Denuncia
la Federación Estatal de Asociaciones de SOS Racismo:
Expulsar
a Marruecos es condenar a muerte
corriente[a]alterna,
07/10/05
Seis
inmigrantes fueron asesinados a tiros la madrugada pasada por la policía
marroquí. Ocho inmigrantes más han muerto en los últimos veinte días
en su desesperado intento de cruzar la valla, como mínimo cinco de
ellos tiroteados.
Veinticuatro
inmigrantes han muerto de sed en el desierto (seguramente son más,
nos limitamos a las muertes contrastadas) como consecuencia de la política
marroquí de trasladar a la frontera sur, en pleno desierto del Sáhara,
a los inmigrantes expulsados desde territorio español para
abandonarlos a su suerte ante centenares de kilómetros de arena.
Miles
de inmigrantes malviven durante meses en la frontera con Ceuta y
Melilla, hostigados por la policía marroquí, golpeados,
extorsionados, víctimas de cualquier abuso.
Muchos
de los inmigrantes golpeados, tiroteados, expulsados, habían
presentado solicitud de asilo por ser víctimas de persecución en sus
países de origen, y encuentran en lugar de la protección que exige
la normativa internacional un trato igual o peor que el que recibían
en el lugar de donde se vieron forzados a huir.
Marruecos
no es el único responsable de esta escalofriante situación. El
abismo de desigualdad entre ricos y pobres, causa principal de las
migraciones, aumenta progresivamente a nivel mundial: no sólo son
insuficientes e inadecuadas las políticas de cooperación, sino que
el sistema económico provoca el empobrecimiento del continente
africano. El sida afecta a un porcentaje alarmante de la población
ante la pasividad internacional. Es prácticamente imposible que las
personas que provienen de países subsaharianos puedan entrar de forma
legal en Europa, como sugieren algunos responsables políticos en un
alarde de cinismo: las leyes de extranjería les cierran la entrada. A
pesar de la inestabilidad generalizada del continente, Sierra Leona es
el único estado africano considerado como país en conflicto en las
políticas de asilo. Lo que ha sucedido durante el último mes no es
absolutamente nuevo, pero ahora ya no podemos mirar hacia otro lado.
Hemos visto el miedo, la persecución, los puntos de sutura en las
manos destrozadas por las alambradas, los heridos, los muertos.
Estos
hechos deberían indignarnos y avergonzarnos. En primer lugar, un
grito: ¡son personas! Acto seguido, las medidas necesarias para el
respeto de sus derechos en la situación inmediata. En segundo lugar,
una reflexión obvia: ¡unas verjas más altas provocan más muertes,
pero no eliminan la necesidad de emigrar! Acto seguido, políticas
realistas, es decir, que se responsabilicen de las consecuencias del
modelo de mundo que creamos.
En
lugar de esto, se multiplican las vallas, se militariza la frontera,
se expulsa a los inmigrantes a un país donde serán golpeados, quizás
tiroteados, probablemente expuestos a la muerte en el desierto. Esta
noche ha salido un barco con 70 personas expulsadas a Marruecos, tal
como había anunciado ayer el ministro del Interior. La cumbre
hispano-marroquí, así como las últimas declaraciones del ministro
de Exteriores y de la vicepresidenta del Gobierno, avalan esta política.
Desde
SOS Racismo:
Condenamos
rotundamente esta expulsión masiva, y exigimos que cese
inmediatamente cualquier expulsión, al menos mientras no haya
absoluta seguridad de que los derechos humanos son respetados en
territorio marroquí. Es increíble que cualquier gobierno, y más un
gobierno socialista, muestre tal grado de desprecio por los derechos
de las personas.
Exigimos
una investigación que analice la actuación de la policía española,
y que sancione cualquier vulneración de los derechos humanos.
Exigimos
la retirada inmediata de las tropas españolas de la frontera de Ceuta
y Melilla. Los intentos de entrada de personas desesperadas no son un
problema militar, ni deben ser tratados como tal.
Pedimos
que, en el ámbito estatal e internacional, se abra un proceso de
debate sobre las políticas migratorias vinculado a las políticas de
cooperación y desarrollo, y a la universalización de los derechos
humanos, y no vinculado a la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico
como ocurre habitualmente.
Federación
Estatal de Asociaciones de SOS RACISMO
Estado Español
07/Octubre/2005
|