La
Unión Europea del capital y la guerra se tambalea
Francia
rechaza el tratado constitucional europeo
Rebelión,
30/05/05
Una
gran mayoría de electores han rechazado el tratado constitucional
europeo en Francia. Con el 75,83% de los votos escrutados, un 56,43%
de los franceses ha votado que No en el referéndum. La participación
ha sido muy alta, particularmente en los feudos tradicionales de
izquierda, lo que parece haber favorecido al No.
En
las calles de París se vive un auténtica fiesta, y tanto en las
concentraciones espontáneas como en diversas páginas de información
alternativa se pide la dimisión de Jacques Chirac.
Ni
las numerosas reuniones con jefes de Gobierno socialistas europeos, ni
la última intervención de Jacques Chirac el pasado jueves parecen
haber cambiado el curso de los acontecimientos. Desde mediados de
marzo, los partidarios del No supieron aprovechar sus bazas y hacer
frente a la política gubernamental. Los partidarios del Sí no han
sabido convencer a los electores de las ventajas de una constitución
neoliberal, que legitima el capitalismo salvaje y la guerra.
Tras
la derrota, y para mantener la calma, los mandatarios europeos harán
un llamamiento a mantener el proceso de ratificaciones en los demás
Estados miembros, y ello, a pesar de que el siguiente examen será el
miércoles en Holanda, donde el triunfo del 'no' se da casi por
seguro. Ambas consultas serán, en cualquier caso, duras de tragar
tanto desde el punto de vista interno como europeo.
El
varapalo es importante, muchos países habían ratificado el tratado
sin necesidad de referéndum: Austria, Grecia, Hungría, Italia,
Lituania, Eslovenia, Eslovaquia y Alemania, así de democrática es la
Europa que tratan de crear. En España una consulta tramposa y
deslegitimada por la bajísima participación ha servido igualmente
para avalar la constitución neoliberal.
No
a la renegociación
Por
otra parte, las instituciones europeas se han pronunciado en contra de
volver a convocar a los jefes de Estado y de Gobierno para renegociar
el texto, puesto que lo conseguido es, hoy por hoy, lo máximo que los
líderes actuales de los Veinticinco pueden lograr.
Según
afirmó el ministro de Asuntos Exteriores, Joschka Fischer, "si
hay un 'no', es probable que haya un tratado peor", por lo que
"no habrá una constitución mejor". Un razonamiento
puramente mercantilista, pues en Francia al menos, hay quien considera
que desde luego es mejor quedarse como hasta ahora.
En
el caso de que antes de finales de 2006 no se hayan conseguido las 25
ratificaciones, los líderes tienen dos años para "encontrar una
solución", según reza el texto constitucional. Una puerta de
salida ambigua, aún sin diseñar.
Cita
en Bruselas
La
primera ficha deberá moverse en el Consejo Europeo de 16 y 17 de
junio en Bruselas. La repercusión inmediata del 'no' galo será
precisamente que mina la capacidad de los líderes para negociar en
esa cita, como estaba previsto, el próximo paquete financiero para el
periodo 2007-2013.
El
panorama ya era catastrófico antes: Alemania y Holanda en contra de
seguir siendo grandes contribuyentes netos, Reino Unido que defiende
numantinamente su 'cheque', Francia que considera intocable el acuerdo
agrícola y España que busca un sustancial periodo de transición y
los nuevos socios del Este que buscan captar el máximo posible de los
fondos europeos.
Con
Francia y Holanda fracturadas frente al proyecto europeo, el margen de
maniobra se reduce mucho a la hora de las negociaciones más difíciles
de la Unión Europea. Sólo un improbable pacto entre Berlín, París
y Londres permitiría superar el escollo y no dejar únicamente en
manos del primer ministro británico y próximo presidente en
ejercicio del Consejo Europeo, Tony Blair, las negociaciones de las
perspectivas financieras.
Esta
oportunidad es también cada vez menos probable, dado que Schroeder
quiere convocar elecciones anticipadas en otoño, y no es probable que
un líder casi en funciones y casi en campaña electoral haga
concesiones económicas o tome decisiones de calado político.
Tan
sólo un año después de la gran ampliación hacia el Este, la quinta
de la historia de la UE, la Constitución pretendía continuar la
construcción europea desde el punto de vista de su profundización.
El
'stop'
impuesto por los franceses a sus socios europeos reabre por tanto la
discusión sobre el futuro de la Unión Europea.
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