El
no a la Europa del capital y la guerra
Por
Eduardo Andrade Bone
Rodelu.net,
31/05/05
El
reciente referéndum de Francia, con motivo de la aprobación de la
Constitución de la UE, en donde el NO obtuviera un 54,87%, más un 30
% de abstención, ha sido un duro golpe a los intentos del capital,
por desmantelar las conquistas sociales alcanzada por los franceses,
desde el termino de la II Guerra Mundial. La consulta se realizó con
una participación del 69,70% del electorado.
A
pesar de que los partidarios del SI al engendro constitucional,
desplegaron toda una maquinaría propagandística y mediática, para
presionar e influir en lo que prácticamente fue un plebiscito contra
el gran descontento social existente en este país, y en la medida que
se ha venido aplicando el neoliberalismo salvaje, que intenta
arrebatarles a a los trabajadores sus derechos a vivir en mejores
condiciones de vida, a sido una de las razones de los franceses, ante
el incierto futuro económico y social que les espera.
El
Partido Socialista de este país, es uno de los grandes perjudicados a
la hora de las votaciones, pues la entidad política se dividió entre
el colaboracionismo con el capital (SI), y los que están por defender
el denominado Estado del Bienestar (NO).
Alcanzado
el rechazo a la Constitución de los empresarios, las organizaciones
que representan el triunfo del No, deberán digerir la importancia que
significa la defensa de los intereses de las grandes mayoría de los
franceses. Los franceses al rechazar por un margen de 10 puntos la
Constitución europea, en donde el NO estuvo representado por los
comunistas, socialistas disidentes al partido, trotskistas,
antiglobalizadores y antineoliberales, además de soberanistas de
derecha, lograron imponerse a los partidos de centro–derecha que
apoyan el gobierno y a los socialista que ejercen el colaboracionismo
con los grandes capitales franceses.
La
victoria del NO está construida sobre la base del gran descontento
social existente en Francia y en una buena parte de los países que
forman parte de la UE. En la medida que los capitales y la
centro–derecha, han venido aplicando las políticas de libre mercado
y libre rapiña, la mayoría de la población se ha sentido amenazada
y desconcertada por está ofensiva que han pretendido generar los
grandes empresarios, en contra de los que viven de un sueldo o
salario. La inseguridad y las grandes desigualdades sociales que
genera el modelo económico neoliberal, ha sido rechazado
decididamente por el casi 60% de los electores.
La
gran amplitud del triunfo del NO producirán una serie de consecuencia
para el proceso de construcción europea, y para los intentos del
capital por privatizarlo todo, generando cada vez mayor desempleo,
inseguridad social y perdida del poder adquisitivo de los franceses.
El actual modelo económico del mundo financiero internacional, cada
vez está produciendo más y más problemas en las condiciones de vida
de los pueblos, de allí que los franceses han decidido votar NO al
libre mercado, además de ser también un NO rotundo a los que
intentan incendiar el planeta, con el único objetivo de mantener sus
mezquinos intereses y el control de los recursos naturales de los más
diversos lugares de la tierra.
Este
ha sido un voto de rechazo no sólo a la Constitución europea de los
capitales, también ha sido un rechazo a la corrupción, a la
credibilidad de los partidos políticos y sus promesas demagógicas,
rechazo al terrorismo y genocidio desatado por los Estados Unidos en
Afganistán y Irak. Ha sido un rechazo a la guerra y todas las lacras
que generan los capitales en Francia y en el mundo.
El
pueblo francés, una vez más está mostrando el cansancio que sienten
las grandes mayorías por las injusticias sociales que produce el
sistema capitalista. El pueblo francés solo quiere trabajar, quiere
tener paz, seguridad social, vivir en condiciones dignas y humanas
para todos. Que en el fondo, es el deseo de todos los pueblos del
mundo.
La
distribución geográfica del voto es el reflejo de como influyó la
gran desigualdad existente en la Francia de hoy, puesto que el SI
obtuvo buenos resultados en las grandes ciudades, lugares en los que
viven los grupos con una situación económica más favorecida,
mientras que el NO obtuvo sus éxitos en las zonas rurales, en las
ciudades pequeñas y medianas, que han sido duramente golpeadas por
las medidas económicas de la centro–derecha y las directrices que
emanan desde la Unión Europea y que favorecen a los grandes
consorcios capitalistas, tanto franceses como europeos.
Pero
no sólo eso, también ha quedado de manifiesto el rechazo a los
tratados europeos de los asalariados, que son enormemente perjudicados
con eso que llaman la "flexibilidad laboral". Los jóvenes
que ven un futuro incierto, los agricultores y los empleadores de
pequeñas y medianas empresas, que ven de forma indiscriminada la
llegada de productos importados, y que amenazan con hacerlos
desaparecer de los que llaman la libre competencia. Por ello, de forma
mayoritaria el mundo rural, los jóvenes y los que se sienten
afectados por las políticas económicas neoliberales, han dicho NO a
la Constitución de los capitales.
La
Francia que dice NO a la Constitución de los capitales, es la misma
de la "igualdad y fraternidad", es la del Mayo del 68, es la
de la solidaridad con la lucha del pueblo de Vietnam por su liberación
por terminar con el colonialismo, es la de la solidaridad con los
pueblos latinoamericanos, que se vieron azolados por la dictaduras
militares, financiadas por la CIA y el capital trasnacional, es la
Francia que condena las intervenciones militares en Afganistán y
Irak, es la misma que condena la violación de los derechos humanos en
Abu Graib, en Guantánamo, es la que solidariza con los pueblo de Cuba
y Venezuela, por elegir su camino propio por una sociedad más justa
para todos. Es la que condena la intolerancia, el racismo y la
xenofobia, que es estimulada por los capitales y las organizaciones
políticas de centro–derecha. Es el voto de los que creen que todavía
es tiempo de construir un mundo más justo e igualitario para todos,
un sueño que todavía es posible, con la voluntad de todos los que
dicen NO a la guerra y a la voracidad del capital trasnacional.
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