Primera
Entrevista a Noam Chomsky sobre su último libro "Estados
Fracasados: El Abuso de Poder y la Agresión a la Democracia"
¿Estados Unidos o
Estados Fallidos? (I)
Reportaje de Amy
Godman y Juan González
Democracy
Now!, 31/03/06 / La Haine, 04/04/06
Traducido del inglés para Rebelión por Bárbara Maseda
La transcripción de la siguiente
entrevista a Noam Chomsky se publicó el pasado viernes 31 de marzo en
Democracy Now!. El profesor Chomsky respondió interrogantes sobre su
nuevo libro Failed States: The Abuse of Power and the Assault on Democracy
(Estados Fracasados: El Abuso de Poder y la Agresión a la Democracia), en
el cual expone, entre otros elementos, el derrotero que debe tomar
inmediatamente Estados Unidos para no transformarse de un Estado Villano
en un Estado Fracasado
AMY GOODMAN: En esta primera entrevista
sobre la publicación de su libro, el profesor Noam Chomsky nos acompaña
hoy desde Boston. Te damos la bienvenida a Democracy Now!, Noam.
NOAM CHOMSKY: Me alegra estar con ustedes de
nuevo.
AMY GOODMAN: Es muy bueno tenerlo con
nosotros. “Estados Fracasados”, ¿qué quiere Ud. Decir con esto?
NOAM CHOMSKY: Bueno, a través de los años
se han desarrollado una serie de conceptos para justificar el uso de la
fuerza durante largos períodos de tiempo en asuntos internacionales. Fue
posible justificarlo bajo el pretexto, poco respaldado, de que los Estados
Unidos se estaban defendiendo a sí mismos de la amenaza comunista.
Durante los ochenta se nos fue quedando pequeña esa justificación. La
administración Reagan cocinó una nueva categoría: “Estados
terroristas.” Tan pronto tomaron el poder le declararon la guerra al
terrorismo a principios de los ochenta, en 1981. “Tenemos que
defendernos de la plaga de la era moderna, del retorno al salvajismo, del
demoníaco azote del terrorismo,” etc., etc., y particularmente del
terrorismo internacional comandado por Estados.
Unos años después –este es Clinton–
Clinton concibió el concepto de Estados Villanos. “Estamos en 1994,
tenemos que defendernos de los Estados villanos.” Posteriormente les
sucedieron los Estados Fracasados, los cuales bien podían representar una
amenaza para nuestra seguridad, como Irak, o necesitar nuestra intervención
para salvarlos, como Haití; siendo frecuentemente devastados en el
proceso. En cada caso, los términos han sido bastante difíciles de
sustentar, porque ha sido difícil pasar por alto el hecho de que bajo
cualquiera, incluso bajo la más conservadora caracterización de estas
nociones –dígase ley norteamericana– Estados Unidos encaja
perfectamente en la categoría, como ha sido reconocido muchas veces.
Actualmente, por ejemplo, la categoría – en época de Clinton hasta
alumnos aventajados como Samuel Huntington y otros se dieron cuenta de que
– en las principales publicaciones, Foreign Affairs – de que en la
mayor parte del mundo, en una gran parte, Estados Unidos es considerado
como el Estado Villano número uno y como la principal amenaza para la
existencia del resto de las naciones.
Ahora, unos cuantos años después, en los años
de Bush, los prominentes especialistas de las mismas publicaciones ni
siquiera acuden a la opinión internacional. Ellos dan por sentado el
hecho de que los Estados Unidos se han convertido en el Estado Villano por
excelencia. Sin lugar a dudas, es un Estado terrorista según su propia
definición de terrorismo internacional, ya que no sólo lleva a cabo
actos terroristas y los apoya, sino que incluso viola flagrantemente la
llamada “Doctrina Bush” que establece que el Estado que alberga
terroristas es un Estado terrorista.
Indudablemente, EE.UU. alberga terroristas
internacionales de puntería, individuos descritos como terroristas por el
FBI y el Departamento de Justicia; tales son los casos de Orlando Bosch, y
ahora Posada Carriles, eso sin hablar de aquellos que de hecho ejecutan
terrorismo de Estado.
Y pienso que lo mismo ocurre con la categoría
“Estados Fracasados.” EE.UU. ha asumido cada vez más las características
de lo que nosotros describimos como Estados Fracasados. En el sentido que
se ha mencionado, y también en otro crítico sentido, principalmente lo
– lo que es denominado a veces déficit de democracia, o sea, una brecha
entre la política pública y la opinión pública. Así que esas
sugerencias sobre las cuales ustedes acaban de leer, Amy, no son mías a
decir verdad. Son sugerencias bastante conservadoras. Son la opinión de
la mayoría de la población norteamericana; a decir verdad, de una
abrumadora mayoría. Y hacer tales sugerencias es simplemente tomarse la
democracia en serio. Es interesante que en esos ejemplos que tú leíste y
en muchos otros, hay una brecha enorme entre la política y la opinión pública.
Esas proposiciones, las actitudes generales del público, que están muy
bien estudiadas, son – ambos partidos políticos son, en la mayoría de
estas cuestiones, adecuadas para los derechos del pueblo.
JUAN GONZÁLEZ: Bueno profesor Chomsky, al
principio del libro, especialmente en la parte donde expone la característica
que define un Estado Fracasado, la cual consiste en un creciente fracaso
del Estado en cuanto a la protección de sus propios ciudadanos, Ud.
expone una visión bastante comprensiva, especialmente durante los años
Bush, de lo que la guerra contra el terrorismo ha significado en términos
de protección para el pueblo norteamericano. Y Ud. expone claramente,
especialmente a partir de la guerra, a partir de la invasión a Irak, que
acciones – importantes acciones y actividades terroristas en el mundo
entero se han incrementado considerablemente. Y usted también habla sobre
los peligros de una posible guerra nuclear – de armas nucleares usadas
contra Estados Unidos. ¿Podría Ud. abundar un poco sobre esto?
NOAM CHOMSKY: Bueno, ha habido un riesgo muy
serio de guerra nuclear. Esto, desafortunadamente, no es muy discutido
entre el público. Pero si se le echa una ojeada a la literatura de
analistas de estrategia, etc., etc., se verá que ellos están
extremadamente preocupados. Y describen particularmente el militarismo
agresivo de la administración Bush como propiciador de un “riesgo
significativo de catástrofe final” por citar uno: “Apocalipsis próxima”
para citar a Robert McNamara y a muchos otros. Y existen buenos motivos
para esto, quiero decir, que pudieran explicarse, y ellos explican. Eso ha
sido profundizado por la administración Bush conscientemente, no porque
quieran una guerra nuclear, sino porque no es esta una prioridad. De ahí
la rápida expansión de la capacidad ofensiva militar norteamericana,
incluyendo la militarización del espacio, una carrera en la que EE.UU.
compite solo. El mundo se ha esforzado mucho para detenerlo. Actualmente
el 95% de esos gastos son norteamericanos y van en aumento.
Todas estas medidas traen como consecuencia
una reacción absolutamente predecible por parte de las probables blancos.
Ellos no dicen: “Gracias. Aquí tienen nuestras cabezas, por favor,
decapítennos.” Ellos reaccionan de la forma que pueden. Para algunos
esto significa responder con la amenaza de usar o con el uso del
terrorismo. Para otros más poderosos, esto viene a significar el
incremento inmediato de su capacidad militar ofensiva. Por lo tanto, los
gastos militares rusos se han incrementado bruscamente en respuesta a los
programas de Bush. La expansión de la capacidad militar ofensiva china
también se ha comenzado a incrementar por los mismos motivos. Todo eso
amenaza – potencia la ya severa amenaza de incluso – de simplemente
una guerra nuclear accidental. Estos sistemas están en alerta controlada
por computadoras. Y nosotros sabemos que nuestros propios sistemas cometen
muchos errores, que tienen que ser detenidos por intervención humana. Sus
sistemas son mucho menos seguros; en el caso ruso, deteriorados. Esto
aumenta bruscamente la amenaza de guerra nuclear. Esa es la seria guerra
nuclear a la que me refiero.
También existe la amenaza de las bombas
sucias, pequeñas explosiones nucleares. Pequeño no quiere decir tan
pequeño, sino inferior en comparación con un ataque de mayor escala que
exterminaría la vida civilizada. La comunidad de inteligencia
norteamericana considera que la amenaza de una bomba sucia, en Nueva York
digamos, durante la próxima década tiene unas probabilidades superiores
al 50%. Y esas amenazas se incrementan a medida que la amenaza terrorista
crece.
Y las políticas de la administración Bush
han sido conscientemente manejadas una vez más de tal modo que ellos
saben que es probable que se incremente la amenaza del terrorismo. El
ejemplo más evidente es la invasión a Irak. Fue llevada a cabo con el
conocimiento anticipado de que sería muy probable que se incrementara la
amenaza terrorista y la proliferación nuclear también. Y, de hecho, es
eso exactamente lo que ha ocurrido, según el criterio de la CIA, del
Consejo Nacional de Inteligencia, de agencias de inteligencia
internacionales, de especialistas independientes. Todos señalan que sí,
como ya se había previsto, se incrementó la amenaza terrorista. De
hecho, se incrementó muchísimo más de lo que se había pronosticado.
Sólo por mencionar un ejemplo, es común
escuchar que no se encontraron armas de destrucción masiva en Irak.
Bueno, esto no es del todo correcto. Existían medios para el desarrollo
de armas de destrucción masiva en Irak, se sabían situadas en Irak.
Estaban bajo la custodia de inspectores de la ONU, quienes las estaban
desmantelando. Cuando Rumsfeld, Wolfowitz y el resto enviaron sus tropas,
cometieron la negligencia de no mandarles a custodiar esos lugares. Los
inspectores de la ONU fueron expulsados, esos emplazamiento fueron dejados
sin protección. Los inspectores continuaron su trabajo por satélite y
reportaron que más de 100 de estos lugares habían sido saqueados, a
decir verdad, sistemáticamente saqueados, y no ocasionalmente por alguien
que pasaba, sino de forma muy cuidadosa. Allí estaban incluidas
peligrosas biotoxinas, medios para ocultar equipamiento de precisión a
ser utilizado para desarrollar armas nucleares y misiles, medios para
desarrollar armas químicas, y así sucesivamente. Todo eso ha
desaparecido. Uno odiaría imaginar hacia dónde han desaparecido, pero
podrían terminar en Nueva York.
AMY GOODMAN: Estamos conversando con Noam
Chomsky, y vamos a regresar con él. Su nuevo libro, recién publicado, se
titula Estados Fracasados: El Abuso de Poder y la Agresión a la
Democracia. Estaremos de vuelta con el profesor Chomsky en un minuto.
[pausa]
AMY GOODMAN: Estamos conversando con el
profesor Noam Chomsky acerca del lanzamiento de su nuevo libro: Estados
Fracasados: El Abuso de Poder y la Agresión a la Democracia. Noam
Chomsky, un profesor de lingüística del Instituto Tecnológico de
Massachussets. Soy Amy Goodman, aquí junto a Juan González. ¿Juan?
JUAN GONZÁLEZ: Profesor Chomsky, en su
libro Ud también habla de cómo Irak se ha convertido en una incubadora o
universidad para el entrenamiento de terroristas, quienes entonces dejan
el país y viajan alrededor del mundo como mismo ocurrió en los años
ochenta en Afganistán. ¿Podría hablar sobre este particular?
NOAM CHOMSKY: A decir verdad eso es – a
decir verdad estas son sólo citas de la CIA y otras agencias de
inteligencia y analistas. Sí, ellos describen Irak ahora como un campo de
entrenamiento para terroristas altamente profesionalizados con habilidades
para la interacción urbana. Lo comparan con Afganistán, pero dicen que
es mucho más serio debido a su alto nivel de entrenamiento y habilidades.
Casi todos son iraquíes. Hay un pequeño número de luchadores
extranjeros. Los estimados son entre el 5% y el 10%. Y se estima que, al
igual que en el caso de Afganistán, se dispersen luego por muchas partes
del mundo para poner en práctica el tipo de terrorismo en que fueron
entrenados, como una reacción – evidente reacción a la invasión. Irak
no tenía, piensen lo que piensen, no tenía conexiones con el terrorismo
antes de la invasión. Ahora es un centro terrorista relevante.
No es como dice el presidente Bush, que los
terroristas han sido concentrados en Irak para que podamos matarlos. Estos
son terroristas que no tenían un expediente anterior de vínculos con el
terrorismo. Los luchadores extranjeros que han llegado, principalmente de
Arabia Saudita, han sido investigados exhaustivamente por la inteligencia
saudita, israelí y norteamericana, quienes han concluido que su
movilización se produjo por la guerra en Irak, sin tener ningún vínculo
con el terrorismo previo a esto. E indudablemente, tal y como se esperaba,
la guerra de Irak ha despertado una enorme hostilidad en la mayor parte
del planeta, y particularmente de parte del mundo musulmán.
Esta ha sido la más – probablemente la más
impopular de las guerra de la historia, incluso antes de ser iniciada. Prácticamente
no tiene respaldo en ningún lugar, excepto en Estados Unidos y Gran Bretaña
y en otros pocos lugares. Y dado que esta guerra de por sí ha sido una de
las más increíbles catástrofes militares de la historia, ha provocado
un completo desastre en Irak y ha – todo eso simplemente ha
intensificado desde entonces la fuerte oposición a la guerra, como la
oposición del estudiante indonesio de hace un momento. Pero por eso es
que se expande y es un – incrementa la reserva de apoyo potencial para
los terroristas, quienes se consideran a sí mismos como una vanguardia,
intentando obtener el respaldo de otros, apelando a otros para que se les
unan. Y la administración Bush es su mejor aliado en esto. Una vez más,
no mis palabras sino las de uno de los principales especialistas en
terrorismo en EE.UU., Michael Scheuer, en este caso. Y definitivamente eso
pasa.
Y no es el único caso. Quiero decir, un caso
tras otro, la administración Bush simplemente ha ido degradado la amenaza
del terrorismo. Un ejemplo es el informe de la Comisión del
11–Septiembre. Aquí en Estados Unidos, la administración Bush no quería
que se instituyera esa comisión, dio muchas recomendaciones, trató de
impedirlo, pero finalmente se creo la comisión. Comisión bipartidista,
dio muchas recomendaciones. Las recomendaciones, en gran medida, no fueron
atendidas. Los miembros de la comisión, incluyendo la presidencia, se
horrorizaron con esto, establecieron su propia comisión privada después
de que su ejercicio terminó, e informan que las mediadas simplemente no
son aplicadas.
Hay muchos otros ejemplos. Uno de los más
estremecedores es que el Departamento del Tesoro tiene una rama, la
Oficina de Control de Activo Financiero [OFAC], que debe monitorear
transferencias sospechosas de fondos alrededor del mundo. Bueno, ese es un
elemento esencial de la llamada guerra contra el terrorismo. Le han
entregado informes al Congreso. Llama la atención que tengan unos pocos
funcionarios dedicados a atender a al–Quaeda y a Saddam Hussein,
mientras que aproximadamente – creo que era esa la cifra – seis veces
esa cantidad de funcionarios se dedican a monitorear si hay alguna evasión
de los términos del completamente ilegal embargo contra Cuba.
Hay un ejemplo de eso de hace sólo unos
meses, cuando EE.UU., indignó a corporaciones energéticas cuando ordenó
al Hotel Sheraton en Ciudad México a cancelar un encuentro entre
especialistas de petróleo cubanos y compañías petroleras
norteamericanas, incluyendo a las más grandes, que perseguían explorar
el desarrollo de los recursos de petróleo cubano mar adentro.
El gobierno ordenó – esta OCAF ordenó al
hotel, al hotel norteamericano, expulsar a los cubanos y poner fin al
encuentro. Esto no puso a México muy feliz que digamos. Es una arrogancia
extraordinaria. Pero también deja ver el histérico fanatismo del
objetivo de estrangular a Cuba. Y sabemos por qué. Es un país libre.
Tenemos registros que se remontan tiempo atrás, y una rica fuente de
ellos data de las administraciones Kennedy–Johnson. Ellos tuvieron que
efectuar una guerra terrorista contra Cuba, tal como lo hicieron, y
trataron de estrangular a Cuba económicamente, debido al – a lo que
ellos llamaban el “exitoso desafío de Cuba a la política
norteamericana” desde la época de la Doctrina Monroe. No los rusos,
sino la Doctrina Monroe, 150 años atrás. Y su objetivo era, como fue
claramente expuesto por las administraciones de Eisenhower y Kennedy,
hacer sufrir al pueblo de Cuba. Ese pueblo es el responsable de que ese
gobierno esté en el poder. Por eso tenemos que hacerlos sufrir y tratar
de que mueran de hambre, de manera tal que tengan que derrocar a su
gobierno. Es esta una política, lo cual es bastante consistente. Se está
aplicando ahora mismo en Palestina. Fue aplicada bajo las sanciones iraquíes,
conspiraciones en Chile, entre otros. Es atroz.
AMY GOODMAN: Estamos conversando con Noam
Chomsky, su nuevo libro, tras el anterior Hegemonía o Supervivencia, de
uno de los tantos libros, si no cientos, que ya ha escrito el profesor
Chomsky, su nuevo libro se titula Estados Fracasados: El Abuso de Poder y
la Agresión a la Democracia.
Usted mencionó a Israel, a Palestina, y
yo quisiera preguntarle acerca de ese nuevo estudio que ha salido. Un
decano de la Universidad de Harvard y un profesor de la Universidad de
Chicago están siendo objeto de fuertes críticas por la publicación de
una crítica académica al grupo de presión pro–israelí en Washington.
El texto acusa a Estados Unidos de haber puesto voluntariamente a un lado
su propia seguridad y la de muchos de sus aliados para favorecer los
intereses de Isarael. Además el estudio acusa al grupo pro–israelí,
particularmente a AIPAC (el Comité de Asuntos Públicos Israel–Estados
Unidos), de manipular los medios norteamericanos de difusión masiva, las
academias policiales y de silenciar críticas sobre Israel mediante
acusaciones de antisemitismo. El estudio también analiza el papel jugado
por los neoconservadores pro–israelíes en la dirección de la invasión
norteamericana a Irak.
Los autores son Stephen Walt, decano en la
Escuela de Gobierno Kennedy en Harvard, y John Mearsheimer de la
Universidad de Chicago. Ellos mismos están siendo acusados actualmente de
antisemitismo. En Washington, un congresista demócrata, Eliot Angle de
Nueva York, describió a los profesores como deshonestos llamados
intelectuales y antisemitas. La profesora de Harvard, Ruth Wisse, pidió
que el documento fuera censurado. El profesor de Derecho en Harvard, Alan
Dershowitz, describe el estudio como una basura que pudo haber sido
escrita por el neonazi David Duke. El New York Sun informó que Harvard ha
recibido numerosas llamadas de donantes, expresando su preocupación por
el documento, y Harvard ha dado pasos para distanciarse del informe. La
semana pasada eliminó el logo de la Escuela de Gobierno Kennedy del
documento y se despojó de cualquier responsabilidad con respecto al
mismo. El informe tiene 81 páginas. Fue publicado originalmente en el
sitio web de Harvard, y una edición editada apareció en la revista
London Review of Books. La controversia viene a darse a menos de un año
de que el profesor de Harvard, Alan Dershowitz intentara impedir la
publicación del libro de Norman Finkelstein, Beyond Chutzpah: On the
Misuse of Anti–Semitism and the Abuse of History (Más allá del
Chutzpah: Sobre el Abuso de Antisemitismo y el Maltrato de la Historia).
Ahora las preguntas se referirían a varios temas: el contenido del
estudio, qué piensa Ud. de él, la reacción ante este y también la crítica
en su totalidad. En este país, ¿qué le ocurre a aquellos que critican
la política del Estado de Israel? Noam Chomsky.
NOAM CHOMSKY: Bueno, la respuesta a tu última
pregunta está bien detallada en el relevante libro de Norman Finkelstein
y también en el historial de los intentos de Dershowitz por impedir su
publicación. Algunos documentos fueron solamente publicados en la Journal
of Palestine Studies (Revista de Estudios Palestinos). El libro de
Finkelstein es un detallado y extenso inventario, el mejor que tenemos, de
un atemorizante expediente de crímenes y abusos israelíes. Utilizando
las fuentes más respetables, las principales organizaciones de derechos
humanos, organizaciones israelíes de derechos humanos y otros,
Finkelstein demuestra, concluyentemente, que la defensa de Alan Dershowitz
de esas atrocidades, basada en absolutamente ninguna evidencia, es
vergonzosa y grotesca.
Sin embargo, Finkelstein cae bajo un tremendo
ataque por ser antisemita, etc, etc. Eso es muy normal hoy. Se remonta,
supongo, al distinguido diplomático, Abba Eban – eso debe haber sido 30
años atrás – escribió en una revista judía norteamericana que “la
misión de los sionistas,”dijo él, “es demostrar que todo
antisionismo político” – entiéndase crítica a las políticas del
Estado de Israel –“es o antisemita o producto del auto–odio judío.”
Bien, está bien, eso excluye todo posible criticismo, por definición.
Como ejemplos de auto–odio judío neurótico, debo mencionar mi
vinculación, él mencionó dos personas. Uno fui yo, el otro era Izzy
Stone. Una vez que has liberado un torrente de insultos, no necesitas
argumentos ni evidencias, simplemente puedes gritar. Y los profesores Walt
y Mearsheimer merecen todo el crédito por publicar un estudio que sabían
iba a desencadenar los usuales ríos de insultos e histeria de parte de
los que sustentan los crímenes y la violencia israelí. Sin embargo,
debemos reconocer que esto es bastante uniforme. Intentas decir una
palabra sana y no controversial acerca de otro tema caro a los corazones
de la élite intelectual que ellos han convertido en orden sagrada, y
obtienes la misma reacción. Por tanto – y no hay grupo de presión que
saque a colación uno de los puntos menos importantes si plantea preguntas
acerca de la validez de la crítica.
Es un trabajo serio y cuidadoso. Merece ser
leído. Los autores merecen crédito por haberlo escrito. Pero esto todavía
deja abierta la pregunta de cuán válido es el análisis, y yo noto que
hay una pregunta sutil involucrada. Todo el mundo concuerda, en todos los
bandos, en que hay un número de factores que determinan la política
exterior de EE.UU. Uno es los intereses económicos de los principales
centros de poder dentro de Estados Unidos. En el caso del Oriente Medio,
eso significa las corporaciones energéticas, los productores de armas, la
industria de altas tecnologías y otras. Ahora bien, estas no son
instituciones secundarias, especialmente en la administración Bush. Así
que una pregunta sería en qué medida esa política representa los
intereses de esas instituciones. Otra pregunta sería en qué medida esta
política está influenciada por grupos nacionales de presión. Y hay
otros factores. Pero estos dos solos, sí, son – los encuentras en la
mayoría de los casos, y tratar de comprender su influencia no es tan
simple.
En particular es más difícil cuando sus
intereses tienden a coincidir, y más o menos, hay un alto grado de
conformidad. Si repasas el historial, lo que se llama interés nacional,
queriendo decir los intereses especiales de aquellos con –en cuyas manos
se concentra el poder, el interés nacional, en ese sentido, tiende a
ajustarse a los intereses de los grupos de presión. Así que en esos
casos es bastante difícil desenmarañarlos. Si la tesis del libro – la
tesis del libro es que los grupos de presión tienen una influencia
abrumadora, y el llamado “interés nacional” resulta afectado por lo
que ellos hacen. Si ese fuera el caso, esa sería, pienso yo, una conclusión
muy esperanzadora. Significaría que la política de EE.UU. podría ser fácilmente
revertida. Simplemente sería necesario explicar a los principales centros
de poder, tales como las corporaciones energéticas, la industria de altas
tecnologías y a los productores de armas, etc, etc, explicarles
simplemente que han – que sus intereses han sido afectados por este
pequeño grupo de presión que grita antisemitismo y financia
congresistas, etc, etc. De seguro esas instituciones sobrepasan
ampliamente al grupo de presión en cuanto a influencia política, en
financiamiento, etc., etc., de manera que debería revertirse la política.
Pues bien, no sucede así, y hay un número de motivos para ello.
Primero, hay un supuesto subyacente de que el
llamado interés nacional ha sido afectado por esas políticas. Bueno, se
necesita probar eso. Por tanto, ¿quién ha sido afectado? ¿Han sido las
corporaciones energéticas afectadas por la política norteamericana en el
Oriente Medio en los últimos 60 años? Están sacando ganancias más allá
de lo que su avaricia pudo soñar, como bien informan las principales
investigaciones gubernamentales. Mucho más hoy – eso fue hace un par de
años. Los EE.UU. tienen – la mayor preocupación de los EE.UU. ha sido
controlar lo que el Departamento de Estado llamó hace 60 años “una
estupenda fuente de poder estratégico”, el petróleo del Oriente Medio.
Sí, lo han controlado. Ha habido – de hecho, la invasión a Irak fue un
intento de intensificar ese control. Puede que no lo logre. Puede que
tenga el efecto contrario, pero esa es una pregunta aparte. Ese era el
objetivo, evidentemente.
Ha habido muchísimos obstáculos. El mayor
obstáculo es el que suele ser el más normal a nivel mundial: el
nacionalismo independiente. Y es muy serio que se le haya llamado
“nacionalismo radical.” Utilizaron a Nasser para simbolizar el
concepto, y también a Kassem en Irak, y a otros. Bien, EE.UU. tuvo éxito
en la superación de ese obstáculo. ¿Cómo? Israel destruyó a Nasser.
Ese fue un enorme servicio prestado a Estados Unidos, al poder
norteamericano, o sea, a las corporaciones energéticas, a Arabia Saudita,
a los principales centros de poder aquí, y de hecho, fue – eso fue en
1967 – y fue después de la victoria que las relaciones
americano–israelíes se consolidaron verdaderamente, se convirtieron en
lo que se denomina un “valor estratégico.”
Fue entonces también que el grupo de presión
adquirió su fuerza. Es también entonces que, casualmente, las clases
educadas, la clase política intelectual empezó un asombroso amorío con
Israel, después de la demostración de su poder tremendo contra un
enemigo del tercer mundo, y de hecho, ese es un componente fundamental de
lo que se llama grupo de presión. Walt y Marsheimer lo mencionan, pero me
parece que esto debía haberse enfatizado. Tienen mucha influencia.
Determinan, con seguridad influencian, la conformación de las noticias y
la información en las revistas, en los medios de difusión masiva, en los
estudios, etc. Yo siento que son probablemente la parte más influyente
del grupo de presión. Ahora, como que tendríamos que preguntar, ¿cuál
es la diferencia entre el grupo de presión y los centros de poder en el
país?
Pero los obstáculos fueron superados. Israel
ha brindados muchos otros servicios a Estados Unidos. Pueden revisar los
informes. También ha brindado servicios secundarios. En los años
ochenta, particularmente, el Congreso estaba imponiendo obstáculos al
apoyo de la administración Reagan a la mayoría de las atrocidades
terroristas en Centro América. Israel ayudó a evadir las restricciones
del Congreso ocupándose ellos mismos de efectuar los entrenamientos,
etc., etc. El Congreso bloqueó el comercio norteamericano con Sudáfrica.
Israel ayudó a evadir el embargo a todos los – a ambos regímenes
racistas de África del sur, y ha habido muchos otros casos. Actualmente,
Israel es virtualmente una base militar norteamericana internacional y un
centro de alta tecnología en el Oriente Medio.
AMY GOODMAN: Noam Chomsky, tenemos que ir
a una pausa para que las estaciones se identifiquen, pero volveremos. El
profesor Chomsky es nuestro invitado para la hora. Su más reciente libro
acaba de ser publicado y se titula Estados Fracasados: El Abuso de Poder y
la Agresión a la Democracia.
[pausa]
AMY GOODMAN: Nuestro invitado es el
profesor Noam Chomsky. Su nuevo libro es Estados Fracasados: El Abuso de
Poder y la Agresión a la Democracia. Noam Chomsky, ha sido por largo
tiempo profesor en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, es un lingüista
de renombre mundial y un analista político. Soy Amy Goodman, aquí con
Juan González. ¿Juan?
JUAN GONZÁLEZ: Profesor Chomsky, en su
libro hay una sección fascinante, donde Ud habla acerca del basamento
histórico de la Doctrina Bush de Guerra Preventiva, y también su relación
con el imperio o con la construcción de un imperio norteamericano. Y Ud.
va más atrás en el tiempo, Ud menciona un historiador, John Lewis
Gaddis, a quien adora la administración Bush, porque él ha tratado de
encontrar la explicación racional desde el punto de vista histórico para
el uso de la doctrina, remontándose a John Quincy Adams como Secretario
de Estado en la invasión por el General Andrew Jackson de Florida en las
Guerras Seminoles, y cómo esto es en realidad una relación del uso de
esa idea para continuar los deseos expansionistas de los Estados Unidos
sobre el mundo.
NOAM CHOMSKY: Sí, de hecho ese es un caso
muy interesante. John Lewis Gaddis no sólo es el historiador favorito de
la administración Reagan, sino que es considerado el decano de los
estudios de la Guerra Fría, la figura principal en los estudios de la
Guerra Fría norteamericana, profesor de Yale. Y fue él quien escribió
la, hasta ahora, investigación tipo libro que penetra las raíces de la
Doctrina Bush, la cual cuenta por lo general con su aprobación personal,
las usuales calificaciones acerca del estilo, etc, etc. Hace un análisis
retrospectivo, como bien tú decías, con su héroe, el magnífico
estratega mayor, John Quincy Adams, quien escribió una serie de famosos
textos en 1818, en los cuales justificaba post facto la invasión de la
Florida por Andrew Jackson. Y es muy interesante.
Gaddis es un buen historiador. Conoce las
fuentes, hace referencia a todas las fuentes apropiadas. Pero él no te
dice lo que ellas dicen. Así que lo que yo hice en mi libro fue
simplemente añadir lo que esas fuentes dicen, lo que él omitió. Bueno,
lo que describen es una relación impresionante de atrocidades y crímenes
llevados a cabo contra los que fueron denominados “negros fugitivos” e
“indios fuera de la ley,” destruyeron a los Seminoles. Después hubo
otra guerra seminole, que los exterminó o los llevó a los pantanos,
completamente sin motivos. Los pretextos fueron fabricados. Gaddis habla
de la amenaza de Inglaterra. No hubo amenaza de Inglaterra. Inglaterra no
hizo nada. De hecho, ni siquiera Adams hace referencia a eso. Pero es lo
que Gaddis denomina un – estableció lo que Gaddis denomina la tesis de
que la expansión es la mejor garantía de seguridad. Así que si quieres
tener seguridad, sólo expándete, conquista más. Entonces estarás
seguro.
Y él dice, sí, eso ocurre con todas las
administraciones norteamericanas –en eso tiene razón – y es la piedra
angular de la Doctrina Bush. Así que él plantea que la Doctrina Bush no
es del todo nueva. La expansión es la clave para la seguridad. Así que sólo
tenemos que expandirnos y expandirnos, y entonces nos volvemos más
seguros. Bueno, él no menciona los precedentes evidentes que nos vienen a
la mente, así que los dejaré fuera para que ustedes puedan pensar en
eso. Y hay cierta verdad, a excepción de que él ignora y de hecho niega
principalmente las grandes atrocidades que están registradas en varias de
las fuentes, fuentes académicas que él refiere, de donde sale también a
relucir que, al Adams darle una justificación a la guerra de Jackson –
nadie de la administración lo apoyaba pero él se las ingenió para
convencer al presidente – estableció la doctrina de guerra ejecutiva
sin autorización del Congreso, en violación de la Constitución.
Posteriormente Adams reconoció esto y se arrepintió, se arrepintió muchísimo,
pero ese acontecimiento las dejó establecidas y, sí, han estado vigentes
desde entonces: guerras ejecutivas sin autorización del Congreso.
Nosotros conocemos un caso tras otro. Esto no parece molestar a los
llamados originalistas, quienes hablan de un propósito original.
Pero si ponemos esto a un lado, él también
– el estudio al que Gaddis hace referencia pero no cita, también señala
que Adams estableció otros principios que se mantienen consistentes desde
entonces, principalmente el mentirle masivamente al público, la distorsión,
evocar a temores histéricos, todo tipo de esfuerzos sucios para movilizar
a la población en apoyo de atrocidades. Y sí, eso se mantiene en
nuestros días también. Hay un muy interesante historial. Lo que esto
demuestra es casi el opuesto de lo que Gaddis plantea y que a Reagan – a
la administración Bush, creo que dije Reagan – y que a Bush le fascina.
Y eso está fuera de las fuentes a las que él se refiere, la fuentes
adecuadas, los estudios correctos. Él simplemtne las obvia. Pero sí, el
historial es interesante.
AMY GOODMAN: Noam Chomsky, me gustaría
hacerle una pregunta. Como mucha gente sabe, Ud. es quizás una de las
fuentes más referidas en el mundo. Y me pareció que lo que sigue es un
buen ejemplo de esas referencias. Esto fue a principios de mes, en el
programa Meet the Press, Tim Russert, interrogando al Jefe del Estado
Mayor Conjunto, el general Peter Pace.
TIM RUSSERT: El señor Jaafari dijo que
uno de sus escritores norteamericanos preferidos es Noam Chomsky, alguien
que se ha opuesto en sus escritos muy, muy fuertemente a la guerra en Irak
y a la mayor parte de la política exterior de la administración Bush. ¿Le
preocupa esto?
GEN. PETER PACE: Espero que tenga más de
un libro en su mesita de noche.
TIM RUSSERT: ¿Eso quiere decir que le
molesta?
GEN. PETER PACE: Yo estaría preocupado si
el único contacto que tuviera el Primer Ministro con ideas
internacionales fueran las de ese autor. De hecho, esas son unas de
muchas, y si él está consumiendo muchas opiniones diferentes, eso es
probablemente saludable.
AMY GOODMAN: Ese es el general Peter Pace,
director del Estado Mayor Conjunto, entrevistado por Tim Russert, hablando
acerca de Jaafari quien en este momento está luchando para ser –
nuevamente para mantener su posición como Primer Ministro en Irak. Su
respuesta, Noam Chomsky.
NOAM CHOMSKY: Bueno, yo francamente, mejor
dudaría de que el general Pace reconociera mi nombre o supiera a qué se
estaba refiriendo, pero quizás sí. La cita de Tim Russert, si bien
recuerdo, fue que este libro era altamente crítico de la guerra en Irak.
Bueno, eso no debería sorprender a un Primer Ministro de Irak. Después
de todo, según las encuestas norteamericanas, las últimas que se han
reportado, según Brookings Institution, 87%, el 87% de los iraquíes
piden una programación concreta para la retirada de las tropas. Esa es
una cifra impresionante. Si realmente todos son iraquíes como se aseguró,
eso representa todo el mundo en el Irak árabe, en las áreas donde las
tropas están desplegadas. Dudo que se hubiesen alcanzado semejantes
cifras en Vichy, Francia, o en Polonia bajo – cuando era satélite de
Rusia.
Lo que esto significa en esencia es que
virtualmente todo el mundo quiere una programación para la retirada. Por
lo tanto, ¿sería sorprendente que un primer ministro leyera un libro que
critica la guerra y reafirma esta idea? Es interesante que Bush y Blair,
quienes están constantemente predicando su amor por la democracia, hayan
anunciado, declarado que no habrá una programación para la retirada.
Bueno, esa parte probablemente refleja el desprecio por la democracia que
han demostrado ambos constantemente, ellos y sus colegas, prácticamente
sin excepción. Pero hay razones más profundas, y tenemos que pensar en
ellas. Si estamos hablando de estrategia de salida de Irak, deberíamos
tener en cuenta que para los EE.UU. abandonar Irak sin establecer un
Estado cliente subordinado sería una pesadilla para Washington.
Todo lo que tenemos que hacer es pensar en
las políticas que un Irak independiente perseguiría si fuera ligeramente
democrático. Seguramente reforzaría sus ya desarrolladas relaciones con
su vecino Shiita Irán. Cualquier grado de autonomía iraquí estimularía
las presiones de autonomía a través de la frontera en Arabia Saudita,
donde hay una población Shiita significativa, que ha sido amargamente
reprimida por la tiranía respaldada por los Estados Unidos, pero que
ahora está clamando más autonomía. Eso está ocurriendo donde está la
mayor parte del petróleo saudí. Así, lo que podemos imaginar – estoy
seguro de que los proyectistas de Washington están teniendo pesadillas
con esto – es un potencial –– perdón?
JUAN GONZALEZ: Me gustaría preguntarle,
en términos de todo este tema de la democracia, en su libro Ud habla de
un déficit de democracia. Obviamente, la administración Bush está
teniendo toda clase de problemas con su – incluso con su modelo de
democracia en el mundo, dados los resultados de las elecciones en
territorios palestinos, la situación en Irak ahora, donde el presidente
está tratando de sacar al Primer Ministro de la coalición ganadora allí,
también en Venezuela, hasta en Irán. ¿Cuál es su concepto de déficit
de democracia, y porqué una administración como esta es capaz de
perdurar en los mismísimos Estados Unidos?
NOAM CHOMSKY: Bueno, hay dos elementos para
ello. Uno es el déficit de democracia interno en Estados Unidos, eso
quiere decir la enorme y creciente brecha entre la opinión pública y la
política pública. El segundo es su llamada misión de promoción de la
democracia en otras partes del mundo. Esta última es puro fraude. La única
evidencia de que estén interesados en promover la democracia es que eso
dicen. La evidencia en contra es abrumadora, incluidos los casos que tú
mencionabas y muchos otros. Quiero decir, el mismo hecho de que la gente
esté dispuesta incluso a hablar de esto demuestra que estamos como
interesados en ser norcoreanos: si el Querido Líder ha hablado, eso fija
la verdad; no importa cuáles sean los hechos. Yo abundo sobre esto en el
libro. El déficit de democracia en casa es otra cuestión. Como han
podido – quiero decir, ellos tienen un asidero bastante reducido de
poder político. Sus políticas son fuertemente rechazadas por gran parte
de la población. ¿Cómo pasan por encima de esto? Bueno, eso ha sido a
través de una intrigante mezcla de engaño, mentiras, inventos,
relaciones públicas. Existe de hecho un estudio muy bueno de dos científicos
políticos, Hacker y Pearson, quienes simplemente ensayan las tácticas y
cómo operan. Y apenas se las han arreglado para aferrarse al poder político
y están intentando usarlo para desmantelar la estructura institucional
que ha sido construida a través de muchos años de apoyo popular – el
sistema de beneficios limitados; están tratando de desmantelar la
Seguridad Social y de hecho están teniendo éxito; para el recorte de
impuestos, abrumadores para los ricos, están creando – están
proponiendo crear una situación futura, primero que todo una especie
desastre fiscal, pero también una situación en la que será prácticamente
imposible llevar a cabo los tipos de políticas sociales que el público
apoya mayoritariamente.
Y para ingeniárselas y logar esto han
efectuado una impresionante proeza de manipulación, mentira, etc, etc. No
hay tiempo para hablar sobre ello aquí, pero en mi libro doy una relación
bastante explícita. Lo trato en el libro. Ese es el déficit de
democracia que tenemos en casa y es uno extremadamente serio. Los
problemas de una guerra nuclear, los desastres ambientales, esas son las
cuestiones para la supervivencia, las principales cuestiones de prioridad
uno para cualquier persona sensible. La tercera cuestión es que el
gobierno norteamericano está aumentando esas amenazas. Y una cuarta
cuestión es que la población norteamericana se opone, pero es excluida
del sistema político. Eso es un déficit de democracia. Es un deficit con
el que podemos lidear.
AMY GOODMAN: Noam Chomsky, vamos a tener
que despedirnos por ahora. Pero la segunda parte de nuestra entrevista
estará en el aire la próxima semana. El nuevo libro de profesor Noam
Chomsky, de reciente publicación, se titula “Estados Fracasados: El
Abuso de Poder y la Agresión a la Democracia”.
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