciones de
1998.
El 5 % de
electores que escogió la lista LCR-LO sancionó al gobierno de Chirac
y Raffarin marcando también su desacuerdo con la política del PS. Se
identificaron con los objetivos que defendimos durante la campaña y
la preferencia que dieron a nuestras listas representa una esperanza
para las luchas futuras. Los actos comunes LCR-LO y las reuniones públicas
de la LCR reunieron a millares de participantes. La acogida que
recibieron Olivier Besancenot, Arlette Laguiller y los candidatos
regionales en decenas de empresas y en las manifestaciones demostró
el eco logrado por nuestras propuestas. Éstas se refirieron
particularmente a la lucha por un plan de urgencia social y democrática,
centrado en la prohibición de los despidos en las empresas que tienen
ganancias, el rechazo de subvenciones para los empresarios y el
control de la población sobre la marcha de la economía.
Es en ese
sentido que realizaremos juntos la campaña de las próxima elecciones
europeas.
No damos una
consigna de voto para la segunda vuelta. Desde luego, es evidente que
nuestros electores no votarán por la derecha, ni por la extrema
derecha. Ellos mismos se formularán su propia opinión. Una parte de
ellos se abstendrá, otra votará por la izquierda.
Si bien
diferenciamos entre los votantes de izquierda y los de derecha, no
queremos garantizar la política del PS. Es el PS el que debe hacer
proposiciones para convencer a los hombres y mujeres que votaron por
nuestras listas a la primera vuelta.
Por su parte,
la LCR continuará defendiendo la política que encontró un eco
favorable entre las trabajadoras y los trabajadores, una política
para preparar la unidad en las luchas de mañana y para hacer
retroceder a la patronal y el gobierno.
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