Las
elecciones en Ucrania
El
penoso recuento de votos
Por
l. Sviridov
Sovietskaya Rossia / Rebelión, 05/10/07
Traducido por Andrés Urruti
El porcentaje final
de un 2% de los votos de los electores se ha convertido en un auténtico
obstáculo insalvable para la Comisión Electoral Central de Ucrania.
Los llevan recontando más de un día. Pero con los resultados ya
escrutados de un 99’25% de los sufragios , ya se puede hablar con
certidumbre de los resultados de los comicios. Al parlamento (Rada
Suprema) llegan cinco partidos: el Partido de las Regiones (PR) de Víktor
Yanukovich (34’25%), el Bloque de Yulia Timoshenko (BYuT)
(30’83%), el bloque propresidencial “Nuestra Ucrania–Autodefensa
Popular” (NU–AP) (14’22%), el Partido Comunista de Ucrania (PCU)
(5’37%), y, finalmente, el Bloque de Litvin (3’96%). El Partido
Socialista de Aleksandr Moroz, que estuvo durante mucho tiempo
oscilando en la barrera del 3%, ya se puede decir con seguridad que no
entra en el parlamento, consiguiendo un 2’87%.
En consecuencia, pese
a su victoria formal, es más que probable que el PR no podrá formar
gobierno, puesto que la suma entre el BYuT y “Nuestra Ucrania”
tiene cerca del 45% de los votos. Eso se traduce en una inestable
mayoría de escaños (de 227 a 230 sobre 450). Si a esa renacida
“coalición naranja” se le suma el Bloque de Litvin, entonces la
mayoría sería algo más consistente. Por lo demás, el representante
de ese bloque (de Litvin), Oleg Zarubinski, declaró que todavía no
se ha adoptado una decisión sobre futuras actuaciones, y que su
fuerza política está preparada, tanto para trabajar en el interior
de la coalición gobernante (Zarubinski no ha especificado cual), como
para quedarse en la oposición.
Si se forma el
gobierno “naranja”, su primer ministro, como quedó apalabrado
antes de las elecciones, sería Yulia Timoshenko. Sin esperar los
resultados finales de las elecciones y la formación de la coalición,
“Nuestra Ucrania”, sin embargo, ya ha propuesto otra candidatura,
la de su portavoz, Viacheslav Kirilenko, líder de “Autodefensa
Popular”, que forma parte de la coalición NU–AP. Pero la
experiencia de la vida política en Ucrania demuestra una y otra vez
que no hay que apresurarse a sacar determinadas conclusiones, y que
todo es posible. Así que no se puede excluir completamente tampoco la
formación de una coalición sobre la base del PR, el PCU y el Bloque
de Litvin, si los “naranjas” tienen, como es habitual en ellos,
desavenencias, ni siquiera una “gran coalición” compuesta de PR y
NU–AP.
En cuanto al asunto
de la prolongación del proceso de recuento de votos, los partidarios
de Yuschenko y Timoshenko culpan al PR: estos estarían tratando con
todas sus fuerzas de “salvar” a sus compañeros de la coalición
anticrisis, los socialistas, a los que les faltarían 60.000 votos en
el este y el sur del país (para entrar en el parlamento). Entre
tanto, cuanto más se alarga el recuento, menor se hace el porcentaje
del Partido Socialista de Ucrania (PSU), cayendo del 3’07% del voto
con los primeros datos, con lo que habrían accedido a la Rada, hasta
un 2’8%. Los “regionales” rechazan categóricamente esas
acusaciones, declarando que son precisamente los “naranjas” con
ayuda de sus interventores y de miembros de comisiones electorales
locales los que estorban por todos los medios el recuento de votos en
el “feudo” de Yanukovich, para tener excusas para acusar a sus
oponentes de falsificaciones. En algún caso esto ha llegado al
disparate más completo. En uno de los colegios electorales de la
ciudad de Donetsk los representantes del BYuT, de NU y observadores
georgianos (los cuales, por cierto, fueron los más escandalosos)
bloquearon la labor, después de que les fuera revelada una grandiosa
falsificación, capaz de alterar de modo radical los resultados delas
votaciones. A uno de los partidos, como se aclaró, no se le acabaron
de contar todos los votos y no los incluyeron en las actas de
resultados. Lo divertido de la situación está en que a quien
“robaron” esos votos (por lo que parece, casualmente), ¡fue al
Partido de las Regiones!
El líder de los
comunistas ucranianos Piotr Simonenko calificó las presentes
elecciones como las más sucias en la historia del país. Simonenko señala
la cínica compra de electores, el retraso premeditado en el
escrutinio de los votos y la retención de actas en distritos
electorales clave, el diligente “maquillaje” de los resultados de
las encuestas a pie de urna. “Todo esto confirma nuestra conclusión
de que las elecciones parlamentarias, ilegalmente anticipadas conducen
a una nueva espiral de enfrentamiento, debilitan política y económicamente
a Ucrania, y complican las relaciones con Rusia, incluida la cuestión
de los precios de los combustibles. Y eso, por descontado, se reflejará
negativamente en la realización de los programas sociales para
veteranos, pensionistas, jóvenes familias, para todos los que
necesitan ayuda y apoyo del estado”, estima Simonenko, y reclama un
recuento total de votos bajo control de la sociedad.
Finalmente, también
Rusia ha recordado sus intereses estatales y nacionales en Ucrania.
Además de una forma que ya ha dado dentera – con el tema del
gaseoducto. “Teniendo en cuenta la cercanía del máximo de consumo
de gas en la época otoño–invierno y el incumplimiento sistemático
por la parte ucraniana de los contratos en vigor, “Gazprom” (la
compañía rusa de gas) se verá obligada, en caso de no llegar a un
arreglo sobre la deuda en octubre, a iniciar una reducción del
suministro de gas a los usuarios de Ucrania”, se dice en una
declaración de Gazprom realizada por sus representantes el martes
pasado.
Evidentemente, el
quid de la cuestión no está, ni mucho menos, en “la temporada otoño–invierno”
sino en los resultados de las elecciones parlamentarias en Ucrania. No
quiere Rusia tener tratos con la impredecible, populista de tendencias
antirrusas y aventurera Yulia Timoshenko, en calidad de jefe de
gobierno, y por eso envía esta especie de advertencia: si os portáis
mal, no recibiréis gas. Esta actitud es completamente natural, solo
que había que haberlo pensado antes y actuar, pues acabada la pelea
no sirve de nada agitar los puños. Y no se sabe si ese “agitar de
puños” actuará a favor del que Moscú considera su aliado Víktor
Yanukovich. Pues las deudas por el gas fueron contraídas en el
periodo de su gobierno, y los “naranjas”, en la tensa situación
actual, bien podrían utilizar eso como argumento contra él.
A mediodía del miércoles
(que era, por ley, el último día para el recuento definitivo de los
votos) todavía no habían sido anunciados los resultados
provisionales del 100% de las actas del escrutinio. Los partidos políticos
y los ciudadanos seguían esperando. La Plaza de la Independencia de
Kiev todavía está vacía. Por lo visto, también a la espera de los
resultados y de los consiguientes acontecimientos.
El
rompecabezas ucraniano
Por
Antonio Rondón
Prensa Latina / Rebelión, 04/10/07
Tras el conteo de
casi la totalidad de las boletas depositadas durante los comicios
parlamentarios adelantados ucranianos, surgen hoy esquemas más
concretos para la nueva correlación de fuerzas en la Rada Suprema.
La más probable de
las variables, al definirse la imposibilidad para el Partido
Socialista (PSU) de integrar el Parlamento, sería una coalición del
Bloque de Yulia Timoshenko (BIUT) y la alianza Nuestra
Ucrania–Movimiento Autodefensa (NU–MA).
El PSU obtuvo el 2,87
por ciento de los votos, con lo que quedó fuera de la Rada por
primera vez desde 1994, tres años después de su surgimiento con
Alexander Moroz al frente y quien ahora deberá entregar la
presidencia del Parlamento.
La unión del BIUT y
la pro–presidencial NU–MA es la fórmula defendida públicamente
por ambas fuerzas, participantes, junto al PSU, en las protestas de
finales de 2004 que llevaron a la presidencia de Ucrania a Viktor
Yuschenko.
De acuerdo con lo
pactado por ambas agrupaciones, la jefatura del gabinete corresponderá
a Timoshenko, cuyo Bloque acumuló casi 31 por ciento de los votos, más
del doble que el 14,22 de la NU–MA.
El hecho de que la
coalición de nueve partidos pro–presidenciales, apoyada
directamente por el mandatario, obtuviera tal resultado, permite a la
ex jefa de gobierno regresar al cargo con más influencia sobre las
decisiones nacionales.
Yuschenko destituyó
a la llamada dama de hierro ucraniana en septiembre de 2005, en medio
de denuncias de corrupción de sus propios socios en el gabinete. En
aquel entonces explicó que Timoshenko mostró poca efectividad para
llevar adelante la economía.
Pero la prensa
considera que en esa ocasión el jefe de Estado intentó reducir la
influencia de la política de 46 años, con intereses en las
estructuras de la industria del gas.
Esta vez parece haber
menos tiempo de cohabitación entre el futuro gobierno de Timoshenko y
Yushenko, pues a mediados de 2008 arreciará la campaña electoral
presidencial, de las cuales las parlamentarias anticipadas fueron un
ensayo general.
De esa prueba, el
mandatario ucraniano salió malparado y su posición puede empeorar aún
más con la líder del BIUT al frente del gabinete, en el que deberá
poner en práctica sus promesas de campaña electoral, muchas de las
cuales parecen difíciles de materializar.
Por ello se augura,
dentro de ese esquema, la posible destitución de Timoshenko a
mediados del próximo año y con ello dar al mandatario más
oportunidades para su reelección.
Entre las primeras
pruebas para la alianza de la NU–MA y el BIUT estará la aceptación
por la líder de esta última formación política de la propuesta de
una nueva Constitución, elaborada por la presidencia para reforzar su
poder, en detrimento del primer ministro.
Pero existen otras
variantes, menos probables en estos momentos, pero con más
posibilidades en un futuro próximo, es decir, una gran coalición
entre el Partido de las Regiones (PR), del primer ministro Víktor
Yanukovich, y la NU–MA, la cual contaría con 246 escaños.
Yanukovich, líder
del PR, la agrupación más votada en las elecciones del pasado
domingo, se pronunció por la creación de un gobierno de unidad
nacional, aunque pocos consideran probable su continuidad en la
jefatura del gabinete.
Sin embargo, medios
de prensa destacan que Timoshenko se pronunció por un equipo de
ministros formado por profesionales, con lo cual reconoció la
posibilidad de conservar a algunos miembros del actual equipo.
Además, la líder
del BIUT, que en su momento llamó a votar sólo por su grupo, la
NU–MA y el PR, para que no se perdieran los votos en partidos sin
oportunidad de llegar a la Rada, ahora admite la posibilidad de
aceptar como aliado al bloque de Vladimir Litvin.
Luego de quedar el
PSU fuera del legislativo, se hizo imposible formar una alianza entre
esta agrupación, el PR, los comunistas, que obtuvieron más de cinco
por ciento de los votos, y el bloque de Litvin, ex presidente del
Parlamento.
El rompecabezas
ucraniano parece contar con casi todas las piezas en estos momentos,
pero cualquier movimiento brusco, léase ambiciones políticas o lucha
por el poder, puede trastocarlas nuevamente y llevar al país a una
nueva crisis.
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