Información
y propaganda
Una
lección de Noam Chomsky sobre:
“Medios y terrorismo”
Por
Alessandro Ursic (*)
Alia2,
06/04/05
Traducción para Rebelión de Juan
Vivanco
“La guerra contra el terrorismo
es pura propaganda, y los medios, incluidos los europeos, hacen el juego a
los poderosos distrayendo al público de las cuestiones realmente
importantes”.
No ahorra palabras Noam Chomsky, lingüista, conciencia crítica de
Estados Unidos, y desde hoy también doctor honoris causa en psicología.
El honor se lo ha concedido la Universidad de Bolonia. Pero varias horas
antes de la ceremonia el profesor quiso reunirse con los estudiantes de la
facultad de Psicología, que le tributaron un recibimiento muy caluroso.
En el aula magna, con 200 asientos,
había unas 500 personas. Él no les decepcionó. En la hora y media de su
lección sobre “medios y terrorismo”, vestido de un modo mucho más
informal que las decenas de profesores presentes en el acto, acusó a la
información mundial y a los gobiernos de su propio país -también a los
predecesores de George W. Bush-, desgranando hechos con un gran sentido de
la provocación.
Chomsky toma el caso de Terri
Schiavo, que en las últimas semanas ha dejado en segundo plano las demás
noticias internacionales, como un ejemplo de asunto magnificado por la
propaganda para mantener al gran público desinformado de otros hechos. “En
este viaje por Europa me ha llamado mucho la atención hasta qué punto
los intelectuales europeos se someten a la agenda política de EEUU. Si
Bush, por puro cinismo político, decide que el caso Schiavo es el
problema más importante, los medios europeos no hablan de otra cosa”
dice el profesor,
“basta con echar un vistazo a la prensa de hoy:
Republica, por ejemplo, dedica cinco páginas a este asunto. Sólo en la página
18, abajo, en un pequeño recuadro, habla del informe de la ONU en el que
se documenta que la desnutrición infantil en Irak se ha duplicado a causa
de la guerra. ¿Es esta la cultura de la vida que invoca Bush?”
De Irak a John Negroponte, que
hasta hace unas semanas era el embajador en Bagdad y acaba de ser nombrado
jefe del espionaje estadounidense, no hay más que un paso. Según Chomsky,
Negroponte es “uno de los terroristas internacionales más
importantes” por su actividad como embajador en Honduras a
principios de los ochenta, cuando en el pequeño país centroamericano los
estadounidenses adiestraban a terroristas para luchar contra el gobierno
sandinista de Nicaragua.
“Todavía hoy, como EEUU se niega
a pagar las indemnizaciones ordenadas por la ONU, el 60% de los niños
nicaragüenses menores de dos años están desnutridos”.
¿La conclusión? “Si realmente nos importara la cultura de la vida
nos preocuparíamos de estos niños, no de Terri Schiavo. Pero si para la
cultura occidental la preocupación por el terrorismo es igual a cero,
evidentemente la preocupación por la cultura de la vida está bajo
cero”.
Según
Chomsky, para vender a los
estadounidenses la guerra contra el terrorismo (“cuando un estado la
declara, significa que está a punto de perpetrar graves actos
terroristas”), hay que asustar continuamente al personal. El aparato
mediático tiene una importancia estratégica a la hora de preparar los
conflictos:
“En los años ochenta se decía que unos sicarios libios
merodeaban por Washington, y se produjeron los bombardeos sobre Libia. En
1989 se provocó una histeria colectiva en torno al narcotráfico, y se
produjo el ataque a Panamá. En el caso de Irak, fue el embuste de las
armas de destrucción masiva: todavía hoy, aunque el gobierno ha
reconocido que todo era falso, el 50% de los estadounidenses cree que esas
armas existían realmente”.
Pero las verdaderas amenazas para
la población, según Chomsky, son otras:
“En los últimos 25 años
los salarios reales han bajado en el país. Han aumentado las horas de
trabajo y se ha limitado el derecho a la asistencia sanitaria. Si la gente
se centrase en esto, el poder no lo tendría tan fácil. Por eso se da
tanta importancia a historias como la de Terri Schiavo, que distraen al público
de los problemas reales”.
¿Cree que Estados Unidos atacará
a Irán? pregunta un estudiante. Chomsky es escéptico: “Si quieres
atacar un país no anuncias tus propósitos durante años, de lo contrario
le das ventaja al adversario”. La cuestión, para Chomsky, es otra: la
invasión de Irak y el tira y afloja con Irán sobre el enriquecimiento
del uranio con fines nucleares (“Teherán tiene todo el derecho a
hacerlo si es con fines pacíficos”) transmiten un mensaje peligroso.
“Es
evidente que EEUU sólo ataca a un país incapaz de defenderse. De modo
que la lección para el resto del mundo es: será mejor que os dotéis de
defensas para que EEUU no os ataque”.
El último tema que abordó Chomsky
fue el futuro de la ONU, puesto en entredicho por la guerra de Irak y el
escándalo “Petróleo por alimentos”. Para el profesor
“el
destino de las Naciones Unidas depende de que las naciones occidentales
lleguen a ser verdaderas democracias. En EEUU, contrariamente a lo que
quieren hacer creer los medios, la mayoría de la gente apoya a la ONU,
quiere que EEUU salde sus deudas con la organización e incluso que
renuncie al derecho de veto. De modo que si EEUU se convirtiera en una
democracia, el futuro de la ONU sería más halagüeño”.
También en el escándalo “Petróleo
por alimentos”, a juicio de Chomsky, la propaganda de Washington ha
tenido un papel destacado: “Los medios dan importancia a unas decenas de
miles de dólares que quizá se hayan embolsado un funcionario de la ONU y
el hijo de Kofi Annan. Pero ninguno dice nada de los 15.000 millones de dólares
que EEUU ha sustraído del programa para compensar a sus aliados, como
Turquía y Jordania. ¿Y qué hay de los 18.000 millones para la
reconstrucción de Irak, que se han esfumado? ¿Alguien ha escrito algo?
El objetivo es desacreditar a la ONU como sea”.
(*) Alessandro
Ursic, periodista
de peacereporter.net
|
|