Entrevista al sociólogo belga Jean-Claude Paye
(*)
El fin de las soberanías y de las libertades en
Europa
Por Silvia Cattori (**)
Red Voltaire, 24/09/07
Las leyes
«antiterroristas» impuestas por EE.UU. han servido para establecer
los fundamentos sobre los que se construye un «nuevo orden del
derecho», señala el sociólogo belga Jean-Claude Paye. Se aplican de
ahora en adelante en todos los estados europeos. Actualmente servicios
secretos extranjeros pueden vigilar a cualquier ciudadano europeo en
su propio país, puede ser calificado de «combatiente enemigo», ser
entregado a torturadores de la CIA y ser juzgado por comisiones
militares estadounidenses. (Entrevista realizada el 30 de agosto de
2007).
Silvia Cattori: Al leer sus dos
obras: «La fin de l’État de droit. La lutte antiterroriste: de
l’état d’exception à la dictature» y «Global War on Liberty»
[La guerra global contra la libertad] [1] se comprende una cosa que
los responsables políticos quieren ocultarnos: que todas las medidas
adoptadas en el marco de la Ley Patriota [2] — presentadas como si
tuvieran que ver con organizaciones terroristas – han sido
generalizadas y afectan de hoy en adelante al conjunto de los
ciudadanos. Cuesta comprender que los Estados europeos hayan podido
aprobar el abandono de su orden legal y someter sus sociedades a esas
leyes de excepción.
Jean-Claude Paye: No hay nada,
efectivamente, en los acuerdos europeos de extradición, firmados en
2003, que impida que ciudadanos europeos sean llevados antes
jurisdicciones de excepción de EE.UU. Hay que darse cuenta de que
esos acuerdos, que legitiman esos tribunales de excepción, son el
resultado de años de negociaciones secretas. No constituyen más que
la punta del iceberg. Una parte del texto relativo a esos acuerdos se
ha hecho visible porque debía ser ratificada por el Congreso de
EE.UU.
Del lado europeo, no era necesario hacerlos
ratificar por el Parlamento Europeo y los parlamentos de los Estados
miembros no han tenido ninguna posibilidad de influir sobre el
contenido de los acuerdos. Los que negocian en el ámbito europeo son
simples funcionarios designados por los diversos Estados miembros.
Silvia Cattori: ¡Pero al firmar
esos acuerdos, el Consejo Europeo ha precipitado a nuestros países a
un universo kafkaiano! ¿Si esos acuerdos no han sido ratificados por
el Parlamento Europeo por qué han sido aceptados?
Jean-Claude Paye: No han sido ratificados
– el Parlamento Europeo tiene sólo una opinión consultiva – pero
tienen fuerza legal. Es muy revelador de la estructura imperial que ha
sido impuesta. Se puede ver que la única estructura estatal soberana
que subsiste, es EE.UU. La Unión Europea, por ejemplo, es una
estructura totalmente desintegrada.
Silvia Cattori: ¿A qué nivel
tuvo lugar esta negociación?
Jean-Claude Paye: Al nivel de
representantes del Consejo Europeo. Se trata de funcionarios que prácticamente
no tienen que rendir cuentas. Son delegados permanentes a cargo de
asuntos de policía y justicia, designados por los Estados miembros.
Son funcionarios europeos o nacionales que se convierten en satélites
del gobierno de EE.UU. Eso vale en el plano judicial, y también en el
plano económico.
Silvia Cattori: Por lo tanto, la
Unión Europea no se interesa por la protección de sus ciudadanos ¿Todo
esto está fuera de su control?
Jean-Claude Paye: Sí, evidentemente. Ha
sido construida de modo que todo esto está fuera de su control. Eso
demuestra que la Unión Europea no es una alternativa al poder de
EE.UU. Al contrario, está integrada en esa potencia imperial, no es más
que un simple repetidor [3]
Antes del 11 de septiembre de 2001, EE.UU.
negociaba de modo bilateral. Entonces, recelaba ante negociaciones con
una entidad como la Europa de los quince porque siempre había un
Estado miembro que no estaba de acuerdo. Con los atentados del 11 de
septiembre, las cosas se aceleraron y simplificaron para EE.UU. Sigue
negociando acuerdos bilaterales, pero ahora trata también
directamente con la Unión Europea porque posee la relación de
fuerzas necesaria para que sus exigencias sean aceptadas de entrada.
Así fue durante los acuerdos respecto a los datos de vigilancia de
los pasajes aéreos. Un primer acuerdo había sido firmado en 2004,
después un segundo en 2006 y un tercero en 2007. Cada vez EE.UU.
aumentó sus exigencias.
El acuerdo sobre los datos respecto a los
viajeros que van a EE.UU. – que entró en vigor el 29 de julio de
2007 – es un buen ejemplo. En este acuerdo, los europeos despojaron
de su sustancia a todas las protecciones legales, nacionales y
europeas, que existen en cuanto a los datos personales. Son accesibles
72 horas antes del embarque. Las compañías aéreas deben transmitir
el número de las tarjetas bancarias, el trayecto que se recorrerá en
EE.UU. Este último tiene derecho a impedir el acceso a su territorio,
tiene todos los derechos. Los ciudadanos extranjeros no son protegidos
por las leyes de EE.UU. Durante las negociaciones, Washington ha
concedido que se trataría a los europeos como a los ciudadanos de
EE.UU., pero se trata de un privilegio concedido por el gobierno, que
no tiene fuerza de la ley y que puede ser alterado por el poder
ejecutivo.
Silvia Cattori: ¿Ya no hay nada
que se oponga al establecimiento de un sistema policial?
Jean-Claude Paye: ¡Evidentemente! Los
gobiernos europeos quieren realizar el mismo control de nuestras
libertades. Las exigencias de EE.UU. les brindan la ocasión. Dicen:
“Nos vemos obligados a aceptar las exigencias de EE.UU. porque si no
las compañías europeas ya no podrán seguir aterrizando allá.” Se
comportan como si los Estados europeos no tuvieran ningún medio de
retorsión y no pudieran, por su parte, prohibir que las compañías
de EE.UU. aterricen en Europa. En los hechos, quieren hacer lo mismo
que el gobierno estadounidense. Y existe el proyecto de instaurar
intercambios de información similares en el ámbito europeo.
Silvia Cattori: En Gran Bretaña,
las leyes «antiterroristas» permiten procesar a toda persona que
exprese puntos de vista considerados como susceptibles de “crear una
atmósfera favorable al terrorismo.” ¿Pueden extenderse esas leyes
igualmente a otros Estados?
Jean-Claude Paye: Sí. En Gran Bretaña,
el gobierno Blair pudo criminalizar a través de la ley toda forma de
oposición radical a su política exterior. En el continente, los
Estados tratan de actuar a través de la jurisprudencia. Hubo un
proceso muy interesante respecto a militantes y simpatizantes del
DHKPC en Bélgica, una organización de oposición radical turca [4],
que muestra como el poder trata de crear tribunales de excepción para
introducir una jurisprudencia de excepción. Mediante la creación de
esos tribunales, el poder trata de criminalizar toda forma de apoyo,
aunque sea verbal, a grupos etiquetados como “terroristas” por
EE.UU., inscritos luego en la lista europea de organizaciones
“terroristas.”
Silvia Cattori: Resumiendo, ¿esas
leyes “antiterroristas” establecidas después de los atentados del
11 de septiembre de 2001, sirven no sólo los objetivos del gobierno
de Bush, sino también los de los gobiernos europeos?
Jean-Claude Paye: Las medidas de las que
hablamos fueron establecidas antes del 11 de septiembre de 2001. La
Ley Patriota reúne un conjunto de medidas que ya existían
parcialmente. El objetivo de la Ley Patriota no fue solo imponer las
medidas adoptadas, sino darles legitimidad. Lo que era aislado,
disperso, está ahora reunido en una sola ley. Lo que otorga
legitimidad a las medidas que son adoptadas.
Silvia Cattori: ¿Se puede
deducir que EE.UU. precisaba de un gran atentado para imponer esta
modificación del derecho penal?
Jean-Claude Paye: ¡Es obvio! Hay que
saber que la Ley Patriota, que fue presentada tres días después de
los atentados, tiene 128 páginas. El sistema penal de EE.UU. es
complejo, funciona por referencias. Eso quiere decir que una ley
modifica el contenido de otras leyes penales. Si se toma el conjunto
de esas modificaciones, eso corresponde a 350 páginas. Se necesita
por los menos de un año para redactar un texto semejante.
En cuanto a la Unión Europea, no es menos
caricaturesco. Las dos decisiones marco – la relativa a las
organizaciones “terroristas” y aquella relativa a la orden de
arresto europea – fueron presentadas una semana después de los
atentados. También en este caso se trata de textos que estaban
listos. Se esperaba la ocasión adecuada para aprobarlos.
Silvia Cattori: ¿Lo que quiere
decir que Bush desde 2001, y Sarkozy ahora, pueden utilizar esos
procedimientos de excepción para transformar en enemigos a quienes
quieran?
Jean-Claude Paye: Cuando adoptaron esos
textos, ya se tenía una buena idea de a dónde podían llevar. La
lista de redes “terroristas” viene de la Unión Europea. Es
establecida por un reglamento europeo de 2001. En mi libro “La fin
de l’État de droit” [El fin del Estado de derecho], menciono el
caso de un comunista filipino, José Maria Sison, refugiado político
reconocido que había obtenido asilo político en Holanda. Inscrito en
la lista “terrorista” de EE.UU., su nombre pasó a ser inscrito en
la lista “terrorista” holandesa, El señor Sison descubrió luego
que estaba inscrito en la lista “terrorista” cuando bloquearon sus
cuentas y lo expulsaron del alojamiento social que le habían
asignado. Posteriormente fue retirado de la lista holandesa pero como
mientras tanto había sido inscrito sobre la lista europea del
Consejo, el gobierno holandés se sirvió del pretexto de que el señor
Sison figuraba sobre la lista “terrorista” europea, para mantener
las disposiciones que no podía justificar.
Lo interesante del caso es que, el 11 de julio de
2007, la Corte Europea de Luxemburgo anuló la decisión del Consejo
Europeo. Estipuló que no existían motivos para inscribir al señor
Sison en la lista de “terrorismo” del Consejo que permite el
bloqueo de cuentas.
El veredicto estipula claramente que la ausencia
de “motivos pertinentes” y el no–respeto de los derechos de la
defensa llevaron a la decisión de anular la decisión del Consejo
Europeo.
Sin embargo, el 28 de agosto, la policía
holandesa volvió a arrestar al señor Sison, violando la decisión de
la Corte de Justicia.
Este caso es significativo de las relaciones
actuales entre la Justicia – que es la última institución de
resistencia contra la concentración de poderes en manos del ejecutivo
– y la policía. Esto muestra que la policía hace lo que quiere,
violando las decisiones de la justicia.
Silvia Cattori: Parecería que
ha comenzado la primera transcripción sobre la lista “terrorista”
francesa de los decretos promulgados recientemente por George Bush que
criminalizan a las organizaciones e individuos que se oponen a la política
actual en Iraq y en el Líbano. Una lista de nombre que podría ser
publicada próximamente en conjunto por Francia y EE.UU. Cuando fue
votado en enero de 2006 por el Parlamento en Francia el dispositivo
legislativo relativo al blanqueo [5] nadie se imaginó que sería
utilizado para atacar a oponentes políticos.
Jean-Claude Paye: En cada país, existe
una lista interna de organizaciones “terroristas”. En general, se
trata de la simple transcripción de la lista del Consejo Europeo, a
la cual agregan elementos complementarios.
Me entero en lo que se refiere al Líbano. Parece
que aquí han agregado elementos complementarios sobre elementos de la
oposición política en el Líbano Sería interesante saber si esos
elementos van a ser integrados a la lista del Consejo de Europa.
El que declara que alguien es “terrorista” no
es un tribunal; es una simple autoridad administrativa que te
inscribe, sin que haya ninguna explicación que justifique que se te
haya puesto sobre esa lista “terrorista.”
Silvia Cattori: ¿Qué le
inspira todo esto?
Jean-Claude Paye: Esto muestra que casi
todos los poderes se concentran actualmente en manos del ejecutivo.
Que el ejecutivo posee actualmente poderes judiciales. Es el poder
ejecutivo el que decide que se puede tomar tal o cual medida en tu
contra.
El ejemplo respecto a la oposición en el Líbano
y el ejemplo de José Maria Sison, son exactamente lo mismo. Se trata
de decisiones sin motivación. Con la salvedad de que, en el caso del
Líbano, hay una extensión, ya que no basta con ser miembro de una
organización que ha sido calificada de “terrorista” para ser
incriminado, sino simplemente de tener contactos con sus miembros. Es
una tendencia general que prevalece al nivel de la aplicación de las
legislaciones “antiterroristas.”
Silvia Cattori: ¿Por lo tanto,
el objetivo de la Ley Patriota y de otras leyes “antiterroristas,”
es atacar las libertades fundamentales?
Jean-Claude Paye: Sí, el objetivo es
suprimir las libertades fundamentales.
Silvia Cattori: Se habría
podido esperar que todas las fuerzas políticas denunciaran esas
normas de excepción. La izquierda, que se presenta como defensora de
la justicia social, ¿no debiera movilizarse, exigir que se vuelva de
inmediato al Estado de derecho?
Jean-Claude Paye: ¿La izquierda? ¿Qué
izquierda? Mire a EE.UU. Los demócratas votan a favor de las leyes más
liberticidas elaboradas por el partido republicano. La Ley de
Comisiones Militares [MCA, por sus siglas en inglés], adoptada en
2006, fue votada por igual por una parte del partido demócrata, que,
sin embargo, es mayoritario en la Cámara y que tenía la posibilidad
de impedir que fuera aprobada esa ley.
Donde nosotros, es lo mismo. No se ve la
diferencia con la derecha cuando la izquierda está en el poder,
aparte de una aceleración, como es el caso con el presidente Sarkozy.
Por ejemplo, en Francia, las primeras medidas de vigilancia de la Red,
medidas de vigilancia global, fueron establecidas por el gobierno de
Lionel Jospin.
El único poder que manifiesta una pequeña
resistencia es el poder judicial. En EE.UU. hay decretos adoptados por
el ejecutivo que son anulados. Por ejemplo, cuando la Corte de Casación
en Bélgica anula por vicio de forma el juicio en apelación de
militantes del DHKCP, es una resistencia al aparato judicial. El
problema es que no hay ningún relevo en la sociedad civil. Esa
ausencia de relevo se suma al silencio de los medios. No se puede
esperar que una institución aislada pueda resistir durante mucho
tiempo.
Silvia Cattori: Pero es un
ataque contra la libertad de opinión que se extiende al mundo entero.
Por lo tanto es fundamental que los partidos políticos se preocupen
de esas desviaciones y que los ciudadanos sepan que esas nuevas leyes
permiten, sobre la base de una simple sospecha, que se mantenga a
cualquiera en la prisión sin acusación y sin proceso, que ya nadie
está protegido por la ley, ¡que se trata de una arbitrariedad total!
¿Cómo se puede explicar que en los Foros Sociales, los
“altermundialistas,” los responsables de Attac, no coloquen estos
temas en el centro del debate?
Jean-Claude Paye: No hablan de eso. No
quieren hablar. Eso toca problemas fundamentales. No quieren hablar de
esos problemas porque deberían afrentar directamente al poder. Esas
preocupaciones les son secundarias. Tampoco forman parte del programa
de Attac. Hablan de la tasa Tobin, de cosas periféricas. Se está en
una sociedad psicótica, una sociedad del no–enfrentamiento.
Los que defienden a los ciudadanos no son nunca
los partidos que gobiernan. Cada vez que los partidos han aprobado
medidas favorables a los ciudadanos, lo han hecho porque había una
relación de fuerzas que los ha obligado a hacerlo. La democracia se
conquista cada día, nunca es concedida.
Si se estudian y explican las leyes ªantiterroristasª
se desvela exactamente la naturaleza del poder. No se puede hablar de
poder democrático, se ve una sociedad que ya va en marcha hacia la
dictadura. Se ve que cada nueva medida adoptada es peor que la
precedente. Las cosas están muy claras. Pero se niegan a verlas tal
como son.
El problema fundamental no es que el poder se
transforme en dictadura, porque, como lo muestra la historia, un poder
incontrolable se convierte siempre en dictadura. El problema
fundamental de nuestra época es la abdicación de la gente ante ese
proceso. Y eso constituye un fenómeno bastante nuevo. La gente
abandona al poder y a la maquinaria económica sus libertades; y a última
instancia, en vista de los problemas ecológicos y climáticos, su
supervivencia como especie viva.
Silvia Cattori: ¿Desde cuando
ha presentido que las cosas se desarrollaban en ese sentido, y que se
prohibiría que se exprese la gente que critica el sistema político y
mediático?
Jean-Claude Paye: Desde fines de los años
noventa. En esa época ya se veía el establecimiento de este Estado
policial. Pero las leyes establecidas en aquel entonces ya parecen
casi democráticas en comparación con lo que vemos ahora. El proceso
vive una fuerte aceleración.
Silvia Cattori: ¿Eso significa
que la autoridad ejecutiva de EE.UU. ataca directamente los derechos
fundamentales de los ciudadanos del mundo entero, entre ellos los de
la Unión Europea?
Jean-Claude Paye: ¡Sí, evidentemente!
Pero no se trata sólo del ejecutivo estadounidense, sino del conjunto
de los ejecutivos del planeta entre los cuales existe una verdadera
solidaridad contra sus poblaciones. Las prisiones secretas de la CIA
son un buen ejemplo de ese proceso. [6] En el ámbito europeo, los
gobiernos han sido directamente integrados en esta organización de la
tortura. En el mejor de los casos, todo lo que se ha podido obtener de
los gobiernos europeos es que se comporten como los tres pequeños
simios; ciegos, sordos y mudos [7].
Silvia Cattori: ¿Qué va a
pasar con los que están inscritos en esas listas “terroristas”
que siguen siendo mantenidas en el secreto?
Jean-Claude Paye: Las listas
“terroristas” no son todas secretas. En el ámbito europeo, sólo
la lista “Europol” es secreta. Permite que se tomen medidas de
vigilancia y el uso de técnicas especiales secretas de vigilancia y
de investigación respecto a personas identificadas como
“terroristas” [8].
La lista del Consejo Europeo permite que se tomen
medidas financieras, como el bloqueo de cuentas bancarias. Todos esos
elementos serán utilizados si la relación de fuerzas es favorable al
poder existente. Lo primero que hay que hacer es revelar lo que
sucede, difundir el máximo de informaciones y hacer que esas listas
sean conocidas.
Silvia Cattori: ¿Todo esto no
le sugiere alguna analogía?
Jean-Claude Paye: Sí, con el clima de los
años treinta. Pero actualmente se establece una dictadura mundial.
Una especie del “mejor de los mundos” y no un simple proceso de
“fascistización.”
Silvia Cattori: Desde 2001, se
secuestra a personas, se tortura a supuestos “terroristas” de
origen árabe y de confesión musulmana. ¿Hay que esperar que mañana
se castigue a los que denuncian esos abusos?
Jean-Claude Paye: El imperio necesita
enemigos. Crea, inventa, a sus propios enemigos.
Lo primero que hay que hacer es sacar a la luz lo
que está oculto [9] ¡Hay tantas leyes que permiten hacer cualquier
cosa, cuando se quiera! Pero eso se hace en función de la resistencia
inmediata de los interesados. Antes existía un marco legislativo que
nos protegía. Ahora, pueden hacer cualquier cosa si tienen la
capacidad de imponerla. Hoy en día, las cosas reposan sobre una
simple relación de fuerzas.
Silvia Cattori: El señor Dick
Marty [10], nombrado por el Consejo Europeo, ¿podrá obtener de la
Unión Europea que anule esas listas ilegales?
Jean-Claude Paye: ¡El informe que ha
redactado el señor Dick Marty es muy importante! Su informe da en el
blanco, se opone a la línea política de los gobiernos europeos.
Pero, en realidad, el señor Marty no tiene ningún poder; su informe
no ha podido cambiar nada porque va a contracorriente. Sin embargo,
ese informe es esencial.
Silvia Cattori: Esas políticas
que nos hablan de justicia y libertad; ¿no son más que aire, nada?
Jean-Claude Paye: Tenemos que ser lúcidos:
mostrar las cosas tal como son. Los que hacen críticas y se limitan a
decir: “Sí, hay que tener leyes antiterroristas, es necesario
luchar contra el terrorismo, pero hay que evitar los abusos” no
hacen otra cosa que legitimar el punto de vista del poder. Hay que
mostrar que las leyes que tienen por objetivo la lucha contra el
“terrorismo”, son en realidad leyes contra las poblaciones.
La última ley promulgada en EE.UU., la Ley de
Comisiones Militares, es una ley constitucional de alcance mundial,
como lo demuestro en mi último libro “Global war on Libertyª. El
presidente de EE.UU. tiene la posibilitar de calificar de enemigo a
todo ciudadano estadounidense o a todo nacional de un país con el
cual EE.UU. no está en guerra. La gestión de las poblaciones,
incluyendo a los ciudadanos estadounidenses, se convierte en un acto
de guerra y ya no sólo en una acción policial.
Tomemos el ejemplo del Acuerdo Swift. Swift es
una agencia belga que se ocupa de las transferencias financieras
internacionales. Swift ha transmitido, desde 2001, todas las
informaciones sobre las transacciones de sus clientes violando no sólo
la legislación belga, sino la legislación europea [11]. Es el
derecho de EE.UU. aplicado en Europa.
Todo lo que dice el gobierno estadounidense es
del dominio de la fe. La tesis gubernamental sobre los atentados del
11 de septiembre, nadie puede creerla racionalmente. El informe de la
Comisión no indica siquiera que se derrumbó una tercera torre. Es un
informe psicótico en el cual el discurso del amo reemplaza a los
hechos en sí. Un reciente sondeo Zogby muestra que la mayoría de los
estadounidenses desea que se reabra la investigación. [12] Mientras
que en Europa basta el hecho de posarse preguntas para ser
estigmatizado.
Silvia Cattori: ¿Qué mecanismo
subsiste para exigir el retorno a un Estado de derecho?
Jean-Claude Paye: Hay que dejar las cosas
en claro. Hablar claro. Mostrar de qué se trata. Depende de la
capacidad de resistencia de la gente.
La lucha “antiterrorista” es en realidad una
guerra contra las libertades. Esa guerra contra las libertades es la
primera etapa de una guerra contra las poblaciones. Y la Ley de
Comisiones Militares es una ley penal que tiene un carácter mundial y
que, de hecho, es un acto de soberanía imperial. Es una ley que
confunde relación policial y relación de guerra. Es el
establecimiento de una nueva forma de Estado mundial que, al integrar
las funciones de policía y de guerra, lucha contra sus propias
poblaciones.
Algo importante: esta ley se aplica en el ámbito
mundial, da la posibilidad de EE.UU., no sólo de secuestrar, sino,
sobre todo de hacerse entregar a cualquier ciudadano en el mundo, es
decir a personas que ha calificado de “enemigos combatientes.”
Los acuerdos europeos de extradición con EE.UU.
no se oponen a que las personas calificadas de “enemigos
combatientes” puedan ser transferidos a EE.UU. Por lo tanto es una
ley de alcance mundial. Es un Acta constitutiva del Imperio.
Actualmente, el derecho penal es constituyente.
Eso ya ha existido en la historia de nuestras sociedades. El derecho
penal ejerce un papel constituyente en los períodos de transición
(por ejemplo al comienzo del capitalismo el derecho penal ha sido
dominante).
Si el derecho penal es dominante actualmente, es
porque se prepara una nueva forma de derecho de propiedad. Es lo que
podría ser llamado el fin de “la propiedad de sí mismo”. El
conjunto de nuestros datos personales ha dejado de pertenecernos.
Pertenecen al Estado, e igualmente a las firmas privadas. La dominación
del derecho penal prepara el establecimiento de ese futuro derecho
privado.
Silvia Cattori: ¿La gente
piensa generalmente que esas medidas no afectan más que a individuos
determinados?
Jean-Claude Paye: Afectan a todo el mundo.
Afectan a toda forma de resistencia. Un “terrorista” ha llegado a
ser alguien que no quiere abandonar sus libertades al poder, alguien
que quiere vivir.
Silvia Cattori: Desde este
verano, EE.UU. consideran como sospechosos de “terrorismo” a los
oponentes a su política en Iraq y en el Líbano [13]. El director de
la agencia de prensa libanesa New Orient News, miembro de la Red
Voltaire, ya figura. El gobierno de Bush habría exigido al gabinete
Sarkozy, que transcriba al derecho francés las nuevas listas de
oponentes políticos y que haga aparecer al periodista Thierry
Meyssan, quien ya es personna non grata sobre el territorio de EE.UU.
¿Le sorprende este hecho?
Jean-Claude Paye: Yo no conocía la
exigencia concreta de Bush respecto a Thierry Meyssan. Pero se trata
de un contexto de simple relación de fuerzas en un momento
determinado. Cuando se piensa en la histeria que así llamados
“intelectuales” franceses han desarrollado y en los ataques que
Thierry Meyssan ha sufrido en Francia desde la aparición de su libro
sobre los atentados del 11 de septiembre [14] que osaba presentar las
preguntas que había que hacerse, ya nada nos puede sorprender.
Mi trabajo muestra, que las disposiciones
“antiterroristas” tienen por objeto atacar a los oponentes políticos
así como a las poblaciones y no sólo a los “islamistas.” Por lo
tanto uno no se puede sorprender fundamentalmente, si eso se
comprueba, ante una posible inscripción de Thierry Meyssan en las
listas “terroristas.” Sin embargo, eso indicaría que hemos pasado
a una nueva etapa en la criminalización de la palabra opositora. Eso
indicaría que el poder se siente perfectamente cómodo, al sacar a la
luz pública objetivos que siempre ha negado hasta ahora.
¿Quién puede creer la tesis gubernamental sobre
los atentados del 11 de septiembre? ¿Quién puede creer que una torre
alcanzada por un avión caiga de modo controlado? El problema es que
EE.UU. da todas las informaciones que permiten poner en duda su tesis,
y la gente simula que lo cree. Nos hallamos ante un mecanismo
perverso, en el cual el individuo, para no enfrentar lo Real, simula
que cree lo inverosímil.
Silvia Cattori: A pesar de que
Thierry Meyssan ha revelado hechos que habría que tomar en serio,
sorprendentemente, los periodistas lo han puesto de vuelta y media.
Jean-Claude Paye: ¿A quién pertenecen
esos periódicos que han difamado a Thierry Meyssan? Esos
“periodistas” son personas que copian lo que les dicen que digan.
¿Conoce a muchos periodistas “oficiales” que verifiquen sus
fuentes y que hagan un trabajo serio de investigación?
Silvia Cattori: Sus libros son
importantes para todos los que defienden las libertades.
Jean-Claude Paye: He escrito esos libros
porque creo que era necesario hacerlo. Cuando vi que se aprobaban esas
leyes en Bélgica y por doquier en el mundo, todo iba en la misma
dirección. Había que subrayar esa coherencia. Hay poca gente que
haga ese trabajo. Yo soy prácticamente el único que trabaja de
manera global. Todos esos datos no son recolectados. Debo
recolectarlos, hacer el trabajo de los juristas y al mismo tiempo mi
trabajo de sociólogo: poder pensar la nueva forma de organización
del poder. Mis trabajos toman en cuenta los dos lados del Atlántico.
Estudian no sólo las leyes antiterroristas sino todas las leyes de
control social. Eso forma un todo.
Notas:
(*) Jean-Claude Paye ha publicado el
libro «La fin de l’État de droit» (El fin de Estado de Derecho),
Ediciones La Dispute, 2004. Su segundo libro se titula «The Global
War on Liberty» (La guerra global contra la libertad), ediciones
Telos Press Publishing, 2007.
(**) Periodista suiza.
[1] “La fin de l’État de droit. La lutte
antiterroriste: de l’état d’exception à la dictature.” La
Dispute, Paris, 2004. Este libro fue publicado en italiano por
Manifesto libri, en alemán por Rotpunktverlag. “Global
War on Liberty”. Éditions Telos Press, New York 2007. La
traducción en turco aparecerá próximamente en IMGE, en español en
HIRU, en holandés en EPO.
[2] La Ley Patriota es definida como una “Ley
para unir y reforzar EE.UU. suministrando los instrumentos apropiados
para descubrir y contrarrestar el terrorismo.” Aprobada por el
Congreso de EE.UU., fue firmada por George W. Bush, el 26 de octubre
de 2001. Adoptada a título provisorio, este dispositivo de excepción
expiraba el 31 de diciembre de 2005, pero fue prolongado por la Cámara
de Representantes y se perenniza. De las dieciséis disposiciones de
la Ley Patriota, asegurando un control generalizado de las
poblaciones, catorce han sido convertidas en permanentes. Esa ley
permite igualmente al gobierno de EE.UU. que detenga sin límite y sin
acusación a todo ciudadano extranjero que sospeche de
“terrorismo.”
[3] « L’OTAN: du Gladio aux vols secrets de la
CIA », par Ossama Lotfy, Red Voltaire, 24 de abril 2007.
[4] Los juicios de primera instancia y de apelación
fueron anulados por el Tribunal de Casación de Bruselas en junio de
2007. Este proceso recomienza en apelación el 13 de septiembre en
Amberes.
[5] El capítulo VIII de la ley Nº 2006-64,
publicada en el Diario Oficial del 24 de enero de 2006, estipula que
toda persona moral o física que haya estado en relación con una
persona inscrita en las listas europeas de sospechosos de
financiamiento del terrorismo, por ejemplo (las cuales incluyen listas
de oponentes a la política de EE.UU. en Iraq y en el Líbano) debe
responder a toda pregunta relacionada con esa relación. En el caso de
que disponga de recursos o de bienes cuyo origen no pueda justificar,
será considerado, por defecto, como si los hubiera recibido en el
marco de una actividad “terrorista.” Francia puede bloquear sus
posesiones, mientras un juez antiterrorista puede hacerlo arrestar y
encarcelar, luego procesarlo y tal vez condenarlo a 3 años de prisión
y a 75.000 euros de multa.
[6] « La CIA possède des prisons secrètes en
Europe », por D. E., Red Voltaire, 10 de noviembre de 2005.
[7] « L’Union européenne a autorisé par écrit
les prisons secrètes de la CIA dès janvier 2003», Red Voltaire, 13
de diciembre de 2005.
[8] « L’Euro Patriot Act», Red Voltaire, 17
de noviembre de 2003.
[9] « La loi Ashcroft-Perben II » y « La
France autorise l’action des services US sur son territoire», por
Thierry Meyssan, Red Voltaire, 18 de febrero y 8 de marzo de 2004.
[10] « Faut-il combattre la tyrannie avec les
instruments des tyrans?», par Dick Marty, Red Voltaire, 22 de marzo
de 2007.
[11] «La CIA a contrôlé les transactions
financières du monde entier via la société SWIFT», por Grégoire
Seither: y «SWIFT: le Trésor états-unien au-dessus des lois européennes»,
Red Voltaire, 26 de junio y 29 de septiembre 2006.
[12] «La majorité des États-Uniens souhaite
une enquête sur le rôle de MM. Bush et Cheney dans les attentats du
11/9», Red Voltaire , 7 de septiembre de 2007.
[13] La calificación de “terrorista” ha sido
extendida por el presidente George W. Bush a los oponentes políticos
por la Executive Order 13438— Blocking Property of Certain Persons
Who Threaten Stabilization Efforts in Iraq (firmada el 17 de julio de
2007) y la Executive Order 13441—Blocking Property of Persons
Undermining the Sovereignty of Lebanon or Its Democratic Processes and
Institutions (firmada el 1 de agosto de 2007).
[14] “L’Effroyable imposture“, éd. Carnot,
2002. Reedición a mediados de junio de 2007.
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