Cronopiando
¡Ataque
terrorista total!
Por
Koldo
Rebelión, 12/08/06
Esta nueva entrega de
la Pentágono Goldwyn Mayer Studios, coproducción
anglo–estadounidense y estrenada el día 9 de agosto en los cines de
todo el mundo, va a ser sin duda un éxito de taquilla como lo
garantiza la amplísima cobertura que ha recibido en los medios de
comunicación, pero no aporta a la historia del cine, a pesar de la
costosa inversión, absolutamente nada que merezca la pena ser
destacado.
Después del fracaso
de público que supuso su anterior producción, “Al Qaeda en
Miami Beach”, insisten de nuevo en la misma fórmula a partir de
un argumento pueril y repetido, en el que ni siquiera son rescatables
los efectos especiales. En esta película, Scotland Yard sigue la
pista a varias células terroristas árabes que se disponen a hacer
volar por los aires diez aviones ingleses en ruta a Estados Unidos,
todos repletos de pasajeros, en los que los terroristas van a colocar
explosivos líquidos de terrible potencia, capaces de desintegrar las
naves. El día de la operación, los agentes británicos entran en
acción, detienen a los terroristas y frustran su atentado brutal,
terminando la película.
Además de que el
argumento vuelve a girar otra vez sobre los mismos y gastados tópicos,
ni siquiera queda un buen sabor de boca con las actuaciones de los
principales actores, muy flojas, muy poco convincentes. Blair, por
ejemplo, en su papel de primer ministro británico, parecía la
persona más indicada para haber dado a conocer la noticia de la
detención de los terroristas, además de que ello le hubiera ayudado
a llevar algunos votos a su deteriorado caudal de adhesiones antes de
unas elecciones que ya están a la vista. No lo hace porque está de
vacaciones, según se dice en la película, aunque semejante amenaza
bien podría haber servido de motivo para interrumpirlas, error del
guión que debió ser enmendado. A no ser que su credibilidad como
actor esté tan en los suelos que se prefiriera al sub–jefe de
Scotland Yard como el actor que haría la dramática revelación. La
razón de que el jefe del organismo de inteligencia inglés tampoco
aparezca en la película puede deberse a su también desacreditada
imagen luego del impune asesinato de un ciudadano brasileño por sus
policías.
Los actores que hacen
de periodistas informando al mundo del diabólico plan puesto en
escena, tampoco aportan en sus secundarios papeles mayor fuerza a la
película, con actuaciones previsibles y reiterativas, poco creativas.
Asombra, por ejemplo, la variada y rica gestualidad que esos mismos
actores demostraban en películas como “Comienza la transición
en Cuba”, todavía en los cines, exhibiendo un rico surtido de
muecas, sarcasmos y finas ironías, con el cretinismo que demuestran
en “Ataque terrorista total”, hasta el punto de que se pregunta
uno si se les habrá olvidado actuar.
Sea como fuere, a la
película también le falta un final que el argumento parecía pedirlo
para que no se diluyera tanto la amenaza. Y me refiero a la presencia
del actor Ben Laden, en un grabado mensaje desde algún remoto país,
haciéndose responsable de la criminal conjura y amenazando con nuevos
ataques terroristas. Cierto que desde su corta reaparición en la película
“Bush cuatro años más”, hace casi dos años, no ha vuelto
a recibir ofertas para volver al mundo del cine y algunos dan ya su
carrera por terminada, pero en películas como la que motiva esta crítica
de cine, su concurso al final del film hubiera podido dar pie a giros
más originales y a un final más convincente.
En definitiva, otro
bodrio más de unos estudios cinematográficos que, incapaces de
crear, insisten en la misma fórmula amparándose en el poder de la
publicidad para que las taquillas no les vuelvan la espalda.
Mientras tanto, en
las calles del Líbano y Palestina, que no en los cines, continúa el
“ataque terrorista total”, y no hay nadie que aparezca para
detener a los terroristas ni subjefe de Policía que anuncie el fin
del horror sionista.
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