El
Oso está volviendo y el Dragón está llegando
Página
12, 18/08/07
Rusia y China
realizaron una cumbre con Irán de invitado para demostrar que vuelven
a la escena internacional. Hicieron un masivo ejercicio militar
conjunto y criticaron a Estados Unidos.
La OTAN podría tener
un nuevo rival. Después de la caída de la Unión Soviética, la
alianza militar entre Europa Occidental y Estados Unidos quedó como
único poder regional del Hemisferio Norte. Sin embargo, los
presidentes ruso, chino e iraní se reunieron ayer en el antiguo patio
trasero soviético para demostrarle al mundo el poderío militar de la
Organización de Cooperación de Shanghai (OCS). Vladimir Putin, Hu
Jintao y Mahmud Ahmadinejad –este último invitado como
observador– se reunieron el jueves en Bishkek, capital kirguisa,
para la cumbre regional y ayer, el mandatario chino y el ruso se
movilizaron al sur de los Urales para presenciar el mayor despliegue
militar en un ejercicio conjunto desde el fin de la Guerra Fría. La
OCS sólo tiene seis años de antigüedad y, aunque su principal
objetivo es la lucha antiterrorista, ya ha dejado en claro que no
aceptará más la política unilateral de Estados Unidos, al menos en
Asia.
Irán no es un
miembro pleno de la OCS. Por eso su participación en la cumbre en
Bishkek le dio un simbolismo político extra al encuentro. A
diferencia de los discursos más cuidados de los mandatarios de Rusia
y China, Ahmadinejad se permitió hacer las declaraciones más
fuertes. “Ese plan va más lejos de la amenaza contra un único país.
Afecta a la mayor parte del continente, a toda Asia”, denunció el
mandatario, en referencia al plan estadounidense de instalar un escudo
antimisiles en ex aliados soviéticos, como Polonia y República
Checa. Con esa afirmación, el presidente buscó incluir a Beijing en
lo que hasta ahora era un reclamo de Moscú. Hu Jintao no hizo
comentarios sobre el tema, pero tampoco corrigió a su par iraní.
Putin, por su parte,
volvió a hacer un llamado internacional para construir un mundo
multipolar. “Estamos convencidos de que cualquier intento de
resolver en solitario los problemas mundiales y regionales son
vanos”, insistió el mandatario ruso. Desde principios de año, el
Kremlin ha liderado una iniciativa internacional contra el
unilateralismo de Estados Unidos. “Es un lobo que come solo y no
escucha a nadie”, había dicho en su famoso discurso de Munich, en
donde atacó por primera vez al “imperialismo” estadounidense. El
anuncio de la Casa Blanca sobre la creación de un escudo antimisiles
y la instalación de nuevas bases militares en su antiguo patio
trasero sólo recrudeció el discurso del Kremlin. Ayer, en los Urales,
la cadena montañosa que separa a Europa de Asia, ese discurso se
transformó en un despliegue masivo de fuerza militar.
Putin negó una y
otra vez que la OCS se estuviera convirtiendo en un bloque militar.
“Es simplemente una formación antiterrorista”, explicó el
mandatario. El líder ruso presenció los ejercicios militares junto a
Hu Jintao y a los socios menores de la organización regional, las ex
repúblicas soviéticas Kazajstán, Kirguistán, Tayikistán y
Uzbekistán. Más de 6500 soldados escenificaron una operación para
localizar, perseguir, desarmar y destruir una organización
terrorista, que, según el “juego”, habría derrocado a uno de los
gobiernos participantes. El ejercicio contó no sólo con fuerzas
terrestres, sino también con cazabombarderos y helicópteros. La práctica
costó en total 80 millones de dólares, suma que Moscú no dudó en
afrontar solo, según la oposición rusa, para aprovechar la ocasión
y mostrarle al mundo su capacidad bélica.
Además de ser el
ejercicio militar conjunto más grande desde el final de la Guerra Fría,
también fue la primera vez que todos los miembros de la OCS
participan activamente con tropas y armamento. Las veces anteriores sólo
habían participado Moscú y Beijing. Las maniobras comenzaron ayer
con un asalto a una aldea para, supuestamente, liberar a un grupo de
rehenes que estaba en manos de terroristas. Una vez superada esa misión,
las tropas, en su mayoría chinas y rusas, cruzaron una frontera
ficticia para continuar con la caza de los supuestos insurgentes. Los
seis presidentes seguían con atención cada movimiento desde una
tarima.
El diario opositor
ruso Kommersant aseguró, citando fuentes militares anónimas, que las
maniobras, denominadas “Misión de Paz 2007”, habrían emulado la
represión sangrienta que lideró el gobierno de Uzbekistán contra
una rebelión popular hace dos años. Esta versión le dio un
argumento a Washington y, principalmente, a las organizaciones de
derechos humanos occidentales, para cuestionar el ejercicio militar.
Según advirtió Human Rights Watch, las maniobras son una prueba de
que los gobiernos de la OCS no hacen distinción entre los terroristas
y los disidentes políticos. Sin embargo, analistas estadounidenses
recordaban ayer que los estrategas del Pentágono todavía tienen
fresco en la memoria cuando el gobierno uzbeko los forzó a cerrar su
base militar en ese país ante las críticas de la Casa Blanca por la
represión de 2005.
Vuelven
las patrullas estratégicas aéreas de Rusia
Recuerdos
de la Guerra Fría
Por
Rodrigo Fernández
Corresponsal en Moscú
El País, 18/08/07
Rusia anunció ayer
la reanudación de los vuelos estratégicos de larga distancia de sus
bombarderos después de quince años de interrupción, lo que
significa que los aviones estratégicos de la OTAN y de Estados Unidos
se encontrarán ahora con frecuencia con sus colegas rusos. La decisión
la tomó el presidente Vladimir Putin, quien hizo el anuncio oficial
en los Urales al terminar las maniobras militares de la Organización
de Cooperación de Shanghai.
La medida se encuadra
en la política de Putin, que ha lanzado un rearme y una modernización
militar sin precedentes para recuperar el papel de gran potencia
global que desempeñaba la desaparecida Unión Soviética. A la cero
hora de ayer, catorce aviones estratégicos, interceptores y cisternas
despegaron de siete aeródromos ubicados en diferentes partes de Rusia
para permanecer en el aire veinte horas, señaló Putin, quien subrayó
que de ahora en adelante “la guardia de combate (de los aviones
estratégicos) se realizará de forma regular en la zona económica
marítima de Rusia y en las regiones de intensa navegación”.
Al anunciar su decisión,
Putin hizo notar que Rusia cesó unilateralmente el patrullaje de su
aviación estratégica a las zonas alejadas en 1992 y se lamentó de
que no todos los países hubieran seguido este ejemplo. “Los vuelos
de la aviación estratégica de otros Estados continúan y esto crea
determinados problemas para garantizar la seguridad de la Federación
Rusa”, recalcó, y manifestó su esperanza de que “este paso de
Rusia sea comprendido”.
La reacción de
Estados Unidos se limitó a unas declaraciones de Sean McCormack,
portavoz del Departamento de Estado, quien calificó de
“interesante” la decisión rusa, al tiempo que no pudo evitar
decir que los aviones rusos eran “viejos”. Es verdad que Rusia había
cesado sus vuelos estratégicos, pero más que por razones pacifistas
lo había hecho por razones económicas. La Fuerza Aérea rusa no tenía
dinero ni siquiera para combustible. De ahí que Putin se mostrara
seguro de que los aviadores “estarán muy contentos con esta decisión”.
“Nuestros pilotos han pasado demasiado tiempo en tierra; había
aviones pero no había vuelos”, señaló.
La aviación estratégica
está equipada con misiles nucleares y es capaz de cubrir distancias
de más de 10 mil kilómetros y de recargar combustible en el aire. El
jueves de la semana pasada dos bombarderos estratégicos Tu–95
realizaron un vuelo de reconocimiento sobre la base norteamericana de
la isla de Guam, en el Pacífico. En esa ocasión, como solía ocurrir
en los tiempos soviéticos, los pilotos rusos encontraron a pilotos de
cazas norteamericanos, con los que, como era tradición,
intercambiaron sonrisas antes de volver a sus bases.
Los planes de rearme
aprobados por Putin contemplan un ambicioso programa de aquí al 2015,
en el marco del cual la fuerza aérea rusa será dotada de 60
bombarderos estratégicos de largo alcance Tu–160 y Tu–95MC, una
modernización del modelo clásico de la época soviética. El
programa también contempla la modernización de los misiles balísticos
intercontinentales. Este tipo de misiles con ojiva divisible serán
capaces, se jactan los rusos, de penetrar cualquier escudo nuclear,
incluido el que está creando Estados Unidos en Europa central.
|