Francia

 

Pruebas de ADN para inmigrantes

“Rechazo al prójimo”

Por Eduardo Febbro
Corresponsal en París
Página 12, 06/10/07

El Senado francés aprobó esta madrugada un represivo proyecto de ley sobre la inmigración que, entre sus perversos hallazgos, incluye un controvertido test de ADN para los candidatos a la inmigración que quieran unirse a algún familiar que ya reside en Francia. Pese a la férrea oposición de múltiples sectores de la sociedad, incluso los parlamentarios de la mayoría conservadora, la ley obtuvo 185 votos contra 135 en contra. Los senadores socialistas, comunistas y ecologistas rechazaron aprobar un texto que el Comité Consultivo Nacional de Etica juzgó el mismo día “con contradicción con el espíritu de la ley francesa”.

Ni las protestas de los partidos políticos, los intelectuales, las iglesias, los científicos y hasta la Comisión legislativa del Senado, que reprobó la inclusión de las pruebas de ADN, detuvieron la consolidación de una medida que excede en mucho el marco estricto de su aplicación. El proyecto de ley fue presentado por el ministro de la Inmigración y de la Identidad Nacional, Brice Hortefeux, y su meta oficial consiste en “regular” los flujos migratorios derivados del llamado “reagrupamiento familiar” así como luchar contra el fraude inmigratorio. Bajo esa fórmula se pretende disminuir el número de personas que dicen ser familiares de una persona ya residente en Francia, pero no tienen en realidad lazos sanguíneos con ésta.

La ley plantea la realización de pruebas para los candidatos al reagrupamiento familiar, exámenes de conocimiento de lengua francesa y de los valores de la república, y ello en los países donde residen los solicitantes. En relación con su primera versión, el texto fue modificado. La enmienda prevé que las pruebas de ADN sean gratuitas –antes las pagaba el demandante–, se realicen con la autorización de un juez y estén limitadas a la filiación de la madre. Iniciativas de este tipo no son nuevas en Europa. Con enfoques dispares, las pruebas de ADN ya fueron aprobadas por otros Estados europeos: Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Italia, Lituania, Noruega, Holanda, Gran Bretaña y Suecia las incluyeron en sus legislaciones.

Sin embargo, el caso francés es más controvertido debido al perfil con el que Francia se presenta ante el mundo. Entre la imagen que Francia quiere dar de sí misma y la imposición de un test ADN hay un abismo sin retorno. El discurso cultural oficial del Estado francés diseña una tierra de tolerancia, cuna de la democracia, apegada por encima de todo a los valores universales del humanismo, tierra de asilo y de justicia, de igualdad y de elaboración de consensos al servicio del hombre y del bien común. Desde hace dos décadas el tema de la inmigración ha roído poco a poco ese sueño sutil de equilibrios y de justicia. Gobiernos de izquierda y de derecha han transitado respectivamente por las huellas de cierto racismo estatal.

La ley aprobada implica también un cambio radical. Hasta la madrugada del viernes la legislación francesa autorizaba recurrir a las pruebas de ADN únicamente con fines médicos y científicos o dentro de una investigación judicial. Ya no. La izquierda francesa se opuso al texto y alegó que éste “tiende a enfrentar a los extranjeros con los franceses”. La discusión de la ley dio lugar en Francia a una sólida campaña en la que participaron personas de todas las sensibilidades políticas. El semanario satírico Charlie Hebdo inició una petición contra el proyecto de ley, aprobado incluso firmado por el primer ministro de derecha, Dominique de Villepin. El ex premier, enemigo político del presidente Nicolas Sarkozy, recordó que, desgraciadamente, Francia ya había conocido en el pasado el “rechazo al prójimo”.

Colmo del patetismo que rodea a esta ley, el ex ministro de Interior y senador gaullista Charles Pascua, conocido por las duras medidas que adoptó contra los inmigrados y por sus declaraciones fronterizas con tesis extremas, salió a decir: “A nosotros, los gaullistas, esto nos trae malos recuerdos. Se conoce el uso que hicieron los nazis de la genética”. El centrista François Bayrou también criticó la iniciativa gubernamental y denunció “la mecánica biológica” de la misma. El ex primer ministro conservador Jean-Pierre Raffarin comentó: “En lo que atañe el pensamiento humanista, el lazo biológico no es el lazo de la familia”.

El alcance moral de una ley semejante es inmenso en Francia y ello explica la intensidad de las reacciones y hasta la toma de posición de la prensa moderada en términos por demás contundentes. En su edición del viernes, el vespertino Le Monde publicó en primera plana un sólido editorial condenatorio. El director del diario, Eric Fottorino, escribe que con dicha ley se terminó de “esbozar el rostro más inquietante de Francia”. El editorialista destaca el hecho más que evidente de que una familia no basa su legitimidad sólo en el lazo biológico.


Pese a la amplia protesta, el Senado aprueba la ley que prevé tests genéticos

Rebelión en Francia por el ADN de los inmigrantes

Por José A. Sorolla
Corresponsal en París
El Periódico, 04/10/07

A medida que se consuma su aprobación parlamentaria, crece en Francia la oposición política y cívica a la enmienda que introduce las pruebas de ADN en los procesos de reagrupamiento familiar de los inmigrantes. Diputados y senadores de la Unión por un Movimiento Popular (UMP), la mayoría gubernamental, están en contra, aunque eso no ha evitado, la pasada madrugada, la aprobación del polémico texto por el Senado. Horas antes se había hecho público un manifiesto en pro de la retirada de la enmienda, firmado por políticos, sindicalistas, científicos, artistas y deportistas, entre ellos el jugador del Barça Lilian Thuram.

El llamamiento reclama al presidente Nicolas Sarkozy y al Gobierno que no se hagan las pruebas, "so pena de contribuir, introduciendo la idea de que se puede aportar una respuesta biológica a una cuestión política, a romper por un tiempo duradero las condiciones de un debate democrático, sereno y constructivo" sobre la inmigración.

Manifiesto de SOS Racismo

A iniciativa de SOS Racismo y del semanario satírico Charlie Hebdo, el texto está firmado, entre otros, por el exprimer ministro Dominique de Villepin (UMP), el centrista François Bayrou, que no suele suscribir nunca este tipo de manifiestos, los socialistas François Hollande, Ségolène Royal, Laurent Fabius y Lionel Jospin, el genetista Axel Kahn, los sindicalistas Bernard Thibault (CGT) y Jean-Claude Mailly (Fuerza Obrera), las actrices Isabelle Adjani y Jeanne Moreau, y los escritores Bernard-Henri Lévy y Jorge Semprún.

"Nunca una petición había reunido a tanta gente que, sobre otros temas, sobre todo políticos, discrepa", declaró el director de la revista, Philippe Val. Los firmantes rechazan que la enmienda trate de luchar contra el fraude en el reagrupamiento familiar, como defiende el Gobierno, que lo cifra en un 30% de los expedientes, y denuncian que instaura una "sospecha generalizada" hacia los extranjeros.

Ni la suavización de la enmienda en la Asamblea Nacional ni en el Senado han bastado para paralizar la oposición. Ayer, hasta el presidente de la Asamblea Nacional, Bernard Accoyer (UMP), consideró la enmienda innecesaria porque ha acaparado la atención de la nueva ley de inmigración y "ha ocultado todo el interés que contiene un texto importante", dijo. El proyecto de control de la inmigración endurece las condiciones del reagrupamiento familiar, mediante exámenes de lengua francesa y de los "valores de la República" en el país de origen, y aumenta el mínimo salarial exigido a un inmigrante para que pueda traer a su familia.

Enmienda suavizada

La tramitación del proyecto se enrareció cuando el diputado Thierry Mariani, nieto de inmigrantes italianos, propuso la enmienda de los tests de ADN para el reagrupamiento familiar si surgían dudas sobre la filiación. La propuesta chocaba con el Código Civil francés, que solo permite las pruebas genéticas con autorización judicial y por motivos científicos. La Asamblea Nacional aprobó el 20 de septiembre la enmienda, rebajada por el Gobierno en algunos aspectos, pero seis días después fue eliminada en la Comisión de Leyes del Senado, con los senadores de la UMP votando junto a la izquierda.

Ante la rebelión en las filas de la mayoría --incluidos el exprimer ministro Jean-Pierre Raffarin y el duro exministro del Interior Charles Pasqua--, el Gobierno volvió a dulcificar la enmienda. La decisión de hacer el test ya no será de los funcionarios consulares, sino de un juez civil; el Estado pagará el coste, en lugar de hacerlo el inmigrante, y solo se podrán hacer pruebas comparadas con el ADN de la madre para evitar que un inmigrante masculino pueda enterarse, mediante la prueba genética, de que no es el padre biológico de su hijo.


Polémica ley sobre el control de la inmigración

Por José A. Sorolla
Corresponsal en París
El Periódico, 05/10/07

Las divisiones en la mayoría gubernamental y el movimiento opositor desencadenado en Francia han logrado rebajar la enmienda que introduce las pruebas de ADN en los procedimientos de reagrupación familiar de los inmigrantes. El Senado aprobó en la madrugada de ayer la cuarta versión de la polémica enmienda. Ahora, una comisión mixta paritaria Asamblea Nacional-Senado pactará la solución final, que será casi con seguridad el texto descafeinado aprobado por el Senado.

Pese a las sucesivas rebajas, una docena de senadores de la derecha votaron con la izquierda en contra de la enmienda, aprobada por 176 votos a favor y 138 en contra. Finalmente, los tests serán voluntarios, gratuitos para el demandante de visado (cuestan entre 250 y 300 euros), se harán solo en caso de que la filiación no pueda ser probada de otra forma, la decisión la tomará un juez y se compararán únicamente con el ADN de la madre para evitar que un hombre descubra que no es el padre biológico de su hijo. La medida será experimental durante 18 meses.

Una norma inaplicable

El senador de la derecha Hugues Portelli resumió muy bien lo ocurrido. "Hay dos formas de cuestionar un artículo que desata protestas. O se reconoce el error y se retira, o se envuelve en un dispositivo que lo modifica hasta el punto de convertirlo en incomprensible e inaplicable", dijo. Eso ocurre con la comparación con el ADN de la madre, ya que el 85% de las reagrupaciones familiares las piden los padres. Además, los tests no se aplicarán a inmigrantes de Marruecos, Argelia y Túnez, que representan la mayoría de los casos. En el 2005, de 22.978 personas que obtuvieron la reagrupación, 13.722 eran magrebís. En ese año, solo 918 subsaharianos la pidieron.

Pese a todo, las protestas continúan. Más personalidades han firmado el manifiesto de SOS Racismo --la viuda de François Mitterrand, los socialistas Jack Lang y Michel Rocard, la escritora Amélie Nothomb y el actor Michel Piccoli, entre otros-- y el Comité Consultivo Nacional de Ética critica la enmienda porque "banaliza" las pruebas genéticas, reduce a la familia a su concepto biológico y fomenta la "presunción de fraude" sobre los inmigrantes.

La Unión Europea no se opone

Sin embargo, en plena polémica en Francia, la Comisión Europea (CE) aclaró ayer que el derecho europeo no prohíbe el recurso a los tests de ADN. Aunque no menciona las pruebas, una directiva del 2003 autoriza "cualquier investigación que se juzgue necesaria" para probar la filiación. La CE cita un estudio de la Universidad de Nimega (Holanda) según el cual siete países de la UE (Austria, Bélgica, Finlandia, Lituania, Holanda, Suecia y el Reino Unido) mencionan en sus leyes la posibilidad de recurrir a pruebas de ADN. El Gobierno francés sostenía que eran una docena.