La
Organización de Cooperación de Shanghai (OCS) realiza maniobras
militares
Occidente
inquieto por integración en Asia central
Por
Odalys Buscarón
RIA Novosti, 19/08/07
Moscú.- La cohesión
interna demostrada en un sexenio de existencia y el interés de otros
países influyentes de convertirse en socios de la Organización de
Cooperación de Shanghai (OCS) generan hoy interpretaciones de toda índole.
Más aún, se habla
con fuerza de alianzas entre gigantes en alusión a Rusia y China,
además de la India, considerada entre las potencias emergentes desde
el punto de vista político y económico.
Como hace dos años,
otra vez la OCS llama la atención, sobre todo en Occidente, que ve en
el foro de Cooperación eurasiático un futuro bloque de carácter
militar.
El jefe de la
representación rusa del Centro Internacional de Información para la
Defensa, Ivan Safranchuk, dijo por su parte que el foro de Shanghai se
convirtió en una contención al avance de Estados Unidos y la OTAN
hacia el Oriente.
Moscú y Beijing
exhortaron en ese sentido a Uzbekistán y a Kirguistán durante la
cumbre de julio de 2005 a una revisión de sus "relaciones con
Washington", a fin de contrarrestar la presencia militar
norteamericana en Asia Central.
Hace unos tres meses
Rusia logró una alianza con Kazajistán y Turkmenistán para la
construcción del gasoducto del Caspio, en cuyas inmediaciones
Washington apuntala también un proyecto con estados limítrofes para
explotar las ricas reservas energéticas de la zona.
Los estrechos nexos
de Moscú con suministradores importantes en la región, a los que se
suma Uzbekistán (en gas y petróleo) inquieta bastante a Estados
Unidos por el futuro del proyecto del viaducto Transcaspio, enfilado a
romper la dependencia energética de Rusia.
Las preocupaciones de
la Casa Blanca ante el pronosticado agotamiento de los agentes energéticos
en los próximos 25 años encajan dentro de sus planes en Asia
Central, según deliberó el Consejo Nacional de Petróleo reunido en
julio pasado.
De ahí que un
fortalecimiento y ampliación de la Organización de Shaghai (con el
ingreso futuro de naciones como Irán) la conviertan en un fuerte
rival de la OTAN, sostienen medios de prensa occidentales.
El presidente ruso,
Vladimir Putin, opinó que resulta improcedente poner en un mismo
plano a la OCS con la Organización del Tratado del Atlántico Norte.
Una comparación con
la OTAN no corresponde con la realidad ni es adecuada en su contenido
y forma, subrayó Putin en declaraciones recientes durante la octava
cumbre del foro en Bishkek.
Dijo que el
componente militar para la OCS no es dominante, no constituye una
organización cerrada y menos un bloque, pero sí con elementos
orientados a enfrentar la amenaza del terrorismo internacional, remarcó.
De un formato inicial
ruso–chino, la agrupación amplió sus fronteras para abocarse a
temas de carácter político y económico, al desarrollo de la
infraestructura de los países miembros y problemas financieros con un
enfoque netamente integracionista.
Consideró, por otra
parte, que es incuestionable el peso influyente del foro en los
cambios que experimenta el mundo, tras el advenimiento del siglo XXI,
cuando afloran nuevos centros de poder económico y político.
Los intereses de la
OCS y de la OTAN no tienen porqué entrecruzarse a menos que la
alianza se inmiscuya en los asuntos regionales de Asia Central,
sostuvo Safranchuk.
Si el bloque no
penetra en la región entonces la OTAN y la OCS no se enfrentarán,
advirtió el experto.
El foro de Shanghai
es una organización universal en la cual se potencian a un mismo
nivel los aspectos políticos, económicos, humanitarios y militares
en los vínculos entre los estados regionales.
La nueva ola de
suspicacias desde Occidente coincide también con las recientes
maniobras militares a gran escala Misión de Paz–2007 a instancias
del grupo, efectuadas primero en China y luego en la región de
Cheliabinsk, en los Urales, Rusia.
En la última
exhibición participaron los presidentes Vladimir Putin y Hu Jintao,
así como los mandatarios de Kazajistán, Kirguistán, Uzbekistán y
Tayikistán.
Fueron invitados
también jerarcas militares de los estados observadores como India, Irán,
Mongolia y Paquistán.
Por primera vez en
seis años participaron todos los ejércitos de los países miembros y
se negó la presencia a observadores militares de Estados Unidos.
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