La
realidad desenmascara otra falacia imperial
Haití
está peor tras un año de ocupación
Por
Ernesto Carmona (*)
Argenpress,
27/02/05
A
un año de la invasión franco-estadounidense que defenestró a Jean
Bertrand Aristide, Haití se hunde en el caos y la pobreza, entre la
parafernalia de 6.200 efectivos de ocupación 'legitimados' como 'Misión
de Naciones Unidas para la Estabilización de Haití' (Minustah), que
incluye tropas de Brasil (1.200 hombres), Argentina (600) y Chile
(900). Cuatro militares brasileños resultaron heridos en
enfrentamientos registrados la última semana de febrero en Bel Air,
una de las barriadas más pobres de Puerto Príncipe, informó desde
Brasilia la agencia francesa AFP, citando al servicio de prensa del Ejército.
Otras fuentes indican que a mediados de febrero hubo por lo menos doce
muertos en ese mismo tugurio de la capital.
Las
miserables condiciones de vida de la población no mejoraron un ápice
en un año de 'reconstrucción'. El hambre también gatilla a la
inseguridad como problema principal, mientras los derechos humanos son
violados cotidianamente por los ex miembros de las bandas armadas que
patrocinó EEUU para desestabilizar a Aristide y que ahora integran y
controlan a la policía. Las violaciones y abusos contra el ser humano
hoy parecen 'legítimos', bajo el 'gobierno' del presidente
provisional Boniface Alexandre y del primer ministro Gérard Latortue.
Hasta
los partidarios del nuevo poder reprochan la intervención de la
llamada comunidad internacional. 'En Haití, cuánto más cambian las
cosas, más siguen siendo iguales', resumió desde el anonimato un
abogado allegado al gobierno consultado por La Voz de Galicia. El jefe
de la Minustah, el chileno Juan Gabriel Valdés, reclamó a la agencia
EFE porque todavía no llega la ayuda financiera prometida para la
'reconstrucción' del país. De 1.080 millones de dólares
comprometidos en la Conferencia de Donantes de Washington llegaron sólo
90 millones, asignados en 50% a la preparación de elecciones para el
último trimestre del año. Valdés cree que será oído en una reunión
de varios países convocada por Francia para el 18 de marzo en Cayena,
la capital de su colonia Guayana Francesa.
Ecuación
simple
Las
bandas paramilitares que desestabilizaron al gobierno de Aristide
fueron armadas por EEUU con dólares de la National Endowment
Development (NED), un fondo del gobierno destinado a 'promover la
democracia'. Una vez que Naciones Unidas legitimó la invasión
franco-estadounidense de la madrugada del bisiesto 29 de febrero del
2004, la Minustah fue incapaz de desarmar a las bandas que, por lo demás,
el nuevo gobierno integró mayoritariamente a la policía, reforzada
también con ex militares golpistas enemigos del ex sacerdote Aristide.
El objetivo principal de estas fuerzas combinadas -policía, ex
militares más bandas armadas- es destruir al Fanmi Lavalas, el
partido del Presidente derrocado. En la última semana de octubre
aparecieron en las calles 14 cadáveres de jóvenes activistas de
Lavalas. Los excesos de poder y las violaciones de los derechos
humanos forman parte de la vida cotidiana en los suburbios pobres de
Cité Soleil y Bel Air de Puerto Príncipe, la capital.
Por
ejemplo, el jueves 10 de febrero 12 personas fueron muertas en los
tugurios pro-Aristide de Bel Air. El día viernes, los trabajadores de
la Morgue le dijeron a Reuters que recibieron cinco cuerpos después
de una incursión de policías encapuchados que buscaban a partidarios
de Lavalas. Los habitantes de Bel Air dijeron que por lo menos ese
jueves fueron asesinado 12 vecinos, mientras que un corresponsal de la
misma agencia reportó haber visto seis cuerpos tendidos en la vía pública,
incluyendo a dos mujeres.
'Hubo
un tiroteo de policías encapuchados de uniforme negro y cuadrillas
armadas que vinieron a matar', le dijo a Reuters un residente del área
de Sans Fil, que confina los tugurios sin ley de Bel Air, mientras su
mano enseñaba otros dos cadáveres. Las matanzas tensionan el
ambiente desde hace varios meses, mientras la policía asesina
impunemente a los partidarios de Aristide que residen en las barriadas
más empobrecidas.
La
Coalición Nacional por los Derechos Humanos de EEUU reportó que
entre el 1 de septiembre y el 26 de octubre fueron asesinadas 170
personas y otras 241 resultaron heridas, preferentemente en Cité
Soleil y Bel Air. Por lo menos 200 personas han muerto desde
septiembre 2004, según el balance de las agencias internacionales de
noticias, mientras decenas han sido arrestadas en las incursiones de
la policía a los tugurios arenosos de Puerto Príncipe, con ayuda de
tropas brasileñas de la 'fuerza de paz' de Naciones Unidas. Desde que
Aristide fue depuesto y expulsado del país por los franceses y
estadounidenses el 29 de febrero, el gobierno no cesa de atribuir la
violencia al partido Lavalas.
Lavalas
acusa
Mientras
la policía y las cuadrillas ONU azotan los tugurios, los soldados
desempleados que condujeron la sanguinaria rebelión armada contra
Aristide ahora están exigiendo su reincorporación al Ejército y el
pago de 10 años de 'salarios atrasados'. La única ayuda material que
recibe el país más empobrecido de la región consiste en la costosa
presencia de las tropas extranjeras y unos pocos dólares para
preparar unas elecciones todavía sin fecha. No hay esperanzas para
este país que fue despojado de su gobierno legítimo bajo la promesa
de la 'reconstrucción'.
Tropas
brasileñas y de Sri Lanka utilizaron vehículos armados para bloquear
con sus rifles automáticos un desfile que pretendieron efectuar el
jueves 10 de febrero ex soldados y miembros de las bandas armadas que
reclaman su incorporación al Ejército. Aquellos hombres que antes el
primer ministro Latortue llamaba 'combatientes de la libertad' ahora
el gobierno los califica de 'traidores'. Por su parte, los afectados
también reclaman: 'Latortue ha vendido el país a los extranjeros. El
prefiere a militares extranjeros al ejército de Haití que creó esta
nación', dijo uno de sus líderes, Remissainthe Ravix, citado por
Reuters. 'Nunca entregaremos nuestras armas; moriríamos sin ellas'.
En
sus incursiones en Cité Soleil y Bel Air la policía suele utilizar
niños como escudos. Las balaceras siegan con frecuencia las vidas de
los menores que se hallan en las calles. Pero en Haití no hay a quien
reclamarle. Las organizaciones de derechos humanos imploran al
gobierno que la policía sea más profesional y evite las muertes de
civiles inocentes. Y lo que ocurre en la capital también se repite en
ciudades importantes como Cabo Haití.
Una
evasión forzada
En
Haití hay frecuentes episodios de violencia. La ocupación resulta
impotente para controlar el caos, al igual que en Irak. En la tarde
del sábado 19 de febrero, tres camionetas con hombres armados
irrumpieron en la Penitenciaría de Puerto Príncipe, presumiblemente
para liberar a algunos narcotraficantes, que también formaron parte
de las bandas anti-Aristide. 'Mataron a un guardia e hirieron a otro y
todos los presos que estaban en los patios en ese momento salieron
para protegerse o evadirse', explicó el embajador de Chile Marcel
Young, en el vespertino santiaguino La Segunda del 22 de febrero.
Escaparon 481 presos de una población penal de 1.250, explicó a la
agencia AP el canciller haitiano Herrad Abraham.
El
detalle es que entre los reclusos que huyeron de la balacera se
encontraban dos ex colaboradores de Arístide, el ex primer ministro
Yvon Neptune y el ex ministro del Interior Jocelerme Privert, quienes
terminaron recurriendo al embajador de Chile para que la Minustah los
pusieran a salvo... devolviéndolos de nuevo al penal, donde
aparentemente se sienten más seguros.
Sobre
los motivos del ataque al penal, Young dijo a La Segunda: 'No hay una
versión última, pero las hipótesis que existen son que fue para
sacar a algunos narcotraficantes de la cárcel; parece que no tiene
connotación política, pero nunca se sabe en este país. Ellos temían
que, como ya habían sufrido amenazas, fueran los blancos de la
balacera, porque además adentro había muy pocos guardias y nadie podía
asegurarles la integridad física. Hay mucha que los odia y creían
que podían aprovechar el momento para liquidarlos'. El embajador
desmintió que hubieran pedido asilo político.
Y
ahora ¿qué?
Haití
ya fue despojado de sus recursos naturales. Temprano los franceses
acabaron con los árboles de caoba, depredaron los suelos con cultivos
intensivos de tabaco y algodón y afectaron severamente al medio
ambiente. Desde que los ex esclavos se liberaron de Francia en 1804,
la ex metrópolis promovió como venganza su aislamiento histórico.
Para terminar con el bloqueo, el país de Jacques Chirac exigió una
indemnización a los haitianos por su independencia. Arístide pidió
la restitución de esos haberes abonados en luises de oro, pero no
cobró las vidas humanas que pagó Haití con los esclavos que los
franceses trajeron del África, en una travesía en que la mitad moría
y la expectativa de vida para los recién llegados era de 7 años de
una miserable vida de trabajo en cautividad.
Arístide
probablemente no hizo un buen gobierno. Quizás privilegió demasiado
a los pobres urbanos que lo siguieron con vehemencia, concentró
demasiado el poder y no supo dialogar a tiempo con sus opositores.
Pero los 'salvadores' que invadieron el país el 29 de febrero de
2004, con la excusa de salvarlo mediante la 'democracia' y la
'reconstrucción', tampoco exhiben mayor interés por sacar al país
del atolladero, ni cumplieron sus promesas de ayuda económica. Todo
lo que pretenden estar haciendo los países que invadieron Haití con
el falso pretexto de llevarle a sus habitantes una vida mejor pudieron
haberlo intentado apoyando al gobierno legítimo que derribaron. Y es
que en los designios geopolíticos de potencia imperiales que
prosperaron con la mano de obra esclava, como Francia y EEUU, los
pueblos constituyen un estorbo. Los amos son implacables.
(*)
Ernesto Carmona, periodista y escritor chileno.
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