¡Ni
G8, ni Live 8!
CADTM
(Comité para la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo)
Publicado por corriente[a]lterna
Enviado
por editor el Mar, 05/07/2005
Cuando
reclamamos la anulación de la deuda del Tercer Mundo, debemos siempre
preguntarnos sobre los medios para conseguirla. La música puede ser
un excelente vehículo para expresar esta reivindicación y
compartirla con un público más numeroso, un buen ejemplo de ello es
la compilación " Drop the debt ", vendida en una veintena
de países, o los festivales comprometidos como Noches Atípicas en
Langon o ¡Esperanzah! en el sud de Bruselas, y muchos otros
festivales en los cuatro rincones del planeta.
Pero
¿qué pensar de la estrategia de Live 8, que, para presionar a los
dirigentes del G8 para que anulen la deuda y que aumenten la ayuda a
África, contrata mega estrellas para realizar inmensos shows
planetarios muy comerciales y muy estereotipados?
Bob
Geldof, Bono y algunos otros no han elegido el buen camino por varias
razones.
Primero,
la elección de aquellos que han sido elegidos para subir a la santa
tribuna de Live 8 fue subjetiva y los criterios mercantiles han sido
omnipresentes. ¿Cuántos artistas africanos han sido elegidos para
expresar su cólera y para testimoniar sobre lo vivido por sus
compatriotas? Para ser elegido era necesario sobre todo vender discos,
ninguna necesidad de tener algún mensaje a trasmitir. La elección de
Geldof y de sus asociados revela implícitamente que una vez más, la
voz de los que sufren la deuda no ha sido tenida en cuenta. Sin
embargo, recordemos con el historiador burkinés Joseph Ki-Zerbo:
"no se nos desarrolla, nosotros nos desarrollamos". Toda
iniciativa dirigida a luchar contra la pobreza sin implicar
fundamentalmente a los más pobres está destinada al fracasó. El G8
no lo ha comprendido, el Live 8 tampoco.
Segundo,
gastar 38 millones de euros para esos conciertos gigantes a través
del mundo plantea interrogantes. Para reunir esa suma, el Live 8
recurrió a métodos que seria bueno condenar: se ha pedido la
contribución a empresas multinacionales, mientras que es por la presión
de esas mismas grandes empresas privadas que se han impuesto a los países
del Sud, desde los años '80: la liberalización económica, la
apertura de los mercados y las privatizaciones masivas. Todas esas
medidas, acompañadas por el aumento de los gastos escolares, de los
gastos de salud, del impuesto al valor agregado (IVA), así como la
supresión de las subvenciones a los productos de base, ha jugado un
papel importante en el aumento de de la pobreza en África. Bill Gates
(Microsoft) tomó la palabra durante el espectaculo de Live 8 en
Londres. Sin comentario.
Tercero,
¿cuál es la cultura valorizada por el Live 8? Es la fabricada en América
del Norte y Europa, principalmente anglosajona. Una cultura que se
impone a todos los pueblos del planeta a través de la industria del
entretenimiento (que constituye la primera industria exportadora de
los Estados Unidos). Una cultura que ahoga a las otras culturas,
especialmente a las de los países endeudados.
Cuarto,
saludando Tony Blair, Gordon Brown, G. W. Bush o Jacques Chirac, los
promotores tienden finalmente a legitimar una instancia profundamente
ilegítima. El G8 no es en el fondo sino una agrupación de los países
más ricos que pretenden reglar los asuntos mundiales sin reportarse a
nadie. Por ejemplo el 11 de de junio último, el G8 anunció con
bombos y platillos la anulación de la deuda de 18 países pobres con
el Banco Mundial, con el Banco Africano de Desarrollo y con el FMI. Es
muy revelador que este anuncio, que muestra sobre todo los fracasos de
las medidas adoptadas hasta ese momento y una modesta prima a países
bien dóciles, sea una decisión tomada solo por los dirigentes del
G8, despreciando las reglas democráticas de base, ya que las
poblaciones del Sud no han sido invitadas a expresarse y las
instituciones multilaterales afectadas no tuvieron voz en el asunto.
El G8 es ilegítimo, y un cambio consecuente no podrá tener lugar
sino oponiéndose a entrar en su juego.
Después
de esa afluencia de anuncios históricos por parte del G8, después de
esa incursión también muy mediatizada de la buena verba de algunos
cantores occidentales, entre los que se encuentran tres estrellas del
pop y empresarios que recibieron títulos de nobleza de la mano de la
Reina de Inglaterra (Bob Geldof, Elton John, Paul McCartney) más o
menos mesiánicos, todos los ciudadanos deseosos de justicia van a
continuar su lucha por un modelo cuyos valores son opuestos a los del
modelo actual, que los proyectistas del Hyde Park y de Versailles han
finalmente reforzado: un mundo en el que la deuda no oprima más a
miles de millones de individuos, en el que los derechos humanos
fundamentales sean garantidos. Un mundo en el que las culturas y las
voces de los pueblos afectados puedan expresarse plenamente.
Releguemos a la pobreza al basurero de la historia, al G8 también.
3
de julio del 2005
Damien
Millet, presidente del Comité para la Anulación de la Deuda del
Tercer Mundo (CADTM) Francia;
Victor
Nzuzi, campesino, coordinador del NAD en RD Congo;
Aminata
Touré Barry, présidente del CAD Mali;
Eric
Toussaint, presidente del CADTM Bélgica.
Todos
miembros de la red internacional CADTM
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