Defensor
de Occidente, azote del Islam
La cruzada del Papa
Rat
Por
Gary Leupp [1]
CounterPunch,
16/09/06
La
Haine, 20/09/06
Traducido
por Germán Leyens
Que se sepa, el obispo de Roma es un hombre
muy cuidadoso y deliberado, que acaba de nombrar a un especialista en
el mundo islámico para que sirva como ministro de exteriores del
Vaticano. Deben haber invertido mucho trabajo en la preparación en
las cuidadosas palabras de su conferencia. ¿Pero qué trata de lograr
Roma?
Su
Santidad el Papa Benedicto XVI hizo un discurso el 12 de septiembre en
la Universidad de Ratisbona [Regensburg] en su patria alemana. [Texto
completo en castellano en http://www.ssbenedictoxvi.org/mensaje.php?id=366,
N.d.T.] Habló de que “es razonable interrogarse sobre Dios por
medio de la razón”* y de “si la razón y la fe avanzan juntas de
un modo nuevo.” Su tema básico fue que ha habido una “síntesis
con el Helenismo lograda por la Iglesia en sus inicios” y que esta
relación entre el cristianismo y la filosofía y lógica griega ha
sido algo muy positivo. Advirtió contra aquellos que creen que esta síntesis
“no debe ser vinculante” para nuevos conversos de tradiciones
no-occidentales; este punto de vista, declaró: “no es falso, pero
es burdo e impreciso.” El pontífice quería evidentemente presentar
a la Iglesia Católica Romana como apoyando a la modernidad y a la
ciencia en general, y tanto occidental como tolerante.
El
Papa inició su homilía refiriéndose afectuosamente a sus años enseñando
en la Universidad de Bonn (a partir de 1959) cuando la universidad era
un “universo de la razón.” Luego hizo la transición a una
descripción de algunas de sus lecturas más recientes.
“Me
acordé de todo esto cuando recientemente leí la parte editada por el
profesor Theodore Khoury (Münster) del diálogo que el docto
emperador bizantino Manuel II Paleólogo, tal vez durante el invierno
del 1391 en Ankara, mantuvo con un persa culto sobre el cristianismo y
el Islam, y la verdad de ambos.”
Así
aludió a un encuentro entre un emperador bizantino (cristiano) y un
persa (es decir iraní) musulmán educado un siglo después de la última
Cruzada de envergadura. (Me pregunto si un persa participó realmente
en un diálogo con Manuel, o si el emperador simplemente compuso un diálogo
para expresar sus puntos de vista.) El emperador, según la cita de
Benedicto, dice al persa:
“Muéstrame
también aquello que Mahoma ha traído de nuevo, y encontrarás
solamente cosas malvadas e inhumanas, como su directiva de difundir
por medio de la espada la fe que él predicaba”.
BBC News
dice que el Papa
dijo “cito” dos veces, subrayando que no eran sus propias
palabras.
El
buen emperador Manuel consideraba que el Islam era irracional en su
presunto esfuerzo por difundirse por la fuerza. La reacción de Manuel
fue: “No actuar razonablemente (con «logos») es contrario a la
naturaleza de Dios. “Actuar razonablemente” explicó
deliberadamente el Papa en su discurso, significa actuar “con
logos” – un término tomado de la filosofía griega. El Papa no
volvió al tema del Islam, sino dedicó más bien su atención al
patrimonio helenista (impregnado de razón) de la Iglesia. Declaró,
lo que es interesante, que el Septuaginto (traducción del Antiguo
Testamento al griego desde el tercer al primer siglo a.C.) es “es de
por sí un testimonio textual, y un paso específico e importante de
la historia de la Revelación.” El sentido amplio, de nuevo, es que
la mente racional griega y la mente de la Iglesia son una: los pilares
de Occidente.
Hay
que recordar que los griegos, aparte de conformar el pensamiento
racional occidental, también moldearon nuestras ideas sobre geografía.
Los griegos fueron los primeros en dividir a “Europa” de
“Asia,” y opinaron que los griegos eran únicos y superiores a los
“asiáticos.” Los griegos, declaró el Padre de la Historia,
Herodoto, sabían que eran “libres,” mientras los asiáticos (en
particular los persas) tendían por naturaleza a ser esclavizados.
Esta construcción ideológica deriva de un siglo de conflictos –
las guerras greco-persas del Siglo V – pero ha sido repetida por
orientalistas durante siglos. Repetida por el Papa, por ejemplo, que
mientras era todavía el Cardenal Ratzinger declaró al periódico
francés Le Figaro que Turquía no debía ser admitida a la Unión
Europea “por que se trata de una nación musulmana” que “siempre
ha representado a otro continente a través de la historia, siempre en
contraste con Europa.”
Al
comenzar sus observaciones con la cita de un intercambio entre un
emperador griego bizantino y este “persa educado,” el pontífice
posiblemente enviaba un mensaje político no demasiado sutil. Puede
haber sido una respuesta a la carta educada del presidente iraní
Ahmadinejad al presidente Bush. Al terminar su discurso con dos
referencias a la necesidad de un “diálogo de culturas”
(genuinamente razonable, no-violento) Benedicto indudablemente aludía
a la campaña del ex presidente iraní Khatami por un “diálogo de
civilizaciones.” Es la réplica del Papa a esa petición, presentada
como reacción del mundo occidental (proveniente de esa memorable síntesis
judeo-cristiana-greco-romana) – a la Persia actual – la República
Islámica de Irán.
Después
de leer el discurso sólo tengo algunas preguntas propias al Vicario
de Cristo.
¿Actuaban los emperadores bizantinos generalmente según la “razón”
– más que sus contemporáneos persas, turcos, o árabes?
Consideremos
este personaje de Manuel II, al que el Papa califica de “docto.”
Coronado co-emperador por su padre, en 1373, perdió el poder a favor
de su hermano, que se apoderó del trono en 1376. ¿Cómo lo recuperó?
¡Pidiendo ayuda a los turcos musulmanes! Supongo que fue algo
razonable.
De
vuelta en el trono en 1379, sin duda actuando según el logos, ¡pagó
tributo al Sultán turco y efectivamente tuvo que vivir como vasallo
en la corte turca! Pero se rebeló en 1391, el mismo año en el que
mientras estaba en los barracones de Ankara, como dice el Papa, preparándose
para la guerra contra los turcos, escribió la observación
anteriormente citada sobre la naturaleza de Dios.
¿Y
qué pasó después? Según la Enciclopedia Británica [en inglés, N.
del T.]: “Un tratado en 1403 mantuvo la paz con los turcos hasta
1421, cuando el hijo y co-emperador de Manuel, Juan VIII, interfirió
en los asuntos turcos. Después que los turcos sitiaron Constantinopla
(1422) y tomaron el sur de Grecia /1423), Manuel firmó un tratado
humillante e ingresó a un monasterio.”
Tal
vez no haya sido tan razonable en esa ocasión meterse con esos
musulmanes. Tal vez el Papa podría haberlo dicho en su discurso.
Aquí,
en 1391, tenemos a un emperador en su campamento, provocando lo que
sería una desastrosa guerra contra musulmanes, mientras apoca
doctamente su religión. Quisiera preguntar al Papa: ¿Hubo algún
error en ese hecho?
Y:
¿Toleró en algún momento el Imperio Bizantino un “diálogo de
culturas” o aplicó la “razón” a temas religiosos?
Me
parece que los emperadores bizantinos, incluyendo a la dinastía de
los paleólogos desde el Siglo XIII, persiguieron a las minorías
religiosas, incluyendo a judíos, maniqueos y cristianos disidentes,
durante siglos en los que el mundo islámico mostró una relativa
tolerancia. He leído los textos de anatemas que virtualmente todos en
algunas partes del Imperio estaban obligados a pronunciar públicamente
en el Siglo VI: “Renuncio a Mani, Buda su maestro,” etc. So pena
de muerte, básicamente. No existía división entre Iglesia y Estado.
Muchos judíos bizantinos saludaron los primeros avances árabes
musulmanes, que los aliviaban de la persecución cristiana.
Uno
espera cada vez más distorsión e hipocresía histórica de los
discursos de funcionarios del gobierno Bush. El esfuerzo por presentar
la Guerra Contra el Terror como una guerra contra el
“islamofascismo” muestra su desesperación. Deben sentirse
deleitados de oír al papa cuando combina explícitamente al
cristianismo, Occidente, y la razón, mientras asocia implícitamente
al Islam con la violencia y la intolerancia irracional. ¡Qué simpático
que la erudición de Su Santidad se refiera elípticamente a Irán,
mientras el gobierno de Bush se prepara para atacarlo!
*
* * * *
Abriendo
nuevos horizontes para un pontífice romano, Benedicto se aventura por
el campo de la exégesis del Qur’an en su discurso, señalando que
el libro sagrado musulmán declara que:"No cabe coacción en
religión” (Surah 2: 256). Pero menciona que los “expertos” dice
que esto fue escrito en el periodo inicial en el que Mahoma [Muhammad]
mismo aún no tenía poder y estaba amenazado.” Se refiere
soslayadamente a “las disposiciones, desarrolladas sucesivamente y
fijadas en el Corán, acerca de la guerra santa” implicando que éstas
caracterizan con más exactitud a las enseñanzas islámicas. ¿No
dice que las verdaderas enseñanzas musulmanas son las que abogan por
la intolerancia y la violencia, y que las enseñanzas cristianas
presentan una alternativa racional no-violenta? Una tal interpretación
que alinea al Vaticano con los neoconservadores y con otros campos
islamófobos, podría tener serias implicaciones religiosas y políticas.
El
discurso de Ratisbona ha provocado un clamor en Pakistán, Turquía, Líbano
y Egipto. Que se sepa, el obispo de Roma es un hombre muy cuidadoso y
deliberado, que acaba de nombrar a un especialista en el mundo islámico
para que sirva como ministro de exteriores del Vaticano. Deben haber
invertido mucho trabajo en la preparación en las cuidadosas palabras
de su conferencia. ¿Pero qué trata de lograr Roma?
.-
Gary
Leupp es profesor de historia en la Universidad Tufts, y profesor
adjunto de religión comparativa. Es
autor de “Servants, Shophands and Laborers in the Cities of
Tokugawa Japan”; “Male Colors: The Construction of
Homosexuality in Tokugawa Japan”; e “Interracial Intimacy in
Japan: Western Men and Japanese Women, 1543-1900”. También
colaboró en la implacable crónica de las guerras contra Iraq,
Afganistán y Yugoslavia de CounterPunch: “Imperial
Crusades”.
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