Para
hacer frente al estallido social, el gobierno francés ha recuperado
una ley de 1955, que fue dictada para reprimir la rebelión de
Argelia, en ese entonces colonia francesa. Esta ley dio pie en 1961 a
la noche más trágica de la V República: decenas de manifestantes
argelinos fueron arrojados al río Sena en París y asesinados.
La
noche más bochornosa de la V República
La
ley de 1955 amparó la salvaje represión de una manifestación de
argelinos en París en octubre de 1961
La
Vanguardia, Barcelona, 09/11/05
Para
los ciudadanos franceses de origen argelino de más edad las palabras
toque de queda les traerán amargos recuerdos. La ley que permite
imponerlo ahora en los barrios o ciudades en los que los episodios de
violencia se suceden desde hace días se promulgó pensando en ellos.
Fue el 3 de abril de 1955, cuando la guerra de liberación argelina,
iniciada en noviembre de 1954, tomaba fuerza y los atentados se sucedían.
El episodio más sangriento, que todavía levanta ampollas,
relacionado con el toque de queda se produjo, sin embargo, en París
en 1961.
El
17 de octubre de 1961 30.000 argelinos llegados de los barrios periféricos,
como los que ahora están sacudidos por la revuelta, se manifestaron
pacífica y silenciosamente por París convocados por el Frente de
Liberación Nacional (FLN), el movimiento que lideraba la lucha
anticolonial. Era una manifestación prohibida en la que protestaban
porque el toque de queda les afectaba sólo a ellos: Franceses
Musulmanes de Argelia (FMA), como se llamaba eufemísticamente a los
argelinos.
Entre
200 y 300, según los historiadores, no acabaron la marcha. Sólo
tres, según fuentes policiales. Fueron arrojados al río Sena o
estrellados contra los muelles, asfixiados o matados a golpes por la
policía, dirigida por, el prefecto de policía de París: Maurice
Papon. Nunca fue juzgado por aquellas muertes. La cuestión surgió,
de forma colateral, cuando tuvo que responder ante la justicia en
Burdeos, en octubre de 1997, por su colaboración con el régimen de
Vichy, por la deportación de judíos franceses entre los años 1942 y
1944.
Durante
el juicio, el historiador Jean–Luc Einaudi, autor del libro La
Bataille de Paris,en la que recoge sus investigaciones sobre la
sangrienta represión, explicó cómo los policías intentaron
estrangular a decenas de argelinos y los sometieron a una
"violencia extrema". "Hacia medianoche, varios policías
de uniforme se presentan en la sede del diario France–Observateur y
dijeron a su redactor jefe, Claude Bourdet, gran figura de la
resistencia, que acaban de matar a cincuenta argelinos en el patio de
la prefectura y sus cuerpos han sido arrojados al Sena", declaró
Einaudi.
En
aquel proceso, los documentos de la fiscalía corroboraron los datos
que barajaban historiadores como Einaudi, a pesar de que la cifra
oficial fue de tres muertos. Hubo quien dijo, en el mismo juicio, que
habían muerto una veintena pero que había sido por luchas intestinas
del FLN. La notoriedad que adquirió el proceso obligó al gobierno a
levantar el secreto oficial que protegía la documentación sobre el
caso una semana antes del juicio a pesar de que estaba previsto que
durara 60 años.
En
un primer vistazo no exhaustivo a los archivos, un profesor de
historia contabilizó al menos 70 muertos, despachados judicialmente
con una breve reseña: identidad (nombre y anotación FMA o franceses
musulmanes de Argelia), causa de la muerte ( "homicidio
voluntario") y un escueto "sobreseído". En el juicio
de Burdeos, el propio Maurice Papon admitió que hubo más muertos de
los difundidos, aunque los cifró en un máximo de 30.
Según
Papon, "la represión se redujo a hacer subir a los
norteafricanos en autobuses" (de la policía). Innumerables
testimonios sugieren lo contrario: las fuerzas del orden se cebaron
con saña sobre los manifestantes, a quienes dispararon, torturaron o
arrojaron al Sena con una brutalidad típica del conflicto argelino,
en su punto culminante aquel mes de octubre (Francia le concedió la
independencia en julio de 1962).
El
proceso contra Maurice Papon, antaño alto funcionario ejemplar,
permitió la reaparición – y esclarecimiento– de los trágicos
sucesos del 17 de octubre de 1961. Aunque el territorio argelino era
Francia ellos no eran franceses sino Franceses Musulmanes de Argelia.
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