Polonia,
subcontratista
de la tortura
Por
Larisa Alexandrovna y David Dastych (*)
The Raw Story, 07/03/07
Rebelión,
11/04/07
Traducido
por Teresa Benítez (**)
La
CIA dirigía unas instalaciones para realizar interrogatorios y
detenciones de corta duración a presuntos terroristas en una escuela
de entrenamiento perteneciente al servicio de inteligencia polaco. Según
altos cargos del servicio de inteligencia, al corriente de estos
acuerdos, esta operación contaba con la aprobación explícita de las
autoridades británicas y estadounidenses.
Los
altos cargos del servicio de inteligencia identifican el emplazamiento
como parte de la escuela de entrenamiento de este servicio, que está
a las afueras del pueblo de Stare Kiejkuty situado al norte del país.
Aunque anteriormente ya se tenían sospechas, las instalaciones nunca
han sido identificadas claramente como parte del llamado programa de
rendición de cuentas y detenciones de la CIA.
Sólo
el primer ministro y algunos altos cargos de los servicios de
inteligencia de Polonia fueron informados sobre el plan, en el que
agentes de Estados Unidos trasladaban secretamente a presos alrededor
del mundo desde unas instalaciones a otras, realizando escalas e
interrogatorios de corta duración en Polonia entre finales de 2002 y
2004.
Según
un memorando confidencial del servicio de inteligencia británico al
que RAW STORY ha tenido acceso, el primer ministro británico Tony
Blair advirtió al entonces primer ministro polaco, Leszek Miller de
mantener la información en secreto, incluso a los miembros de su
propio gobierno. “A Miller se le pidió que se mantuviera lo más
hermético posible”, dice el memorando.
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Ubicación
de la ex base militar de Stare Kiejkuty
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El
complejo de Stare Kiejkuty, un recinto de la era soviética que fue
utilizado durante la Segunda Guerra Mundial por el servicio alemán de
inteligencia, es célebre por haber sido la única escuela de
entrenamiento rusa en funcionamiento fuera de la Unión Soviética. Su
prominencia en la época soviética sugiere que podría haber sido una
de las instalaciones en un principio identificadas – pero nunca
nombradas – cuando en noviembre de 2005 la periodista del Washington
Post, Dana Priest, reveló la existencia de la red de cárceles
secretas de la CIA. Preguntada por teléfono a este respecto, Priest
no llevó las acusaciones de su artículo más allá de su reportaje
inicial.
El
portavoz de la CIA Paul Gimigliano, no confirmó, aunque tampoco negó,
las acusaciones sobre las instalaciones en territorio polaco. Sólo
sostuvo que el programa de rendición de cuentas era legal y que
estaba siendo puesto en marcha “con muchísima prudencia”. “El
programa de interrogatorios de la CIA ha sido llevado a cabo
legalmente, siempre con mucho cuidado y de manera muy meticulosa y,
gracias a ello, hemos obtenido información esencial que nos ha
permitido deshacer algunas tramas y salvar vidas”, dijo Gimigliano
el lunes. “El programa de rendición de cuentas es una llave, una
herramienta legal en la guerra contra el terrorismo.” “Los Estados
Unidos no ejercen ni aprueban ningún tipo de tortura, y tampoco
trasladan a nadie a otros países para que sean torturados”, añadió.
Altos
cargos del servicio de inteligencia estadounidense confirmaron que la
CIA ya había hecho uso en el pasado del recinto de Stare Kiejkuty. No
obstante, en una conversación de carácter general sobre el programa
de la agencia, un antiguo oficial de alto rango dijo que la CIA nunca
ha realizado interrogatorios ilegales.
Otro
antiguo oficial de alto rango que se mantiene en el anonimato, dijo:
“nunca hemos torturado a nadie”. “Los enviamos a países que
practican la tortura, pero nunca a esta escala”. “El oficial añadió
que muchos trabajadores de la agencia tenían opiniones encontradas en
cuanto al programa de rendición de cuentas. “Los oficiales de
carrera se oponían rotundamente a este programa”.
Todas
las fuentes del servicio de inteligencia que han sido preguntadas
dicen que la CIA ha abandonado el programa de rendición de cuentas y
detenciones secretas.
Todos
los altos cargos del servicio de inteligencia polaco se negaron a
declarar al respecto. Sin embargo, en 2005, Zbigniew Siemiatkowski, el
anterior jefe del servicio de inteligencia polaco, declaró a una
agencia de noticias polaca que la CIA tenía acceso a dos zonas
internas de la escuela de entrenamiento de Stare Kiejkuty. Aún así,
las autoridades polacas, tanto las de ahora como las de entonces, han
negado rotundamente la participación de Polonia en el programa
clandestino.
En
2002 Estados Unidos y Reino Unido invitaron a Polonia a formar parte
del programa
Según
fuentes del servicio de inteligencia británico (MI6), en 2002
oficiales de alto rango de las administraciones de Bush y Blair
determinaron que la base de Bagram, cerca de Kabul, Afganistán, no
podía operar con eficacia de acuerdo a la política “sin
restricciones” implementada por la administración de Bush contra
los terroristas.
Los
altos cargos del MI6 dijeron que las dos administraciones decidieron
entonces enviar a presuntos terroristas de gran peligro a algunos
gulags secretos de Europa del Este. Los vuelos operados por la CIA
tuvieron que pasar por el espacio aéreo de numerosos países, entre
ellos, Reino Unido, Alemania, España y Polonia. Más tarde, altos
cargos de la Unión Europea y algunos grupos de defensa de los
derechos humanos declararon que estos interrogatorios podrían haber
violado la Convención de Ginebra y la Convención de Naciones Unidas
contra la tortura, de las cuales tanto Estados Unidos como Polonia son
firmantes.
Según
fuentes de los servicios de inteligencia británico y polaco, después
de una serie de encuentros secretos dirigidos por el jefe del MI6 Sir
John Scarlett en Londres y el entonces Jefe de la CIA George Tenet en
Washington, el servicio de inteligencia polaco fue invitado a formar
parte del proyecto.
Las
autoridades eligieron para los vuelos de tránsito, un apartado campo
de aviación ya raramente usado en la ciudad polaca de Szymany, al
norte del país. La cercana escuela de entrenamiento del servicio de
inteligencia podía utilizarse como un centro para realizar
temporalmente detenciones e interrogatorios de corta duración. La
Casa Blanca no ha querido hacernos comentarios al respecto. A Tenet no
lo hemos podido localizar.
La
administración de Clinton ya puso en marcha programas de rendición
de cuentas dirigidos a presuntos miembros de Al Qaeda. Estas
operaciones secretas, al margen de la CIA, fueron realizadas de forma
limitada e intermitente. Sin embargo, con la llegada al poder de la
administración Bush la rendición de cuentas, una medida en un
principio excepcional, se ha convertido en una política implementada
a gran escala.
El
aeropuerto Szczytno–Szymany
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Aeropuerto
Szymany
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El
aeropuerto Szczytno–Szymany era un campo de aviación militar al
noreste de Polonia. Contaba con una de esas grandes pistas de
aterrizaje donde los enormes aviones militares del Pacto de Varsovia,
fabricados en la Unión Soviética realizaban aterrizajes.
Anteriormente había servido como pista de aterrizaje para los
bomberos de la Luftwaffe alemana, que tenía a Varsovia en el punto de
mira durante la Segunda Guerra Mundial. En 1996, siete años después
de la caída del régimen comunista en Polonia, este campo de aviación
militar fue convertido en una empresa privada: Aeropuerto “Mazury–Szczytno”.
Sin
embargo, el tráfico aéreo no era suficiente para aportar buenos
ingresos al estado y a los dueños privados del aeropuerto, así que
su asfalto fue también utilizado en carreras de coches y motos.
Asimismo algunas reparaciones y producciones a pequeña escala,
completaban el presupuesto de la empresa.
Pero
todo cambió con el comienzo de la operación “Libertad Duradera”
– la campaña militar de Estados Unidos contra Afganistán en
respuesta a los atentados del 11 de septiembre de 2001. Según algunos
vecinos de Szymany y trabajadores del aeropuerto, en los años
posteriores aviones americanos llegaban al aeropuerto desde Afganistán
para continuar su viaje hacia Marruecos, Uzbekistán y Guantánamo.
La
entonces directora del aeropuerto Szymany, Mariola Przewlocka, declaró
a los investigadores de la Unión Europea que probablemente esos
vuelos estarían relacionados con el recinto del servicio de
inteligencia de Stare Kiejkuty, a unos 19 kilómetros del aeropuerto.
Przewlocka
dijo que “cada vez que uno de los vuelos sospechosos iba a proceder
a su aterrizaje recibíamos órdenes directas de los guardas
fronterizos según las cuales las autoridades aeroportuarias no podían
acercarse al avión y que sólo los servicios y el personal militar se
harían cargo de los aterrizajes”.
“El
pago por los servicios se hacía en efectivo. A veces pagaban cuatro
veces la cantidad normal”, declaró la antigua directora del
aeropuerto. El desembarco de los pasajeros se llevaba a cabo en una
alejada esquina de la pista de aterrizaje del aeropuerto. Había gente
que salía y entraba de coches cuatro por cuatro con los cristales
opacos”.
Según
altos cargos de los servicios de inteligencia británico y polaco, se
han visto coches yendo y viniendo de las instalaciones del servicio de
inteligencia de Stare Kiejkuty, donde los agentes estadounidenses
llevaban a cabo interrogatorios de corta duración antes de desplazar
a los prisioneros a otras ubicaciones.
Przewlocka
también ha hablado detalladamente con un corresponsal del Chicago
Tribune, que viajó a Szymany el mes pasado.
Probablemente
esas cárceles secretas eran algunos de los llamados “sitios
negros”
Algunos
antiguos altos cargos de servicios de inteligencia europeos y
estadounidense han declarado que las cárceles secretas de la Unión
Europea que fueron detectadas, inicialmente, por el Washington Post,
no están situadas permanentemente en el mismo sitio, haciéndose muy
difícil su identificación.
Lo
que algunos han designado como una red de cárceles secretas, dicen
estos altos cargos, era seguramente una serie de instalaciones
utilizadas temporalmente por Estados Unidos en función de sus
necesidades. Los “sitios negros” (instalaciones utilizadas para
actividades clandestinas) provisionales pueden ser tan pequeños como
una habitación en un edificio gubernamental, y adquiere la condición
de sitio negro en el momento en que un prisionero es llevado allí
para ser detenido e interrogado durante un intervalo corto de tiempo.
Por
ejemplo, los detenidos podían ser llevados de un sitio negro
provisional localizado en un país a otro situado en otro país, sin
permanecer mucho tiempo en ninguno de los sitios, para no llamar la
atención. Esta forma de organizarse, dicen las fuentes, permite tanto
a Estados Unidos como al país anfitrión negar estos hechos. Los
investigadores que busquen unas instalaciones permanentes nunca
encontrarán nada. Eso sí, estos sitios negros, según fuentes,
siempre estarían situados cerca de un aeropuerto.
John
Pike, experto en seguridad de Washington y presidente de Global
Security dice que las detenciones de corta duración en instalaciones
ya existentes representan una buena técnica profesional del espionaje
y una perspectiva más plausible que una red de prisiones para
condenas puntuales y de larga duración. “Una operación de corta
duración no necesita la aprobación de una alta autoridad y además
aparentemente no implica a mucha gente”, declaró Pike. “Cuando la
operación empieza a llamar la atención, no hay más que trasladar a
los presos”. “Es como el juego del perro y el gato”, añadió.
Presiones
de Estados Unidos y Gran Bretaña para mantener el secreto
Tras
la revelación realizada por el Washington Post, los países miembros
de la Unión Europea empezaron a exigir explicaciones.
Según
varias fuentes entrevistadas para este reportaje, como altos cargos de
los servicios de inteligencia británico y polaco, periodistas y otras
fuentes de la Unión Europea, los países participantes en el programa
de detenciones y rendición de cuentas de Estados Unidos y sus
gobiernos, fueron totalmente dejados al margen de toda esta operación.
Algunos funcionarios dicen que los contactos de las administraciones
de Bush y Blair eligieron de forma exhaustiva a algunos políticos de
la Unión Europea y otros países, sin poner al corriente de todo esto
a sus respectivos gobiernos.
La
fugacidad de la red de cárceles, sumada al hecho de que sólo unos
pocos miembros de la Unión Europea estaban enterados de los detalles
de este programa, dificultaron en suma medida el trabajo de los
investigadores de la Unión Europea que pretendían poner en claro las
acusaciones de la existencia de lugares de detención secretos.
En
noviembre de 2006, una delegación de diez miembros de la UE viajó a
Polonia para investigar el aeropuerto de Szymany y las instalaciones
de Stare Kiejkuty. El informe que elaboraron señala que los
representantes del gobierno en un principio aceptaron tener un
encuentro con los delegados europeos, pero que una vez estos en
Polonia, rechazaron la cita. Los delegados pidieron entrevistarse con
veinte representantes del gobierno polaco, algunos periodistas y otras
personas, pero finalmente sólo se les permitió hablar con nueve
personas, de las cuáles sólo una minoría aportó información
importante para la investigación.
Una
de las entrevistas más interesantes fue la que se le hizo a Jerzy Kos,
antiguo presidente del aeropuerto Szczytno–Szymany. Según el
informe, Kos declaró que durante el periodo en el que el aeropuerto
estaba bajo su autoridad, éste pertenecía a la Agencia de Propiedad
Militar y que, de hecho, estaba alquilado a su empresa. Kos declaró
que el Boeing 737 que aterrizó el 22 de septiembre de 2003 fue
tratado como vuelo militar y, en consecuencia se aplicó un
procedimiento militar estándar. El carácter militar del vuelo fue
determinado por la policía de fronteras quienes aceleraron algunas
llegadas. “El procedimiento militar es un procedimiento
simplificado, donde está previsto que no haya declaración de
aduanas”, señaló Kos a los investigadores. Kos no disponía de
información sobre los pasajeros ya que el procedimiento dependía de
los militares y no del personal civil del aeropuerto.
Kos
explicó que durante el periodo bajo su responsabilidad – de 2003 a
2004 – los vuelos de Gulfstream que transitaban por el aeropuerto
fueron tratados como vuelos militares y que lo mismo había ocurrido
en septiembre de 2003 con el vuelo del Boeing 737 en cuestión.
“Los
controladores aéreos recibían información mediante fax de la
Agencia del Tráfico Aéreo con base en Varsovia sobre el aterrizaje
de aviones de Gulfstream en el aeropuerto”, declaró Kos.
Adam
Krzykowski, periodista de la televisión pública polaca aportó más
detalles. Según Krzykowski, la tripulación del Boeing 737 estaba
compuesta por siete personas, a las que se sumaron 5 pasajeros en el
aeropuerto de Szymany, que declararon ser hombres de negocios. Según
el informe de la UE, Krzykowski sostenía que las 12 personas
(tripulación y pasajeros) eran “ciudadanos estadounidenses”.
“El vuelo del Boeing no se sometió al procedimiento estándar de
control de fronteras sino a…un procedimiento simplificado. El
procedimiento simplificado significa que ningún agente de aduanas
estuvo presente durante el control y que los pasajeros estaban sujetos
a un control basado exclusivamente en la lista proporcionada por la
policía de fronteras”, declaró Krzykowski.
El
informe final de la investigación realizada por la Unión Europea
sobre Polonia y los otros países presuntamente implicados en el
programa de rendición de cuentas puede leerlo aquí. La mayoría de
las personas que los investigadores de la UE intentaron entrevistar no
prestaron ninguna colaboración. Entre esas personas se encuentran
representantes de gobiernos, periodistas y altos cargos de Estados
Unidos.
Dana
Priest, la periodista del Washington Post que recibió el Premio
Pulitzer por su reportaje sobre los centros secretos de detención de
la CIA, se negó a hablar con los investigadores de la UE.
A
este respecto, Priest ha dicho, que “el Washington Post no permite a
sus periodistas responder a preguntas formuladas por gobiernos de
cualquier procedencia, así que no hay nada de raro en mi decisión”.
El
único miembro de la administración de Bush a quien se le ha
permitido hablar sobre el programa con la UE es la Secretaria de
Estado, Condolezza Rice, quien dijo que esperaba que los aliados de
Estados Unidos cooperaran y que no hicieran declaraciones sobre las
operaciones antiterroristas de suma importancia.
La
reapertura del aeropuerto de Szymany
El
protagonismo del aeropuerto internacional de Szymany llegó a su fin
en 2006 cuando finalizó la investigación de Parlamento Europeo que
no logró sacar en claro ninguna conclusión ni prueba que demostrara
la existencia de cárceles secretas de la CIA en Polonia.
Altos
cargos polacos se negaron a colaborar y negaron vehementemente haber
jugado ningún papel en el programa de la CIA. La empresa responsable
del aeropuerto tuvo que suspender sus actividades debido a la polémica
sobre la propiedad del campo de aviación Szczytno–Szymany.
En
noviembre de 2006 la empresa firmó un contrato de arrendamiento con
la Agencia de Propiedad Militar que todavía es la propietaria del
terreno y de las instalaciones. Este contrato abrió el camino de la
financiación del aeropuerto por parte de la administración regional
y el gobierno polaco.
El
campo de aviación de Szymany, que ahora está en manos civiles y
presuntamente libre de “vuelos de rendición”, pronto se convertirá
en un aeropuerto regional. Su situación privilegiada en la región de
los grandes lagos de Mazuria propulsará probablemente su desarrollo,
y la historia sobre los vuelos secretos de la CIA será con seguridad
un atractivo reclamo para los turistas.
*
Muriel Kane ha realizado la búsqueda de información y John
Byrne ha escrito este reportaje. Larisa Alexandrovna es la
redactora jefe de investigación y corresponsal especializada en
servicios de inteligencia y seguridad nacional para Raw Story. Para
contactar con ella: larisa@rawstory.com. David Dastych es un
antiguo agente del servicio de inteligencia polaco que sirvió entre
1960 y 1980 y que trabajó como agente secreto para la CIA desde 1973
hasta su arresto por espionaje en 1987 por el gobierno comunista de
Polonia. Dastych salió de la cárcel en 1990 tras la caída del
comunismo y, desde entonces, ha colaborado voluntariamente con los
servicios de inteligencia occidentales investigando el mercado negro
nuclear en Europa del Este y en Oriente Medio. En 1994 una grave
herida lo confinó a una silla de ruedas. Desde entonces Dastych
trabaja también como periodista de investigación especializado en
terrorismo, servicios de inteligencia y crimen organizado.
** Teresa Benítez es
traductora de Cubadebate, Rebelión y Tlaxcala.
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