Francia:
Primavera
caliente
Los
jóvenes luchan contra la precariedad laboral
Por
Flor Beltrán
Corresponsal
en París de Socialismo o Barbarie Internacional
Un
millón de franceses, muchos de ellos estudiantes, salieron a las
calles de París y de otras ciudades de Francia el martes 7 para
protestar contra el nuevo Contrato de Primer Empleo para jóvenes
(CPE) del Gobierno del primer ministro, Dominique de Villepin, en caída
libre en los sondeos desde que en enero dio a conocer la impopular
reforma. Con el éxito de la movilización, Villepin ve pulverizarse
la imagen de hombre de consenso que se había forjado frente al
ultraliberal ministro de Interior, Nicolas Sarkozy, su potencial rival
para la candidatura de las presidenciales del 2007.
En
París se congregaron 200.000 manifestantes, según la CGT, entre
sindicalistas, estudiantes universitarios y alumnos de institutos. La
marcha, que comenzó al mediodía, se dirigió desde la Plaza de la
República hasta la Plaza de la Nación, con pancartas con lemas como
«Retirada del CPE» o «¡Chirac, Villepin y Sarkozy: vuestro período
de prueba ha terminado!» (en alusión al largo “período de
prueba” de dos años que pretenden establecer para los jóvenes que
buscan empleo por primera vez, en el que pueden ser despedidos sin
causa ni gasto alguno).
En
Nantes salieron 100.000 manifestantes, y 50.000 en ciudades como Brest
o Burdeos. En todo caso, la movilización en todo el país fue mucho
mayor que la registrada durante la primera convocatoria contra el CPE,
el pasado 7 de febrero. En esa primera jornada de protesta a
principios de febrero, unos 300.000 manifestantes salieron a las
calles para decirle No al llamado Contrato de Primer Empleo, que se
encuentra prácticamente aprobado.
La
creciente sensibilización del sector estudiantil y de los jóvenes en
general, únicos destinatarios del CPE, los ha llevado a liderar este
movimiento de rechazo a la política de empleo del Ejecutivo, con el
objeto de colocar contra las cuerdas a su primer ministro y forzarle a
que renuncie a esta nueva modalidad contractual, que, según
denuncian, “no hace sino fomentar la precariedad”.
El
martes 7, una veintena de universidades estaban en huelga
(Seine-Saint-Denis, Nanterre, Aix-Marseille) y el rector de París
ordenó el cierre de la Soborna. La hostilidad de los franceses
respecto del CPE ha ido creciendo en estas últimas semanas: en un
sondeo realizado por BVA el 65% de los encuestados consideraba
“justificado” el día de movilización. La movilización creciente
de la juventud contra el CPE puede infligir una clara derrota al
gobierno francés. Desde la victoria del 29 de mayo contra el Tratado
constitucional europeo, muchos son los que se rebelan contra los
ataques de la derecha y los patrones. En noviembre fue la declaración
del toque de queda contra la rebelión de los jóvenes de los barrios,
después las leyes liberticidas y antiinmigrantes, y siempre los
despidos y las privatizaciones que aumentan cada día.
Generalizar
la precariedad y terminar con el contrato de trabajo
Si
este nuevo contrato causa tal reacción es porque se inscribe en una
larga lista de medidas contra los jóvenes. La ley sobre la igualdad
de oportunidades, a la que el CPE fue añadido por enmienda, implica
también el aprendizaje (trabajo y horas de clases para los que no
logran llegar al liceo) a partir de los 14 años, y el trabajo de
noche de los menores. Más generalmente, la continuación de la
reforma neoliberal de la escuela, medidas de “aprendizaje”,
medidas represivas y contratos precarios representan, para la
juventud, un mundo sin futuro. Es la visión de una generación sin
esperanzas en el sistema capitalista que se expresa en las
universidades, colegios, liceos, etc., que se ponen en movimiento.
El
gobierno del primer ministro Villepin hace pasar su política en
nombre de la igualdad de oportunidades. ¡Qué hipocresía! La
igualdad de oportunidades es, para los jóvenes menores de 26 años,
tener la posibilidad de firmar un primer contrato que permite a los
dueños despedirlos como quieren durante los dos primeros años. Eso
no disminuirá en nada ni los contratos precarios ni el desempleo. Los
dueños no contratarán más; se limitarán a utilizar la ley para
tener una mano de obra joven sumisa con la amenaza diaria del despido.
La única cosa que Villepin aumenta es la precariedad. Por ejemplo,
con los Contratos Nuevos Empleos (CNE) de los cuales el CPE (Contrato
Primer Empleo) es una modalidad. El CNE aplica el mismo período de
prueba de dos años a los asalariados mayores de 26 años en las
empresas de menos de 20 asalariados. Y ése es el objetivo de la política
del gobierno: generalizar la inseguridad laboral, debilitar los
trabajadores y los jóvenes.
Esta
nueva etapa de movilizaciones ha comenzado hace poco más de un mes,
cuando el gobierno anunció la medida aprovechando los días de
vacaciones escolares de carnaval. Pero desde hace tres semanas la
movilización se prepara con tomas en las principales universidades de
todo el país. Los liceos se han incorporado. El 7 de marzo los liceístas
levantaron barricadas en los principales ejes de circulación.
La
marcha fue numerosa y muy combativa, a pesar de una lluvia fría que
no paraba. Hubo participación masiva de los principales sindicatos:
CGT, FO, CFDT. Se calculan que salieron a la calle 200.000 personas en
París, y un millón en todo el país.
El
gobierno comienza a titubear, después de haber hecho aprobar las
nuevas medidas por el parlamento. ¡Ahora dicen que el nuevo contrato
no es obligatorio, que es una medida entre otras!
Los
jóvenes, trabajadores y el pueblo en general están hartos del
desempleo, de la precariedad, de los recortes en los servicios médicos,
del alto costo de la vida, de los intentos de culpar a los árabes y
negros de todos los males, de la represión que se desata sin
dificultad.
Están
en movimiento y todo indica que tendremos una primavera bien caliente
en Francia.
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