Misery,
Imagine y Working Class Hero: sufrimientos amorosos, utopía y
conciencia de clase
Homenaje
a John Lennon, héroe de la clase obrera
Por John
Tomson (*)
Red Voltaire,
21/01/05
Aparecida
originalmente en el álbum Imagine de 1971, llegó en tres ocasiones a
los primeros puestos de las listas de éxitos de Inglaterra (primero
entre los discos sencillos en 1975; luego en 1981 a los pocos meses de
la muerte de Lennon (ocupó el número 1 durante varias semanas) y,
por fin, durante las Navidades de 1999, tras haber sido votada como
letra favorita nacional y elegida segunda canción preferida de todos
los tiempos en una gran encuesta sobre la mejor música del milenio.
Imagine es una canción
humanista por excelencia, que niega a los humanos el lugar que a
menudo se adjudican a sí mismos en el universo espiritual y que, en
cambio, los relega a su material y exquisitamente hermoso hogar
terrenal. Lennon hace esto para impulsar a sus prójimos a unirse en
la creación de un mundo que valga la pena, sin países, guerras,
religión ni propiedad privada.
Su deseo de compartir
este mundo juntos como una auténtica "hermandad de los seres
humanos" ha hecho que más de un miembro del Movimiento
Socialista Mundial se haya preguntado si acaso Lennon no escribiría
esta canción después de haber leído el Socialist Standard, lo cual
no es una idea descabellada, puesto que después de la separación de
los Beatles empezó a frecuentar con avidez la prensa radical, pero no
se sabe con certeza si llegó a leer el Standard, un periódico que
desde 1904 también aboga por una sociedad de propiedad compartida,
sin naciones, sin clases y sin dinero.
Junto con Paul
MacCartney, Lennon fundó y dio nombre a los Beatles, pero a menudo se
sintió incómodo de la fama y del significado que el grupo llegó a
alcanzar. De hecho, fue también Lennon quien fusionó el grupo poco
antes de que saliera a la venta su single en solitario Instant Karma,
cuando les comunicó a los otros miembros que pensaba marcharse.
La trayectoria
personal de John Lennon está mucho más cerca del espíritu de lo que
más tarde se llamaría punk rock que del pop tradicional. En primer
lugar, la manera en que él y miles de otros jóvenes abrazaron el
skiffle, en
Inglaterra recuerda el camino que las bandas punk siguieron en los años
setenta, a menudo de un modo similar, sin ni siquiera saber tocar sus
instrumentos.
En segundo lugar, las
famosas payasadas de John Lennon cuando los Beatles actuaron en
Alemania incluían la burla del saludo nazi y su aparición en escena
con una tapa de retrete en el cuello a modo de collar. Intentos como
éstos de escandalizar a menudo se asocian con la posterior era del
punk. De hecho, una de las travesuras de John Lennon en su juventud
había consistido en orinar desde el tejado de una iglesia de
Liverpool sobre las monjas que pasaban por abajo. En tercer lugar, los
chaquetones de cuero y el aspecto desaliñado de los Beatles iniciales
estaban también mucho más cerca los punk rebeldes y radicales de los
años setenta que la limpia imagen posterior, con trajes de ejecutivo,
que exhibía el grupo.
Desde luego, John
Lennon expresaba su cólera y su sentido del absurdo en las mordaces
letras de sus canciones. Resulta interesante constatar que, si se
dejan de lado sus breves nueve años como beatle famoso, el carácter
político de sus últimos años es una extensión lógica de su época
anterior a los Beatles y de la de los Beatles iniciales. Lo cierto es
que a menudo se encuentran rastros de su rebeldía en las entrevistas
que concedió como beatle, y su declaración de que eran más famosos
que Jesucristo fue un raro aunque involuntario uso de la fama para
poner patas arriba el statu quo, probablemente sin parangón alguno
hasta que los Sex Pistols empezaron a blasfemar en la televisión británica
doce años después.
Por eso resulta
posible argüir que, incluso si la escritura de John Lennon contribuyó
enormemente a la melodía y al mercadeo de la música pop en el siglo
XX, fue una especie de "capitulación" y un alejamiento de
su potencial como creador y, en particular, de su auténtica
naturaleza política y crítica.
Quién sabe si los
admiradores de los Beatles se ofenderán al leer esto que digo, pero
tratemos de imaginar lo que pensarían si, por ejemplo, una banda
contemporánea de grunge como Nirvana hubiese cambiado en los años
noventa su aspecto agresivo y el estilo de su música por trajes bien
cortados, pelo corto y relamidas canciones de amor que les
garantizaran un público internacional y la cercanía de la familia
real, es decir, si hubieran adoptado un aspecto de "ricos"
como hicieron los Beatles en 1962.
Es curioso que la
primera canción de Lennon en un álbum de los Beatles -Please Please
Me (1963)- fuese Misery, que empezaba con las palabras "el mundo
me trata mal". La verdad es que Lennon lanzaba a menudo estas
pequeñas bombas líricas de su auténtico yo en canciones que, por
otra parte, eran perfectas gemas de la música pop que se hacían eco
de las sensibilidades musicales del pop estadounidense (Beach Boys,
Buddy Holly, Motown). Dado que tenía el mundo rendido a su alrededor,
es posible que Lennon disfrutara utilizando sus canciones como una
oportunidad para ponerle el pie encima o, tal como sugiere el título
de un libro que escribiría años más tarde, para "joderlo
todo" (juego de palabras que terminó por convertirse en A
Spaniard In The Works).
Aquellas ácidas
contribuciones contrastaban bruscamente con las edulcoradas de
MacCartney, cuyas canciones de amor (como la mayoría de las que
cantaban los Beatles) se ocupaban de las banalidades del corazón.
A pesar de que casi
todas las canciones de los Beatles iban firmadas por el tándem Lennon-MacCartney,
la autoría de uno y otro quedó clara cuando tras la ruptura del
grupo las canciones de Lennon empezaron de inmediato (ya en 1970) a
explorar temas profundamente políticos, psicológicos y
existenciales, mientras que el trabajo en solitario de MacCartney
siguió investigando la nostalgia y el romanticismo y, en general
resulta mucho menos interesante de analizar y demasiado aburrido, con
las posibles excepciones de algunas declaraciones políticas como Give
Ireland Back To The Irish.
En el LP Please
Please Me, Misery contrastaba con Love Me Do y P.S. I Love You, que
aparecían en el mismo álbum. Incluso en una canción de amor de lo más
tradicional como Ask Me Why, Lennon canta: "Si lloro no es
porque esté triste, sino porque tú eres el único amor que he
tenido. No puedo creer que me haya pasado esto, no puedo imaginarme un
sufrimiento igual." Así, incluso en una canción en la que
el objeto de su amor está conquistado, Lennon canta desde su lado
oscuro, como el pobre hombre que se asombra de haber encontrado el
amor, o de que lo amen, mientras deja planear una nube incierta de
duda y dolor sobre su amante.
La idea general de
que Lennon cantaba las canciones más cortantes queda confirmada
cuando éstas se analizan, y como al parecer es verdad que MacCartney
y Lennon tenían tendencia a cantar las canciones que habían escrito
en solitario, no queda más remedio que deducir que fue el espíritu
rebelde de Lennon quien imbuyó aquella lucha y aquel malestar en sus
propias creaciones y, por extensión, en el repertorio de los Beatles.
Las canciones que
escribió Lennon para el álbum With The Beatles (1963) eran todas de
amor y así fue generalmente en todos los LP iniciales. En el álbum
de 1964 A Hard Day’s Night, (el primer "clásico" de los
Beatles) Lennon declara en la canción del mismo título que ha estado
"trabajando como un perro", lo cual es toda una brevísima
referencia a nuestras vidas laborales, incluso si a continuación el
amor de la mujer hace que "se sienta bien".
En la canción Help!
del álbum homónimo de 1965, John parece describir su propio dolor en
el seno de los Beatles, con la pérdida de su independencia, el
aumento de su inseguridad y su necesidad de alguien que lo calme y le
indique una nueva dirección (resulta interesante señalar que Yoko
Ono tuvo al parecer ese efecto positivo que él buscaba en una relación).
Nowhere Man, del álbum
Rubber Soul (1965), trata asimismo de la alienación, incluso si no
está situada en el mundo del trabajo o del poder, pero amonesta por
su pasividad a quienes se permiten ser invisibles para pasar
inadvertidos y los urge (a ellos y a todos nosotros, "¿acaso él
no es como tú o yo?") a que tomen el control del mundo que los
rodea.
En I’m Only
Sleeping, de Revolver (1966), Lennon habla otra vez de nuestras vidas
precipitadas y exhibe sin reparos su pereza (los socialistas promueven
"el derecho a la pereza", en contraposición con el
"derecho al trabajo" de los capitalistas).
En los álbumes Sgt.
Pepper’s Lonely Hearts Club Band y Magical Mystery Tour (ambos de
1967), las letras de John Lennon empezaron a volverse cada vez más
surrealistas (I Am The Walrus) bajo la influencia de las drogas, la
cultura oriental y una obvia liberación personal, reflejada en esta
declaración artística.
Revolution, del White
Album (1968) fue la primera canción abiertamente política de Lennon,
a menudo mal entendida como apolítica o conservadora, pero que es más
bien una crítica sobre todo de los maoístas y otros grupos de la
izquierda radical de su tiempo, defensores de una revolución que sólo
"habla de la destrucción". Al fin y al cabo, una revolución
triunfante no sólo trata de la destrucción de un viejo orden, sino
también de la construcción de un orden nuevo.
Para entonces, la
influencia de Yoko Ono ya se hacía sentir en su música y en sus
acciones. A pesar de que ella a menudo ha sido retratada como una
influencia negativa en su vida, un estudio de aquel periodo sugiere lo
contrario, es decir, que de verdad le proporcionó la influencia
intelectual, política y estética y el permiso que necesitaba para
llegar a la plenitud de su potencial creativo.
A partir del momento
en que la encontró, sus canciones empezaron realmente a examinar el
mundo interior de los dolorosos sentimientos que experimentó de niño
al perder a su madre y a mostrarlo como un genio quizá obstaculizado
por los Beatles y el mundo exterior que todos debemos soportar.
De hecho, incluso
cuando los Beatles todavía estaban juntos, él ya publicó tres álbumes
experimentales con Yoko Ono (los dos Unfinished Music y el Wedding
Album, en 1968 y 1969).
Tan pronto como los
Beatles fueron historia, John Lennon empezó a hacer historia con sus
canciones dolorosamente honradas y políticas. En 1970, el álbum John
Lennon/Plastic Ono Band fue un ejemplo. Además del par de canciones
que tratan de la pérdida de su madre y de Love, una de las dos melodías
más hermosas que se puedan escuchar en cualquier álbum, sea o no sea
de los Beatles (la otra es Oh My Love en Imagine), empezó a explorar
a lo grande temas humanistas y políticos. La convicción lennoniana
de que vivía en un universo ateo se revela en diferentes lugares.
Por ejemplo, en I
Found Out, declara: "No hay ningún Jesús venido del cielo"
y en God va un poco más lejos, pues la afirmación de que "Dios
es un concepto con el que medimos nuestro dolor" hunde sus raíces
en la psicología humana y en el materialismo de Feuerbach y Marx.
La canción Working
Class Hero es un clásico ejemplo de la humillación de los obreros en
entornos tales como el hogar, la escuela y el trabajo. Incluso si él
era multimillonario, en ella se identificó con la situación de las
masas trabajadoras y tomó plenamente conciencia de clase al cantar "Te
dicen que puedes llegar a la cima / pero antes has de aprender a matar
sonriendo / si deseas triunfar como los de allá arriba".
La canción Imagine,
seleccionada como himno oficial por Citizens of the World, pertenece
al álbum Imagine (1971). Otras canciones políticas a señalar son I
Don’t Want To Be A Soldier ("no quiero morir") y Give Me
Some Truth ("ya estoy harto de leer chorradas de políticos neuróticos,
psicóticos y estúpidos, lo que quiero es la verdad, ahora").
El LP más
abiertamente político de John Lennon fue la cara A de Some Time in
New York City (1972). La cara B incluía extractos de un concierto con
Frank Zappa). En este álbum se encuentra su famosa declaración
feminista "la mujer es el negro del mundo" ("hacemos
que tenga y eduque a nuestros hijos y luego la dejamos porque se ha
convertido en una clueca gorda y vieja.
Le decimos que su
lugar está en la casa y luego nos quejamos de que es demasiado
ignorante para ser nuestra amiga."). Lennon nos pide que "pensemos
en eso y hagamos algo". La siguiente canción, Sisters, O
Sisters, de Yoko Ono, es otra canción feminista que llama a sus
hermanas de sexo a construir un mundo nuevo porque "perdimos
nuestra verde tierra, perdimos nuestro aire limpio".
La tercera canción,
Attica State, contra el sistema carcelario y en favor de la libertad,
nos incita a "liberar a los presos, encarcelar a los jueces,
liberar a todos los presos de todas partes, [pues] lo único que
quieren es verdad y justicia, lo único que necesitan es amor y
cuidados". Sunday Bloody Sunday y The Luck Of The Irish
ridiculiza al gobierno británico ("deberías tener la suerte del
irlandés y entonces desearías ser inglés").
Por último, John y
Yoko contribuyeron con canciones sobre los presos John Sinclair
(condenado a 10 años por vender marihuana a un topo de la policía) y
Angela Davis, activista negra. No fue un LP musicalmente meritorio
para ser de un hombre que en otro tiempo había sido capaz de escribir
Strawberry Fields Forever, pero hizo posible que Lennon le dedicase un
álbum a las noticias de actualidad.
Abundan las
conjeturas sobre el porqué del asesinato de John Lennon. En febrero
de 2002, Klint Finlay afirmó en el sitio web www.technocult.net que
Sean, el hijo de Lennon, había declarado que "quien se crea
que Mark Chapman era sólo un loco que mató a mi padre debido a sus
problemas personales es un idiota. O un ingenuo. O no se ha parado a
pensar. A Estados Unidos le interesaba sobremanera que asesinasen a mi
padre. Sin la menor duda."
Existen diversas teorías,
que van desde la conspiración al loco solitario. Las de la conspiración
señalan la hipótesis de que John Lennon había sido considerado
varias veces como una amenaza para la seguridad nacional, primero con
Nixon y más tarde con el nuevo presidente Reagan.
Varios casos
documentados de vigilancia por parte del FBI y de arrestos bajo
acusaciones falsas en los años setenta sirven para sostener dicha
teoría. Desde luego, es verdad que John Lennon fue una figura
nacional de importancia que en diferentes momentos de su vida se
implicó públicamente en diversas causas políticas radicales,
incluido su apoyo al IRA, un grupo trotskista, y en la defensa de
varios presos.
Otros muchos también
apoyan la teoría del loco solitario, pues desde niño Mark Chapman
había estado recibiendo tratamiento para su esquizofrenia paranoide y
sufría asimismo de numerosas ideas delirantes sobre John Lennon y
Todd Rundgren. Cabe preguntarse lo siguiente: ¿Y si en realidad Mark
Chapman no hubiera sido un "candidato manchurio" para un
grupo secreto de funcionarios gubernamentales?.
La explicación más
probable es otra: Lennon y los Beatles aparecieron en el momento en
que acababa de interrumpirse la ceremonia de la posguerra y de la
guerra fría dirigida por Kennedy de Camelot, en la cual los
estadounidenses se habían unido como una piña tras un presidente mística
y míticamente considerado como uno de los suyos, a la espera del
futuro glorioso lleno de programas sociales que les había prometido.
Y, justo cuando la nación estaba de luto por la pérdida no sólo de
un hombre, sino también de sus sueños, los Beatles sirvieron de bálsamo
para calmar el dolor de aquella sociedad y ayudarla a olvidar, como sólo
puede hacerlo el poder del espectáculo.
Durante los años que
siguieron al asesinato de Kennedy, el oponente más visible y
escuchado en aquella tierra hasta entonces unida fue John Lennon. Él
había sido el arcángel de la nueva sociedad y ahora se había
convertido en el archienemigo, cuyos discos ardían en la hoguera de
los cristianos en castigo por sus declaraciones sobre Jesucristo y que
más tarde apoyó a las diversas fuerzas de oposición y de aparente
destrucción.
Para un joven
esquizofrénico que ya sufría de ideas delirantes paranoides, John
Lennon pudo haber representado el símbolo obvio de la ruptura histórica
dentro de su mundo y, desde luego, es posible que todas las ideas
delirantes paranoides no sean más que la proyección contra los demás
"malvados" del rencor que quien las padece experimenta
contra sí mismo ante la vulnerabilidad de su propia ruptura mental.
La proyección hacia
el exterior de dicho rencor evitaría así asumir responsabilidades
personales. Todas las ideas delirantes paranoides se basan en algo de
verdad. Por ejemplo, John Lennon era, de hecho, tanto el principal
creador de la música pop como su mayor crítico.
Él la elevó a
dimensiones que incluso empequeñecieron a Elvis y luego ayudó a
destruirla. Él se convirtió en una figura pública con quien se
identificaban millones de seres, pero también enajenó a otros muchos
millones. Él convirtió a la estrella del rock en una figura que
expresaba las palabras y los sentimientos de toda una generación y
llegó a ser su rostro y su objetivo, su liberador y su maldición.
Una vez que entró en
los hogares de cien millones de jóvenes como el símbolo del espectáculo
de los nuevos medios de comunicación, también introdujo en el
recinto de los padres -hasta entonces sacrosanto- la ruptura
generacional, el movimiento pacifista y la amenaza comunista.
Encarnó más que
nadie la dialéctica de los años sesenta -por un lado la tensión
entre el liberalismo y la libertad para explotar y por el otro el
anticapitalismo y la libertad frente a la explotación, entre el
principio del placer de EE.UU. (ejemplificado en los Beatles) y su
principio de la realidad (el mundo de la desinformación, de la
riqueza imposible y del todavía más imposible poder), entre la música
como entretenimiento y la música como el coro para la revolución.
Seguramente no es
ninguna coincidencia que con el advenimiento de la era de Reagan, que
quizá más que cualquier otra sirvió para ocultar las matanzas en el
exterior y los excesos estéticos y políticos en el interior, las
libertades fuesen amputadas al mismo tiempo que la mano que había
ayudado a derribar el castillo de naipes. A menudo hacen falta locos
para ver con extrema agudeza la locura que los rodea.
Sí, Mark Chapman
estaba probablemente loco, pero el asesinato de John Lennon expresó
de manera inconsciente el deseo social de asesinar a otros como él
(en el mundo real o sólo en la fantasía). Por eso, en la actualidad
es tan fácil caer en la (a menudo falsa) teoría de la conspiración,
pues la clase dirigente conspira a diario para proteger sus dominios y
la clase obrera todavía no conspira para subvertirlos con más de
unos pocos miles de activistas por aquí y otros pocos miles por allá.
Por muchas razones, John Lennon era el objetivo perfecto, incluso si
su asesinato no fue un esfuerzo concertado por el poder para quitárselo
de en medio.
Lo que dejó tras de
sí fue la imaginación utópica que todos compartimos, que todavía
existe en un millón de cerebros y que se niega a que nadie la
silencie. La canción Imagine fue incuestionablemente el momento más
elevado de Lennon. Su claridad lírica y conceptual arrojó luz sobre
nuestro mundo oscuro y violento. Nos impulsó a imaginar un mundo sin
propiedad, sin religión, sin naciones, que viva en paz. Postuló un
orden económico en el que tanto la avaricia como el hambre serían
algo imposible.
Los socialistas también
comparten dicha visión. Apoyan todas las causas que acercan a la
humanidad hacia el objetivo de un orden económico sin clases en donde
el trabajo asalariado, el dinero y la compraventa sean substituidos
por personas libres que trabajan juntas para subvenir a sus
necesidades, sin las coacciones impuestas por el sistema de mercado,
en pocos palabras, un mundo de paz, de igualdad, de abundancia y de
ecología sostenible: "Podrás pensar que somos unos soñadores,
pero no somos los únicos. Ojalá un día te unas a nosotros. Y el
mundo será de todos."
(*) John
Tomson, Miembro de worldsocialism, artículo publicado en
Ireland’s Own. Traducción: Manuel Talens
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