El
opaco triunfo de Blair
Por
Norman Smith, analista político
BBC
News, 06/05/05
El
Partido Laborista pudo ganar un histórico tercer período, pero el
ambiente de este viernes entre sus líderes no podía ser menos
triunfalista.
Los
laboristas obtuvieron alrededor del 36% del voto popular, el más bajo
que ha tenido un gobierno británico en la historia.
Aún
cuando ahora los miembros del partido están de acuerdo en que el
factor Irak les pegó duro, esto no significa que la posición del
primer ministro o su determinación a cumplir en su totalidad el
tercer período se haya visto perjudicada.
Entretanto,
los conservadores obtuvieron ganancias significativas en Londres y
mucho más leves en el resto del Reino Unido.
El
líder Conservador, Michael Howard, que adelantó que cederá su
puesto antes de los próximos comicios, considera que los resultados
de las elecciones representan el regreso de su partido:
"Para
los conservadores, creo que lo que ha ocurrido en estos comicios
significa un paso adelante hacia nuestra recuperación. Estoy
orgulloso de la campaña que hicimos. Le hemos enviado un claro
mensaje a Blair".
Los
beneficiados
Los
Liberales Demócratas fueron los que más se beneficiaron de la
hemorragia de votos laboristas, ya que obtuvieron alrededor del 22%.
En
total, este partido obtuvo una decena más de escaños que en las
elecciones pasadas, alcanzando 62 puestos.
"Creo
que la era de los tres partidos políticos en el Reino Unido ha
empezado. Le doy la bienvenida, ya que considero que significa un
desarrollo sano", dijo Charles Kennedy, el líder liberal–demócrata.
Durante
la campaña electoral, los laboristas desecharon el factor Irak, el
cual fue considerado como una obsesión de los medios de comunicación.
Anoche,
los candidatos laboristas fueron mucho más francos sobre el impacto
de la guerra.
Al
ex ministro británico laborista Robin Cook, opositor a la invasión,
no le cabe la menor duda de que el partido ha sufrido por Irak.
"Creo
que cualquier candidato laborista, que habló en público, que escuchó
a la gente, sabe que la guerra tuvo un impacto. Muchas personas me
dijeron que no me iban a votar porque estaban en contra de la guerra
en Irak".
La
esperanza para los asesores de Tony Blair es que, ahora que las
elecciones han terminado, el tema de Irak se vaya difuminando para
darle paso a la política interna.
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