El
gran engaño ucraniano
Las
esperanzas en la 'Revolución Naranja' se han visto defraudadas
Por
Dmitri Polikarpov
Enviado especial a Kiev
El Periódico, 25/12/05
Un
año después, parece aún más increíble. Primero, porque se pudo
evitar un derramamiento de sangre. Segundo, porque se repitió la
segunda vuelta de las elecciones presidenciales con resultados
completamente contrarios a la primera. El 26 de diciembre del 2005,
fue elegido presidente de Ucrania Viktor Yuschenko, visto como político
liberal y prooccidental capaz de liberar del legado soviético a esta
exrepública de la URSS.
La
campaña de protestas populares contra el fraude electoral, bautizada
como Revolución Naranja, que triunfó con la victoria de Yuschenko,
causó el entusiasmo universal y esperanzas de cambios revolucionarios
en la vida de los ucranianos. Sin embargo, la gente de la calle y los
propios seguidores del nuevo presidente celebran con más pena que
gloria el primer aniversario de su llegada al poder.
Tras
jurar el cargo ante millones de seguidores en la plaza de la
Independencia de Kiev, Yuschenko se atascó en luchas internas por el
control sobre flujos financieros, mientras el nivel de vida de sus
compatriotas seguía empeorando. "Ha sido un año caótico. Los
precios se dispararon. La vida de los pensionistas y de los empleados
públicos empeoró aun más. En fin, ha sido una decepción para
muchos", explica Volodimir, de 47 años, taxista de Kiev.
"Lo que más me ha afectado como taxista es el hecho de que el
precio de la gasolina aumentó un 25% durante este año", afirma
el conductor.
Policía
de tráfico corrupta
Como
tantos otros, en diciembre del 2004 Volodimir tomó parte en las
protestas a favor de Yuschenko . "Lo único que ha cumplido de
sus promesas ha sido disolver la corrupta policía de tráfico
heredada de la época soviética. Pero en realidad ha sido solamente
un truco propagandista. Ya han venido otros iguales para sustituir a
los agentes destituidos", se queja.
Desde
la época comunista los agentes de carretera han tenido la fama de ser
los más corruptos de todo el Ministerio de Interior. En muchas repúblicas
exsoviéticas, los conductores todavía prefieren sobornar al agente
en vez de pagar una importante multa oficial. Actualmente, en Rusia un
agente cobra en sobornos unos 100 euros diarios, según informes de
las ONG rusas.
La
exprofesora de colegio Lilia, de 34 años, desde hace varios meses se
dedica a vender carne en el mercado Bessarabski de Kiev. Abandonó su
ciudad natal, Zaporozhie, en el sureste de Ucrania, porque su salario
mensual de unos 50 euros no le bastaba para criar a sus dos hijas. Con
sus compañeras de trabajo, Lilia defiende la versión más absurda
que explica la "enigmática transformación" de Yuschenko de
héroe nacional a funcionario gris y poco accesible.
La
conspiración del doble
"La
gente dice que no es el mismo Yuschenko, atractivo y carismático, al
que conocíamos antes de que su cara se transfigurase a causa del
envenenamiento en otoño del 2004. El de verdad murió y este otro es
un doble, un títere de Estados Unidos. Para borrar las huellas, hace
poco mataron a la primera mujer de Yuschenko, su madre también murió.
Por eso no tiene ninguna relación con su hijo Andrei", explica
Lilia.
"Cuando
Yuschenko ganó las elecciones, llorábamos de alegría. Ahora vemos
que nos han engañado de nuevo", opina Svetlana, vendedora de
verduras. Natasha, de 26 años, una empleada de la Administración
presidencial, fue contratada por la nueva guardia de Yuschenko en
marzo del 2005. Afirma que en un año el entorno del presidente se ha
convertido en un círculo cerrado al mundo exterior. "La gente,
incluso de los baluartes políticos de Yuschenko, viene a quejarse,
pero nadie sale a hablar con ellos", dice indignada.
Año
de escándalos
Según
los sondeos, para la mayor parte de los ucranianos el 2005 ha estado
marcado por dos escándalos relacionados con Yuschenko: el cese de la
primera ministra Yulia Timoshenko y las informaciones sobre el modo de
vida de su hijo mayor, Andrei. Timoshenko cayó víctima de luchas
internas por el poder y de escándalos de corrupción en el entorno
del presidente. Mientras, la frase de "asesino a sueldo" que
Yuschenko espetó a un periodista que le preguntó sobre la lujosa
vida de su hijo, ha roto la imagen del presidente como protector de la
libertad de los medios.
"Usted
juró en la plaza de la Independencia defender la libertad de prensa.
Le recordamos lo que dijo entonces: 'Os doy mi palabra de que os
rendiré cuentas por cada acto mío y por cada operación privada mi
familia'", reza una carta abierta a Yuschenko, firmada por más
de 400 periodistas.
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