La conexión
EEUU-Irak-Israel-sionismo
Por James
Petras y Robin Eastman-Abaya
Traducido
para Rebelión por Marina Trillo, 14/08/04
¿Por qué
fue EEUU a la guerra contra Irak en marzo de 2003 con proyectos más
amplios para atacar a Siria, Irán y probablemente al Líbano? Ninguna de
las justificaciones dadas hasta entonces proporcionó la más mínima
prueba. No se descubrieron armas de destrucción masiva. No ha sido
establecido ningún lazo entre Irak y Al Qaeda. No existía ninguna
amenaza para la seguridad estadounidense. Muchos de los aliados
estadounidenses pasados y presentes tienen historiales de derechos humanos
iguales o peores que los de Irak. La guerra, conquista, ocupación,
matanzas y vil tortura sistemática y encarcelamiento de miles de iraquíes
han suscitado la hostilidad e indignación de cientos de millones de
cristianos, musulmanes y librepensadores de todo el mundo, desacreditando
completamente a todo el establecimiento político de Washington y del
exterior. Las compañías petroleras estadounidenses no han podido
beneficiarse ante la creciente resistencia anticolonial, sus inversiones
por todo el Oriente Medio y Asia Central Meridional están bajo sitio. Los
países de la OPEC rechazaron durante algún tiempo las presiones
estadounidenses y de la UE para bombear más petróleo a fin de bajar su
astronómico precio - en parte como respuesta hostil a la invasión
estadounidense de Irak.
¿Quién
se benefició entonces de la guerra estadounidense? Examinando los
beneficiarios podemos tener una idea de quién tenía motivos para
promover este crimen contra la humanidad. El único beneficiario principal
de la guerra es el Estado de Israel, que logró que EEUU destruyera a su
adversario árabe más consistente en Oriente Medio - el régimen que
prestaba más apoyo político a la resistencia Palestina. Junto con Irán
y Siria formaban el mayor obstáculo a los planes expansionistas israelíes
para expulsar a los palestinos y conquistar y ocupar toda Palestina. El
plan para "democratizar" Oriente Medio propuesto por los
sionistas estadounidenses en el gobierno significaba en esencia un control
conjunto por EEUU e Israel de todo Oriente Medio por medio de una serie de
guerras.(1)
¿Cuáles
eran los obstáculos para un Gran Israel? En primer lugar la Intifada, el
levantamiento de los palestinos que rechazaron ser expulsados de su país
y lograron infligir pérdidas al impostor Pueblo Elegido de Dios (Israel
es según la ley un estado exclusivamente judío, habitado por inmigrantes
principalmente de Europa y sus hijos, y gobernado mediante el dogma
religioso exclusivista). En Segundo lugar Hizbollah había infligido una
derrota estratégica militar y política a Israel, forzando a Israel y a
sus aliados clientes mercenarios cristianos Maronitas libaneses a evacuar
el sur del Líbano. En tercer lugar Irak, Irán y Siria, los tres países
que eran más consecuentes en su oposición a la anexión y dominación
regional israelí, estaban desarrollando lazos económicos y políticos
con multitud de países y sobre todo, en lo que respecta a los contratos
de petróleo, firmando acuerdos comerciales y de explotación con Japón,
China, Rusia así como con corporaciones de Europa Occidental. Las
esperanzas de Israel para compartir la co-prosperidad de la esfera económica
de dominación de Washington basada en los serviles regímenes árabes
clientelares eran cada vez más dudosas. En cuarto lugar el régimen iraquí
se estaba recuperando lentamente, a pesar de la década de boicot
estadounidense-europeo y su agresión militar constante. Con el tiempo
agotándose, los israelíes y sus agentes sionistas en la administración
de Bush se percataron de que estaba en el horizonte un acuerdo para
terminar el boicot y normalizar las relaciones con Irak. Finalmente, había
una profunda crisis interna en Israel sobre el coste económico y la
inseguridad personal que conllevaba la política de asentamientos
criminales y represión salvaje en los territorios ocupados. La emigración
de Israel superaba a la inmigración, su política de bienestar judío
estaba hecha cisco, y cientos de reservistas en activo rehusaban prestar
servicio militar en la sucia guerra colonial.
Una serie
de guerras estadounidenses contra regímenes independientes árabes,
empezando por Irak, entraba claramente dentro de los intereses del estado
israelí y así fue percibido por el régimen de Sharon, su policía
secreta (Mossad), el ejército israelí y los sionistas derechistas que
ocupaban puestos influyentes en Washington.
¿Cómo
consiguió el estado israelí influir sobre el estado imperial
estadounidense para que librara una serie de guerras, que pondrían en
peligro sus propios intereses económicos y de seguridad imperiales, y
promoverían los de Israel?
La
respuesta más directa se encuentra en el papel desempeñado por
funcionarios clave pro sionistas en y alrededor de los puestos de
estrategia política más importantes de la administración de Bush. Estos
funcionarios estadounidenses desde antiguo mantenían lazos ideológicos y
políticos con el estado israelí, incluso en puestos de asesoramiento político.
A lo largo de la mayor parte de sus carreras políticas se habían
dedicado a fomentar los intereses estatales de Israel en EEUU. Aunque el
diseño y la ejecución de la estrategia bélica estadounidense estaban en
manos de militaristas civiles sionistas del Pentágono sólo lograron
tener éxito gracias al poderoso apoyo ejercido por los acólitos de
Sharon en las principales organizaciones judías estadounidenses. Los
Presidentes de las principales organizaciones judías, la Liga Anti-difamación,
AIPAC, y millares de sus activistas - doctores, dentistas, filántropos,
agentes inmobiliarios, financieros, periodistas, magnates de los medios y
académicos - actuaron concertados con políticos clave judíos e ideólogos
para presionar a favor de la guerra, porque según aducían, estaba en el
interés del estado de Israel destruir a Saddam Hussein y el aparato de
estado del secular Partido Baaz.
Israel y
EEUU: una relación única
Las
relaciones US-Israel han sido descritas de diversas maneras. Los políticos
se refieren a Israel como el aliado más confiable de Estados Unidos en
Oriente Medio, si no en el mundo. Otros hablan de Israel como un aliado
estratégico. Algunos hablan de que Israel y Estados Unidos comparten
valores democráticos comunes en la guerra contra el terrorismo. Los críticos
de la izquierda, hablan de Israel como de un instrumento del imperialismo
estadounidense para minar el nacionalismo árabe, y un baluarte contra el
terrorismo fundamentalista islámico. Unos pocos escritores señalan la
"excesiva influencia" que los gobiernos israelíes ejercen sobre
la política del gobierno estadounidense por medio de poderosos grupos de
presión e individuos judíos en los medios de comunicación, círculos
financieros y gubernamentales.
Aunque hay
algo de verdad en la mayor parte de lo anteriormente expuesto, existe un
aspecto único en esta relación entre una potencia imperial como EEUU y
una potencia regional como Israel. A diferencia de la relación de
Washington con la UE, Japón y Oceanía, es Israel quien presiona y
consigue la transferencia enorme de recursos financieros (2,8 mil millones
de dólares por año, 84 mil millones de dólares en 30 años) (2). Israel
consigue el armamento más moderno y transferencias de tecnología, la
entrada irrestricta en los mercados estadounidenses, la entrada libre de
inmigrantes, el compromiso incondicional del apoyo estadounidense en caso
de guerra y represión del pueblo colonizado y los vetos estadounidenses
garantizados contra cualquier resolución de las Naciones Unidas.
Desde el
ángulo de las relaciones interestatales, es el más pequeño poder
regional que extrae tributo del Imperio, un resultado de apariencia única
o paradójica. La explicación de esta paradoja se encuentra en el
poderoso e influyente papel de los judíos pro Israel en sectores estratégicos
de la economía estadounidense, partidos políticos, Congreso y Poder
Ejecutivo. El equivalente más cercano respecto de antiguos imperios
pasados es el de influyentes colonos blancos de las colonias, que por sus
vínculos con la metrópoli eran capaces de conseguir subvenciones y
relaciones comerciales especiales.
Los
"colonos" israelíes en Estados Unidos han invertido y donado
miles de millones de dólares a Israel, en algunos casos desviando fondos
de las cuotas sindicales de trabajadores mal pagados, para comprar bonos
israelíes utilizados para financiar nuevos asentamientos coloniales en
los territorios ocupados. En otros casos judíos fugitivos del sistema
judicial estadounidense han recibido protección del estado israelí,
sobre todo estafadores financieros súper ricos como Mark Rich y hasta gángsteres
y asesinos. Las ocasionales peticiones oficiales de extradición del
Ministerio de Justicia estadounidense han sido intencionadamente
ignoradas.
El imperio
colonizado se ha salido de su ruta para encubrir su subordinación a su
supuesto aliado pero, de hecho, poder hegemónico.
La relación
US-israelí es la primera de la historia moderna en la cual el país
imperial encubre un importante asalto militar deliberado de un supuesto
aliado. En 1967, el 'USS Liberty', un barco de reconocimiento y
comunicaciones, fue bombardeado y ametrallado por aviones de combate
israelíes en aguas internacionales durante casi una hora, matando e
hiriendo a cientos de marineros y oficiales. Los mensajes israelíes
interceptados así como la bandera estadounidense que ondeaba claramente
prueban que fue un acto deliberado de agresión. Washington actuó como lo
haría cualquier líder del Tercer Mundo que afronta un ataque embarazoso
de su hegemón: Hizo callar a los oficiales navales testigos del ataque y
discretamente recibió una compensación y disculpa pro forma. Aparte del
hecho de que se trató de una acción sin precedentes en las relaciones
militares y diplomáticas estadounidenses con un aliado, no hay ningún
caso en la historia de un país imperial que encubra un asalto efectuado
por un aliado regional (3). Por el contrario, circunstancias similares han
ido seguidas de respuestas diplomáticas y bélicas. Esta anomalía
aparente no puede de ningún modo ser explicada por debilidad militar o
fracasos diplomáticos: Washington tiene armas muy superiores y sus diplomáticos
pueden ejercer representación poderosa ante aliados o adversarios, cuando
existe voluntad política. El lobby judío-americano, gente del Congreso,
los medios de comunicación y los magnates de Wall Street estratégicamente
situados en el sistema político económico estadounidense lograron que el
Presidente Johnson actuara como un sujeto dócil. No fue necesaria ninguna
presión directa para que un mando político hegemonizado actuara,
aparentemente según sus propias estimaciones, habiendo aprendido las
reglas del juego político. La de Israel-EEUU es una relación única que
ni incluso un ataque militar no provocado podría poner en cuestión. Como
todos los poderes hegemonizados, Washington amenazó a los testigos
navales estadounidenses con un consejo de guerra si hablaban, en tanto
mimaba a sus atacantes de Tel Aviv (4).
Otro
ejemplo de la relación asimétrica se encuentra en uno de los casos de
espionaje más importantes habidos durante la Guerra Fría, en el que
estuvo implicado un agente israelí, Jonathan Pollard y el Pentágono.
Durante varios años Pollard robó y duplicó sacos de documentos
confidenciales sobre el espionaje, contraespionaje, planes estratégicos,
armamento militar estadounidenses y los entregó a sus tratantes israelíes.
Este fue el mayor caso de espionaje realizado contra EEUU por ningún
aliado en la historia reciente. Pollard y su esposa fueron condenados en
1986. El Gobierno estadounidense protestó en privado al gobierno israelí.
Los israelíes por otra parte, a través de sus aliados judío-americanos
organizaron un grupo de presión para que hiciera propaganda a su favor.
Finalmente todos los altos mandos israelíes y los cabilderos judío-americanos
hicieron campaña a favor de su perdón, y casi lo lograron con el
Presidente Clinton.
La
desigual relación es claramente evidente en el caso de un importante
fugitivo de la justicia, Marc Rich. Financiero y comerciante, fue
procesado por la Corte Federal de EEUU por varios casos de estafa y fraude
a clientes. Huyó a Suiza y posteriormente obtuvo pasaporte y ciudadanía
israelí, invirtiendo enormes sumas de su mal ganada fortuna en industrias
israelíes e instituciones benéficas. A pesar de la gravedad de los
cargos, Rich se codeó con los líderes políticos más importantes de
Israel y su élite económica. En el año 2000, el Primer Ministro de
Israel y numerosas personalidades judías pro israelíes, incluida la ex
esposa de Rich convencieron a Clinton de que lo perdonara. Aunque se
levantó un clamor sobre la conexión entre el perdón de Rich y los más
de 100.000 dólares de contribución de su esposa al Partido Demócrata,
la subyacente relación de subordinación a la influencia israelí y el
poder del cabildeo israelí en Estados Unidos fueron claramente más
importantes. Vale la pena observar que es extraordinariamente insólito
que un Presidente estadounidense consulte a un gobernante extranjero (como
consultó Clinton a Barak) en relación con un acusado de estafa. Es algo
sin precedentes perdonar a un fugitivo procesado que huyó de su proceso y
nunca cumplió pena alguna.
El poder
de Israel se manifiesta en las numerosas peregrinaciones anuales que los
políticos influyentes estadounidenses hacen a Israel para declarar su
lealtad al estado israelí, incluso durante períodos intensivos de
represión de la gente rebelde sometida (5). Por el contrario, los sátrapas
estadounidenses del mini-imperio israelí aplaudieron la invasión de Líbano
por el estado judío, su sangrienta represión de las Intifadas I y II y
se opusieron a cualquier mediación internacional para impedir más
masacres israelíes, sacrificando la credibilidad de las Naciones Unidas.
En las
votaciones de Naciones Unidas, incluso en el Consejo de Seguridad, a pesar
de las aplastantes pruebas de violaciones de derechos humanos presentadas
por la aliada UE, Washington ha trabajado duramente en servicio de su
hegemón. Sacrificando la credibilidad internacional y enajenando
deliberadamente a otras 150 naciones Washington etiquetó las críticas al
racismo israelí como "antisemitismo". Esto no marca el punto
culminante del servilismo de Washington a Israel.
El caso más
reciente y quizás el más importante de servilismo estadounidense ocurrió
en los meses anteriores y posteriores al ataque del 11 de septiembre
contra las Torres Gemelas y el Pentágono. El 12 de diciembre de 2001 Fox
News se enteró, por fuentes del espionaje estadounidense e investigadores
federales, de que 60 israelíes dedicados durante mucho tiempo a espiar a
funcionarios del gobierno estadounidense estaban detenidos desde el 11-S.
Muchos de los detenidos eran militares israelíes en activo u operativos
del espionaje israelí. Fueron arrestados bajo la ley antiterrorista 'Patriot'.
Muchos fallaron las preguntas del polígrafo relativas a actividades de
vigilancia en contra y en el interior de los Estados Unidos. Pero lo que
es más grave, investigadores federales tienen razones para creer que los
operativos israelíes recabaron de antemano inteligencia sobre los ataques
del 11-S y no la compartieron con su aliado de Washington. El grado de
participación israelí en el 11 de septiembre es un secreto celosamente
guardado. Un investigador federal muy bien situado le dijo a Fox News que
existen "relaciones". Cuando le pidieron que proporcionara
detalles, el investigador federal se negó "Las pruebas que vinculan
a estos israelíes con el 11-S son material clasificado. No puedo hablarle
acerca de las pruebas que han sido recogidas. Es información clasificada
(6)."
Nada
ejemplifica el poder de Israel sobre Washington como este caso de
espionaje israelí. Incluso en el caso del peor bombardeo de la historia
de EEUU, Washington suprime pruebas recogidas federalmente que vinculan a
espías israelíes conocidos con posibles evidencias de conocimiento
previo. Estas pruebas podrían claramente suscitar preguntas sobre los vínculos
y lazos entre élites políticas y económicas así como minar relaciones
estratégicas en Oriente Medio. Lo que es más importante, abocarían al
gobierno de Bush contra el cabildo judío-americano y sus poderosas redes
informales y formales en los medios de comunicación, finanzas, y en el
gobierno. Fox News obtuvo numerosos documentos clasificados de
investigadores federales probablemente frustrados por los encubrimientos
del espionaje israelí por parte de líderes políticos de Washington.
Estos documentos desenterrados por Cameron revelan que incluso antes del
11-S, por lo menos otros 140 israelíes habían sido detenidos o
arrestados en una investigación secreta de espionaje israelí a gran
escala y durante mucho tiempo en EEUU. Ni uno solo de los principales
medios de información impresos o electrónicos informó sobre estas
detenciones. Ni el Presidente ni ningún líder del Congreso hablaron
claro sobre el penetrante y sostenido esfuerzo israelí para obtener
información clave militar y de espionaje estadounidense.
Los
documentos clasificados detallan "cientos de incidentes en ciudades y
pueblos de todo el país" que, según indican los investigadores,
podrían ser una actividad organizada de los israelíes para recabar
inteligencia. Los agentes israelíes tomaron como objetivo y se
infiltraron en bases militares, Administración de Vigilancia de Drogas,
FBI y docenas de instalaciones gubernamentales e incluso oficinas secretas
y casas particulares no declaradas del personal de seguridad y de
inteligencia, según indican los documentos Federales citados por Fox News.
El documento de la General Accounting Office (un brazo indagatorio del
Congreso estadounidense) refiriéndose a Israel como "País A";
decía "el gobierno del País A está llevando a cabo la operación más
agresiva de espionaje contra EEUU que ningún otro aliado
estadounidense." Un informe de Defense Intelligence decía que Israel
tiene "apetito voraz por información... De modo agresivo recopila
tecnología militar e industrial y EEUU es alta prioridad."
El informe
de Fox News escrito por Carl Cameron apareció brevemente en el sitio de
Fox News en Internet (12 diciembre 2001) y luego desapareció - no hubo
seguimiento. Ninguno de los otros medios de comunicación de masas recogió
este importante informe de espionaje. Sin duda poderosas influencias pro
israelíes en los medios de comunicación tuvieron que ver con ello. Más
que por "presión" directa, la hegemonía israelí
"persuade" e "intimida" considerablemente a los medios
y a los líderes políticos para que funcionen con la máxima discreción
con el fin de limitar los reportajes sobre la apropiación de información
estratégica por parte de Israel.
Aunque la
red de agentes israelíes está a veces sujeta a detención, interrogación
y expulsión, el estado israelí y los ministros responsables jamás son
condenados públicamente, ni tampoco hay ninguna respuesta diplomática
oficial como la retirada simbólica temporal del Embajador estadounidense.
El símil
más cercano al comportamiento estadounidense hacia los espías israelíes
es la respuesta al espionaje estadounidense por parte de los países
tercermundistas pobres y dependientes. En ese contexto los dóciles
gobernantes calladamente piden al Embajador que modere a algunos de los
agentes más agresivos.
Pregunta
sin contestar: El 11 de septiembre y los israelíes
Después
de septiembre circularon rumores por todo el Oriente Árabe de que el
bombardeo fue un complot israelí para incitar a Washington a que atacara
a adversarios musulmanes árabes. Estas historias y sus autores no
proporcionaban nada más que pruebas circunstanciales, a saber, que la
campaña antiterrorismo de Bush legitimaba la represión
"antiterrorista" de Sharon hacia los Palestinos. Las historias
que implicaban a Israel fueron desestimadas por completo por todos los
medios de comunicación y líderes políticos de todo el espectro. Ahora
los investigadores federales estadounidenses revelan que los israelíes
pueden haber sabido del ataque antes de que ocurriera y no lo comunicaron.
Esto
plantea la cuestión de las relaciones entre los terroristas árabes y la
policía secreta israelí. ¿Infiltraron el grupo los israelíes o
recabaron información sobre ellos? (7) La información confidencial de
los investigadores federales probablemente podría aclarar estas preguntas
vitales. Pero, ¿se hará alguna vez pública la información
confidencial? Lo más probable es que no. Por la misma razón que ello
expondría la influencia israelí en EEUU a través de sus agentes
secretos y lo que es más importante a través de su poderoso grupo de
presión extranjero y aliados en el gobierno y las finanzas. La ausencia
de declaraciones públicas sobre el posible conocimiento del 11-S por
parte de Israel es indicativa de la vasta, ubicua y agresiva naturaleza de
sus poderosos partidarios de la Diáspora (8). Considerando la enorme
importancia política y económica que los medios de comunicación han
dado al 11-S, y los arrolladores poderes, financiación e instituciones
creadas sobre el tema de la seguridad nacional, es asombroso que no se
haya hecho ninguna mención sobre las redes de espionaje de Israel que
operan en las esferas más delicadas del contraterrorismo de Estados
Unidos.
Desde
luego no es asombroso si entendemos correctamente la "relación única"
entre el imperio estadounidense e Israel, un poder regional.
Cuestiones
Teóricas
La relación
entre EEUU -una potencia imperial global- e Israel, un poder regional, nos
proporciona un modelo único de relaciones interestatales. En este caso el
poder regional exige tributo (2,8 mil millones de dólares anuales en
contribuciones directas del Congreso estadounidense), libre acceso a los
mercados estadounidenses, protección de procesamiento o extradición a
EEUU de criminales judíos extranjeros, mientras se dedica al espionaje
intenso y al blanqueo de dinero. Además Israel establece límites a la
política estadounidense sobre Oriente Medio, en los foros
internacionales. La posición hegemónica de Israel ha durado, tanto bajo
presidencias Demócratas como bajo Republicanas, durante casi medio siglo.
En otras palabras es una relación estructural histórica, no basada en
personalidades, o en configuraciones particulares transitorias de
estrategia política.
Varias hipótesis
surgen de un examen de esta relación única
La primera
se deriva del hecho de que el estado territorial israelí tiene poco poder
de persuasión, alcance económico o poder militar en comparación con las
mayores potencias (Europa y EEUU). El poder de Israel está basado en la
Diáspora, las muy estructuradas y políticamente y económicamente
poderosas redes judías que tienen acceso directo e indirecto a los
centros de poder y propaganda del país imperial más poderoso del mundo.
El tributo es exigido por medio de la influencia de estos
"colonialistas internos" que funcionan en el nivel de formadores
de opinión de los medios de comunicación y a través del Congreso y la
Presidencia. Cerca del 50 % de la financiación del Partido Demócrata
proviene de judíos pro-israelíes. Por cada dólar gastado por las redes
judías en influenciar los resultados del voto, el estado israelí recibe
50 dólares en ayuda para financiar la construcción y el armamento del
asentamiento colonial en los Territorios Ocupados completo con piscinas,
jardineros Rumanos y criadas Filipinas.
Por medio
de las redes extranjeras el estado israelí puede intervenir directamente
y establecer los parámetros de la ayuda externa estadounidense en Oriente
Medio. Las redes exteriores desempeñan un papel principal en la formación
del debate interno sobre la política estadounidense hacia Israel. La
propaganda asociando la represión israelí de los Palestinos como
respuesta correcta de las víctimas del Holocausto ha sido repetida y
difundida por todas partes en los medios de comunicación. Desde las
alturas de la red a la sala de juntas de abogados, y la sala de espera del
doctor los miembros de la red atacan agresivamente tildando de
"antisemita" a cualquier voz crítica. Por intimidación local e
intervención maliciosa en las profesiones, los fanáticos defienden la
política israelí y sus líderes y aportan dinero, organizan a los
votantes y se presentan a las elecciones. Una vez llegan al poder
sintonizan con las necesidades políticas israelíes.
El fenómeno
de expatriados extranjeros intentando influir sobre un poder imperial no
es un fenómeno exclusivamente judío. Los cubanos exiliados en Miami
ejercen importante influencia sobre los dos partidos principales. Pero en
ningún otro caso ha llevado dicha vinculación al establecimiento de una
relación hegemónica duradera: Un imperio colonizado por un poder
regional, los Estados Unidos pagando tributo a Israel y sujetos a las
anteojeras ideológicas de sus colonos extranjeros.
Muchas
cuestiones siguen pendientes de respuesta mientras el imperio prosigue
agresivamente su expansión militar y las voces internas de la represión
estrechan los términos del debate público.
A medida
que los colonos extienden su influencia por todas las esferas políticas e
intelectuales, se sienten más confiados en la afirmación de la
superioridad de Israel sobre Estados Unidos en particular en las áreas de
coacción política y guerra. Se jactan descaradamente del superior
sistema de seguridad de Israel, de sus métodos de interrogatorio
incluidas sus técnicas de tortura y exigen que EEUU siga el plan de
guerra de Israel en el Oriente Medio. Israel ha reconocido, sancionada por
el estado, la tortura física y mental de los presos en interrogatorios,
que cuenta con amplio apoyo público (9).
Seymour
Hersh urge a que el FBI y las Agencias estadounidenses de Inteligencia
sigan las tácticas de la policía secreta israelí y usen o amenacen usar
la tortura de miembros de la familia de sospechosos de terrorismo (10).
EEUU sigue el ejemplo encarcelando a las mujeres y las hijas de los iraquíes
Baazistas en busca. Richard Perle, muy influyente en el Departamento de
Defensa de Rumsfeld, aboga por la táctica israelí del bombardeo de
ofensiva contra los adversarios. "En 1981 los israelíes afrontaron
una opción urgente: ¿deberían permitir que Saddam Hussein abasteciera
de combustible un reactor nuclear construido por los franceses cerca de
Bagdad o deberían destruirlo? Los israelíes decidieron atacar
preventivamente. Todo lo que sabemos (SIC) sobre Saddam Hussein fuerza
(SIC) a que el Presidente Bush haga una opción similar: ejecutar una acción
preventiva o esperar, posiblemente hasta que sea demasiado tarde."
(11)
Otro
prominente colono, el Senador Joseph Lieberman pidió que EEUU bombardeara
a Siria, Irak e Irán inmediatamente después del 11-S, haciéndose eco
del consejo político del Primer Ministro Sharon al Presidente Bush. Alan
Dershowitz, Profesor de Derecho en Harvard, respaldó públicamente tanto
la tortura como la legislación represiva de EEUU - modelada sobre el
sistema israelí de detención ilimitada de los Palestinos (12).
Los
colonos subordinan la política estadounidense a las necesidades de la política
exterior israelí, independientemente de las circunstancias y de los
extremismos a los cuales las políticas coloniales de Israel la empujan.
Además como representantes del poder hegemónico en EEUU, tratan incluso
de micro dirigir las medidas de seguridad -tortura en los interrogatorios
- así como de convertirse en vociferantes auspiciadores de una guerra
generalizada en Oriente Medio. Los colonos han influido con éxito en el
gobierno estadounidense para bloquear cualquier iniciativa de la Unión
Europea encaminada a la mediación internacional, así como el Plan
Mitchell patrocinado por EEUU, que abogaba por observadores
internacionales en los territorios ocupados. En pocas palabras, Estados
Unidos, a pesar de su ocasional e inconsecuente crítica a los excesos de
Israel, ha sido no sólo un partidario incondicional de Israel, sino que
lo ha hecho así, en el contexto de una sangrienta y prolongada represión
y ocupación de los territorios Palestinos, en cuya consecución tiene
parte Washington. La hegemonía israelí sobre Estados Unidos por medio de
sus colonos es un arma formidable para neutralizar a los aliados de
Estados Unidos en la OTAN, clientes petroleros árabes, la gran mayoría
de la Asamblea General de Naciones Unidas e incluso a su propio público
respecto a ciertas cuestiones de Oriente Medio.
Aún más
peligrosa es la paranoia irracional de la política israelí que los
colonos transfieren a los Estados Unidos. Todos los árabes son
sospechosos. Los adversarios de Oriente Medio deberían ser amenazados si
no bombardeados. Los consejos de guerra secretos y la justicia sumaria
deben ser aplicados a sospechosos de terrorismo. Los medios de comunicación
están especialmente modulados para hacerse eco del síndrome paranoide
israelí: Magnificando cada amenaza, destacando la resolución israelí y
la eficacia contra los "terroristas" árabes. El estilo
paranoide de la política había llevado a los ataques de Israel contra países
árabes de Oriente Medio, a espiar a EEUU, a la compra ilegal de
dispositivos nucleares en EEUU y a la violencia constante contra
Palestinos y Libaneses. El peligro consiste en que la asimilación del
estilo paranoide por parte de EEUU tiene consecuencias enormes no sólo
para Oriente Medio, sino para el resto del mundo y para la libertad democrática
en EEUU.
Lo que los
colonos intelectuales y otros publicistas israelíes olvidan mencionar es
que la política de seguridad israelí en los territorios ocupados es un
desastre total: Las paradas de autobuses israelíes, supermercados,
hoteles de cinco estrellas, pizzerías y todas sus fronteras han sido
atacadas y han matado o herido a cientos de ciudadanos israelíes. Decenas
de miles de israelíes cultos huyen del país precisamente debido a la
inseguridad y la proximidad de la violencia, que ni el Shin Bet, el Ejército
o los colonos son capaces de impedir. Los intelectuales israelíes están
especialmente indignados por los enormes costes del movimiento de colonos
(13).
Ciegos al
fracaso de la seguridad de Israel, los colonos insisten en crear
condiciones para la represión interna y la guerra externa. Dado su
influyente papel en los medios de comunicación y su prominencia en las páginas
editoriales y de opinión de los periódicos más prestigiosos, el mensaje
de los colonos llega mucho más allá de su limitado número y la
mediocridad de su intelecto. Posición y dinero pueden compensar sus
patologías psicológicas y políticas así como anular cualquier escrúpulo
respecto a la lealtad dual.
El Estilo
Colonial de Israel: EEUU Paga Tributo al Estado de Israel
A la vista
del desafío de Israel a la opinión pública mundial, y su rechazo a
permitir que ninguna organización internacional humanitaria examine los
resultados de su destrucción asesina de las ciudades y campamentos de
refugiados en los Territorios Ocupados, ¿quién está financiando el
estado israelí y por qué continúa esa financiación ante el oprobio
mundial?
La
tentativa de Naciones Unidas para investigar la destrucción casi total de
Jenin por parte de Israel en la primavera de 2003 suscitó la hostilidad
de toda la clase política israelí. Shimon Peres (el impostor laborista
moderado del gobierno de Sharon) acusó de "libelo sangriento" a
los más de 170 miembros de la ONU, presumiblemente incluyendo a EEUU que
votó a favor de la resolución para crear la comisión de investigación.
La
pregunta de quién está financiando el estado israelí es básica porque,
Israel tal y como lo conocemos hoy, no es un estado viable sin apoyo
masivo externo. Miles de millones de dólares son recolectados por
diversas instituciones judías y no judías para sostener la maquinaria bélica
israelí, su política de generosas subvenciones a los judíos inducidos a
que se instalen en colonias en los Territorios Ocupados y en Israel, con
el 20º nivel de vida más alto del mundo para los ciudadanos judíos de
Israel (14). Sin ayuda externa la economía de Israel requeriría serias
reducciones en el nivel de vida y condiciones de trabajo, llevando a la
probable fuga de la mayoría de los profesionales israelíes, hombres de
negocios y recientes inmigrantes del extranjero. El presupuesto militar
israelí tendría que ser rebajado y obligaría a Israel a reducir sus
intervenciones militares en el Oriente Arabe y los Territorios Ocupados.
Israel dejaría de ser un estado rentista que vive a cuenta de los
subsidios extranjeros y se vería obligado a dedicarse a la actividad
productiva - vuelta a la agricultura, fabricación y servicios, menos
explotación de criadas mal pagadas asiáticas, labradores importados de
la Europa del Este y albañiles Palestinos.
Europa
sigue privilegiando la importación de exportaciones y servicios
financieros israelíes, a pesar de los ataques abiertos y maliciosos por
parte de los líderes de ambos partidos israelíes. Prominentes
organizaciones judías de Francia e Inglaterra, vinculadas a los
principales partidos, han silenciado cualquier esfuerzo de usar la
"baza de los negocios" para presionar a Israel a que acepte la
mediación de la Unión Europea o de Naciones Unidas. Los vínculos
comerciales y financieros europeos con Israel no son, sin embargo, el
puntal básico de la maquinaria bélica israelí. La base principal para
el apoyo financiero a largo plazo y a gran escala se encuentra en EEUU,
entre instituciones públicas y privadas.
En Estados
Unidos hay esencialmente cuatro fuentes básicas de apoyo financiero,
ideológico y político a la economía rentista israelí:
1.
Donantes judíos ricos y poderosas y disciplinadas organizaciones
recaudadoras de fondos.
2. El
Gobierno estadounidense - tanto el Congreso como la Presidencia.
3. Los
medios de comunicación - en particular The New York Times, Hollywood y
las principales cadenas televisivas.
4. Los
jefes de los sindicatos y los directores de los fondos de pensiones.
Hay una
solapación importante entre estas cuatro configuraciones institucionales.
Por ejemplo, los partidarios judíos en el lobby israelí trabajan en
estrecha colaboración con líderes del Congreso para conseguir ayuda
militar y económica estadounidense a largo plazo y a gran escala para
Israel. La mayor parte de los medios de comunicación y algunos sindicatos
están bajo la influencia de partidarios incondicionales de la maquinaria
bélica israelí y su economía rentista. Judíos pro israelíes están
representados de modo desproporcionado entre los financieros, políticos,
profesionales, académicos, inmobiliarias, seguros y medios de comunicación.
Aunque los judíos son una minoría en todas y cada una de estas categorías,
su desproporcionado poder e influencia proviene del hecho de que están
organizados, son activos y se concentran en una sola cuestión - la política
estadounidense en Oriente Medio, y expresamente en conseguir apoyo
militar, político y financiero masivo, incondicional, y continuado de
Washington a Israel. Operando desde sus puestos estratégicos en la
estructura de poder, son capaces de influir en la política y censurar
cualquier voz disidente que circule libremente por los sistemas de
comunicaciones y político.
En la
esfera política, políticos pro israelíes y poderosas organizaciones judías
han unido fuerzas con la masa de fundamentalistas cristianos pro Israel de
extrema derecha y poderosos líderes políticos vinculados al complejo
industrial militar, como el Secretario de Defensa Rumsfeld y el
Vicepresidente Cheney.
El apoyo
incondicional de Israel a la Guerra Fría de Washington y subsiguiente
ofensiva militar antiterrorista ha reforzado los lazos ideológicos y
militares entre los líderes políticos derechistas estadounidenses, los
políticos pro israelíes y los líderes de las principales organizaciones
judías. La política del nuevo imperialismo de Washington coincide espléndidamente
con la conquista y destrucción de los Territorios Ocupados de Sharon-Peres.
No es sorprendente que cuatro de los abogados principales del Pentágono
de la doctrina permanente de guerra de Washington y la agresión israelí
son Paul Wolfowitz, Douglas Feith, Elliot Abrams y Richard Perle, todos
ellos acérrimos defensores de las organizaciones judío-americanas
derechistas.
Los medios
de comunicación estadounidenses, en particular el "respetable"
New York Times han estado en la vanguardia de hacer propaganda de la
conquista y destrucción israelí como guerra "defensiva",
"antiterrorista". Ni una sola voz o editorial del New York Times
ha hablado sobre las matanzas en masa de civiles palestinos y la destrucción
por parte de Israel de sitios históricos y religiosos de valor
incalculable que se remontan a más de 2000 años (15). Mientras la
maquinaria bélica israelí destruye los monasterios antiguos y la
herencia de la cultura mundial, los medios de comunicación pro israelíes
en EEUU enfocan sus críticas lentes sobre los escándalos del clero Católico.
Hacen callar así las protestas de la Iglesia sobre el bombardeo israelí
de la Basílica de la Natividad y el asesinato de los que en ella buscaron
santuario.
Las
asociaciones judías ricas y organizadas, los dóciles representantes del
Congreso y las organizaciones derechistas fundamentalistas no son los únicos
apoyos financieros de Israel. Los contribuyentes estadounidenses han
estado financiando la maquinaria bélica israelí con más de 3 mil
millones de dólares al año en ayuda directa durante más de 35 años (más
de 100 mil millones de dólares y continúan). Los afiliados a los
sindicatos podrían sorprenderse al saber que sus fondos de pensiones han
sido invertidos en Bonos de Israel con tasas de retorno inferiores a las
normales y riesgo más alto. A pesar de la pobre calidad de la inversión
de los Bonos de Israel, algunos de los mayores sindicatos estadounidenses,
fondos de pensiones de empleados e importantes corporaciones
multinacionales han prestado colectivamente miles de millones de dólares
al régimen israelí. En todos los casos, las decisiones de comprar Bonos
de un gobierno extranjero son tomadas por los Jefes de los sindicatos y
Directores de fondos corporativos sin consultar con los socios o
accionistas (16).
A Nathan
Zirkin, director financiero del Retail, Wholesale and Department Store
Union (Sindicato de Minoristas, Mayoristas y Almacenes), cuando se le
preguntó si su sindicato seguiría comprando Bonos de Israel a pesar de
la represión de Israel y la detención de sindicalistas y activistas
palestinos, contestó "Por supuesto. Los palestinos no tenían ni una
maldita cosa hasta que llegó Israel." (17) Los beneficios de los
Bonos son usados para financiar el establecimiento de colonias judías en
Cisjordania y Gaza. La mayor parte del resto de las rentas de bonos es
transferido al presupuesto ordinario que se gastará en el ejército y las
agencias de inteligencia israelíes.
Muchos de
los sindicatos, que son compradores de Bonos israelíes, están
controlados o influenciados por la Mafia. Los sindicatos de camioneros son
el mayor comprador de Bonos de Israel; son también los sindicatos que han
visto mayor número de altos funcionarios procesados por vínculos con la
Mafia, uso ilícito de fondos sindicales y robo masivo de fondos de
pensiones de socios. En este caso los Mafiosos sindicales compraban
propaganda favorable de los medios de comunicación y apoyo de las
organizaciones judías "respetables" por medio de la compra de
Bonos de Israel.
Los fondos
de pensiones sindicales también han sido usados por burócratas
sindicales para comprar Bonos de Israel. El caso más celebre es el del
antiguo Sindicato Internacional de Trabajadores de Ropa de Señoras (ILGWU),
ahora denominado UNITE, un sindicato cuyos trabajadores son en el 95%
negros, hispanos, y chinos, que ganan en su mayor parte menos del salario
mínimo. Los líderes y la plantilla de UNITE son mayoritariamente judíos
y ganan entre 100.000 y 350.000 dólares al año más gastos (18). Al
canalizar más de 25 millones de dólares de fondos de pensiones a Israel,
los trabajadores estadounidenses se ven privados del acceso a préstamos
para viviendas, asistencia social, defensa legal, etc. Claramente los
jefes sindicales judíos tienen mayor afinidad por el estado de Israel y
su opresión de los trabajadores Palestinos, de la que tienen por sus
propios trabajadores mal organizados, empleados en algunas de las peores
condiciones laborales de Estados Unidos.
Los
promotores de bonos israelíes, con el apoyo jefes sindicales corruptos
influenciados por la Mafia, han vendido cientos de millones de dólares de
Bonos de Israel a 1500 organizaciones laborales, a tasas de interés
inferiores a las de otros valores disponibles y muy por debajo de lo que
la mayor parte de inversores esperaría de préstamos a un gobierno
extranjero con problemas económicos como Israel.
Tres
factores explican que los jefes sindicales estadounidenses canalicen los
depósitos de los fondos de pensiones y las cuotas sindicales de sus
miembros en obligaciones de Israel: protección política y respetabilidad
al estar asociado con Israel y sus cabilderos - esto es especialmente
importante para funcionarios relacionados con la Mafia y corruptos. Los
lazos ideológicos y étnicos entre líderes sindicales judíos e Israel
son el segundo factor. En tercer lugar, el uso de los Bonos de Israel para
el blanqueo de fondos obtenidos ilícitamente por jefes sindicales. La
principal organización que vende bonos de Israel logró colocar
"fuera del tribunal" las acusaciones de blanqueo de dinero
efectuadas por US Securities and Exchange Commission.
Cómplices
de Genocidio
En abril
del 2002, más de 100.000 en su mayoría fundamentalistas judíos y
cristianos marcharon en apoyo del régimen de Sharon en pleno sitio de
Jenin. En Israel dos de cada tres israelíes (el 65%) encuestados a
finales de abril del 2002 apoyaban a Sharon y casi el 90% creía la
propaganda del régimen de que la comisión de Naciones Unidas para
investigar la devastación israelí de los Territorios Ocupados "no
será justa para con Israel." El público israelí, los jefes de
sindicatos estadounidenses, y las élites políticas y financieras que
financian a Sharon son cómplices de los crímenes contra el pueblo
Palestino. Obviamente la mermante minoría de judíos que en Israel se
oponen a la máquina militar tiene poca o nula influencia en la política,
en los medios y en conseguir apoyo financiero del exterior.
Los ricos
y poderosos judíos reaccionarios del exterior gravitan hacia Sharon.
Siete de los ocho multimillonarios de los Oligarcas de la Mafia Rusa han
donado con generosidad al estado israelí y están en excelentes términos
con Sharon y Shimon Peres y no quieren saber nada de militares reservistas
disidentes.
A causa
del poderoso e incondicional apoyo financiero y militar exterior
principalmente de judíos influyentes en los Estados Unidos, Cristianos
Fundamentalistas, complejo militar industrial, extremistas del Pentágono,
y sindicalistas estadounidenses corruptos, Israel es capaz de desafiar a
la opinión pública mundial, difamar a las organizaciones humanitarias y
a los líderes de derechos humanos, y seguir descaradamente con su política
genocida. Los líderes israelíes conocen a "su gente": Saben
que tienen partidarios incondicionales que ya han sido probados. Saben que
sus banqueros, profesionales y fundamentalistas les respaldarán hasta el
último Palestino asesinado: La marcha de los 100.000 en Washington en
medio de la masacre de Jenin lo demostró. La enorme asistencia de políticos
a la conferencia anual de AIPAC durante las masacres en el campamento de
refugiados Rafah de la Franja de Gaza confirma que apoyan a los carniceros
de Rafah.
Fabricación
de la Amenaza de Guerra de Irak: Sionistas estadounidenses en Acción
Hay debate
y crítica creciente en el Congreso estadounidense y los medios de
comunicación sobre las pruebas fabricadas por la Administración de Bush
de que Irak poseía armas de destrucción masiva. Y lo que es más serio
la investigación y el testimonio de altos oficiales estadounidenses
militares y civiles del Pentágono y del Ministerio de Asuntos Exteriores
revelan profundas diferencias y divisiones entre ellos y los "políticos
designados". El testimonio y pruebas de las revelaciones de los
profesionales son cruciales para entender la estructura del verdadero
poder en la Administración de Bush. Es en tiempos de crisis y divisiones
entre la clase gobernante cuando nosotros, el público, podemos atisbar
quién gobierna para quién. El debate, la crítica y la división en
Washington hoy son justamente uno de tales casos.
Después
de años de inspecciones de Naciones Unidas, y casi cinco meses de miles
de búsquedas y entrevistas por más de mil militares, espías e
inspectores científicos estadounidenses ha quedado
demostrado definitivamente que Irak no poseía armas de destrucción
masiva (o ni siquiera útiles para la defensa nacional), un punto que
ahora prácticamente conceden algunos miembros de la Administración de
Bush. Esto plantea la siguiente pregunta clave - ¿Quién en el régimen
de Bush proporcionó las pruebas fabricadas y con qué propósito?
La
respuesta inicial de los apologistas de Bush fue atribuir las
fabricaciones a "errores burocráticos" y "fallos de
comunicación" o como Wolfowitz declaró cínicamente para
"lograr consenso para la guerra" (19). El Director de la CIA
Tenet se convirtió en cabeza de turco confesa por los "errores"
y finalmente tuvo que "dimitir". Sin embargo, a medida que
avanzaron las investigaciones, el testimonio de múltiples fuentes de alto
nivel del régimen de Bush reveló que había dos canales de estrategas
políticos y asesores, la estructura formal compuesta por militares
profesionales de carrera y civiles del Pentágono y del Ministerio de
Exteriores y una estructura paralela integrada por personajes políticos
designados a dedo. Según se desprende de todas las pruebas disponibles
fueron los consejeros políticos "no oficiales" organizados por
Wolfowitz, Feith y Rumsfeld en la Office of Special Planning (OSP) quienes
fueron la fuente de las pruebas fabricadas que se utilizaron para
"justificar" la invasión y la ocupación de Irak. La OSP estaba
encabezada por Abram Shulsky e incluía a otros neoconservadores, que no
tienen prácticamente ningún conocimiento profesional o cualificación en
espionaje y asuntos militares. Douglas Feith, Subsecretario de Defensa, y
Paul Wolfowitz montaron la OSP. Shulsky es un seguidor ávido y protegido
de Richard Perle, el conocido militarista y desde hace mucho tiempo
partidario de los ataques militares contra regímenes árabes en Oriente
Medio.
Según el
testimonio de una persona enterada del Pentágono, la Teniente Coronela
Karen Kwiatkowski que trabajó en la oficina del Subsecretario de Defensa
de la División Política y de Planes Especiales para el Oriente Próximo
y Asia Meridional del Pentágono, "profesionales militares en
servicio activo y servicio civil no estuvieron perceptiblemente implicados
en áreas clave" de interés para Feith, Wolfowitz y Rumsfeld,
principalmente Israel, Irak y Arabia Saudita. La teniente coronela
Kwiatkowski prosigue para especificar que "en términos de Israel e
Irak todo el trabajo de personal primario fue dirigido por personas
designadas a dedo, en el caso de Israel un asistente designado desde el
Washington Institute for Near East Policy y en el caso de Irak, Abe
Shulsky." Igualmente importante, la oficiciala ex-representante del
Pentágono describe la existencia de "camarillas inter-agencias".
Describe como los miembros de diversas organizaciones neoconservadoras y
pro Israel, (Project for a New American Century, el Center for Security
Policy y el American Enterprise Institute), que están ahora en el régimen
de Bush sólo interactúan entre sí a través de varias agencias. Señala
que las decisiones principales son resultado del "pensamiento
grupal" - la aceptación falta de sentido crítico de puntos de vista
predominantes y la aceptación falta de sentido crítico de puntos de
vista sumamente estrechos y aislados". Su jefe la obligó a dimitir
después de que le dijera que "alguna gente (las camarillas y redes)
del Pentágono podría sentarse al lado de Hussein en el tribunal de crímenes
de guerra" por su destructiva política de ocupación y guerra (20).
Lo que está
muy claro es que la OSP y sus directores Feith y Wolfowitz fueron
expresamente responsables de las pruebas fabricadas sobre las "Armas
de Destrucción masiva" que justificaron la guerra.
La OSP y
los otros miembros de las redes que operaban por todas partes en agencias
estadounidenses clave compartían una ideología militarista derechista y
estaban fanáticamente a favor de Israel. Feith y Perle escribieron un
infame documento político en 1996 para el extremista del Partido Likud,
Benjamin Netanyahu, titulado "Una Ruptura Bien Definida: Nueva
Estrategia para Asegurar la Región", que pedía la destrucción de
Saddam Hussein y su reemplazo por un monarca Hashemita. Después Siria, Líbano,
Arabia Saudita e Irán tendrían que ser derrocados o desestabilizados
para que Israel estuviera seguro en una especie de "Esfera de Mayor
Co-prosperidad EEUU-Israel." La OSP era un brazo de la política
Wolfowitz-Feith para fomentar las políticas de los grupos más
extremistas del régimen de Sharon, forjando estrechos lazos con una
operación de inteligencia paralela ad hoc en el régimen israelí según
un informe del periódico británico, The Guardian (21).
El dedo
apunta claramente a sionistas fanáticos que dirigían la OSP, como Abram
Shulsky y Feith, como fuente de la "falsa inteligencia" que
condujo a la guerra que estaban buscando Wolfowitz y Rumsfeld. El modo en
el que los fanáticos sionistas se organizaron y actuaron - como una
camarilla de fanáticos arrogantes del mismo parecer hostiles a cualquier
punto de vista contrario de la inteligencia profesional y de funcionarios
civiles y militares, sugiere que su lealtad y vínculos estuvieran en otra
parte, más claramente con el régimen de Sharon en Israel.
Para
entender el papel fundamental de los ideólogos sionistas en la formación
de la política exterior estadounidense en Oriente Medio es importante
enmarcarlo en el contexto de las relaciones EEUU-Israel y la poderosa
influencia del lobby pro-Israel dentro de EEUU. Como Patrick Seal describe
en el semanario liberal estadounidense The Nation, "los Amigos de
Ariel Sharon (entre los judíos fanáticos pro-Israel) aborrecen a los
Arabes y Musulmanes... Lo que deseaban eran una mejora del ambiente
militar y estratégico de Israel" (22). La invasión estadounidense
de Irak y su agresiva postura belicista hacia la mayoría de los regímenes
árabes de Oriente Medio ha hecho mundialmente conocidos los nombres de
estos políticos sionistas. Wolfowitz y Feith son el segundo y el tercero
en la cadena de mando del Pentágono. Sus protegidos en la OPS incluyen a
Abram Shulsky, Richard Perle del Defense Policy Board, y Elliot Abrams
(defensor del genocidio guatemalteco de los años 1980) director principal
para asuntos de Oriente Medio en el Consejo Nacional de Seguridad. Los fanáticos
pro-Israel más influyentes en Washington incluyen a William Kristol y
Robert Kagan de The National Standard, la familia Pipes y un gran número
de institutos pro-Israel que trabajan estrechamente con y comparten la
perspectiva de los sionistas derechistas del Pentágono. El creciente
consenso entre los críticos estadounidenses del gobierno de Bush estima
que el "11-S proporcionó a los fanáticos sionistas derechistas una
oportunidad única para enjaezar la política sobre Oriente Medio y el
poder militar estadounidense en interés de Israel y lograron que Estados
Unidos aplicara la doctrina de guerra preventiva a los enemigos de
Israel".
Más
preocupados por la supremacía israelí que por las pérdidas militares
estadounidenses, los sionistas fanáticos planean nuevas guerras - Perle,
Feith y Wolfowitz apuntan ahora a Irán, Líbano y Arabia Saudita,
levantando toda una nueva serie "de informes de inteligencia"
que acusa a los países árabes de financiar, proteger y promocionar el
terrorismo. Y la inteligencia prefabricada partió de los miembros de la
OPS y sus camarillas y redes tan bien descritas por la Teniente Coronela
Kwiatkowski.
A medida
que las bajas militares estadounidenses aumentan a diario en Irak, con más
de 10.000 heridos y más de 800 muertos a junio del 2004, a medida que los
gastos militares de la guerra minan la economía de EEUU, el público
estadounidense se siente desilusionado con el gobierno de Bush. Si y
cuando la identidad y lealtad política de los arquitectos y
propagandistas de la guerra estadounidense contra Irak y para supremacía
de Israel sean hechas públicas, habrá probablemente un justo y agrio
rechazo del gran público hacia los ideólogos sionistas neoconservadores
y sus redes dentro y fuera del gobierno. Hasta ahora su papel ha sido el
secreto peor guardado de Washington.
La
configuración del poder sionista en los Estados Unidos
C. Wright
Mills escribió una vez que la "élite del poder" estadounidense
gobernaba negando tener poder; la élite sionista sigue esta fórmula,
pero la defiende acusando a sus adversarios de ser "antisemitas"
y adoptando medidas retributivas que satisfarían al antiguo senador
Joseph McCarthy. La configuración del poder sionista (ZPC) no se puede
entender simplemente como el "lobby judío" o incluso el AIPAC,
tan formidable como es, con 150 funcionarios a tiempo completo. La ZPC
puede entenderse mejor como una red compleja de agrupaciones formales e
informales relacionadas entre sí, funcionando en los ámbitos nacionales,
regionales y locales y directamente y sistemáticamente subordinadas al
estado de Israel, los que allí ostentan el poder y toman las decisiones
clave. La influencia es manejada por medio de influencia directa por los
representantes sionistas en el gobierno (más notablemente en el Pentágono
con el régimen de Bush) tanto en la rama ejecutiva, como en el Congreso;
indirectamente por medio del uso de los fondos de campaña para
influenciar la selección de candidatos dentro de los dos partidos políticos
principales y para derrotar a los críticos de Israel y recompensar a los
políticos electos que seguirán la línea de Israel. Los parámetros del
debate político en cuestiones relacionadas con Israel - que se han
ampliado a lo largo del tiempo - son conformados por organizaciones
sionistas de gran influencia en los medios de comunicación, censurando y
atacando virulentamente a los críticos y auspiciando "noticias"
y comentarios favorables a Israel. El cuarto círculo de influencia es a
través de organizaciones locales y sectoriales (cuerpos profesionales,
sindicatos, fondos de pensiones etc.), tanto afiliados al aparato nacional
como encajados en la "sociedad civil local". Esta es
probablemente la amenaza más seria pues inhibe a los ciudadanos medios de
EEUU para que expresen sus dudas y críticas sobre la política israelí.
Por todo EEUU, editores locales, intelectuales y activistas críticos e
incluso médicos han sido tildados de "neo-Nazis" y han recibido
llamadas telefónicas y visitas amenazadoras de los fanáticos locales
pro-Israel - incluidos miembros 'respetables' de la comunidad judía. Las
consecuencias generalmente paran la discusión e intimidan a ciudadanos
locales que abogan por una política extranjera independiente y democrática.
El poder sionista es acumulativo pues cada sector complementa a los otros
dando a la minoría gran influencia general.
Por otra
parte la estructura formal e informal de la ZPC tiene un elemento dinámico
crucial para ella: Cada centro de poder interactúa con el resto, creando
"movimiento" y actividad constante, que converge y energiza
tanto a líderes como a seguidores. En segundo lugar aquellos políticos,
medios y líderes cívicos no judíos o incluso no sionistas influenciados
por la ZPC, a su vez influyen sobre su distrito electoral, multiplicándose
varias veces la influencia inicial de sus "hegemones". La
ausencia relativa de un informal, organizado y activo movimiento democrático
de bases para la política exterior, particularmente en lo que se refiere
a la política de Oriente Medio deja a la ZPC el campo despejado sin prácticamente
ningún competidor. Con el tiempo el mismo patrón de influencia sionista
se ha manifestado en agencias del ejecutivo de EEUU. Los
"Arabistas" del Departamento de Estado están siendo sustituidos
por pro-sionistas como es el caso del alto militarista civil del pentágono,
en los 'think-tanks' sobre Oriente Medio y en el Council of Foreign
Relations, entre otros. Debe observarse que el denominado anterior enfoque
de "tema único" (política USA-Oriente Medio) de la ZPC ha sido
sustituido por las nuevas estrategias sionistas del Pentágono y los 'think-tanks'
de derechas que relacionan la expansión del poder israelí más allá de
Palestina, con las relaciones EEUU-Europa (especialmente difamar a los
franceses), política nuclear estadounidense y estrategia militar y energética
estadounidense. Este marco analítico es útil para entender la guerra US-Irak,
la política macro imperial así como las prácticas micro coloniales.
La ZPC en
acción: La guerra de Irak
El
principal estratega teórico del Imperio Mundial estadounidense es Paul
Wolfowitz que primero presentó un detallado plan de acción en 1992. El
argumento de las guerras permanentes, la acción unilateral y la conquista
colonial fue explicado a la primera administración Bush, y más adelante
apoyado implícitamente durante los ataques militares continuados de la
administración de Clinton contra Irak, su apoyo incondicional a la guerra
de Israel contra los Palestinos, las guerras Balcánicas, la toma de facto
de los estados ex-comunistas de Europa Oriental, estados Bálticos y repúblicas
Sur-Centrales de la antigua Unión Soviética. La vigorosa intervención
de la administración Clinton a favor de la toma de poder de Yeltsin y el
apoyo a los Oligarcas Rusos desempeñaron un importante papel en la
desmembración y debilitamiento de su antiguo adversario en la dominación
del mundo. El apoyo incondicional de Clinton a Israel y lo que es más
importante la formulación de una estrategia para Oriente Medio
convergente con la política exterior israelí estaba vinculado a tres
grupos de políticas: Destrucción del poder militar y económico de uno
de los mayores críticos de Israel en Oriente Medio (Irak) por medio de
boicoteos económicos, inspecciones de armamento y desarme unilateral de
Irak, mientras que Israel acumulaba armas nucleares y otras de destrucción
total; financiar y armar la colonización israelí de la Palestina árabe;
mantener un boicoteo económico a Libia e Irán (que apoyan a los
palestinos) mientras se subvenciona a clientes árabes amistosos con
Israel (Egipto y Jordania). La influencia sionista directa sobre la política
estadounidense para Oriente Medio fue diseñada por la Secretaria de
Estado Madeleine Albright quien, aunque conversa del Catolicismo a la más
elitista Iglesia Episcopaliana, se había beneficiado de su recientemente
descubierta ascendencia judía cuando justificó las 500.000 muertes de niños
iraquíes inducidas por EEUU durante su mandato, declarando "que habían
valido la pena." El Secretario de Defensa Cohen fue fundamental para
promover la dominación militar israelí en Oriente Medio y Richard
Holbrooke, un sionista en el armario, fue uno de los consejeros más
influyentes de Clinton para las "negociaciones de paz" de
Oriente Medio. El presidente Clinton y los demócratas pusieron la base
para la captura final de la estrategia de la política exterior
estadounidense por parte de los sionistas de la administración Bush que
les sucedió, al aceptar a sionistas en puestos estratégicos de política
exterior que influenciaron la política de Oriente Medio y conformaron la
política estadounidense para que se adaptara a las metas expansionistas
israelíes. Claro que Clinton y sus sionistas "moderados" no
amenazaron a los críticos de Israel como Arabia Saudita o el resto de países
árabes con ataques militares, como hizo el régimen de Bush dominado por
militaristas ultra-sionistas. Ni su régimen siguió la línea israelí de
acusar a toda Europa, especialmente Francia, de ser antisemita por
criticar la matanza israelí de Palestinos. El régimen de Clinton y sus
influyentes sionistas moderados creyeron que era posible establecer la
dominación de EEUU consultando con Europa y los regímenes conservadores
árabes y compartiendo los beneficios económicos de los despojos
imperiales en Oriente Medio mientras apoyaban el expansionismo israelí.
El régimen
de Bush representó un avance cualitativo del poder sionista en la política
estadounidense, tanto extranjera como doméstica. El estratega clave de la
política económica fue Greenspan, al frente del US Central Bank (Federal
Reserve Bank), compinche desde antiguo de los intereses financieros de
Wall Street y promotor de las principales casas de inversión pro-Israelí
- responsables del auge de la economía especulativa y fallida de los años
90. Paul Wolfowitz, subsecretario de defensa fue el arquitecto de la política
bélica estadounidense para Oriente Medio. Richard Perle, el influyente
militarista civil vituperioso cuyo odio a los árabes iba emparejado con
sus andanadas ciegas contra los comandantes militares profesionales y las
agencias de inteligencia que rehusaban subordinar la política militar
estadounidense a los intereses regionales de Israel, estaba al frente del
Defense Policy Board. Douglas Feith, Secretario de Defensa Adjunto,
sionista fanático y toda su vida defensor de los intereses de Israel,
consultor de los regímenes israelíes de derechas, fue el principal
planificador y propagandista exitoso del ataque de EEUU contra Irak. David
Frum, el principal escritor de los discursos políticos de Bush y autor
del infame discurso sobre el "Eje del Mal" de Bush que hizo explícita
y operativa la "política de Bush" de guerras permanentes contra
naciones árabes y otros críticos del poder israelí, es un sionista
Canadiense. Elliot Abrams, un sionista racista (condena a los judíos
americanos que se casan con Gentiles (23)) y proponente de antiguo de la
doctrina de Primero Israel entre la élite sionista, fue puesto a cargo de
la política para Oriente Medio a pesar de ser un criminal condenado por
su papel en el escándalo Centroamérica-Irán-Contra (drogas por armas),
y un arquitecto intelectual del genocidio Guatemalteco de 1981-1983. Su
influencia en la política estadounidense para Oriente Medio excede en
mucho sus posiciones formales porque están respaldados por un arsenal de
influyentes ideólogos sionistas académicos (Kagan, Cohen, Pipes),
enterados políticos (los Kristols, Krauthamer, Peretz etc.) y directores
de los think-tanks bélicos (Pipes, Rubin) a los que se les da acceso
constante a las páginas de opinión de los principales periódicos
estadounidenses, o son entrevistados como "expertos" en Oriente
Medio en programas de televisión y radio pro-israelíes, avanzando su
propaganda de guerra diseñada para promover la defensa estadounidense de
los planes de Israel en Oriente Medio. Estos estrategas políticos y
formadores de opinión, respaldados por los medios de comunicación han
estado trabajando estrechamente en consultoría y en tandem con las
principales organizaciones judías de EEUU y en "consultas" íntimas
con altos funcionarios del régimen de Sharon. Agentes del Mossad, diplomáticos
israelíes y funcionarios clave del régimen de Sharon tienen acceso libre
a las oficinas de los funcionarios sionistas de Washington e intercambian
información sobre cómo optimizar los intereses israelíes.
Antes de
la invasión estadounidense de Irak, todos los sionistas en puestos políticos
clave y sus equivalentes en el Congreso apoyaron la guerra de EEUU contra
Irak; después del 11-S, Wolfowitz y el senador Liebermann propusieron
inmediatamente una guerra contra Irak - exigiendo a las agencias de
inteligencia que "buscaran" una conexión y acusando de cobardes
a los militares, por no sumarse a la guerra para "proteger" a
Israel. A pesar de los esfuerzos hercúleos de Feith y otros, para
manipular los informes de la CIA y del MI de modo que sirvieran a su línea
pro-guerra israelí su belicosa retórica carecía de sustancia. Entonces
inventaron la, ahora admitida (por Wolfowitz) GRAN MENTIRA de la amenaza
de las armas de destrucción masiva de Irak a la seguridad de EEUU. Para
seguir esta línea los sionistas del Pentágono puentearon las agencias
militares y de inteligencia tradicionales y crearon su propia agencia de
propaganda - "inteligencia" u "Oficina de Planes
Especiales) dirigida por el correligionario fanático sionista Abram
Shulsky, bajo el control de Douglas Feith, que trabajaba estrechamente con
Chalabi y el Mossad para "cocinar" los datos sobre armas de
destrucción masiva de modo que se ajustaran a los planes de sus jefes
sionistas del Pentágono. El Mossad fue más tarde amonestado por los
"fallos de inteligencia" por el Knesset israelí después de la
publicación del informe Steinitz el 29 de marzo de 2004, pero sus
contrapartes sionistas del Pentágono, Shulsky, Wolfowitz, Feith y Abrams
no fueron llamados a declarar, ni se cuestionó nunca su colaboración con
el Mossad, ni se inició jamás una investigación sobre su dedicación en
pro de los intereses de Israel. Solamente fueron interrogados los Gentiles
del Ejército y la CIA. El poder sionista se manifestó primero en la
fabricación de la guerra y después en imponer la impunidad de los crímenes
de los fabricantes de la guerra en el gobierno. Los sionistas después
pintaron un cuadro ilusorio y totalmente falso de la guerra, de sus
consecuencias y de la respuesta de la resistencia iraquí a una conquista
y colonización al estilo israelí. Los sionistas pudieron inicialmente
marginar a los altos oficiales militares que cuestionaron la guerra, como
el general Anthony Zinni, y a quienes se oponían al modo en que fue
lanzada la guerra y a la amplitud del compromiso. Los sionistas impidieron
por completo el debate acerca de quién se beneficiaría con la guerra y
de quién perdería con ella: Los soldados estadounidenses matados, el
alza de precios del petróleo y energía, los enormes déficit
presupuestarios, y por supuesto la pérdida masiva de vidas y propiedades
entre los iraquíes.
Wolfowitz
declaró que darían la bienvenida al ejército invasor como libertadores
(evocando la liberación de París). Perle declaró que "los árabes"
ofrecerían poca o nula resistencia (al tratarse de una sociedad
"tribal"). Kagan declaró que "una gran bomba"
silenciaría la calle Arabe y la opinión pública. Feith y Wolfowitz
promovieron la purga masiva de todo el funcionariado civil iraquí,
profesionales, universidades, escuelas y hospitales iraquíes de los
Baazistas: Así como el desmantelamiento y despido de 400.000 oficiales
militares y policiales iraquíes - pasando por encima de las horrorizadas
objeciones presentadas por experimentados oficiales militares de EEUU que
esperaban trabajar con la rendida estructura militar y administrativa de
Irak para controlar la colonia. Esto abrió el camino al pillaje de la
compleja infraestructura de Irak y los tesoros y bibliotecas históricos,
así como al crecimiento de las bandas criminales implicadas en robos,
secuestros por rescate, asesinatos y violaciones -actividades que eran prácticamente
desconocidas bajo el severo régimen Baazista. Rumsfeld descontó la
destrucción masiva de la sociedad iraquí diciendo que era el
"desorden de la libertad".
Muchos
altos oficiales del ejército estadounidense presentaron objeciones, como
lo hizo el primer procónsul de EEUU, anterior general Jay Garner. Pero
los sionistas del Pentágono y sus compinches en el crimen, Rumsfeld y
Cheney, estaban determinados a desmontar el estado secular iraquí. Esto
era resultado de la política para convertir a Irak de nuevo en una
monarquía del desierto - floja colección de por lo menos tres
mini-estados cliente "tribales" basados en adscripciones étnicas,
lealtades religioso-tribales y por siempre incapaz de oponerse al
expansionismo israelí, particularmente en el norte de Irak (24). En vez
de una conquista fácil, los Pentagonistas del "Primero Israel"
provocaron una oposición popular generalizada, unificaron a los grupos
religiosos y seculares en su oposición a la ocupación estadounidense, e
hincharon las filas de la resistencia armada con millares de profesionales
armados despedidos. En su empeño de seguir una política para consolidar
la posición regional de Israel, los sionistas debilitaron la ocupación
colonial estadounidense y los planes a medio plazo para convertir Irak en
una colonia petrolífera de EEUU. El resultado ha sido millares de
militares estadounidenses y de colaboradores clientes muertos, mutilados y
heridos, y la eclosión de una oposición mundial, particularmente en el
Oriente Arabe, y entre varios cientos de millones de Musulmanes.
Los
Pentagonistas del Primero Israel promovieron con éxito la idea de que los
expertos militares y de la inteligencia israelíes tenían mucho que enseñar
a sus ignorantes colegas americanos sobre "guerra urbana" y
"recogida de información" en base a la abundante experiencia de
Israel: Durante 50 años, Israel expulsó y destruyó comunidades
Palestinas y desarrolló técnicas de interrogatorio y tortura con los
cautivos Palestinos y Libaneses (25). El propósito de los sionistas del
Pentágono era estrechar lazos con los aparatos de seguridad de Israel
como parte de una meta a medio plazo para "hacer de la causa de
Israel la causa de América" (como ha prometido el postrado candidato
presidencial Kerry (26)). La meta a largo plazo era la ventaja estratégica
de la seguridad militar y la fabricación conjunta de armamento militar
entre EEUU e Israel dentro del Gran Esquema de una esfera de Co-Prosperidad
US-Israel en el Gran Oriente Medio. El Israel Imperial tendría entonces
acceso al agua, al petróleo, al capital y a los mercados, de los que el
altamente subvencionado estado rentista militarista carece en el presente.
Las técnicas
de tortura-interrogatorio enseñadas por los instructores israelíes
convergieron muy bien, pusieron al día y refinaron los manuales de
tortura de la CIA más antiguos, introduciendo las especificidades
relacionadas con la tortura de Musulmanes y especialmente de los Arabes
(27). De nuevo las prioridades sionistas-Israelíes minaron la política
imperialista de EEUU: La visión de las fotos de los soldados
estadounidenses torturando, violando y humillando a presos iraquíes
desacreditó la ocupación estadounidense en todo el mundo, ensalzó la
resistencia árabe y musulmana por todo el Oriente Medio y desacreditó al
régimen de Bush. Las audiencias en el Congreso y los reportajes de los
medios de comunicación provocaron incluso una explosión de desaprobación
pública respecto a la invasión de Irak y a como Bush dirigía la ocupación.
Por todo el país hubo llamadas, incluidas las de miembros del Congreso,
pidiendo la dimisión de Rumsfeld. Pero lo que es bastante curioso, no
hubo virtualmente ninguna llamada pidiendo la dimisión de los
Pentagonistas del Primero Israel - quiénes estaban igualmente implicados
y eran responsables de la tortura generalizada de presos Musulmanes. Según
Newsweek, Douglas Feith estaba a cargo de fijar la política a seguir con
los detenidos iraquíes (28). Incluso a la vista de este horrible crimen
contra la humanidad, incluso ante la protesta general nacional para
investigar, destituir y responsabilizar a los implicados, los principales
sionistas co-arquitectos de la guerra, las cabezas responsables (números
2 y 3) de la inteligencia del Pentágono en la guerra de Irak responsables
de ordenar la tortura se han zafado del escrutinio crítico, protegidos
como están hasta ahora por los agitadores pro-Israel, los que recaban
fondos para los políticos, los que recaban fondos para las campañas
presidenciales y los influyentes, (ver el apéndice sobre la denuncia de
Seymour Hersh).
Sin
embargo, la amplia condena de estos crímenes de guerra, la exposición en
los medios de las mentiras sistemáticas de los Pentagonistas y el miedo
de que el papel altamente influyente y visible de los de Primero Israel,
ha hecho sonar la alarma entre algunos de los más astutos sionistas del
Congreso, temerosos de una reacción adversa en contra de Israel (29). El
senador Frank Lautenberg (demócrata por New Jersey) sionista comprometido
pidió la "sustitución" de Wolfowitz y de Feith. "Los
hombres que están al mando han abandonado a los soldados de uniforme.
Sustituir simplemente al secretario Rumsfeld cambiará poco en el Pentágono
si su desacreditado equipo de asesores permanece en puestos de alto nivel.
Para nosotros es momento de poner una nueva dirección civil en el
Departamento de Defensa" (Newsday 13 de mayo, 2004). Lautenberg deja
muy claro que los sionistas del Pentágono son vitales para todo el
esfuerzo bélico estadounidense, desde tocar los tambores de guerra, hasta
cocinar los datos, diseñar la estrategia de la guerra y micro dirigir los
asuntos de los interrogatorios y la tortura.
Varios
antiguos altos profesionales militares estadounidenses se opusieron al
control sionista de la política estadounidense y su estrecha red de
colaboradores. La coronela Karen Kwiatkowski nos ha ofrecido un cuadro de
los entresijos de la operación de Feith/Shulsky cuyos vínculos con el
Mossad parecían más estrechos que con los militares de EEUU. La
monopolización por el grupo Rumsfeld-Sionista de la política militar, de
la estrategia de guerra, de los cálculos militares y de las promociones
militares enajenó a todo el alto mando militar. Algunos que previeron
claramente las desastrosas consecuencias de las políticas de la multitud
del Primero Israel sobre las ambiciones globales de EEUU fueron
silenciados y marginados. Es probable que la entrega de las fotos de
torturas a los medios fuera deliberadamente estimulada o promovida por
oficiales del ejército situados en puestos de altura o antiguos
funcionarios como un modo de desacreditar a Rumsfeld y a los sionistas del
Pentágono (30). Esto socava seriamente el esfuerzo bélico, que cada vez
más miembros del alto mando militar ven como destinado al fracaso y están
determinados a no convertirse en los chivos expiatorios de los Neocons. No
obstante para lograr una retirada "honorable" deben saber que
tienen que quitar a Rumsfeld y a sus colegas sionistas, cuyos criterios
para evaluar la guerra tienen menos que ver con los objetivos del ejército
de EEUU y más que ver con las metas expansionistas israelíes en el
Oriente Medio.
Aunque los
sionistas del Pentágono y la poderosa red de organizaciones judías pro
israelíes han visto derrumbarse su estrategia bélica iraquí, han tenido
éxito al lograr sanciones económicas Presidenciales contra Siria y al
vincular el apoyo político estadounidense a la destrucción llevada a
cabo por Sharon y la anexión de la restante Palestina. Por otra parte las
organizaciones judías principales lograron conseguir un voto casi unánime
en el congreso (407 a 9) a favor de la declaración de Bush en apoyo a las
"nuevas fronteras" de Israel en Palestina (31). Una vez más el
lobby sionista ha demostrado su poderío - convirtiendo incluso a Bush y
al Congreso en idiotas políticos auto-anulados ante Sharon. Después de
que Bush pusiera toda su limitada credibilidad en política de Oriente
Medio en su "Hoja de Ruta" para un acuerdo de paz en Oriente
Medio, Sharon declaró unilateralmente una política de "anexión y
separación" y le dijo a Bush que se la tragara. Todas las
organizaciones judías principales respaldan el plan de Sharon. Bush se
somete y lo endosa, enajenando virtualmente a todos los países europeos,
a todos los países árabes y demostrando claramente la complicidad servil
de los estrategas políticos de EEUU que renuncian de nuevo a los
intereses imperiales estadounidenses en Oriente Medio para acomodarse a la
expansión de Israel en lo que queda de Palestina. La revocación de la
política de Bush fue apoyada por la gran mayoría del Congreso que está
siempre temeroso de la venganza Sionista-Judía por la mínima desviación
al apoyo incondicional y total a Israel.
Durante la
invasión y la ocupación de Irak, algunos miembros del congreso se han
mostrado críticos respecto a la guerra. Cientos de miles de personas se
han manifestado para mostrar su desaprobación. Muchos judíos americanos
han participado en las protestas y en algunos casos las han liderado. Los
medios de comunicación (especialmente después de la denuncia de la
tortura) han publicado en ocasiones noticias adversas sobre la guerra
(torturas, víctimas civiles, bombardeos de bodas, destrucción de hogares
y cultivos con excavadoras). Mientras que EEUU prosigue la guerra en Irak,
el gobierno israelí ha sido igualmente brutal: dedicándose al asesinato
premeditado de líderes Palestinos, destruyendo sistemáticamente millares
de hogares, granjas, huertos, almacenes, escuelas, mezquitas y fábricas,
y matando y mutilando a millares de activistas Palestinos, de civiles
mujeres y niños. Recurren de modo rutinario a encapuchar, esposar y
torturar a los detenidos. Todos los principales grupos judíos pro-Israel
en EEUU, por activa y por pasiva han defendido todos estos crímenes
contra la humanidad, presionando con éxito a los dos partidos
importantes, al Congreso y al Presidente para que no digan nada: ninguna
protesta, ninguna investigación, ningún castigo. De modo más perverso a
la vista de la criminal masacre israelí conceden US$ 10 mil millones más
de ayuda y lucrativos contratos militares conjuntos (ninguna protesta por
las contrataciones tipo Halliburton). Los líderes del movimiento
pacifista, tanto judíos como no judíos rechazan cualquier intento de
incluir la guerra genocida de Israel contra Palestina - por miedo de
alienar al "público" (léase a las organizaciones judías
principales) y los autoproclamados judíos progresistas, que son siempre
protectores de todo lo judío - incluidos los crímenes de guerra. Lo que
es todavía peor, con algunas raras excepciones, los judíos
"progresistas" críticos de la guerra e Israel están siempre
determinados de modo diamantino a evitar criticar el papel de los
poderosos estrategas políticos sionistas del gobierno, sus vínculos con
Israel y la poderosa ayuda que reciben de las principales organizaciones
judías en todos los asuntos que atañen directa o remotamente a los
intereses israelíes. Con simplicidad ciega todos ven a Israel simplemente
como una "herramienta" de EEUU para debilitar a los árabes, en
favor de los intereses petroleros estadounidenses. Nunca han consultado al
parecer a los Presidentes y Consejeros del sector petrolero, asesores o
corredores de inversiones, que coinciden todos al decir que el apoyo
estadounidense a Israel está desestabilizando la región, amenazando el
suministro de petróleo, provocando el alza de precios para los
consumidores estadounidenses y creando enemigos entre los dirigentes árabes
clientes que invierten en EEUU, compran moneda estadounidense para impedir
que se derrumbe y elevan los contingentes de la OPEP para ayudar a que
bajen los precios en EEUU. Por su apoyo ciego a la brutalidad colonial
israelí EEUU ha enajenado a varios cientos millones de musulmanes, a
millones de árabes de todas las fes, a la gran mayoría de europeos,
africanos y asiáticos, aumentando el aislamiento global estadounidense.
Con herramientas imperiales como Israel, ¿quién necesita organizar un
movimiento anti-imperialista?: Está incrustado en la política. Incluso
la cruda y virulenta ideología anti-Europea propagada por los ideólogos
israelíes y sus organizaciones judías correas de transmisión en EEUU y
Europa ha influenciado al gobierno estadounidense.
En un
momento en el que los musulmanes y los árabes están siendo conquistados
y perseguidos, encarcelados a millares y muchos "desaparecidos"
por los gobiernos estadounidense, israelí y europeos, el Secretario de
Estado Powell convoca una reunión en Europa sobre el peligro de
aumento... ¡¡ del "antisemitismo" !! Y la ONU, bajo Kofi Annan,
sigue el juego con su propia reunión sobre "antisemitismo"
durante el transcurso de la devastación de los campos de refugiados de
Rafah en la franja de Gaza. Las principales organizaciones judías repiten
la frase de Sharon de que los"antisionistas" son
"antisemitas" - y se convierte en política establecida en EEUU
y en algunos países de Europa... al punto de que los individuos críticos
con el sionismo son despedidos, se ejerce presión sobre instituciones
culturales para que censuren actos anti-sionistas y se está creando una
cultura general de miedo a ofender a las organizaciones hegemónicas judías.
Incluso el reciente diccionario Webster iguala antisionismo a
antisemitismo. En medio de esto, las principales organizaciones judías de
Francia condenan abiertamente la histeria manufacturada como un mecanismo
israelí para animar la migración de judíos franceses a Israel (32).
Los judíos
de Norteamérica, Suramérica y Europa están de modo desproporcionado en
los puestos mejor pagados y los grupos étnicos más influyentes, con
mayor proporción en las exclusivas y prestigiosas universidades privadas,
con influencia desproporcionada en las finanzas y los medios de comunicación,
socios de los clubs de campo y exclusivos - está claro que el
"antisemitismo" es un tema muy marginal.
La miopía
trágica, o la denegación perversa de los judíos de izquierdas para
encarar el perjudicial papel de los principales grupos sionistas y judíos
promotores de la política de Primero Israel y que la imponen en los
programas electorales socava grandemente sus y nuestros esfuerzos para
lograr la paz y la justicia en Oriente Medio y forjar una política
exterior estadounidense democrática.
Conclusión
Los
problemas de la paz y de la guerra, el tratamiento humano de todos los
grupos raciales y étnicos, la asignación de la ayuda exterior a aquellos
del tercer mundo que la necesiten más y no a un estado colonial agresivo
que cuenta con la 20ª renta per capita más alta son temas de primer
orden en nuestra agenda. Confrontar a los sionistas, al estado colonial y
a sus leales en el extranjero requiere que nos enfrentemos a los desafíos
interrelacionados de oposición al imperialismo militar y económico
estadounidense y a sus partidarios etno-religiosos y de clase, sin
importar que declaren ser una gente especial con una historia única,
causa o reclamaciones a la humanidad. Hay pendientes muchas cuestiones
profundas y de seguro que serán suscitadas después del desastre militar
iraquí, que costó tantas vidas estadounidenses y sangró el presupuesto
en tantos miles de millones que se deberían haber gastado en decenas de
millones de ciudadanos y residentes en EEUU que carecen de atención médica
y nivel de vida adecuados. Habrá seguramente una petición de investigación
al Congreso para que conteste preguntas como "¿Quién perdió
Irak?" "¿Por qué inició la guerra Estados Unidos?" ¿Por
qué "perdió la guerra" Estados Unidos? Y sobre todo - "¿Quién
fue el responsable?" No obstante, habrá una serie de preguntas que
provocarán la oposición más vehemente y concertada y que se centrarán
en el papel de los sionistas del Pentágono, sus asesores, colaboradores y
partidarios dentro y fuera del régimen de Bush.
A esta línea
de investigación previsiblemente se opondrán los neoconservadores,
liberales y organizaciones filantrópicas judías y sus aliados no judíos
de dentro y fuera del gobierno, incluidos los que hicieron un magnífico
trabajo al exponer a los militaristas no sionistas de la administración
de Bush, pero que curiosamente olvidaron incluso mencionar las cohortes
sionistas y sus soportes ideológicos organizados de la "sociedad
civil"(33).
La
investigación podría servir como experiencia educativa para informar a
los ciudadanos estadounidenses sobre la naturaleza profundamente
antidemocratica de la toma de decisiones en asuntos de guerra y paz, la
amenaza que representan los militaristas-civiles en lo referente al
derecho internacional y los derechos de autodeterminación nacional y la
amenaza real de las altamente organizadas élites internas que se
convierten en correas de transmisión de los mini-estados coloniales que
intentan cincelar imperios regionales.
Hay dos líneas
de investigación con respecto a la desastrosa influencia sionista en la
política bélica estadounidense de Oriente Medio. Una línea es la de los
constructores "nacionalistas" del imperio que ven el problema
del poder sionista en términos del efecto negativo que la guerra tuvo en
la construcción imperial estadounidense (34). Es probable que testifiquen
que los leales a Israel aislaron a EEUU de sus aliados europeos y
conservadores al empujarlo a una estrategia militar unilateral de
conquista, en vez de implicarse en estrategias diplomáticas y económicas
conjuntas y de ejercer presión sobre Israel para que actúe como un
"estado normal", negociando una solución de dos estados en base
a 'paz por territorio'. Estos constructores de imperio conservadores
intentarán publicitar el papel de los sionistas del Pentágono y su
adherencia servil a los intereses del estado Israelí, sus efectos
devastadores sobre la posición política y económica mundial de EEUU,
concentrándose en la pérdida de ventaja estratégica estadounidense
sobre los productores de petróleo árabes y musulmanes, y particularmente
las insensatas amenazas a Arabia Saudita. En particular los oficiales
militares y de inteligencia profesionales intentarán demostrar cómo los
sionistas se hicieron con el control de la toma de decisiones, les
marginaron y manipularon, ignoraron los informes internos de la
inteligencia en favor de "informes cocinados" por su cohorte
especialmente inventada y por la inteligencia israelí al objeto de
maximizar los intereses israelíes. Los funcionarios profesionales
destacarán especialmente el desaire deliberado e inexcusable de que
fueron objeto los expertos internos que advirtieron contra la guerra, la
futilidad de buscar armas de destrucción masiva, la irracionalidad de una
serie de invasiones de Oriente Medio, y la probabilidad de mayor
resistencia durante una ocupación colonial. Los militares favorables a la
OTAN precisarán cómo los estrategas políticos pro-Israelíes,
deliberadamente provocaron hostilidades innecesarias contra sus aliados
europeos en la construcción imperial, orquestando virulentas campañas
"antisemíticas" contra Francia y Bélgica porque son críticos
de la expansión territorial Israelí y de su limpieza étnica.
En una
palabra, los conservadores (oficiales políticos, militares y de la
inteligencia) alegarán que los sionistas al poner a Israel en el centro
de estrategia política minaron la construcción imperial estadounidense,
drenando tropas, recursos, dinero y apoyo del público para apoyar la búsqueda
de Israel de la dominación regional (35).
Otra línea
de investigación, desde la izquierda o los progresistas, es probable que
trate acerca de la cuestión del poder sionista sobre la guerra y la paz
en Oriente Medio y otros sitios centrándose en la usurpación de los
derechos democráticos de los ciudadanos estadounidenses en la elaboración
de la política exterior: el hecho de que una pequeña élite de varios
miles de lobistas muy organizados, opulentos y bien financiados pueda
controlar el comportamiento del voto de los miembros del Congreso,
intimidar o derrotar a los representantes políticos que critiquen la política
colonial de Israel, y que compran, silencian y/o intimidan la expresión
de los medios de comunicación y los portavoces públicos que se atreven a
plantear preguntas sobre las interconexiones Iraquíes-Israelíes. La crítica
progresista estará dirigida no solamente al papel de los sionistas del
Pentágono para torcer la política bélica estadounidense de modo que
favoreciera a Israel sinó a toda su opinión del mundo diseñada sobre el
punto de vista israelí de su propia relación con el mundo: Una visión
paranoica e interesada de eternos enemigos externos por todas partes y
aliados no fiables, de rechazo perpetuo al derecho internacional, los
convenios y los Acuerdos de Ginebra, de polémicas estridentes y de
penetración profunda en los aparatos militares y de inteligencia de los
aliados ostensibles. Los progresistas atacarán el criterio israelí que
etiqueta a estados adversarios como enemigos mortales que solo entienden
la fuerza y que considera la negociación como un dispositivo cínico para
neutralizar a los críticos, para desarmar a los adversarios con objeto de
crear nuevos "hechos sobre el terreno" por medio del ejército y
la violencia. Los progresistas tendrán que establecer valerosamente la
conexión entre los sionistas del Pentágono, su afinidad con la ideología
israelí y su destrucción de la diplomacia, el derecho internacional y la
cooperación. La investigación tendrá que precisar que hay mucho en
juego más allá de la ley y la paz: Que los arquitectos de la guerra
iraquí planearon una serie de guerras agresivas de conquista basándose
en el principio de dominación por la violencia, tortura, castigo
colectivo, guerra total contra la población civil, sus hogares,
hospitales, patrimonio cultural, iglesias y mezquitas, medios de vida e
instituciones educativas - estos son los mayores crímenes contra
humanidad. Los crímenes contra humanidad son inevitables en las
"guerras totales" basadas en ideologías de lealtades etno-religiosas
exclusivas, sean judíos, cristianos, hindúes o musulmanes. Los peores crímenes
son cometidos por los que declaran ser un pueblo elegido por Dios, un
pueblo con exigencias "morales" de victimismo supremo. La
Victimología Moral, ligada a las lealtades etno-religiosas y dirigida por
militaristas civiles fanáticos con armamento avanzado es la mayor amenaza
mundial contra la paz y la humanidad. Los progresistas deben rechazar
poderosamente la "victimología moral" exponiendo su plan
imperialista actual y el hecho de que muchos descendientes de las víctimas
se han convertido ahora en brutales verdugos. Deben rechazar
"privilegios especiales" al citar a los sionistas corredores del
poder y fabricantes de decisiones, especialmente por sus colegas judíos
de la izquierda. La crítica selectiva debilita no solamente la sustancia
y credibilidad políticas de la crítica, sinó que es moralmente
reprensible porque niega una verdad importante - la política de los
arquitectos sionistas de la estrategia política imperial estadounidense.
Los progresistas deben rechazar toda la política imperial con o sin diseño
israelí. Ésta debe volver a los principios republicanos, pero al hacerlo
así los progresistas tienen que señalar la incompatibilidad entre una
república democrática y la construcción imperial, entre las estrechas,
explícitas o implícitas lealtades etno-religiosas y el
internacionalismo, entre el capitalismo expansionista y el socialismo
democrático. Para seguir la línea progresista de investigación y la
perspectiva política alternativa debemos esperar un asalto prolongado,
vitriólico e irracional.
La primera
línea de ataque ideológico, particularmente por la ZPC, será la táctica
de "etiquetado" - el análisis crítico acentuado será
etiquetado como "antisemitismo" para inhibir a lectores y
oyentes de que discutan la evidencia y la sustancia de los asuntos. El
examen de los vínculos entre los Pentagonistas pro-Israel y el estado
Israelí será etiquetada como "páginas de los 'Protocolos de Sión'"
y similares analogías espurias.
La segunda
línea de ataque será combinar el poder sionista hoy con el pasado no muy
lejano (años 1940 -1950) cuando el sionismo era solamente una de las
varias corrientes entre los judíos estadounidenses y cuando estaba menos
organizado y era menos influyente en la política, los medios y la economía.
El propósito de esta amalgama deshonesta es crear polémica citando
ejemplos pasados de relativa debilidad sionista y atribuir falsamente a
los críticos la opinión generalizada de una conspiración judía mundial
a largo plazo.
La tercera
línea de ataque y la más reprensible moralmente es combinar las víctimas
del Holocausto con los terroristas de estado del estado Israelí y sus
apologistas y partidarios intelectuales entre los sionistas
estadounidenses. La utilización de los "lazos de sangre" para
hacer esta conexión, cuando no existe similitud social-económica-política
revela tan solo la naturaleza mística reaccionaria e irracional de la
ideología actual de la derecha sionista. El propósito por supuesto es
lograr el consentimiento público a los crímenes israelíes y sionistas
estadounidenses contra la humanidad presentando sus acciones en términos
de tácticas "defensivas" o de "supervivencia" ante el
holocausto que se está perpetrando. No se necesita evidencia - solo
depravadas invectivas sin aliento, contra los negadores del holocausto que
se está perpetrando. Para los ideólogos sionistas Israel es presentado
como la encarnación de los valores universales de democracia, libertad y
justicia y aquellos que critican a Israel son entonces etiquetados como
partidarios de dictaduras "Arabes", represión, injusticia y
terrorismo. Los valores universales indicados vale la pena defenderlos
pero existe abundante evidencia de que no son practicados en Israel -
donde los árabes, tanto musulmanes como cristianos, son tratados como
ciudadanos de segunda, y la muerte, la destrucción y el genocidio étnico
es el precio diario para los Palestinos, y las armas nucleares de Israel
amenazan a sus vecinos de Oriente Medio (35). Finalmente uno oirá el
argumento "relativista" de los sionistas: "Los crímenes de
Israel no son peores que los de muchos países del mundo". Excepto
que pocos países (excepto EEUU) se dedican a colonizar al vecino, a
bombardear adversarios con impunidad (matando a un número enorme de
viandantes inocentes), a almacenar cabezas nucleares con una doctrina
ofensiva, a conseguir 2/3 de la ayuda exterior estadounidense incluida su
tecnología más avanzada, a controlar la votación en el congreso de EEUU
sobre asuntos de Oriente Medio, a conformar el programa político para
Oriente Medio de ambos candidatos presidenciales, a torturar de modo
rutinario a millares de presos políticos (y a enviar asesores por todo el
mundo), y a practicar la ley totalitaria del castigo colectivo contra la
resistencia popular
Hay muchas
y profundas razones para seleccionar a Israel para la condena, porque
aunque muchos países practican algunas de las injusticias israelíes,
Israel y su red exterior en los EEUU contienen una configuración entera
de relaciones de poder que amenazan no solamente a la gente oprimida de
Palestina sino los derechos de la gente de todo el mundo.
Hacer
frente a este ataque ideológico no será fácil porque el acceso a los
medios es totalmente desigual. La oposición está bien organizada, estratégicamente
ubicada y bien financiada. Pero los crímenes y los fracasos políticos
particularmente mientras se agranda el desastre iraquí y muchos más
americanos están abiertos y cada vez más implicados en buscar
respuestas, los críticos de la conexión Israel-Sionistas-Pentágono
tienen una oportunidad magnífica para exponer y debilitar los vínculos
que constriñen. Además, fuera de EEUU tenemos a toda la opinión pública
a nuestro favor. Ibero América, Europa, África, Asia - la gran mayoría
ven a Israel como una amenaza no como una fuerza para la paz. Los judíos
seculares democráticos en cualquier otro lugar del mundo no tienen ningún
problema para criticar a los sionistas estadounidenses y a sus regidores
principales en el Pentágono. En ninguna parte excepto en Norteamérica
tienen los sionistas pro-Israel un poder semejante al que tienen en EEUU.
Incluso en Israel hay una minoría de judíos que desdeñan abiertamente a
los sionistas del Pentágono y sus propuestas de guerras seriales; desdeñan
especialmente a los ideólogos sionistas como Richard Perle y Douglas
Feith, que desde lejos, están dispuestos a sacrificar hasta el último
soldado judío por su idea megalomaníaca de un "Israel Mas
Grande".
En esta
batalla de ideas tenemos muchos aliados en todo el mundo, nuestras ideas y
preguntas son relevantes y resonarán en esta época de profunda ansiedad
entre la gente americana. ¡Movámonos hacia adelante y descolonicemos
nuestro país, nuestras mentes y nuestra política como un primer paso
para reconstituir una república democrática, libre de enmarañadas
alianzas coloniales y neoimperiales!
Notas:
1. A Clean Break: A New Strategy for Securing the Realm,
Richard Perle, Douglas Feith, David Wurmser, et al, Institute of Advanced
Strategic and Political Studies. 1996
2. US Financial Aid to Israel: Facts, Figures and
Impacts, Washington Report on Middle East Affairs. 2004
3. James Bamford, Body of Secrets: Anatomy of the
Ultra-Secret National Security Agency (Doubleday, New York ,2001)
4. James Ennes, Assault on the Liberty, (Random House
1980). Ver también Statements by Ward Boston, Jr., Captain, JAGG USN (Ret),
9 Enero 2004 y Admiral Thomas Moorer, USN (Ret) 11 enero 2003.
5. Washington Report on Mid East Affairs, Pro-Israel
PAC Contributions to 2002 Congressional Candidates, Junio 2003.
6. Ver Carl Cameron Investigates (Parts 1-4) Fox News
Network, 17 Dic 2001.
7. Richard
Reid, el ex-con and futuro terrorista del zapato, convicto por tratar de
volar un avión de pasaje de American Airlines sobre el Atlántico en
Diciembre 2001, consiguió entrar en Israel en un vuelo de El Al a pesar
de sus inusuales antecedentes, BBC News, 28 dic 2001.
8. Ver
Gordon Thomas y Martin Dillon, Robert Maxwell, Israel's Superspy: The Life
and Murder of a Media Mogul, (Carol and Graf, New York, 2002) para un
debate a fondo sobre los poderosos vínculos de los medios con Israel.
9. <>Frankel, Glenn, Prison Tactics A Longtime
Dilemma for Israel, Washington Post, 16 Junio 2004; pag A01
10. National Public Radio Interview, Octubre 2004
11. NY
Times, 28 Diciembre 2001, p. 19.
12. CBS
News 20 Septiembre 2002
13. Gideon Levy, Compensate settlers for what?, Haaretz,
15 Junio 2004.
14. US Financial Aid to Israel: Facts, Figures and
Impact. Washington Report on Middle East Affairs
15. William Dalrymple, From the Holy Mountain, Harper
Collins1997. Eñ
capítulo 5 reseña la devastación sistemática de las antiguas
comunidades Orthodoxas Christianas en Israel y los Territorios Ocupados,
incluyendo los Armenios.
16. Israel Bonds Raise $130 million from US Labor,
Jerusalem Post, 25 Julio 2001. Ver también Forward, 21 Feb 2003 - El Al
Moves to Avoid Tiff with Big Labor - Sharon Steps in.
17. Russel Mokkiber, Bonds of Affection, Multinational
Monitor 1988 (multinationalmonitor.org.)
18. Rachel Donadio, Talking the Talk at Jewish Labor
Diner, Forward, 22 Marzo 2004, ver también Robert Fitch, The Question of
Corruption, Metro Labor Press Association, 21 Octubre 1999, y Robert Fitch,
Testimony, House of Representatives, Hearing on Workplace Competitiveness,
31 Marzo 1998.
19. Paul
Wolfowitz en una entrevista de Vanity Fair en Julio 2003, "el tema de
las armas de destrucción masiva" fue elegido "por razones
burocráticas porque era la única razón (para invadir Irak) con la que
todo el mundo podría estar de acuerdo."
20. Jim Lobe, Insider fires a broadside at Rumsfeld's
Office ( Air force Lt. Col. Karen Kwiatkowski, Asia Times, 7 Agosto 2003. Col.
Kwiatkowski señaló "Sugerí a mi jefe que si esto (la evidencia
para invadir Irak) era tan bueno como parecía, algunos tipos del círculo
E del Pentágono podrían sentarse al lado de Hussein ante el tribunal por
crímenes de guerra."
21. Julian Borger, The Spies who Pushed for War,
Guardian, UK, 7 Julio 2003
22. Patrick Seale, A Costly Friendship, The Nation, 2
Julio 2003
23. Elliot Abrams, Faith or Fear: How Can Jews Survive
in Christian America, The Free Press, Junio 1997.
24. A Clean Break: A New Strategy for Securing the
Realm, Richard Perle, Douglas Feith, David Wurmser, et al, Institute of
Advanced Strategic and Political Studies. 1996, ver también Lelie Gelb, "The Three-State Solution",
New York Times, 25 Noviembre 2003 y Seymour Hersh, Plan B, New Yorker, 28
Junio 2004 sobre la actividad Israeli en el Kurdistán al norte de Irak.
25. Glenn Frankel, Prison Tactics A Longtime Dilemma
for Israel, Washington Post, 16 Junio 2004.
26. John Kerry, Perspectives: An Israel Review, Brown
University Publication, 19 November 2003.
27. Matthew Clark, Concrete, razor wire, ID cards,
Christian Science Monitor, 8 Diciembre 2003.
28. Newsweek Magazine, 7 Junio 2004, pag 35
29. ver
Haaretz, 24 April 2004 donde el embajador israelí adjunto en la ONU, Arye
Mekel se quejó de que las críticas "solo aumentan las sospechas ...
vinculándonos con Irak donde no tenemos negocios." y Nathan Guttman,
Prominent US. Jews and Israel Blamed for Start of Iraq War, Haraatz,
31 May 2004
30. Martin Sieff, Army, CIA want torture truths exposed,
United Press International, 5/18/2004
31. Sharon praises U.S. on West Bank Refugees, Haaretz,
25 Jun 2004
32. Xavier
Ternisien, Des responsables communautaires protestant contre un
"plan" isralien incitant les juif francais a emigrer, Le Monde,
17 Jun 2004.
33. En
todo el cuerpo de revelaciones de Seymour Hersh en el New Yorker durante
Abril-Jun 2004: no se habla del papel de los Pentagonistas Sionistas.
34. El 16
Jun 2004, 27 altos diplomáticos retirados y altos oficiales militares
emitieron una declaración pidiendo la derrota electoral de Bush y en Mayo
2004 una carta abierta más específica dirigida al Presidente Bush
firmada por 60 diplomáticos retirados se refirió al daño que la relación
US-Sionista había causado al prestigio e influencia estadounidense en el
mundo Musulmán y en Europa.
35. U.S. Senator Ernest Fritz Hollings, Bush's failed
Mideast Policy is creating more terrorism, 6 mayo 2004 y Why we're in Iraq,
23 Jun 2004.
36. Yulie Khromchenco, Poll: 64% of Israeli Jews
support encouraging Arabs to leave, Haaretz, 22 Jun 2004. Citando
una encuesta del Hiafa University National Security Study Center, a
notable 25% of Judíos Israelíes votarían por el prohibido racista
partido Kach en unas elecciones.
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