Italia
Rifondazione
Comunista, gran paso atrás
Por
Guillermo Almeyra
La
Jornada, México, 13/03/05
Enviado
por Correspondencia de Prensa, 14/03/05
Rifondazione
Comunista (RC) es el partido más importante del grupo de la Izquierda
Europea en el europarlamento. Es también un partido comunista atípico
porque su secretario, Fausto Bertinotti, viene del sindicalismo, del
socialismo, del luxemburguismo, pero no del estalinismo, y porque se
formó con la confluencia de diversas tendencias del viejo Partido
Comunista Italiano, que se oponían a la disolución del mismo, más
Democracia Proletaria (a su vez, fruto de una alianza de ex maoístas,
ex trotskistas, comunistas católicos, trotskistas de diversas
variantes y sindicalistas) y diversos grupitos de la extrema izquierda
italiana.
El
pluralismo y la apertura de RC a los movimientos sociales (tiene peso
entre los obreros sindicalizados y los pacifistas, en el altermundismo
antimperialista y en los movimientos que luchan por los derechos
civiles y humanos) dieron al partido un papel importante entre la
juventud de izquierda y la posibilidad de decidir -con 6 a 8 por
ciento de los votos- la victoria o derrota de la coalición de centro
izquierda y de centro moderada que quiere remplazar al gobierno
conservador-fascista de Silvio Berlusconi.
Hasta
su reciente sexto congreso nacional, realizado en Venecia, el partido
se declaraba marxista, gramsciano y revolucionario. Pero de ese cónclave
salió victoriosa el ala dirigida por Bertinotti (quien reconoce no
ser creyente, pero va a la iglesia y se conmueve), que no sólo quitó
las referencias al viejo movimiento obrero comunista (al que condenó
en bloque junto al estalinismo, como si hubiesen sido una sola y misma
cosa), sino también a Gramsci (o sea, al intento de una revolución
socialista en Europa occidental) y adoptó la tesis de la no violencia
por principio, tratando de unir a Gandhi con el comunismo cristiano.
La
nueva mayoría (59 por ciento de los delegados) se apoya en una
alianza entre los "notables" del partido y los comunistas
católicos, y se plantea como objetivo abrirse a los sectores de la
izquierda muy moderada, aunque antiberlusconiana, e inclusive integrar
un posible gobierno de la Gran Alianza Democrática (GAD), que es el có-mico
nombre adoptado por el heterogéneo grupo de la oposición de
centroizquierda (ex comunistas estalinistas, hoy denominados Demócratas
de Izquierda; ex comunistas estalinistas deseosos de puestos
parlamentarios, autocalificados de Comunistas de Italia; ex
socialistas de derecha y democristianos, etcétera).
La
oposición en RC (41 por ciento de los votos) es también heterogénea,
pues está compuesta por una tendencia trotskista abierta, otra
igualmente trotskista aunque ultrasectaria, una más estalinista que
adopta la figura del Che como bandera, y por una escisión pequeña
del aparato del partido.
La
secretaría de RC y su dirección nacional son ahora homogéneas, ya
que están totalmente en manos de los triunfadores. La oposición
busca coordinar sus esfuerzos contra el grupo dominante, lo cual abre
una dinámica de dura lucha interna, agravada por el hecho de que
Bertinotti ha dicho que renunciará después de las elecciones
generales (¿para ocupar el cargo de secretario del partido de la
Izquierda Europea en Bruselas-Estrasburgo? ¿Para aceptar un
ministerio importante en un posible gobierno Prodi?).
Pero
el hecho de que el partido convierta el problema electoral y su
participación en las instituciones (en lugar de la acción en los
movimientos sociales) en el eje de su política, y encare la
posibilidad de entrar en un gabinete ministerial que, según
declaraciones de la GAD, mantendría las tropas en Irak al igual que,
en lo esencial, la política económica, cultural y social antipopular
del gobierno actual, cava una zanja entre RC y la juventud obrera y
popular movimientista y antipartidos.
Su
abandono de las referencias políticas comunistas y del discriminante
de clase, y el elogio hecho por Bertinotti del congreso socialdemócrata
alemán de Bad Go-desber, donde el SPD rompió con el marxismo, hacen
presagiar una transformación del cuerpo militante de RC, que se
homologa con los ex comunistas transformados en socialdemócratas o
social-liberales. Este importante viraje hacia el centro político (o
sea, hacia la derecha, porque la "izquierda" en Italia, con
excepción hasta ahora de RC, es de centro, ministerialista y
posibilista al extremo) transforma profundamente a Rifondazione Co-munista
y le quita protagonismo en el campo sindical (¿para qué luchar por
RC si la dirección de los DS tiene la misma política?) y entre los jóvenes
y los movimientos altermundistas.
El
próximo día 19 habrá una gran manifestación nacional de repudio a
la guerra contra Irak, pero la misma no fue centro de debate en el
congreso (para la dirección actual) ni lo es después del mismo.
Ahora bien: o la parte más activa y joven del partido, apoyándose en
su militancia en los movimientos sociales, recupera terreno en la acción
y borra parte de los resultados del congreso, produciendo de paso
grietas en las tendencias más sorprendidas por los cambios y una
lenta construcción de una nueva mayoría, o RC corre el riesgo de
dejar de ser una anomalía en Europa y se contenta con sobrevivir como
pequeña organización resignada a negociar su puñado de
parlamentarios y de consejeros regionales y municipales.
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