La
guerra de la ONU contra los pobres de Cité Soleil
Haití
bajo estado de sitio
Por
Wadner Pierre y Jeb Sprague
CounterPunch, 01/03/07
Rebelión, 12/03/07
Traducido por José Luis Vivas
Casi dos meses después
de que las tropas de la ONU comenzaran a lanzar duros ataques que
dicen haber estado dirigidos contra miembros de las pandillas de los
barrios pobres de Puerto Príncipe, los controles policiales en las
carreteras y las alambradas de púas siguen en pie, y la atmósfera es
sombría.
Mercius Lubin,
morador del distrito de Boston, en Cité Soleil, relató a IPS que una
incursión a principios de mes dejó a sus dos hijas muertas.
"Fue el ruido de los disparos de la MINUSTAH (la fuerza de paz de
la ONU) lo que nos despertó".
Eran aproximadamente
las once de la noche del 1 de febrero, y la familia estaba durmiendo
en el suelo porque los soldados de la ONU habían aconsejado a todos
en la zona que hicieran así. "Entonces comenzaron a disparar. Me
di cuenta que yo había sido herido en un brazo, mi mujer en los pies,
y que mis dos hijas se hallaban bañadas en su propia sangre".
Contó que fueron
proyectiles de la MINUSTAH los que acribillaron su casa matando a sus
dos hijas. IPS inspeccionó los cadáveres de Stephanie, 7 años, y
Alexandra Lubin, 4. Un alto comandante militar de la MINUSTAH reconoció
que la ONU había lanzado disparos en ese día. Residentes aseguran
también que los vehículos de la ONU dispararon con intensidad calle
abajo, dónde está ubicada la residencia de Lubin.
Funcionarios de la
MINUSTAH, cuyo contingente militar lidera Brasil, han admitido que
hubo "daños colaterales" , pero afirman que están allí
para combatir a pandilleros a petición del gobierno de René Préval.
Hablando en una
conferencia de prensa el miércoles pasado en el cuartel general de la
ONU, Joel Boutroue, representante especial adjunto del secretario
general para Haití, habló de las alegaciones de que soldados de la
ONU habían disparado contra "dos niñas pequeñas", pero
dijo que los miembros de las pandillas fueron los responsables por los
asesinatos.
"[Los soldados
de la ONU] está tomando precauciones extraordinarias para minimizar
el número de víctimas", afirmó. "El reglamento de combate
es muy claro – solo se dispara si se es disparado. El número de víctimas
ha sido muy reducido".
No obstante, Boutroue
admite que mientras la ONU de hecho investiga algunos casos específicos
e intenta también establecer el número de víctimas en las clínicas
locales tras grandes operaciones, no se suele especificar si la
persona fue alcanzada por disparos de la MINUSTAH o por otras armas.
"Es imposible averiguar eso", asevera.
La ONU y funcionarios
del gobierno han señalado en particular a un líder pandillero
llamado Evans. En las últimas semanas se ha arrestado a un número
de hombres pertenecientes a este grupo.
Pero muchos
residentes y activistas locales de derechos humanos dicen que decenas
de personas sin relación con las pandillas han sido asesinadas,
heridas o arrestadas durante las incursiones y los combates. Un clima
de miedo persiste en gran parte de Cité Soleil.
IPS pudo observar que
edificios a lo ancho de Cité Soleil han sido acribillados por las
balas; muchos muestran enormes agujeros causados por armamentos de
gran calibre pertenecientes a la ONU, como atestan los moradores. A
menudo han quedado destrozadas las tuberías que llevaban agua al
barrio de chabolas.
Un documento
recientemente desclasificado de la Embajada de los Estados Unidos en
Puerto Príncipe ha revelado que durante la operación
realizada en julio de 2005 la MINUSTAH llegó a lanzar 22.000
proyectiles durante varias horas. En el informe un funcionario de la
MINUSTAH reconoce que "debido a la pobre construcción de las
viviendas en Cité Soleil y a la gran cantidad de munición utilizada,
es probable que ráfagas hayan penetrado en muchas edificaciones,
impactando contra blancos no deseados".
Una coalición de
grupos religiosos y de derechos humanos que actúan en Cité Soleil,
La Coalición Haitiana Pacífica e Independiente (HNVNPC), está
intentando resucitar el proceso de paz. Un portavoz de la coalición,
Evel Fanfan, declara que "hemos sido forjados en la desesperación
por las víctimas y los líderes en los campos de batalla de Cité
Soleil", y hace un llamamiento a "un inmediato alto el
fuego".
La coalición está
intentando trabajar con la Comisión Nacional para el Desarme,
Desmovilización y Reintegración,
del gobierno Préval, encabezada
por Alix Fils Aimé, para relanzar la posibilidad de un proceso de
paz. Un grupo ya se ha ofrecido a entregar las armas a cambio de una
amnistía e inversiones del gobierno en la comunidad.
Un estrategia de
endurecimiento se hizo evidente algunos días antes de Navidad, cuando
funcionarios de la ONU declararon que estaban entrando en Cité Soleil
para capturar o matar a los pandilleros y secuestradores de la zona de
Bois Neuf.
Según algunos
vecinos, la incursión del 22 de diciembre llegó a conocerse como la
Operación "Sin Piedad hacia Cité Soleil", ya que el ruido
de las ametralladoras de 50 mm. de la MINUSTAH se podía oír a muchos
kilómetros de distancia.
Cinco días más
tarde, la gente de Bois Neuf enterraba a 11 jóvenes que dicen que
estaban entre los que fueron asesinados por la MINUSTAH. Una multitud
enorme se aglomeró delante de los ataúdes.
Ronald Saint–Jean,
del Grupo por la Defensa de los Derechos de los Prisioneros Políticos
(GDP), fue uno de los pocos representantes de asociaciones de derechos
humanos que estuvieron presentes en el funeral.
El GDP hace parte de
una coalición de base recientemente fundada y dedicada a los derechos
humanos denominada Coordinadora Nacional de Organizaciones de Defensa
de los Derechos Humanos (CONODDH).
Después del
derrocamiento del gobierno electo de Jean–Bertrand Aristide centenas
de activistas políticos, posiblemente cerca de mil, del Fanmi Lavalas,
fueron encarcelados durante el gobierno interino apoyado por los
Estados Unidos, según un estudio de derechos humanos de la
Universidad de Miami.
Otro estudio,
publicado en la revista médica británica The Lancet, estimó que
8.000 personas fueron asesinadas y 35.000 sufrieron acosos sexuales en
el área metropolitana de Puerto Príncipe durante el gobierno
interino (2004–2006). En la segunda parte del estudio, presentado en
enero en la conferencia de la Asociación Americana de Salud Pública
en Boston, se identificó a 57% de las víctimas como partidarios de
Lavalas, y a 30% como pertenecientes a Lespwa – los partidos de
Aristide y Préval.
La administración
Aristide (2001–2004), sometido a un embargo económico por las
instituciones financieras internacionales, se había negado a
privatizar las empresas públicas. El embargo hizo que el gobierno
perdiera ayudas muy necesarias, contribuyendo así al deterioro económico
y a la desestabilización. Tras el derrocamiento de Aristide, después
que miembros de las antiguas fuerzas armadas de Haití hubieran
invadido el país desde la República Dominicana, se estableció un
marco provisional a partir de recomendaciones del Fondo Monetario
Internacional.
Según algunos líderes
sindicalistas haitianos, eso llevó al despido de entre 8 y 10 mil
empleados públicos del sector civil, muchos de los cuáles vivían en
los barrios de chabolas más pobres de Puerto Príncipe.
Otros programas del
gobierno de Aristide, como el de los subsidios al arroz para la
población pobre, los centros de alfabetización, y los proyectos para
el suministro de agua, fueron paralizados después del golpe de Estado
de 2004. Una Universidad de Medicina, la primera de su género en Haití,
erigida por el gobierno de Aristide, quedó ocupada por las fuerzas de
la MINUSTAH.
Frantz Michel
Guerrier, un joven portavoz del Comité de Notables para el Desarrollo
de Cité Soleil, con base en la zona Bois Neuf, dijo que "me es
muy difícil explicarte lo que ha pasado la gente de Bois Neuf el 22
de diciembre de 2008 – es casi inexplicable. Fue una verdadera
masacre. Contamos a más de 60 heridos y más de 25 muertos, entre
ellos bebés, niños y jóvenes".
"Vimos helicópteros
que nos disparaban, nuestras casas destrozadas por los tanques",
relata Guerrier a IPS. "Oímos detonaciones de armas pesadas.
Muchos de los muertos y heridos fueron encontrados en sus casas. Tengo
que decirle que no se perdonó a nadie, ni a bebés. A la Cruz Roja no
se le permitió socorrer a la gente. Los soldados se negaron categóricamente
a permitir que la Cruz Roja entrara, en violación de la Convención
de Ginebra".
La ONU niega haber
impedido que ambulancias entraran en la barriada, pero reconoce que
uno de sus soldados disparó ese día contra la rueda de una
ambulancia. Muchos moradores dijeron a IPS que la MINUSTAH, después
de haber llevado a cabo las operaciones, abandonó la zona sin
investigar la existencia de heridos. Fuentes de la ONU afirmaron que
miembros de las pandillas habían disparado contra sus destacamentos
con armas de fuego ligeras.
Residentes y
funcionarios de Lavalas explican que se oponen a todo tipo de
violencia y que quieren la paz. Pero fuentes cercanas al Palacio
Nacional hablan de una inmensa presión para endurecer la actitud y
desplazar a los grupos armados.
Sigue habiendo una
fuerte oposición contra las tácticas de estilo militar adoptadas por
la MINUSTAH en barrios densamente poblados. El 27 de febrero, 21
aniversario de la caída de la dictadura de Duvalier, una marcha
colosal se llevó a cabo en Puerto Príncipe, y manifestaciones
menores ocurrieron en Cap–Haïtien, Saint–Marc, Miragoâne, Jacmel,
Léogâne y Gonaïves, todas exigiendo el fin de la violencia y
permiso para el regreso de Aristide al país.
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