Más
tensión con EEUU y la Unión Europea
Rusia
abandona un tratado clave y se agrava la "nueva guerra fría"
IAR–Noticias,
14/07/07
Rusia
agregó más tensión a la crisis con EEUU y la Unión Europea al
retirarse de un tratado clave que regula y limita el uso de armas y el
despliegue de fuerzas militares convencionales en Europa. La decisión
de Moscú agrava el
conflicto desatado a raíz del proyecto del escudo nuclear
norteamericano, y ya ha generado duras respuestas de la OTAN.
En
rechazo a la injerencia militar estadounidense en sus fronteras y en
el espacio post soviético, el gobierno de Rusia conducido por
Wladimir Putin cumplió este sábado su amenaza de suspender su
participación en el Tratado sobre las Fuerzas Convencionales en
Europa (FACE), que limita el despliegue de armamento en el continente.
El
presidente ruso, firmó el sábado el decreto mediante el cual
suspende la participación de Rusia en el FCE. La reglamentación
entra en vigor el mismo día de su firma, según el texto difundido
por el Kremlin.
Wladimir
Putin, que a principios de año denunció que EEUU estaba llevando al
mundo a una nueva carrera armamentista, advirtió en varias
oportunidades que pensaba retirarse de dicho tratado a causa de la
creciente presencia militar estadounidense en sus fronteras, refiriéndose
especialmente al proyecto de despliegue de un escudo antimisiles en
Europa por parte de EEUU.
"El
presidente ruso, Vladimir Putin, ha firmado un decreto sobre la
suspensión de la aplicación por la Federación de Rusia del Tratado
sobre las Fuerzas Convencionales en Europa y los acuerdos
internacionales relacionados con dicho tratado", señala el
comunicado de Moscú.
Este
paso se ha tomado debido "a las extraordinarias circunstancias
que afectan a la seguridad de la Federación Rusa y exigen la adopción
de unas medidas inaplazables", señala la nota oficial.
No
se precisa cuáles son estas "extraordinarias
circunstancias".
El
tratado fue firmado en 1990 por los entonces presidentes de EEUU y la
URSS, George Bush y Mijail Gorbachov, y luego enmendado en 1999 para
tener en cuenta los cambios registrados en Europa del Este tras la
desintegración de la antigua Unión Soviética.
Sin
embargo, aunque Rusia ratificó el tratado, EEUU y algunos otros países
de la Alianza Atlántica no lo han hecho, ya que insisten en que Moscú
debe retirar sus tropas de Georgia y de la región moldava de Cisdniéster,
donde están en contra de la voluntad de Moldavia.
Ahora,
la reacción de la OTAN al decreto firmado por Putin ha sido
contundente.
La
decisión rusa es "un paso en la dirección equivocada",
afirmó el portavoz de la Alianza Atlántica, James Appathurai.
"La
OTAN lamenta esta decisión. Los países aliados consideran que el
Tratado es una piedra angular importante de la seguridad
europea", ha añadido.
Por
su parte, el ministro alemán de Asuntos Exteriores, Frank–Walter
Steinmeier, ha expresado su "grave preocupación".
La
decisión rusa se produce en medio de la disputa entre Moscú y
Washington por los planes de EEUU de desplegar elementos de su escudo
antimisiles en Europa Central y Oriental, que Rusia considera una
"amenaza directa" para su seguridad.
Sin
embargo, el portavoz de la OTAN ha destacado el punto de vista
occidental de que el tratado FACE "no tiene nada que ver con la
defensa antimisiles", por lo que "no deberíamos
mezclar" ambas cuestiones.
El
Kremlin había acusado a la OTAN de no cumplir con el FACE e incluso
había propuesto convocar una conferencia extraordinaria de los
estados firmantes.
En
respuesta, la secretaria de Estados norteamericana, Condoleezza Rice
había exhortado a Moscú que no abandonara el FACE, "uno de los
más importantes acuerdos del siglo XX".
Putin
comenzó a sugerir ya en abril que Rusia podría suspender el tratado,
que fue uno de los elementos que trató el secretario general de la
OTAN, el holandés Jaap de Hoop Scheffer, durante el viaje que realizó
a Moscú el pasado 26 de junio para repasar la cooperación bilateral.
En
una conferencia internacional sobre Seguridad en Alemania, en abril
pasado, Vladimir Putin advirtió que el uso intensificado de la fuerza
militar por parte de Estados Unidos está provocando una nueva carrera
armamentista, pues las naciones más pequeñas han adquirido interés
por desarrollar armas nucleares.
El
presidente de Rusia, también criticó o las acciones
"unilaterales" de EEUU y la ampliación de la OTAN al este
de Europa, al tiempo que defendió a Irán y pidió paciencia con el
el desarrollo de su programa nuclear.
Putin
hizo estas declaraciones en el marco de la Conferencia de Seguridad en
Múnich, Alemania, con la participación de 250 personalidades de 40
países, entre ellos la canciller Angela Merkel, el secretario general
de la OTAN, Jaap de Hoop Scheffer, y el Alto Representante de la UE
para Política Exterior y de Seguridad, Javier Solana.
El
presidente ruso aprovechó
el lema elegido este año por la conferencia, "Crisis global,
seguridad global", para criticar lo que calificó de intentos de
EEUU de hacer un mundo unipolar mediante acciones unilaterales al
margen de la legalidad internacional.
Un
informe presentado en mayo pasado al Congreso estadounidense por el
jefe de las fuerzas de la OTAN en Europa,
general Bantz Craddock, advierte que la estrategia y la
creciente influencia de Rusia van en contra de los intereses de
seguridad de EEUU y de la OTAN.
El
conflicto de Rusia con el eje EEUU–Unión Europea se recalentó
cuando el presidente ruso
advirtió sobre el riesgo
de "transformar a Europa en un polvorín" si Estados Unidos
llegara a desplegar junto con la Organización del Tratado del Atlántico
Norte (OTAN) un escudo antimisiles en Polonia y Checoslovaquia.
La
advertencia fue simultánea al anuncio del Ministerio de Defensa ruso
que confirmaba que Moscú había probado con éxito un nuevo proyectil
intercontinental, capaz de portar hasta diez cabezas nucleares y
superar los sistemas de defensa convencionales de misiles.
Por
otra parte, la decisión del gobierno de Putin de no dar marcha atrás
con su oposición a la instalación del sistema de vigilancia AMB
yanqui frustró el objetivo principal de la visita de la secretaria de
Estado a Moscú, en mayo pasado, dejando en fojas cero las
negociaciones.
Ese
fue el marco geopolítico y la crisis de intereses estratégicos
Washington–Moscú no resueltos que rodearon la cumbre de Bush y
Putin en la paradisíaca residencia familiar en Kennebunkport, Maine,
hace dos semanas.
Tras
esa cumbre, ilustrando su fracaso, se produjo la decisión de Moscú
de abandonar el tratado militar en Europa.
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