La
Haine, 29/03/06
El llamado a la
huelga general hecho por sindicatos y estudiantes fue acatado ayer por
un amplio sector de la población. Policías de civil intentaron
detener a varios manifestantes al principio y al final de la
manifestación. Se produjeron violentas intervenciones de los
antidisturbios en París, Grenoble, Lille, Rennes y algunas
localidades de las afueras de París.
En París, 700.000
personas respaldaron la convocatoria y marcharon, durante más de
cuatro horas, entre la Plaza de Italia, en el sur, y la Plaza de la
República, en el norte de la ciudad, desafiando la lluvia que
amenazó con frenar su ímpetu.
En el resto de
Francia, marcharon más de 200.000 personas en Marsella (sureste),
100.000 en Burdeos (suroeste), 80.000 en Lille (norte), 63.000 en
Grenoble (sureste) y 40.000 en Lyon (sureste).
El servicio de
transporte urbano quedó reducido a menos de la mitad, gran parte de
los comercios cerrados, las oficinas públicas con atención limitada
y, después del mediodía, el tráfico convulsionado por la marcha
general de rechazo al contrato.
Gran número de
policías vigilaban el desarrollo de la marcha, aunque testigos
presenciales confirmaron a La Haine la presencia de algunos de sus
miembros vestidos de civil que, con la misión de identificar
activistas, intentaron detener a varios manifestantes al principio y
al final de la manifestación. Ante esta actitud provocadora, cientos
de jóvenes arrojaron piedras y botellas contra la policía, lo que
dió pié a la violenta intervención de los antidisturbios, que
lanzaron gases lacrimógenos y chorros de agua a presión para
desalojar la plaza, provocando problemas respiratorios y varios
contusionados.
El saldo final fue la
detención de 200 personas según unas fuentes, 400 según otras.
Además de un hipermercado y varios comercios multinacionales
destrozados. Una vez terminada la marcha, en el centro de París
permanecían cientos de manifestantes que se enfrentaban a las fuerzas
de seguridad, las que persistían en su actitud represiva.
En otras ciudades
también se produjeron actos violentos por parte de los
antidisturbios, como en Grenoble, Lille, Rennes o algunas localidades
de las afueras de París. La actitud policial responde a las palabras
del ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, quien pidió antes de la
manifestación a las fuerzas del orden que detuvieran al máximo
número posible de 'casseurs' (reventadores), lo que los
antidisturbios entendieron como 'activistas'.
La marcha comenzó a
las 13:30 GMT, con coros de todos los tonos contra De Villepin y su
contrato laboral para los jóvenes. La oposición al CPE es clara y,
según un estudio de opinión publicado el lunes por el periódico Le
Monde (el martes no hubo diarios), sumaría un 63% de los franceses.
Por primera vez,
participaron todas las organizaciones sindicales, trabajadores de los
sectores privado y público, estudiantes de universidades, liceos y
colegios, profesores y asociaciones de padres.
En los vagones del
metro y las estaciones cercanas a la marcha retumbaban los himnos
entonados por miles de jóvenes, que compartían una jornada para
ellos decisiva. Los manifestantes portaban un adhesivo que convertía
las palabras "Grève Générale", huelga general, en
"Rêve Général", sueño general.
De Villepin reiteró
esta tarde en la Asamblea Nacional su oferta de introducir
modificaciones y los empresarios dijeron que están de acuerdo en la
necesidad de que se hagan. Pero ahora la situación parece haber
llegado a un punto de no retorno porque las organizaciones sindicales
rechazaron una invitación a dialogar que les hizo el Primer Ministro,
hasta que retire el CPE.