Primera respuesta fuerte de los trabajadores
Huelgas contra Sarko paralizan el país
Por
Flor Beltrán
Corresponsal
en Francia de Socialismo o Barbarie, 19/10/07
París.–
Estamos contentos por el éxito de la primera jornada de lucha
contra las reformas antiobreras de Sarkozy.
La huelga fue más masiva que los paros
iniciales de 1995. Pararon todos los transportes públicos y hasta
de empresas privadas. A pesar de que los burócratas sindicales llaman
hoy a volver a trabajar, en muchas asambleas de base votaron continuar
la huelga este viernes. Hay también muchos sindicatos de base que se
preparan para una lucha larga a pesar del saboteo de las centrales
sindicales. También pararon el correo,
sectores de la educación y otros gremios menores.
Hubo también piquetes y manifestaciones muy
combativas y masivas en todo el país, en total unos 300 mil
manifestantes, jóvenes en su gran mayoría, pese a que los medios de
comunicación no paran de declarar que el pueblo francés quiere las
“reformas” de Sarko. Pero los trabajadores saben que sólo la
lucha unida, consecuente y decidida puede derrotar los planes
neoliberales de este gobierno. Por eso la consigna más gritada en las
manifestaciones fue: “¡Todos juntos, todos juntos, contra los
patronos y el gobierno!”
Estas
huelgas y movilizaciones fueron precedidas el 13 de octubre por
una manifestación de más de 15.000 trabajadores que salieron a la
calle contra la reforma al sistema de salud.
Fue una manifestación impresionante. Se
trataba en su mayoría de trabajadores enfermos por las condiciones de
trabajo. Hubo un cortejo enorme de afectados por el amianto, material
cancerigeno que usaban en la construcción: iban en sillas de ruedas,
con bastones y muletas, como sobrevivientes de la guerra. El gobierno
y la patronal sabían que era mortal, pero no se prohibió su
uso hasta 1997.
Son
importantes y significativas estas primeras respuestas, pero
hay que alertar al mismo tiempo de los peligros que se
presentan ante el movimiento y su continuidad. Los paros del 18
los llamaron los mismos burócratas sindicales que han venido
frenando y traicionando las luchas libradas por el movimiento
obrero y los estudiantes en los últimos años.
Desde
mediados de los 90, los trabajadores franceses han resistido con
relativo éxito las pretensiones patronales de liquidar radicalmente
sus conquistas. Ciertamente han retrocedido, pero todavía no han
sufrido una apabullante derrota, como sucedió en EEUU, Gran Bretaña
y otros países imperialistas. La llamada “excepción francesa” es
además un punto de referencia de la lucha de clases en toda Europa
continental.
Pero
esto lo han logrado los trabajadores y estudiantes franceses porque
desde 1995 y en repetidas ocasiones salieron a luchar desbordando
a los burócratas canallas (como sucedió en año pasado con los
estadiantes), aprovechando sus organizaciones sindicales de base y/o
creando otras nuevas, asamblearias. Es decir, realizando acciones
independientes, que muchas veces la burocracia debió asumir y ponerse
al frente para no quedar liquidada.
Los
burócratas sindicales de todos los colores, desde los amarillos de
Force Ouvrière hasta los “rojos” de la CGT, comenzaron arrodillándose
ante Sarkozy. En vez de alertar desde el inicio sobre sus planes
salvajes antiobreros y organizar la resistencia, han pasado meses
en amigables cenas, almuerzos y reuniones a puertas cerradas con Sarko
y sus ministros... Y, lo que es peor, han venido haciendo toda
suerte de declaraciones confusas para desarmar y desmoralizar
a los trabajadores.
Ahora,
cuando ya no pueden seguir ocultando las cosas y la rabia de las bases
comienza a afectarles, convocan a este paro de algunos gremios
y no proponen darle continuidad alguna. La burocracia no lo
dispone como inicio de un plan de lucha que proseguiría después del
18.
Es
la clásica maniobra que practican todos los burócratas
sindicales del mundo: cuando “la papas queman”, llaman a medidas
parciales y aisladas, para descomprimir la situación. Si la medida
tiene éxito, toman esto de pretexto para abrir el período más largo
posible de “negociaciones”... y de pasividad y desmovilización. Y
si la acción fracasa, entonces declaran que no se puede hacer nada
porque “las bases no quieren luchar”.
Otro
elemento preocupante de esta situación es que las principales
corrientes de la “extrema izquierda” –la LCR y LO– se
callan la boca frente a estas abiertas traiciones de las
burocracias sindicales. Es casi imposible encontrar en Rouge (órgano
de la LCR) o en Lutte Ouvriére alguna línea de alerta sobre
sus maniobras traidoras. Y menos aún, por supuesto, de una política
para combatirlas.
Bajo
distintas formas, tanto la LCR como LO creen que el necesario frente
único obrero contra Sarko, lo van a lograr, a nivel sindical,
implorando a la burocracia que una a los trabajadores para luchar, sin
hacerle crítica alguna; y, a nivel político, haciendo exorcismos
sobre el cadáver hediondo del Partido Comunista Francés, para que
resucite y además se vuelva anticapitalista.
Lamentablemente,
los dirigentes de la LCR y LO desechan la principal experiencia
de más de una década de lucha del proletariado francés: desde las
grandes huelgas de 1995 hasta el movimiento de los
estudiantes–trabajadores del 2006, ninguna gran movilización
victoriosa se desarrolló por obra y gracia de la podrida burocracia,
sino contra ella, desbordándola y generando
organismos, acciones y direcciones independientes.
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