Francia:
El
ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, anula una visita oficial a
Martinica y Guadalupe debido a las protestas
La ley que
reivindica el papel positivo del colonialismo subleva a las Antillas
francesas
Por Lluís Uría
Corresponsal en París
La Vanguardia, 09/12/05
Al Gobierno francés le
está empezando a salir caro el capricho chovinista de los diputados
de su partido, la UMP, de reivindicar por ley "el papel
positivo" de la presencia colonial de Francia en ultramar y el
norte de África. A los roces con Argelia, que mantiene bloqueada por
este motivo la firma de un tratado de amistad y cooperación entre
ambos países, se ha sumado ahora la irritación de los territorios
franceses de las Antillas. La protesta ha subido tanto de tono que el
ministro del Interior y líder de la UMP, Nicolas Sarkozy, decidió a
última hora posponer un viaje oficial que debía realizar ayer y hoy
a las islas de Martinica y Guadalupe.
Las fuerzas vivas
antillanas - desde políticos a sindicalistas, pasando por
personalidades de la sociedad civil- se habían movilizado para
expresar su protesta y malestar a Sarkozy, cuya popularidad en las
islas pasa por horas bajas después de haberse referido
despectivamente con el calificativo de racaille (chusma) a los jóvenes
de las banlieues,la mayoría de origen negro y árabe. El emblemático
escritor Aimé Césaire había anunciado su negativa a reunirse con al
ministro. Pese a la anulación del viaje, más de un millar de
personas se manifestaron el miércoles en Fort-de-France (Martinica)
contra la "ley de la vergüenza".
El origen del problema
es un controvertido artículo de la ley, aprobada el 23 de febrero de
este año, para compensar moral y económicamente a los argelinos
repatriados a Francia tras la guerra de Argelia por haber colaborado
con el ejército colonial (ver La Vanguardia del 18 de octubre y el 30
de noviembre). El artículo 4 establece que los programas escolares
deben recoger "el papel positivo de la presencia francesa"
en las colonias. Los profesores de historia se han opuesto a aplicar
este precepto y el Gobierno - ajeno y disconforme con la iniciativa-
no ha hecho nada por hacerlo cumplir.
El presidente de la República,
Jacques Chirac, ha expresado privadamente en reiteradas ocasiones su
rechazo a este artículo, así como la conveniencia de derogarlo. Pero
sus sugerencias han caído en el vacío. La UMP tuvo oportunidad de
hacerlo el pasado 29 de noviembre, cuando se votó una proposición de
ley del Partido Socialista en este sentido. Pero la propuesta fue
totalmente rechazada, en lo que constituye un tremendo desaire al
presidente.
El Gobierno tiene la
intención de intentar superar el problema por la vía del desarrollo
reglamentario de la ley, que dejaría desactivado el artículo 4. Y el
primer ministro, Dominique de Villepin, intentó ayer calmar los ánimos
en una entrevista en radio France Inter. "No le toca al
parlamento escribir la historia, ni dictar la memoria - dijo-. No hay
una memoria francesa, sino memorias (...) Está la memoria de quienes
fueron arrojados al antro de los galeones". En el polo opuesto,
Sarkozy afirmó el miércoles: "Hay que acabar con el
arrepentimiento permanente (...) que a veces roza la frontera de lo
ridículo".
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