Rice y los misiles de la "guerra fría"
IAR Noticias, 16/05/07
En lo que ella misma califica como su
"misión más difícil" desde que ocupa el cargo, la
secretaria de Estado de EEUU, Condoleezza Rice, se encuentra de visita
en Rusia con el objetivo de bajar los decibeles de la escalada
desatada tras la llamada "crisis de los misiles" en el
espacio post soviético de Europa del Este.
En un ambiente gélido como sus ojos, el
presidente ruso, Wladimir Putin (a quién el jefe del Pentágono,
Robert Gates llamó "viejo espía") recibió el
martes a una reputada experta en temas soviéticos, Condoleezza
Rice, la halcona negra, quién ejerce la jefatura de la política
exterior imperial norteamericana.
Abriendo el paraguas, La secretaria de Estado
señaló que "no es un período fácil" para las
relaciones entre EEUU y Rusia, aunque descartó que ambos países
hayan entrado en una "nueva Guerra Fría" al iniciar una
visita de tres días a Moscú marcada por todo tipo de especulaciones
en la prensa estadounidense y europea.
Durante la estancia de Rice en Moscú, el
portavoz de Exteriores de Rusia, Mijaíl Kamynin marcó con claridad
el tema central de la agenda afirmando que Rusia exhortó a
Washington a dar solución al conflicto surgido con el sistema defensa
antimisiles (ABM) que EEUU planea instalar en Europa del Este.
EEUU pretende establecer una base antimisiles
en Polonia y un centro de control por radar en República Checa como
parte de su programa de Defensa Nacional de Misiles para 2011.
Especialistas en materia de seguridad, señalaron
que la base podría formar parte de los intentos de Estados Unidos
para hacer frente a futuras amenazas de China y Rusia, pero
sostienen que Moscú ya desarrolló la tecnología que le permitiría
sortear el costoso proyecto de un escudo de defensa.
"La solución de dichos problemas debe
responder a los intereses de seguridad de todos los Estados de Europa.
Por ello proponemos analizarlos tanto en formato colectivo, en
particular en el marco del Consejo Rusia – OTAN, como de modo
bilateral", dijo este martes el portavoz de la chancillería rusa
entrevistado por la agencia RIA Novosti.
Las relaciones bilaterales entre ambas
potencias se encuentran en su nivel más bajo en varios años,
enfriadas por el proyecto norteamericano de escudo antimisiles y por
las críticas de Washington a la "falta de democracia" en
Rusia.
Guerra fría y armamentismo
El presidente Vladimir Putin, con quien Rice se
reunió este martes, desató una escalada en febrero pasado cuando
acusó a la administración de George Bush de "desestabilizar"
el mundo con su visión "unipolar" y de querer reactivar la
carrera armamentista con su proyecto de escudo antimisiles.
Putin también acusó a
EE.UU. de generar un mundo inseguro al usar la fuerza para
solucionar los problemas internacionales.
El presidente ruso advirtió
que el uso intensificado de la fuerza militar por parte de Estados
Unidos está provocando una nueva carrera armamentista, pues
las naciones más pequeñas han adquirido interés por desarrollar
armas nucleares.
Esta polémica reactivó la idea de una
nueva "Guerra Fría" entre EEUU y Rusia.
Al reunirse con la secretaria de Estado de EEUU,
este martes, Vladímir Putin confirmó el rechazo Rusia a la
instalación del sistema estadounidense de defensa antimisiles (ABM),
apuntalando la lo dicho por ministro de Exteriores de Rusia,
Serguei Lavrov.
Los frentes de conflicto
Junto al proyecto de escudo espacial que
Washington planea para Europa, otros conflictos enturbian la
relación y alimentan la "guerra fría", como la
injerencia creciente de Washington y la Unión Europea en las ex repúblicas
soviéticas.
Parte de las
ex repúblicas comunistas de Europa del Este que conformaron la Unión
Soviética –y el Pacto de Varsovia–, ahora son miembros de la
OTAN., la fuerza militar liderada por Estados Unidos que nació para combatir
la expansión militar del ex Imperio Soviético del que formaban
parte estos flamantes miembros de la alianza atlántica.
Desde el fin
de la Guerra Fría, la estructura militar controlada por
Estados Unidos primero, incorporó a Polonia, Hungría y la República
Checa, y ahora se extiende a Rumania y Bulgaria. Además, con las tres
repúblicas bálticas de Lituania, Letonia y Estonia, llega casi hasta
Finlandia.
Con la
ampliación de la OTAN con "socios confiables" de las
ex repúblicas soviéticas de Europa del Este, Estados Unidos consiguió
la consolidación de su poder geopolítico y militar estratégico
en la región, en desmedro de Rusia, y China que
ven afectadas y desestabilizadas sus fronteras y áreas de influencia.
El caos y la
desestabilización planificada con las "revoluciones de
terciopelo" en el Asia Central forman parte del mismo proyecto
estratégico, cuyo objetivo central apunta a desestabilizar las
fronteras y áreas de influencia de Rusia con el propósito del
control militar y geopolítico sobre las ex repúblicas soviéticas.
En este escenario,
y luego de asumir la presidencia en el 2000, Vladimir Putin, formado
en el mundo del espionaje (KGB), con el petróleo como
instrumento geopolítico–económico estratégico, ponía en marcha
su proyecto de relanzar a Rusia como la gran potencia del siglo XXI
En el marco de la nueva "Guerra
Fría" se destaca el choque de intereses geopolíticos entre
Rusia y Estados Unidos en los ex enclaves soviéticos de Europa del
Este y el Asia Central, a los cuales se vinculan las revueltas en Kirguizistán
y Uzbekistán con los últimos cambios políticos en Georgia,
Ucrania y Moldavia.
Moscú y sus
servicios de inteligencia afirman que EEUU y sus socios de la Unión
Europea, utilizando la fachada de organizaciones no gubernamentales (ONGs),
vienen realizando una campaña desestabilizadora contra Rusia y
contra el espacio post–soviético, y la frustrada operación en
Bielorrusia (cuyos últimos comicios fue ganada por el presidente
pro–ruso), conformó la jugada más reciente en ese tablero.
Este martes en Moscú, Rice intentó suavizar
el tono de la disputa y dijo que no le interesan "términos
como nueva Guerra Fría".
"Como alguien que vivió ese período,
como especialista, creo que los paralelismos sinceramente no tienen
base alguna", afirmó Rice, que fue una experta sobre la Unión
Soviética en los años en los que daba clases en la prestigiosa
Universidad de Stanford (California).
"Las cosas no cambian de la noche a la mañana
pero, francamente, nos gustaría ver un cambio en Rusia más rápido
de lo que están cambiando, y para mejor", añadió.
A lo que el vocero de la Cancillería rusa,
Mijail Kamynin, replicó: "No necesitamos lecciones, sino un
trabajo común en busca de soluciones".
Polvorín nuclear
Este martes, Rusia ratificó ante la la jefa
diplomática del Imperio que está en contra del emplazamiento en
Europa de elementos del sistema de defensa antimisiles estadounidense,
porque encuentra inconsistentes las explicaciones de que EEUU lo
necesita para defenderse de los misiles balísticos de Irán y Corea
del Norte.
El cruce más duro
entre Washington y Moscú se dio en mayo del año 2006 cuando Dick
Cheney, el desprestigiado vicepresidente de EEUU, declaró que
''En muchas áreas de la sociedad civil, desde la religión y los
medios de comunicación hasta los grupos independientes y los partidos
políticos, el gobierno (ruso) ha restringido injustamente los
derechos de su pueblo''. Cheney también criticó la utilización del
petróleo y el gas rusos para amedrentar a sus vecinos.
Al hablar en la
reunión de los dirigentes de las zonas del mar Negro y del mar Báltico
celebrada en Vilnius de Lituania, Cheney acusó a Rusia de apartarse
de la democracia, restringir los derechos humanos y aprovechar la
superioridad de recursos energéticos para "chantajear" a
otros países.
Para el influyente
diario de negocios 'Kommersant" las palabras de Cheney
marcaron el "comienzo de la segunda Guerra Fría", y
se remontaron al famoso discurso de Churchill en Fulton (Missouri), en
el que condenó el expansionismo de la Unión Soviética en la Europa
oriental con el rótulo de "Cortina de Hierro" que durante décadas
expresó la división entre el este y el oeste.
Más cercanos en el
tiempo, y precisando el marco de la visita de Rice a Moscú, analistas
de EEUU y Europa señalan a la nueva "guerra fría" entre
Washington y Moscú como una contradicción de intereses estratégicos
económicos–geopolíticos y militares que ya está tocando el
plano de la supervivencia de las dos potencias nucleares más
poderosas del planeta (juntas concentran el 90% del poder nuclear y
militar).
La propuesta estadounidense para instalar un
sistema antimisiles en Polonia y República Checa motivó que un alto
jefe militar ruso, el mes pasado, advirtiera de que el plan
llevaría a que Moscú apunte sus misiles hacia sus antiguos
aliados.
El general Nikolai Solovtsov, jefe de
las fuerzas rusas de misiles, lanzó su advertencia mientras
Washington seguía negando que existiese una "guerra fría"
entre ambas potencias.
Los funcionarios estadounidenses saiguen
explicando que los 10 misiles de intercepción propuestos, los que
podrían detener un ataque desde el Medio Oriente, no tienen como
blanco a Rusia, país que tiene un vasto arsenal nuclear y podría derrotar
fácilmente un sistema tan pequeño, simplemente al lanzar más de
10 misiles.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, alertó
en una conferencia sobre seguridad, realizada en Munich, que el
escudo avivaría una nueva carrera armamentista y juró que la
respuesta de su país, que sigue fuera de la alianza, sería "efectiva
y asimétrica del más alto grado".
En este escenario, Condoleezza Rice, la halcona
negra de Washington, se entrevistó, el martes, con el "viejo espía"
ruso , Wladimir Putin, para aflojar tensiones y solidificar
acuerdos que enfríen la creciente escalada entre las dos
superpotencias.
Algo que hasta el momento los expertos
consideran como una "misión imposible".
Rusia
y EEUU exhiben en Moscú el deterioro de sus relaciones. Putin y Rice
chocan por el plan para Kosovo y el escudo antimisiles
Reunión
sin avances y con ecos de guerra fría
Por
Dmitri Polikárpov
Corresponsal
en Rusia
El
Periódico, 16/05/07
Moscú.-
El presidente ruso, Vladimir Putin, y la secretaria de Estado
estadounidense, Condoleezza Rice, se reunieron ayer en Moscú en una
cita que puso de manifiesto las crecientes tensiones en las relaciones
bilaterales. Mientras que Putin reiteró el rechazo del Kremlin a la
propuesta de independencia de Kosovo bajo supervisión internacional,
defendida por EEUU, Rice declaró que Washington seguirá con el
despliegue de su escudo nuclear en Europa pese a las protestas y
amenazas rusas.
La
planeada sesión fotográfica en la que Rice y Putin iban a ser
retratados juntos fue cancelada. En lo único en lo que coincidieron
fue en la necesidad de moderar la retórica beligerante sobre las
relaciones bilaterales, que ha evocado los tiempos de la guerra fría.
En varios discursos recientes, Putin ha acusado a EEUU de monopolizar
el papel de "gendarme mundial" en la solución de crisis
internacionales.
Desafío
La
semana pasada, en un discurso con motivo del aniversario de la derrota
del nazismo, el presidente ruso criticó "la ausencia de respeto
a la vida humana y pretensiones de exclusividad global como en el
tiempo del Tercer Reich". Aunque Putin no mencionó a ningún país,
Washington lo consideró como un desafío a EEUU.
"El
presidente apoyó la posición estadounidense de que es necesario
moderar la retórica y concentrarse en asuntos concretos", dijo a
la prensa el ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov. Pero en esos
asuntos concretos no hubo ningún acuerdo. En un tema clave, el futuro
estatuto de Kosovo, el Kremlin declaró que no se perfila una solución
mutuamente aceptable. "Se acordó buscar una solución en Kosovo
que sea aceptable para todos, pero no existe tal solución a la
vista", dijo Lavrov.
El
ministro de Exteriores reiteró el rechazo ruso a los planes de EEUU
de desplegar su sistema de defensa antimisiles en Europa.
"Nuestra posición al respecto fue reafirmada", dijo. Rice
respondió tras la reunión: "No creo que alguien espere que EEUU
vete sus intereses de seguridad nacional. Necesitamos progresar usando
nuevas tecnologías para nuestra defensa y lo vamos hacer".
Horas
antes de su encuentro con Putin y Lavrov, la secretaria de Estado se
entrevistó con representantes de la opinión pública rusa en la
embajada de EEUU en Moscú.
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