Alemania
Estancamiento
poselectoral
Las
negociaciones entre el centroderecha de Merkel y el ecologista Partido
Verde colapsaron antes de la media hora, relanzando la idea de una
“gran coalición”
Por
Tony Paterson
Desde
Berlín, The Independent / Página 12, 24/09/05
Traducción
de Virginia Scardamaglia
La
líder conservadora alemana Angela Merkel no pudo conseguir ayer un
acuerdo con los Verdes sobre la formación de un gobierno de coalición,
aumentando la probabilidad de que forje una alianza con los socialdemócratas
del canciller Schroeder para dar fin al estancamiento poselectoral.
Las negociaciones entre los democristianos de Merkel y los líderes de
los Verdes colapsaron luego de menos de media hora, llevando a un fin
abrupto las especulaciones de que los dos partidos pudieran unirse a
los liberales del FDP para formar la llamada “Coalición Jamaica”
(por los colores de sus tres partidos, negro los conservadores,
amarillo los liberales y verde los Verdes) a fin de romper la parálisis
política alemana.
Edmund
Stoiber, el primer ministro bávaro y uno de los negociadores
principales de los conservadores, dijo luego de las charlas:
“Nuestras diferencias eran muy, muy grandes. Más negociaciones no
son posibles en este momento”. Reinhard Bütikofer, el líder de los
Verdes admitió: “Las chances de lograr un acuerdo para una coalición
son extremadamente pequeñas. Simplemente no estábamos preparados
para ser utilizados como el motor auxiliar que ayudaría a realizar un
manifiesto conservador y neoliberal”. Incluso antes de que
comenzaran las negociaciones, ambos lados dudaban de la posibilidad de
llegar a un compromiso sobre sus políticas diametralmente opuestas en
energía nuclear, la membresía de Turquía en la Unión Europea y
salud.
Las
fallidas negociaciones significan que a Merkel le quedan sólo dos
opciones para dar fin al estancamiento que ha paralizado la política
alemana desde las inconcluyentes elecciones generales del pasado
domingo, en las cuales ningún partido ganó una mayoría suficiente
para formar una alianza gobernante con su compañero de coalición
preferido. Merkel enfrentaba ayer la opción de intentar formar un
gobierno de minoría con sus compañeros liberales del FDP y el riesgo
de dejar a su futura administración abierta a sostenidos ataques de
una mayoría de izquierda de los Verdes, socialdemócratas y el
Partido de Izquierdas.
Su
otra –mucho más probable– opción era presionar en las
negociaciones agendadas para el próximo miércoles, en su intento de
formar una “gran coalición” con los socialdemócratas de
Schroeder. Discusiones iniciales entre los dos partidos comenzaron
favorablemente el jueves, con los socialdemócratas y los
conservadores, declarando que el camino estaba abierto para
“discusiones concretas”. Sin embargo, ambos partidos continúan
estancados sobre quién debe convertirse en el próximo canciller alemán.
Merkel reclama que, como sus conservadores vencieron al partido de
Schroeder por 417.000 votos en la elección del domingo, ella tiene
derecho al puesto. Sin embargo, Schroeder insistió obstinadamente en
que él debe quedarse en el cargo. Su partido sostiene que él debe
ser canciller, ya que la elección produjo una mayoría parlamentaria
de centroizquierda de socialdemócratas, el Partido de Izquierdas y
los Verdes. Schroeder se negó a formar una coalición con el Partido
de Izquierdas.
Ayer
el diario alemán de circulación masiva Bild ridiculizó a Schroeder
por su rechazo a renunciar al cargo de canciller. El diario lo retrató
con una toga romana, en el papel de un Julio César de nuestros días.
“¿Cuál es el problema de Gerhard Schroeder? ¿Piensa que es el
eterno canciller, como César?”, preguntaba. Varios comentaristas
sugirieron que la única vía para salir del dilema sería si ambos
candidatos renuncian a la candidatura o, alternativamente, acuerdan
turnarse como canciller dos años cada uno.
Sin
embargo, ayer los socialdemócratas dieron indicios por primera vez de
estar preparados para abandonar su demanda para que Schroeder continúe
en su cargo. Michael Müller, el diputado líder del grupo
parlamentario del partido, urgió a los negociadores a hacer caso
omiso del problema del canciller en la fase inicial de las
discusiones. Henning Scherf, el alcalde socialdemócrata de Bremen,
dijo: “Tengo la impresión de que Schroeder no puede bajar de la
gran campaña de elecciones y su gran resultado relativo. Pero tiene
que volver a poner los pies sobre la tierra luego de la euforia de la
elección”.
A
regatear las tajadas de la torta del poder alemán
En
un panorama donde ni conservadores ni socialdemócratas parecen
capaces de formar gobierno, los primeros confirmaron a Angela Merkel
como su líder. Y se especula con las coaliciones más diversas.
Por
Tony Paterson
Desde
Berlín, The Independent / Página/12, 21/09/05
Traducción
de Virginia Scardamaglia
La
apuesta de Angela Merkel de convertirse en la primera canciller mujer
de Alemania fue apoyada casi unánimemente ayer por los conservadores
de oposición mientras su desmoralizado partido trataba de recuperarse
de uno de sus peores desempeños en las inconcluyentes elecciones
generales del domingo pasado. Una reunión especial de la Unión
Democristiana confirmó formalmente a Merkel como su líder por 219 de
222 votos. El resultado la puso firmemente en lugar para liderar las
tortuosas negociaciones de la CDU con otros partidos alemanes con el
objetivo de formar una coalición de gobierno liderada por
conservadores. Merkel reclamó el resultado como un “voto de
confianza” en su chance para lograr el puesto de canciller. Pero no
había dudas de que su partido estaba fuertemente desilusionado por su
fracaso en alcanzar la mayoría que necesitaba para formar gobierno en
las elecciones del pasado domingo.
Bajo
su liderazgo, los demócrata cristianos vencieron a los social- demócratas
del gobierno por un mero 0,9 por ciento de los votos, privando de esa
forma a Merkel de los votos que necesitaba para formar una coalición
con los liberales del FDP, lo que habría expulsado al canciller
Gerhard Schroeder del poder. La muestra de apoyo a Merkel de ayer
pareció poco más que un intento de ganar tiempo. La líder
conservadora de 51 años está bajo creciente presión para formar una
coalición con otros partidos y formar un gobierno que pueda elegirla
canciller. Con otros partidos –además de los liberales– que no
ofrecen hasta ahora ninguna perspectiva de una alianza, varios
democristianos están discutiendo la posibilidad de su partido de
formar, como último recurso, lo que sería un gobierno de minoría
altamente vulnerable.
Horst
Koehler, el presidente alemán, respondió ayer a críticas
internacionales y empresariales sobre las fallidas elecciones de su país
urgiendo a todos los partidos políticos a “trabajar seriamente en
la formación de un gobierno de coalición lo más rápido posible”.
Sin embargo, la posibilidad de Merkel de formar un nuevo gobierno
encabezado por ella siguió enfrentando una feroz oposición del
canciller Gerhard Schroeder, que insistió en que no contemplará
formar una coalición con ella como canciller. Los planes de los
socialdemócratas se filtraron ayer a la circulación masiva en el
diario Bild, que contemplaban a Schroeder manteniéndose como
canciller de una “gran coalición” con los conservadores, siempre
y cuando Merkel renuncie a su postulación para el cargo.
El
SPD parecía apostar al fracaso de Merkel en formar una llamada
“Coalición Jamaica”, con los liberales del FDP y los Verdes. En
ese caso, los conservadores serían forzados a negociaciones con los
socialdemócratas para la formación de una gran coalición. Bild dijo
que Schroeder estaba convencido de que los democristianos abandonarían
a Merkel si es el precio que tenían que pagar para tener poder en una
gran coalición. El diario dijo que los socialdemócratas querían
llegar a un acuerdo con los conservadores que posibilitara a Schroeder
mantenerse como canciller por dos años. Luego de eso, un conservador,
que no fuera Merkel, podría ocupar el cargo de canciller por lo que
quedara del mandato de gobierno.
La
opción “Coalición Jamaica” de Merkel sufrió un serio golpe
ayer. Joschka Fischer, ministro del Exterior y miembro más prominente
de los Verdes, anunció que planeaba retirarse de la primera línea de
la política si se formaba un nuevo gobierno. “Es realista esperar
que los Verdes no formarán parte de un nuevo gobierno”, dijo
Fischer, declarando que no se postularía para el puesto de líder
parlamentario de los Verdes. Dijo que planeaba permanecer como miembro
del Parlamento, pero no en el liderazgo de su bancada.
La
atención también se enfocó en el potencial rol clave que podría
jugar el nuevo Partido de Izquierdas en determinar quién será el próximo
canciller del país cuando el asunto sea puesto a consideración de
voto parlamentario en las próximas semanas. Los partidos alemanes
reconocidos han rechazado categóricamente considerar la inclusión
del Partido de Izquierdas en cualquier coalición, aunque haya ganado
un record de 54 asientos parlamentarios en las elecciones generales
del domingo. Declaran que, a pesar de su éxito electoral, el partido
es una organización de extrema izquierda con políticas
impracticables. Sin embargo, emergió ayer que, como ninguno de los
grupos de partidos más importantes en el Parlamento alemán
controlaba la mayoría absoluta, los votos del Partido de Izquierdas
podrían inclinar la elección del canciller hacia cualquiera de los
lados.
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