Opina
el general Leonid Ivashov, experto ruso en materia de defensa
“A
EEUU le esperan en el futuro conflictos todavía más fuertes con
Rusia, China e India”
Entrevista
de Yuri Plutenko
RIA Novosti, Moscú, 24/07/07
La principal
herramienta de la política estadounidense es el dictado económico,
financiero, tecnológico y militar.
Implantándolo, EEUU
procura asegurarse la hegemonía mundial. Su estrategia de seguridad
nacional indica explícitamente la necesidad de garantizar el acceso
sostenible, es decir, controlado, hacia las regiones clave del
planeta, las comunicaciones estratégicas y los recursos globales. Se
trata de una estrategia consagrada en forma de ley, lo cual nos lleva
a la conclusión de que a EEUU le esperan en el futuro conflictos
todavía más fuertes con Rusia, China e India.
Washington se empeña
en construir un sistema capaza de neutralizar el potencial nuclear de
sus rivales estratégicos, Moscú y Pekín, para lograr un monopolio
en el terreno militar. EEUU quiere desplegar su escudo antimisil no
solamente en Europa sino también en otras partes del mundo, para ver
cuanto está pasando en Rusia y China. Asimismo, procura incrementar
su arsenal ofensivo a un ritmo que supera incluso al del período de
la Guerra Fría.
Después del colapso
de la Unión Soviética, la OTAN perdió el carácter defensivo que
había tenido a la hora de su fundación, en 1949, para transformarse
en una herramienta poderosa y agresiva al servicio de la oligarquía
mundial, afanosa de establecer su dominio a escala planetaria.
El nuevo concepto
estratégico de la Alianza, aprobado en abril de 1999 gracias al
esfuerzo de EEUU, contempla funciones novedosas y amplía su ámbito
de responsabilidades al mundo entero, sin limitarse al Atlántico del
Norte. El actual secretario general de la OTAN, Jaap de Hoop Scheffer,
visita con frecuencia Australia, Nueva Zelanda o Japón. La Alianza
empezó a saltarse el Derecho Internacional y el Consejo de Seguridad
de la ONU. EEUU, entretanto, promueve la expansión de la OTAN y se
niega a ratificar el Tratado sobre las Fuerzas Armadas Convencionales
en Europa (FACE), atribuyéndose el derecho de actuar al margen de
limitaciones algunas y configurar las tropas a su antojo.
EEUU hace cualquier
cosa para que Rusia no sea una jugadora autónoma. Los debates sobre
defensa antimisil, Irán y Kosovo no han generado fórmulas de
compromiso.
Es importante que
Rusia consolide sus posiciones y recupere su potencial geopolítico. A
principios de la década del 70, cuando Moscú había logrado la
paridad nuclear con Washington, éste acabó por darse cuenta de que
no podría ganarle en el ámbito militar y aceptó negociar de igual a
igual. Como resultado, fueron firmados el Tratado de Defensa Antimisil
(DAM), en 1972, y los posteriores acuerdos sobre la limitación de
armas estratégicas ofensivas (SALT). Lo único que respeta EEUU es la
fuerza. Si se siente en una posición más fuerte, jamás hace
concesiones a nadie.
Para neutralizar los
planes de la hegemonía mundial, es preciso construir un polo
alternativo, y existe ya un fundamento para hacerlo: la Organización
de Cooperación de Shanghái (OCSH).
En realidad, parece
un tanto incorrecto hablar de la fuerza estadounidense. EEUU tiene
poderío militar, economía vigorosa y cantidad enorme de moneda huera
que puede imprimir de forma ilimitada pero el rango geopolítico del
país está por los suelos. EEUU inspira muy poca confianza política
al resto del mundo.
En 1999, China y
Rusia plantearon ante la Asamblea General de la ONU la necesidad de
preservar el Tratado DAM de 1972. A favor de la propuesta votaron
todos los países, con cuatro excepciones: EEUU, Israel, Albania y
Micronesia. El resultado testimonia el total aislamiento internacional
de EEUU.
Será imposible
resolver sin la participación de Rusia la situación configurada en
el Medio Oriente, los Balcanes, la Península de Corea u otras
regiones del planeta. Lo anterior se aplica en igual grado a China que
es capaz de hacer frente a la presión por parte de EEUU. China goza
de gran prestigio en el mundo, tiene una economía poderosa y una
moneda fuerte.
La
Organización de Cooperación de Shangai (OCSH): Un polo alternativo
frente a la hegemonía de EEUU (*)
La OCSH debería
reclutar a nuevos aliados y juntar el potencial de aquellos países
que desean y son capaces de implementar una política autónoma.
Primero, es necesario proclamar oficialmente el rechazo a la hegemonía
mundial por parte de EEUU. Segundo, China y Rusia deberían denunciar
ante el Consejo de Seguridad de la ONU el despliegue del sistema DAM
estadounidense, como acción que altera la arquitectura de seguridad
global y amenaza a toda la comunidad internacional. China, India y
Rusia podrían formar un frente único ante el dictado de EEUU. También
es posible plantearse como tarea la estabilización del sistema
financiero global. En el marco de la OCSH podría formularse una
filosofía novedosa, basada en la armonía de civilizaciones y en el
uso racional de los recursos naturales. La mayoría de los Estados
apoyarán tales medidas, estoy convencido. Así se irá formando un
nuevo polo político, el polo de la paz. La misión de la OCSH es
crear un nuevo modelo del desarrollo para la civilización humana.
Al imperio
estadounidense podría oponerse únicamente una alianza de
civilizaciones: la rusa, cuya órbita incluye a la Comunidad de
Estados Independientes (CEI); la china; la hindú; la islámica y la
latinoamericana. Es un espacio inmenso en el que podríamos crear
mercados más equitativos, nuestro propio sistema financiero de carácter
estable, nuestro engranaje de seguridad colectiva y nuestra filosofía,
basada en la prioridad del desarrollo intelectual del hombre frente a
la moderna civilización occidental que apuesta por los bienes
materiales y mide el éxitos con mansiones, yates y restaurantes.
Nuestra misión es reorientar al mundo hacia la justicia y el
desarrollo intelectual y espiritual.
A día de hoy, la
OCSH ya le aventaja a EEUU en poderío económico, número de
habitantes, reservas de recursos naturales y, lo que es más
importante, en lo ético y en lo espiritual. Si se suman a la OCSH el
mundo islámico y las naciones de América Latina, será un organismo
de influencia global.
(*)
Fundada en 1996, la Organización de Cooperación de Shanghai (OCSH)
incluye actualmente a seis países miembros: China, Kazajstán,
Kirguizistán, Rusia, Tayikistán y Uzbekistán. Les corresponde el
61% del territorio de Eurasia y el 25% de la población mundial.
India, Irán, Mongolia y Pakistán tienen el rango de observadores en
este organismo, dentro del cual se ha creado también un grupo de
contacto OCSH–Afganistán.
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