El
pesimismo se abate sobre la UE tras el fracaso del Consejo Europeo
Gran
Bretaña, Estado español, Suecia y Holanda rechazan la última
propuesta de Juncker
Gara,
Euskal Herria,18/06/05
Bruselas.
Tras catorce horas de reuniones, la cumbre de la Unión Europea no
logró cerrar anoche un acuerdo sobre el marco presupuestario para el
periodo 2007–2013. La presidencia luxemburguesa anunció poco después
de las 23:30 el fracaso del_Consejo Europeo, pero el empeño de los
diez nuevos socios en negarse a aceptar el rechazo a la última fórmula
de compromiso arrastró a Chirac y, sobre todo, a Schröder, pasada ya
la medianoche, a pedir directamente a Blair y a Balkenende que
aceptasen el compromiso. No pudo ser. Juncker confirmó el fracaso
definitivo de la cumbre a las 00:30.
En
su afán de cerrar un acuerdo sobre el nuevo marco presupuestario de
la Unión Europea, la presidencia de turno luxemburguesa presentó
anoche una nueva propuesta sobre el marco financiero de la Unión para
el periodo 2007–2013, sobre la base de la última iniciativa
presentada el pasado miércoles. La propuesta se concentraba en los
ingresos y, en especial, en el futuro del denominado «cheque británico»,
los escollos más duros de esta negociación junto con el resto del
sistema de recursos propios que alimenta las arcas comunitarias. El
documento contemplaba incrementar el techo de la compensación al
Tesoro británico, a alrededor de los 6.000 millones de euros, desde
los 4.700 millones que preveía la propuesta anterior.
La
nueva propuesta llegó después de que Jean Claude Juncker recibiera
separadamente a la mayoría de sus colegas de los estados
contribuyentes, en su intento de superar las principales resistencias,
tras una primera sesión de trabajo que se abrió con casi una hora de
retraso respecto al horario previsto, y un almuerzo que tampoco
constató resultados Silvio Berlusconi, el primero en abandonar el
edificio, fue muy expresivo al asegurar que los debates resultaron «prácticamente
inútiles». Jean–Claude Juncker decidió entonces hacer una pausa
en las negociaciones, que se reanudaron pasadas las 23.00.
El
primer ministro luxemburgués aprovechó ese lapso tiempo para
reunirse con las delegaciones del Estado francés, Gran Bretaña,
Suecia y Holanda, ya que quería «intentarlo un poco más» tras el
fracaso matinal. Estos tres últimos estados se resistían a un nivel
de transferencias hacia la Unión que consideran excesivo.
Concesión
francesa
París
hizo saber por fuentes del Elíseo su disposición a aceptar únicamente
una congelación del «cheque británico» reintegro que recibe
Londres desde 1984 por su falta de beneficio de ciertas políticas
comunitarias, sin la posterior reducción que demandaba hasta ahora.
Las
fuentes indicaron que ese «gesto» estaba destinado a facilitar el
acuerdo, a cambio de pedir «concesiones» de otros países, e insistió
en que «la puesta en duda del ‘cheque británico’ (unos 5.200
millones de euros en 2005) es inevitable».
Igualmente,
hicieron hincapié en que no aceptarán la renegociación de las
ayudas directas agrícolas, pactadas en 2002.
Pero
Tony Blair comunicó su rechazo a la nueva propuesta de compromiso de
la presidencia de la UE, pese a las concesiones previas hechas desde
la delegación francesa.
Fuentes
comunitarias precisaron que el presidente galo, Jacques Chirac, llegó
a aceptar en su «confesionario» con la presidencia el nivel de la
congelación del «cheque británico» y un techo global para el
presupuesto de la UE fijado en el 1,06% (en lugar del 1%), a cambio de
no tocar el gasto agrícola acordado.
Sin
embargo, cuando le tocó el turno a Blair, éste rechazó la
propuesta, por considerar que no es «aceptable» para Londres porque
no vincula el futuro del «cheque británico» con la revisión de la
Política Agraria Común (PAC). Según fuentes del Gobierno británico,
la propuesta de Juncker es «ambigua» en lo que se refiere a los
compromisos sobre el gasto agrícola, que se sitúa todavía por
encima del 40% del presupuesto anual de la UE y que Londres quiere ver
reducida.
Esta
propuesta fue reformulada poco después, con una última oferta que,
según un portavoz del Gobierno de Londres, «excluye explícitamente»
que la PAC pueda ser revisada antes de 2013, cuando Blair mantuvo
reiteradamente que sólo se podrá hablar del futuro del «cheque»
cuando exista una relación clara entre este mecanismo y la reforma de
la estructura del presupuesto comunitario. Durante la sesión
plenaria, que se preveía muy larga, el Gobierno británico volvió a
rechazar la última propuesta, que consideró «aún peor» que la
anterior.
En
un último intento de lograr un acuerdo, Juncker propuso para el
Estado español una prórroga de cuatro años más para los fondos de
cohesión, que ascenderían a 2.800 millones.
Por
su parte, el canciller alemán, Gerhard Schröder, insistió en la
idea que propagó el jueves y subrayó que «todos los países tienen
que ceder» para poder llegar a un acuerdo sobre el marco
presupuestario. «No puede haber un acuerdo que sólo repercuta en uno
u otro. Todos tienen que moverse», dijo.
Los
esfuerzos de Juncker con algunos líderes europeos lograron despertar
recelos, por ejemplo el de Bélgica por sospechar que Holanda pudiera
obtener más favores en la negociación.
Junto
al denominado «cheque británico», la exigencia holandesa de una
compensación mayor por sus contribuciones a las arcas de la UE
constituyó el otro gran escollo en la negociación de las
perspectivas financieras hasta 2013, según indicaron las fuentes
comunitarias.
Dos
posturas
En
la fase final de la negociación se destacaron dos posturas
encontradas, según apreció el primer ministro italiano, Silvio
Berlusconi. En un grupo estarían los que abogan por un acuerdo
inmediato sobre las perspectivas financieras, pese a que sólo
comenzarán a aplicarse en 2007, y los que consideran que todavía se
dispone de un año para definir mejor el acuerdo.
Un
segundo grupo, encabezado por Gran Bretaña, propugnaría un cambio en
la estructura del gasto de la Unión y considera que todavía hay un año
por delante para cerrar un acuerdo.
Una
de las intervenciones que más sorprendieron, por su firmeza, fue la
del primer ministro holandés, Jan Peter Balkenende, quien expresó su
rechazo a la propuesta de compromiso presentada por la mañana por el
presidente en ejercicio del Consejo Europeo.
En
ella, se ofrecía a Holanda una compensación valorada en 500 millones
de euros, a través de una reducción de su contribución por IVA y de
un aumento de las retenciones por gastos de recaudación. Balkenende
consideró «insuficiente» esa oferta y reclamó el triple, 1.500
millones. Antes de venir a Bruselas, el primer ministro holandés
prometió a su Parlamento que no volvería sin esa cifra.
El
mandatario sueco, Goran Persson, estimó preferible darse un año para
negociar que llegar a un mal acuerdo.
Tras
la infernal cena del jueves, buffet frío
Tras
la cena del jueves, «infernal» y la más difícil en la historia de
la UE según Blair, ayer les sirvieron buffet frío poco después de
las once de la noche. En pocos minutos certificaron el fracaso. De
nada sirvió que los diez nuevos socios ofrecieran reducir gastos y
que, tras el anuncio de Juncker, se negaran a admitir el fracaso de la
cumbre y exigieran «nuevos esfuerzos». Su empeño fue apoyado por
Chirac con estas palabras, «estamos en una situación patética», y
más enérgicamente por Schröder, quien pidió directamente a Blair y
Balkenende que aceptasen el acuerdo.
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