Huelgas con elecciones presidenciales
Por Flor Beltrán
Corresponsal en París de Socialismo o Barbarie, 29/03/07
En medio de una campaña electoral aburrida, que deja a la gente
indiferente y descreída porque no se discuten los verdaderos
problemas, hay movilizaciones todas las semanas. Obreros del automóvil,
de la industria aeronáutica, maestros, profesores, funcionarios públicos
exigen mejoras y más empleos.
Huelgas en aumento
Ahora
los trabajadores protagonizan acciones importantes en grandes
empresas, en Citroen Aulnay están de huelga desde el 27 de febrero,
piden 300 euros de aumento salarial mensual, jubilación a 55 años y
que los contratados pasen a fijos. El ejemplo de Aulnay fue seguido
con paros en otras fabricas del grupo, generalmente a la iniciativa de
la CGT, en particular, en Mulhouse, Rennes y Poissy.
Los
huelguistas pararon a los gritos de: “Aumenten los salarios, no a los accionistas”
y de “Aulnay, Mulhouse, Sochaux,
Poissy, ¡la misma lucha! ¡Unidad para luchar!”
Además,
esta efervescencia surge en un contexto de aumento de la combatividad
en la metalurgia, en particular en el automóvil, con varias huelgas
victoriosas desde el principio del año (General Motors Estrasburgo,
Renaut Sovab-Batilly, Renault-Trucks Venissieux y otras) y numerosos
paros un poco por todas partes.
A
esto se suma la potente huelga del 6 de marzo en Airbus. Los obreros
de Airbus también luchan contra los despidos masivos previstos por la
empresa. Estas son acciones de lucha “europeas”, porque las
filiales están en Alemania, Francia, Inglaterra y España.
El
plan “Power 8”, aprobado por unanimidad por el Consejo de
Administración de EADS (casa matriz de Airbus), planea 10.000
despidos (actualmente hay 55.000 trabajadores) en Airbus (4.300 en
Francia, 3.700 en Alemania, 1.600 en Gran Bretaña, 400 en España).
El
plan propone, por otro lado, cierres de centros de producción (Laupheim
y Varel en Alemania, Saint-Nazaire-Ville en Francia) y ventas de
partes de la empresa (Filton en Gran Bretaña, Méaulte en Francia y
Nordenham en Alemania), lo que implicaría a largo plazo supresiones
de empleos suplementarias.
En
el mismo momento, la revista alemana Focus revela que Airbus
piensa pasar de 35 a 40 horas de trabajo semanales sin compensación
en el marco de su plan de reestructuración. Los pedidos de Airbus
están llenos: no se trata de disminuir las horas de trabajo, sino de
hacer trabajar más y gratuitamente a los asalariados que no serán
despedidos.
Del movimiento contra el Contrato Primer Empleo (CPE) en Francia, a las
huelgas en Italia, Grecia, etc., el movimiento obrero y social parece
haberse despertado en Europa y en el mundo. En distintos países, además
de estas luchas específicamente obreras, la gente se moviliza cada
vez más por diversas cuestiones, como la vivienda o los derechos de
los extranjeros, denunciando la acción de los poderes políticos.
Estas iniciativas nacen generalmente por fuera de los partidos
tradicionales y aparatos sindicales, que después les “apoyan” a
duras penas... para que no vayan mucho más allá.
Se presenta así un desfase entre la sociedad y la representación
política, que bajo distintas formas y magnitudes se constata en
todos lados. En Francia, el desfase entre la sociedad y la
representación política fue palpable en el voto contra el Tratado
constitucional europeo, aprobado por un 90% de los representantes políticos
y rechazado por 55% de los electores.
Crisis similares aparecen por todos lados,
expresando el “mal humor” de los ciudadanos: en Italia y Alemania,
las elecciones legislativas no dieron mayorías claras. El desfase
entre el pueblo y los dirigentes parece profundizarse, a pesar de que
los sondeos electorales no lo muestran con claridad.
¿Quiénes son los candidatos a la presidencia en Francia?
Las elecciones presidenciales francesas de 2007 se realizarán el 22 de
abril, con una segunda vuelta, el 6 de mayo de 2007. Éstas serán las
novenas elecciones presidenciales en llevarse a cabo en la V
Republica. Y también están reflejando el “desfase” de que
hablamos.
Los tres candidatos favoritos según las encuestas son: Nicolas
Sarkozy, de la derecha gubernamental, Ségolène Royal del
Partido Socialista, y el “centrista” François Bayrou, cuyo
inesperado ascenso en las encuestas ha sorprendido a más de uno.
Todos ellos cuentan con más de 20% de intenciones de voto.
Sarkozy candidato de la Unión por un Movimiento Popular-UMP (en francés,
Union pour un Mouvement Populaire), actualmente en el poder, ministro
del Interior saliente, provocó el levantamiento de los barrios en
2005, con sus ataques racistas a los hijos de inmigrantes. Su padre
era un aristócrata húngaro nazi... y de tal palo, tal astilla.
Ségolène Royal es candidata del Partido Socialista. El PS ha
gobernado con la derecha desde 1981, aplicando las mismas políticas
neoliberales. Asimismo, hizo campaña por el si a la constitución
neoliberal. Ahora Ségolène, que fue gerente de una gran empresa
privada, promete la “democracia participativa”... que nadie sabe
en qué consiste.
Bayrou, candidato de la Unión para la Democracia Francesa (en francés
Union pour la Démocratie Française), UDF, propone continuar
aplicando la política neoliberal de la unión europea. Este partido
“centrista” ha participado tanto en los gobiernos del PS como en
los de la derecha tradicional.
Después viene Jean-Marie Le Pen, eterno candidato del Frente
Nacional (Front National, FN), partido de extrema derecha. Su faceta más
conocida son sus ataques racistas a los inmigrantes, aunque ahora
tiene un serio competidor el Sarkozy. Su éxito electoral más sonado
fue en el 2002, cuando entró en la segunda vuelta de la elección
presidencial frente al actual presidente francés Jacques Chirac.
En quinto puesto en las encuestas está Olivier Besancenot, un
joven cartero de la Liga Comunista Revolucionaria, partido trotskista,
que tuvo 4,25 % en las elecciones de 2002.
Los otros candidatos con menos del 2% en las encuestas son Marie-George
Buffet, candidata del Partido Comunista –en franca decadencia;
conservan alcaldías y departamentos y han tenido ministros en los
gobiernos del PS–; Arlette Laguiller, de Lutte Ouvrière
(Lucha Obrera), partido trotskista “nacional”, extremadamente
sectario, y José Bové, independiente, líder campesino,
candidato de los altermundialistas que se oponen a la LCR y el PC. Las
encuestas le conceden a Bové apenas 1% de los votos, pero ha
acaparado la atención debido a una condena a cuatro meses de prisión
que pesa contra él por haber arrancado plantas de maíz genéticamente
modificado en 2004, por lo que podría ser encarcelado en cualquier
momento.
Cuando faltan cinco semanas para la cita electoral, no se descarta ningún
escenario, y el duelo en la segunda vuelta entre Sarkozy y Royal, que
casi nadie ponía en duda al principio de la campaña electoral, se ha
convertido en una hipótesis más.
Los sondeos sobre la elección presidencial no dan un resultado fiable,
ya que las encuestas se hacen por teléfono y 30% de la población no
está abonada, sino que se comunica por celulares. Recordemos que Chirac
fue elegido sólo con el 15% de los votos en la primera vuelta. El
que saldrá electo esta vez también tendrá poca ventaja y escasa
legitimidad.
Lo que es claro es que la alternancia bipartidista está en crisis:
desde los años de Mitterand la gente no se come el cuento de que con
los socialistas todo va mejorar.
A la izquierda del PC, las candidaturas de Bové y los trotskistas
El año pasado se había de una candidatura antineoliberal
“unitaria”. Alguna gente tenía esperanzas sinceras en esa
candidatura, pero más que todo fue una maniobra del PC para imponer
su propio candidato y luego pactar con el PS para segunda vuelta. Los
llamados “colectivos unitarios” –que en gran medida eran
“colaterales” del PC– estuvieron discutiendo durante mucho
tiempo un programa. Finalmente no resultó un verdadero programa, sino
una lista de demandas. Lo más importante es que no se dejaba en claro
si se votaría o no en el segundo turno por Ségolène Royal, la
candidata del PS.
Es que el proyecto del PC era aparecer como “unitario” y rabioso
“antiliberal” para atar todos los partidos de izquierda a su
candidata Marie-George Buffet, y luego “venderle” al PS el voto
por Ségolène en el segundo turno. Este sucio negocio es algo de vida
o muerte para la burocracia del PC: en decadencia total como partido
“de masas”, necesita apoyo del PS para conservar algunas
posiciones parlamentarias y municipales.
La negativa del PC y sus acólitos a aclarar esta cuestión de la
segunda vuelta provocó el retiro de la LCR, que exigía una resolución
contra el voto por Royal.
De todos modos, una minoría de militantes de la LCR –con críticas
porque la política de “unidad” fracasó []–
están haciendo campaña por el líder campesino José Bové, que
aparece como “independiente”, antipartido y “antineoliberal”...
pero que de ninguna manera es anticapitalista ni menos aún
socialista. Bové en sus discursos se centra en “aconsejar” al PS
un cambio de política...
Por su parte, la campaña de Besancenot –aunque, a diferencia de Bové,
la LCR es anticapitalista y denuncia al PS–, no ha pasado sin
embargo de ser una lista de consignas como “reparto de riquezas” y
“vivienda para todos”, sin explicar claramente que hay que cambiar
el sistema para salvar el planeta y la humanidad.
Es verdad que en Europa el tema del socialismo no está aún “de
vuelta”, como pasa en América Latina. Sin embargo, en los medios, y
sobre todo en los blogs en Internet, comienza a hablarse de la
necesidad de la “gran noche”, es decir, del día de la revolución.
En una campaña electoral lo que interesa a los revolucionarios no es
tener un 1 ó 2 % más, sino sobre todo aprovecharla para explicar
nuestras ideas. La campaña de la LCR parece hecha para atraer el voto
con pedidos o exigencias simples, pero sin centrarse en explicar lo
esencial.
En Francia cada candidato dispone del mismo tiempo de palabra en la
televisión. A diferencia del resto, Besancenot va a donde están las
luchas y luego habla de ellas por la TV. Pero también debería
explicar con paciencia que sólo una revolución obrera y socialista
puede ponernos en la vía para solucionar los problemas que hoy
padecemos. El “descreimiento” generalizado, indica que los
trabajadores y el pueblo están comprendiendo que no hay solución
en este sistema, pero no ven todavía una alternativa. La
clave es ganarlos para la alternativa del socialismo... el
verdadero, no el de Ségolène Royal.
[1]
Las corrientes de la LCR que apoyan a Bové son Socialisme
International (SI) y la “Plataforma B”. SI era una pequeña
organización que se integró a la LCR en 2002, provenientes de la
corriente del SWP inglés, con el que rompieron. También han
hecho “entrismo” en el PS francés, porque lo caracterizan
como el partido donde están las masas. La “Plataforma B”
constituye la derecha de la LCR, capituladora sistemática frente
al PS. No creen en la posibilidad de cambios por fuera de la
democracia burguesa y están por la formación de un gran
“frente antineoliberal” (no un frente de clase, ni menos
anticapitalista y socialista) capaz de triunfar en las elecciones.
En ocasiones anteriores han llamado a votar por el PS en las
segundas vueltas.
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