Asistimos
a una pugna entre élites similares
Entrevista
a Carlos Taibo (*)
Por Dabid Lazkanoiturburu
Gara, Euskal Herria (País Vasco), 24/11/04
Experto
de la realidad política del espacio postsoviético, los sucesos en
Ucrania traen al recuerdo de Taibo el levantamiento hace un año en
Georgia.
La
«Revolución de los Rosas» derrocó a Sheverdnadze.
Georgia
no deja de ser un pequeño país del Cáucaso, pero lo de Ucrania es más
grave. En cualquier caso, ilustra los problemas de las democracias de
bajísima intensidad de esta parte del continente europeo, en las que
las reglas de juego más elementales son violadas en un grado que no
falta entre nosotros, pero que allí alcanza esas proporciones.
La
Comisión Europea no ha tardado en denunciar el fraude.
Es
muy raro. Ultimamente nos tiene acostumbrados a lo contrario, a ser
extremadamente generosa con fórmulas electorales probablemente
marcadas por el vicio, y pienso en Afganistán hace un mes. Pero al
margen de que las irregularidades han sido graves, yo recelo mucho de
las etiquetas de clasificación de los candidatos tal y como se nos
proponen. Recuerdan mucho a las que se utilizaron en la propia Ucrania
en los noventa. Que Kuchma era occidentalizante enfrentado al
candidato de Moscú que era Kravchuk, y al final Kuchma ha tenido
relaciones bastante cordiales con Rusia.
¿Cómo
interpreta entonces la contundencia de la UE?
De
dos maneras. Por un lado, disponen de información privilegiada y
rotunda sobre el fraude. La segunda es que creen visiblemente que
Yuschenko es su candidato y que se va a mostrar mucho más proclive a
defender los intereses de las potencias occidentales. Es una lectura
muy supersticiosa de los acontecimientos, que en cierto sentido
obedece a cierta necesidad de los medios de utilizar códigos de
descripción comprensibles y pedagógicos que esconden proyectos de
fondo tal vez mucho mas similares de lo que parece.
¿Estamos
entonces ante una lucha entre élites?
Si
uno examina los curriculums de ambos descubre que son demasiado
parecidos. Representan probablemente segmentos del capitalismo mafioso
enfrentados entre sí en una dimensión o en otra. No tengo ningún
motivo para defender a Yanukovich, un personaje nefasto, pero esta
idealización de la figura de Yuschenko me parece un tanto patética,
tanto más cuanto que sospecho que si, por las razones que sean se
convierte en presidente acabará por desplegar políticas muy
similares a las de Yanukovich.
Yuschenko,
la OSCE y la UE denuncian fraude en el cómputo de los votos.
La
OSCE pone mucho acento en la limpieza del cómputo o del ejercicio del
voto y rara vez en la fuente principal de problemas, las campañas
electorales y las restricciones sobre unos u otros candidatos en
virtud de los intereses de partidos más o menos poderosos. Y
pretender que Yuschenko no tiene nada que ver con este tipo de prácticas
cuando ha sido primer ministro entre 1991 y 2001 es sugerir que es un
extraterrestre que no tiene nada que ver con esta democracia de baja
intensidad.
¿Cómo
valora la posición de Rusia en la crisis?
El
franco apoyo de Putin a Yanukovich es comprensible pero un tanto
delicado. La relación bilateral es vital para Rusia. De todos modos,
no creo que vaya a tener ningún problema para reenderezar una
eventual actitud opositora de Yuschenko. Tiene por desgracia dos
procedimientos para atar a Ucrania. El primero son las materias primas
energéticas. Ucrania no las produce prácticamente y depende
literalmente del petroleo y gas natural que llega de Rusia.
La
segunda es la presión que ejercen las minorías rusas, mayoritarias
en la parte más oriental de la república y en la propia Crimea, y
que a buen seguro obligan a los dirigentes ucranianos a moverse con
pies de plomo. En esas condiciones Rusia tiene la sartén por el mango
y lo que es lamentable es que el único horizonte alternativo sea la
OTAN Y la UE. Que no exista ningún proyecto diferente que plantee una
perspectiva de soberanía y de contestación tanto de la lógica
imperial rusa como de la interesada expansión occidental.
La
UE denuncia el fraude en Ucrania y calla ante el genocidido en
Chechenia
Así
es la política exterior de la UE. Y eso que no hay ningún lugar en
el planeta que en los diez últimos años haya experimentado semejante
grado de destrucción. Es lo mismo que pasa con Palestina. Muchas
declaraciones retóricas que al final no se traducen ni siquiera en la
cancelación del sinfín de privilegios comerciales con los que la UE
obsequia a Israel.
(*)
Profesor de Ciencia Política y director de estudios rusos
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