Una
campaña global de difamación contra un diputado e intelectual británico
¿Quién
pide la cabeza de George Galloway?
Por Jack Naffair
Red Voltaire, Paris, 01/08/05
El
diputado británico George Galloway, ferviente opositor al ataque
contra Irak, tenía una buena razón para proteger a la dictadura de
Sadam Husein: recibía secretamente un porcentaje de los petrodólares
iraquíes extraídos de los fondos "Petróleo por Alimentos"
destinados a alimentar a la población civil.
Esa
es al menos la acusación, avalada por documentos, que lanzaron los
379 diarios del grupo Hollinger de Richard Perle y Henry Kissinger. Un
solo problema: documentos similares recibidos por los informativos
Mail on Sunday y el Christian Science Monitor fueron catalogados como
falsos por los expertos.
El
22 de abril de 2003, el diario británico The Daily Telegraph dedica
su primera plana y cuatro páginas completas a una exclusiva que puede
desacreditar al movimiento antibelicista en el Reino Unido: el
corresponsal del diario en Irak encontró entre las ruinas del
Ministerio de Relaciones Exteriores documentos que inculpan a George
Galloway, diputado laborista, descrito por el diario como el
"militante de la paz más activo y más visible de Gran Bretaña"
[1].
Se
supone que el diputado había recibido anualmente un porcentaje de los
recursos petroleros iraquíes que ascienden al menos a 375,000 libras
(543,000 € es decir alrededor de 800,000 dólares). Según un
memorando enviado por el responsable de los Servicios Secretos iraquíes
a Sadam Husein, el señor Galloway había exigido un mayor porcentaje
durante la aplicación del programa "Petróleo por
Alimentos", a cambio de lo cual debía promover los intereses
iraquíes en Occidente.
De
inmediato, los titulares controlados por Hollinger, el holding
propietario del Daily Telegraph, repiten unánimemente estas
afirmaciones, o sea 379 diarios, incluidas las dos terceras partes de
la prensa canadiense, numerosos periódicos en Estados Unidos y en el
Reino Unido, y seis publicaciones en Israel, entre ellas el Jérusalem
Post.
La
prensa internacional reproduce en masa la acusación. Este es el caso
también del "muy serio" diario francés Le Monde, que el 24
de abril describe al señor Galloway como "pegado a la extrema
izquierda, ciegamente antiamericano, antiisraelí y propalestino"
[2].
El
25 de abril, el diario estadounidense Christian Science Monitor,
presenta también a sus lectores documentos exclusivos provenientes de
Iraq [3]. Su corresponsal en el terreno, Philip Smucker, pudo hacerse
de seis órdenes de pago del gobierno iraquí al señor Galloway,
emitidas entre julio de 1992 y enero de 2003.
Los
documentos, firmados por la Dirección de Servicios de Seguridad iraquíes
así como por contadores de la Guardia Presidencial, autorizaban en
total el pago de 10 millones de dólares (8'800,000 €). El Christian
Science Monitor señala que los documentos fueron entregados a su
corresponsal por un general vinculado a la Guardia Presidencial cuyas
iniciales son "S.A.R.".
Este
informante declara haberlos encontrado en una casa de los alrededores
de Bagdad donde estuvo hospedado Qusay Husein, hijo del presidente
iraquí y jefe de los Guardias de élite.
Los
artículos del Daily Telegraph y del Christian Science Monitor,
publicados esa misma semana, constituyen un expediente de acusación
aplastante para el diputado antibelicista.
De
esta forma, George Galloway, militante de la causa palestina desde los
años 70, partidario del levantamiento de las sanciones impuestas a
Irak en los 90 y opositor al ataque de Irak en 2003, habría sido
movido por el afán de lucro.
Sus
múltiples viajes a Bagdad en los momentos en que se acentuaba la
amenaza estadounidense, cuando fue sobre todo a solicitar a Sadam
Husein, en fecha tan temprana como agosto de 2002, que permitiera a
los inspectores de la ONU trabajar libremente, no serían en realidad
sino viajes de negocios.
El
6 de mayo, el Partido Laborista suspende oficialmente de sus funciones
a George Galloway debido a su posición hostil contra los señores
Bush y Blair en una intervención ante una televisora del Golfo, el 28
de marzo, durante la cual los había calificado de "lobos".
"Ha sido relevado de la posibilidad de ejercer responsabilidades
o representar a nuestro partido en espera de los resultados de una
investigación interna", declara en esos momentos el Partido
Laborista.
La
historia hubiera podido quedarse ahí si el Mail on Sunday no hubiera
anunciado, en su edición del 11 de mayo, que había obtenido de la
misma fuente que el Christian Science Monitor documentos de toda
evidencia falsificados que también incriminaban a George Galloway
[4].
El
semanario británico revela que el ex general de la guardia de Sadam
Husein, Salah Abdel Rasool (S.A.R.), vende en la capital iraquí
documentos que afirma demuestran que Galloway recibió millones de
libras para apoyar a Sadam Husein. El reportero del Mail on Sunday
compró seis documentos por un valor de 1,500 libras (2,150 €) e
hizo que el ex responsable de la sección de documentos de la policía
científica los examinara.
Los
resultados del examen pericial revelan una burda imitación de la
firma de Galloway así como errores técnicos y relativos a los hechos
fáciles de detectar por quien conociera al gobierno iraquí y sus
procedimientos administrativos. Entre los errores detectados se
destaca en particular la ortografía del nombre del secretario del
presidente, Abid Hamid Mahmoud, escrito por los falsificadores como
"Abdul Hamid Mahmoud".
El
cargo que figura bajo la firma de Qusay Husein también es falso. En
esos momentos no era "director de la Guardia Republicana"
sino director de la Organización de Seguridad Especial.
El
Mail on Sunday destaca además que el periodista del Christian Science
Monitor que consiguió los documentos es también corresponsal del
Daily Telegraph. El 16 de mayo, el Christian Science Monitor responde
que el juego de documentos que adquirió es diferente del que está en
poder del Mail on Sunday, que no los compró y que aunque los peritos
siguen realizando su trabajo nada permite por el momento dudar de su
autenticidad.
Sin
embargo, el 20 de junio, el Christian Science Monitor se echa atrás
en un artículo intitulado "Los documentos sobre Galloway son
aparentemente falsos" [5], que viene acompañado de una nota
deontológica del editor.
El
diario revela que luego de un análisis pericial completo, ha quedado
claro que los seis documentos en los que basó su artículo del 25 de
abril son falsos. De paso, el Christian Science Monitor precisa que sólo
mandó a analizar los documentos luego de que apareciera el artículo
del Mail on Sunday.
El
Christian Science Monitor consultó a Hassan Mneimneh, responsable del
Iraq Research and Documentation Project de Washington, encargado de
administrar una recopilación de más de tres millones de documentos
oficiales iraquíes embargados luego de la primera guerra del Golfo en
1991. La función de este organismo es estudiar los servicios de
inteligencia iraquíes así como los procedimientos militares y
administrativos del Estado iraquí.
Con
relación al aspecto formal, el especialista se sorprende ante todo de
la nitidez y limpieza de los documentos. Le asombra también que las
fechas que aparecen en los documentos, supuestamente redactados entre
1992 y 2003, hayan sido escritas de la misma forma. Hassan Mneimneh señala
a continuación que según las fechas indicadas en los documentos,
estos circularon con extrema rapidez a través de la burocracia iraquí
(dos o tres días para pasar de la base a la cima de la jerarquía).
Además,
los documentos no tienen números de referencia, utilizados
habitualmente para su clasificación. El experto destaca para concluir
que las firmas que figuran en los documentos vienen acompañadas del
nombre y del rango de la persona cuando por lo general sólo se
menciona el cargo.
El
análisis del contenido de las cartas realizado por el mismo experto
también saca a la luz anomalías. El lenguaje utilizado es demasiado
directo: se especifican sumas precisas así como su beneficiario
cuando por lo general en la práctica se emplean eufemismos.
El
Christian Science Monitor confía entonces el examen de los documentos
a un bufete de peritaje judicial establecido en Michigan. Los
analistas descubren que la tinta empleada para redactar los documentos
más "antiguos" (de 1992 y 1993) no ha concluido su proceso
de envejecimiento, algo que por lo general no lleva más de dos años.
Al comparar la tinta de los documentos, resulta que el datado de 2003
y los de 1992 y 1993 fueron escritos con toda certeza en el mismo
momento. El experto añade: "Es probable en un 90% que los
documentos hayan sido preparados recientemente".
Más
de dos meses después de sus primeras afirmaciones y cuarenta días
después de las revelaciones del Mail on Sunday, el Christian Science
Monitor pide disculpas a sus lectores y a George Galloway.
Mientras
tanto, el diputado ha sido objeto de una cacería de brujas en la
prensa y de la suspensión del Partido Laborista. La cobertura dada
por los medios de comunicación a las acusaciones superó con creces
los mentís. Como ejemplo tenemos el del diario parisino Le Monde que
narró las afirmaciones del Daily Telegraph, pero que no publicó ningún
artículo sobre los descubrimientos del Mail on Sunday y del Christian
Science Monitor que arrojan sin embargo serias dudas sobre las
acusaciones del Daily Telegraph.
George
Galloway debe ahora averiguar quiénes financiaron los documentos
falsos. El diputado no se contenta con las disculpas del Christian
Science Monitor y ha citado a juicio al periódico así como al
Telegraph Group [6].
Aquí
van algunas pistas para los magistrados encargados del asunto: el
Telegraph Group es propiedad de Hollinger International Inc. El
accionista mayoritario del grupo es Lord Conrad M. Black, amigo
personal de Ariel Sharon y administrador del Nixon Center, un grupo
conservador estadounidense destinado a la investigación, la
propaganda y la divulgación de ideas.
El
segundo accionista no es otro que Leslie H. Wexner, sexagésima séptima
fortuna de Estados Unidos y presidente de la Fondation Wexner, que
asesora al gobierno israelí en materia de comunicación (leer en este
sentido "La communication israélienne pour 2003 selon la
Fondation Wexner").
Lord
Conrad Black y Leslie H. Wexner colocaron junto a ellos en el Consejo
de Administración de Hollinger Inc a Henry Kissinger en persona y a
Richard Perle, asesor de Benjamin Netanyahu y posteriormente de Donald
Rumsfeld. Los vínculos cada vez más claros y aceptados entre los
consorcios de prensa y la clase dirigente transforman a los grandes
medios de comunicación en agencias de comunicación que venden al público
las decisiones y actos del poder.
Por
ejemplo, el magnate de la prensa Ruppert Murdoch había tomado posición
explícita a favor del ataque de Irak. A finales de 2002, su cadena de
información continua Fox News no era más que un gigantesco órgano
de propaganda a favor de la guerra.
El
papel tradicional de la prensa como verdadero contrapoder tiende a
cederle el paso al de portavoz del poder. Al transmitir
falsificaciones, como las acusaciones contra George Galloway, cuyo fin
era decapitar al movimiento pacifista en el Reino Unido, grandes
cotidianos dieron pruebas de negligencia o de complicidad con una
manipulación política.
Notas:
[1] "Galloway was in Saddam's pay, say secret
Iraqi documents", por David Blair, 22 de abril de 2003.
[2]
"Le député travailliste George Galloway est accusé d'avoir été
payé par le régime de Saddam Hussein", por Jean-Pierre
Langellier, Le Monde, 24 de abril de 2003.
[3] "Newly found Iraqi files raise heat on British
MP", por Philip Smucker, Christian Science Monitor, 25 de abril
de 2003.
[4] "New doubts over claims that MP was paid
millions by Saddam", por Paul Henderson y Barbara Jones, Mail on
Sunday, 11 de mayo de 2003.
[5] "Galloway papers deemed forgeries",
Christian Science Monitor, 20 de junio de 2003.
[6] "Galloway issues writ against Daily Telegraph
over Iraqi cash claims", por Jamie Wilson, The Guardian, 28 de
junio de 2003.
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