Expertos
británicos desmienten a Blair y vinculan los atentados con la guerra
de Irak
El
informe denuncia que la alianza de Gran Bretaña con EEUU ha costado
muchas vidas
Por
Begoña Arce
Corresponsal
en Londres
El
Periódico de Catalunya, 19/07/05
¿Hubo
un vínculo entre los atentados de Londres y la participación británica
en la guerra de Irak? El primer ministro británico, Tony Blair, lo
niega insistentemente desde los ataques del 7-J, pero el veredicto de
los expertos en seguridad es muy distinto. "El Reino Unido está
expuesto a un riesgo mayor de sufrir un ataque por ser el más íntimo
aliado de Estados Unidos", señala el informe que divulgó ayer Chatham
House, el prestigioso Instituto Real de Asuntos Internacionales.
"No hay duda de que la situación en Irak ha impuesto
dificultades particulares al Reino Unido y a la amplia coalición
contra el terrorismo", añade.
La
guerra de Irak "ha dado un empujón a la propaganda, el
reclutamiento y la recaudación de fondos de la red de Al Qaeda",
proporcionando a los terroristas "un objetivo y un territorio de
adiestramiento". Además, añade el documento, el conflicto iraquí
"ha desviado recursos que podrían haber sido empleados para
sostener al Gobierno afgano de Hamid Karzai y para llevar a Osama Bin
Laden ante la justicia".
Distraídos
con el IRA
Los
servicios secretos británicos también son duramente criticados.
Obsesionado con las actividades terroristas de los republicanos de
Irlanda del Norte, el espionaje infravaloró la amenaza islamista
hasta el 11-S. Eso permitió a grupos extremistas hallar cobijo en
suelo británico sin ser perturbados.
El
informe --elaborado por Frank Gregory, de la Universidad inglesa de
Southampton, y Paul Wilkinson, de la Universidad de St. Andrews
(Escocia)-- denuncia también el "seguidismo de la política
exterior británica", supeditada a la de su socio estadounidense.
Ambos autores la comparan a "un pasajero sentado en el asiento de
atrás, forzado a dejar el control del volante a su aliado".
Indignación
"Ir
en el asiento trasero con un poderoso aliado --explican-- ha
demostrado ser costoso en vidas para los ejércitos de EEUU y Gran
Bretaña, en vidas iraquís, en gastos militares y en el daño causado
por la campaña contraterrorista". El informe, cuya independencia
y calidad Blair no puede ignorar, provocó la reacción airada del
Gobierno. "Estoy asombrado de que Chatham House diga ahora que no
deberíamos habernos mantenido hombro con hombro con nuestros aliados
tradicionales, los Estados Unidos", manifestó, muy acalorado, el
ministro de Exteriores, Jack Straw.
Consenso
político
"El
tiempo para las excusas del terrorismo ha terminado. Es la
responsabilidad del mundo civilizado resistir a este terrorismo y no
proporcionarle ninguna excusa", añadió. El responsable de
Defensa, John Reid, afirmó que "una de las lecciones de la
historia es que salir corriendo no mejora las cosas".
La
polémica estalla 11 días después del 7-J, cuando Gobierno y oposición
empiezan a debatir nuevas medidas antiterroristas. La primera reunión
en busca de consenso la celebró ayer el ministro de Interior, Charles
Clarke. Conservadores y liberaldemócratas están dispuestos a apoyar
las propuestas, aunque eso no significa dar al Gobierno un cheque en
blanco. La decisión de cada partido no se sabrá hasta que las
medidas sean estudiadas en detalle. Mientras, el número de víctimas
de los atentados ascendió ayer a 56.
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