El imperialismo en
 el siglo XXI

 

¿Después del mundo unipolar qué?

El imperio en decadencia apuesta al armamentismo

Por Ernesto Tamara (Liberación Suecia)
Bolpress, 26/06/06

La economía de Estados Unidos sigue estando en aprietos, según muchos analistas, y cada vez más recurre a los gastos del Estado en armamentos para sostener su crecimiento. Esta crisis no ha estallado aún ante la debilidad de sus competidores, ya que ni la Unión Europea ni Japón están en condiciones de asumir la tarea de "locomotoras de la economía", especialmente por sus fuertes dependencias de la importación de energía, debilidad militar e incapacidad para sustituir al dólar como moneda de intercambio universal. Sin embargo esta debilidad alienta la construcción de bloques regionales y el crecimiento de centro de poder que en algún momento pueden romper la hegemonía de un mundo unipolar.

Japón tiene casi una década de lento crecimiento económico, por lo que está muy lejos de llegar a constituir una competencia seria al poder norteamericano, y mucho menos en el plano militar, pese a que desde Estados Unidos se fomenta el militarismo japonés para enfrentar a China.

La Unión Europea está paralizada y desde la irresistible suba del precio de petróleo no encuentra como romper con su dependencia del crudo del Medio Oriente y Africa, y del gas ruso. El empuje de Europa invirtiendo en América Latina en los años 90 quedó atrás, y hoy vuelve a ser Estados Unidos el principal inversor en la región, aunque lo más concreto sería decir que detrás de las remesas de los emigrantes.

De todas maneras los países de Europa buscan asegurar su independencia energética, algunos de manera individual.

Otras regiones también apuestan a crecer por fuera de la dependencia de Estados Unidos, entre ellos los más pujantes por ahora son China, Rusia e India.

Estados Unidos sigue siendo la potencial mundial y aunque presenta grietas, sigue dominando en un mundo unipolar. Todavía maneja la economía planetaria con el dólar, y capta recursos de todo el globo manejando la tasa de interés. Al ser el dólar la moneda de intercambio mundial, y la moneda de reserva de todos los países, Estados Unidos recibe depósitos y préstamos indirectos de todo el mundo, y puede manejar su deuda emitiendo más billetes sin perjudicar casi su economía.

Estados Unidos se puede dar el lujo de financiar su economía con las inversiones y depósitos que capta de todo el mundo cada vez que la Reserva Federal aumenta la tasa de interés.

El tributo cobrado en forma de absorción de capitales hace posible el gasto militar y también lo hace necesario y permanente, pues sólo con la intimidación militar disfrazada como defensa, puede mantener el sistema.

Por ahora el dólar sigue siendo la moneda rectora de la economía, y aunque China y otros países inicien tanteos para pasar sus reservas al euro, una canasta de monedas o al oro, nada parece amenazar esa posición a corto plazo.

Estados Unidos necesita así mantener el dólar como moneda de reserva (logrado en 1944 con los Acuerdos de Bretton Woods) y de intercambio del comercio mundial conquistado en los 70 cuando la crisis del petróleo. Los países productores de petróleo, especialmente Arabia Saudita y sus vecinos, han venido inviertiendo sus ganancias en papeles de la deuda pública norteamericana, en inversiones en ese país o guardando sus reservas en dólares en bancos norteamericanos.

Estados Unidos es hoy el país más endeudado del mundo, con una deuda pública y privada equivalente a todo el producto bruto mundial.

El mercado financiero estadounidense es la gran atracción y refugio para el capital especulativo de todas las procedencias, e incluso más de 700 mil millones de dólares de las reservas de los Bancos Centrales de todo el mundo, se encuentran colocadas en ese mercado financiero ofreciendo financiamiento barato a largo plazo para los déficits del país más rico del mundo.

Para cubrir su déficit por cuenta corriente, Estados Unidos necesita atraer aproximadamente 2.300 millones de dólares diarios, y si esos flujos menguan se debilita el valor del dólar frente a otras monedas.

Al aumentar la deuda de EEUU con el exterior, el dólar debería devaluarse. Sin embargo, como el dólar es moneda de reserva y de pago a la vez, es interés de EEUU tratar de mantener la demanda de dólares artificialmente alta. La amenaza de una guerra sobre países productores de petróleo tiende precisamente a alzar el precio de petróleo y con ello la demanda de dólares. Con una demanda artificialmente alta del dólar, el tesoro americano, puede emitir billetes a costo simbólico y financiar así su gasto militar y estimular el consumo interno. De esta forma es posible, en teoría, emitir dólares de manera ilimitada.

El euro o el oro

A fines del 2000, comenzó a regir el euro, la moneda única de la Unión Europea y que podría tonarse en una alternativa al dólar, aunque algunos expertos estiman que dificilmente pueda ocupar ese lugar a corto plazo.

Sin embargo, en ese entonces, Irak comenzó a cambiar sus reservas internacionales de dólares a euros, y a cotizar su petróleo en la moneda europea, y estimuló a otros países de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) a seguir su ejemplo. Poco tiempo después el presidente Sadam Hussein pasó a ser el blanco preferido de los ataques de la administración Bush. Dos meses después de la guerra y la ocupación, las autoridades provisorias de Irak, cambiaron todas las cuentas del Estado de euro a dólares.

Ahora, varios países están buscando cambiar sus reservas y comercio del dólar al euro. Además de China, también Rusia e Irán buscan abrir sus exportaciones de petróleo y gas al euro. Curiosamente el anuncio de esta iniciativa volvió a recrudecer las denuncias de Estados Unidos contra Irán por su programa nuclear.

También varios gobiernos europeos analizan transformar partes de sus reservas internacional de dólares a euro, yen u oro. La desconfianza en el dólar se revela en el precio del oro. Desde que la administración Bush llegó al poder, el oro pasó de 200 dólares a casi 700 la onza a principios de mayo de 2006, cuando la guerra contra Irán era casi inminente.

Algunos economistas estiman que en el mundo circulan unos 100 trillones de dólares, mientras que el euro no llega al 10 por ciento de esa cantidad, lo que hace imposible que sustituya a la moneda norteamericana en corto plazo. De allí que muchos bancos centrales compren oro.

Europa dividida

Además de la crisis política e institucional de la Unión Europea al no alcanzar un acuerdo sobre la Constitución, la región ha revelado su fragilidad ante la dependencia del petróleo (principalmente de Oriente Medio y Africa) y del gas ruso.

La dependencia energética de la UE ronda hoy el 50%, pero la Comisión Europea calcula que en 2030 puede alcanzar el 70% si no se toman medidas.

Los veinticinco países miembros importan en su conjunto el 51,3% del gas que consumen y más de la cuarta parte de ese gas es ruso. El 41% en el caso de Alemania.

Los 10 países de reciente incorporación a la UE dependen casi en un 100% de las importaciones, sobre todo rusas, para atender sus necesidades de energía.

Sólo Francia, con 58 reactores nucleares que generan el 77,7% de la electricidad que consume, tiene un margen relativo de seguridad en lo que a garantía de suministro se refiere.

La crisis de hace unos meses entre Rusia y Ucrania por el precio del gas y que provocó desabastecimiento a Europa, sumado al alto precio del petróleo, ha obligado a los gobiernos a renovar los proyectos de producción de energía nuclear y alcanzar nuevos acuerdos con Rusia para un abastecimiento más directo y fluído.

Putin ratificó en mayo de este año, con la canciller alemana Angela Merkel, un acuerdo para la construcción de un gasoducto a través del Báltico que permitiría el abastecimiento de Alemania directamente sin pasar por otros países. El gasoducto ya había sido pactado con el canciller socialdemócrata alemán Gerhard Schröder antes de las elecciones, y está previsto entrar en funcionamiento en 2010.

Por este acuerdo, Alemania se garantiza el suministro de gas ruso hasta el año 2030. El acuerdo implica a la eléctrica germana E.ON, la mayor de Europa; la también alemana BASF, la mayor compañía química del mundo, y la gasista estatal rusa Gazprom, en la construcción de un gasoducto de 1.200 kilómetros, que unirá ambas naciones a través del mar Báltico sin necesidad de atravesar terceros países. El proyecto, cuya financiación investiga Bruselas, está controlado por Gazprom (51%), E.ON (24,5%) y BASF (24,5%). A cambio de asegurar el suministro a Alemania, Gazprom (51% del Estado ruso), y asociada con E.ON (que tiene el 6,5% de sus acciones), reclama libre acceso a los canales de comercialización en Europa.

Pero no todos los países de la Unión quedaron satisfechos con el acuerdo. Polonia, que depende de un 100 por ciento del abastecimiento de gas ruso, criticó el acuerdo y lo comparó con el pacto Molotov–Ribbentrop de 1939 donde se hicieron concepciones mutuas sobre Polonia.

De existir un abastecimiento directo entre Rusia y Alemania, Polonia debería negociar sola con Moscú. Hasta ahora, como el gasoducto pasa por su territorio camino a Alemania, tiene un aliado. En respuesta, Polonia ha propuesto crear una "OTAN de la energía" para evitar la dependencia del gas ruso. El primer ministro húngaro, Ferenc Gyurcsany dijo que el abastecimiento de energía "no es un tema económico, sino de seguridad".

El vicepresidente norteamericano Dick Cheney también alentó a los europeos contra Rusia. "No se sirven intereses legítimos", aseguró el ex presidente de la petrolera Halliburton, "cuando el gas y el petróleo se convierten en armas de intimidación o chantaje", reclamando seguramente el monopolio en el chantaje y la intimidación.

Paralelamente al acuerdo entre Rusia y Alemania, Gran Bretaña y Francia iniciaron negociaciones para desarrollar un programa conjunto de energía nuclear y de la industria militar. El primer ministro Tony Blair y el presidente Jacques Chirac anunciaron nuevas formas de cooperación nuclear (civil) y al mismo tiempo expresaron sus deseos de reforzar las relaciones bilaterales en materia de armamento.

Ambos países integran el exclusivo club de poseedores de arsenales nucleares, y Francia es uno de los pocos países que puede lograr a breve plazo su independencia energética, ya que el 77 por ciento de sus necesidades es abastecida por las centrales nucleares que posee.

París y Londres son y continuarán siendo la tercera y la cuarta potencia atómica mundiales.

Rusia reclama liderazgo

Igor Shuválov, asesor económico de Vladímir Putin ha dicho al diario Nezavísimaya Gazeta que Rusia está dispuesta a suministrar petróleo y gas a Europa a largo plazo "asumiendo el papel de líder". "Vamos a continuar nuestra expansión, tanto si a nuestros socios europeos les gusta como si no. Si quieren, conjuntamente con las empresas energéticas europeas, pero vamos a liderar, esto ya está claro", señaló.

Sin embargo Bruselas pone freno a los deseos rusos e insiste en que Moscú abra el mercado de la distribución a empresas extranjeras eliminando el monopolio que obstenta la empresa estatal Gazprom.

Putin en tanto, se ha negado a ratificar la Carta Energética Europea –mecanismo de cooperación suscrito en 1991– porque podría abrir el acceso a sus gasoductos y oleoductos a las empresas extranjeras.

El presidente ruso no sólo refuerza su negocio con Europa. Ahora ha emprendido negociaciones con China, un mercado siempre necesitado de energía para sostener su crecimiento económico.

Recientemente se llegó a un acuerdo para conectar el petróleo y gas ruso e iraní con China. El gigiante asiático ya se comprometió a adquirir petróleo y gas a Rusia por 70 mil millones de dólares.

Pero, Europa sigue siendo el mayor socio comercial de Rusia.

Rusia, en su nuevo formato capitalista, quiere hacer sentir su peso tanto en el mercado de la energía como en la industria del armamento. El presidente Vladimir Putin anunció el pasado 10 de mayo que el rublo sería transformado en una moneda "convertible" a nivel internacional a partir del 1º de julio. Con el fin de promover la "convertibilidad" del rublo serían creadas las bolsas de valores rusas para comercializar su petróleo y gas, respectivamente la segunda y la primera reserva a escala planetaria. Rusia participa con 15.2 por ciento en la exportación mundial de petróleo y con 25.8 por ciento del gas.

Además Rusia alcanzó a Estados Unidos como exportador de armas, y aunque no pueda optar como potencia competidora en el diseño de un mundo multipolar, puede transformarse en una balanza de poderes para Europa o China, o un aliado importante para cualquiera de los dos.

Las ventas rusas a la Unión Europea crecieron un 52 por ciento en 2005 con respecto al año anterior, y sus compras aumentaron un 27 por ciento, convirtiéndose en el país que más creció en el comercio con Europa.

El intercambio con los 25 países de la unión representa el 51,20 por ciento del comercio exterior ruso, estimado en unos 170 mil millones de dólares.

Los grandes socios comerciales son Alemania, Holanda, Italia, Polonia y Gran Bretaña.

Rusia desarrolla la industria de armamentos

Los gastos militares en el mundo alcanzaron un nuevo récord en 2005, al llegar a un billón 118 mil millones de dólares; y el primer consumidor de armamento fue Estados Unidos, con 48 por ciento de lo invertido a nivel mundial, indicó un informe del Instituto Internacional de Investigación para la Paz (SIPRI), con sede en Estocolmo.

El informe destacó que los principales exportadores son, desde 2001, Rusia y Estados Unidos, cada uno con una cuota de mercado de alrededor de 30 por ciento. A ellos les siguen, a mucha distancia: Francia, Alemania y Gran Bretaña, con 20 por ciento entre los tres.

En 2005 Rusia vendió 30 por ciento de las armas comercializadas y tuvo entre sus principales compradores a China e India, mientras que Estados Unidos tiene entre sus principales clientes a Grecia, Israel, Gran Bretaña y Egipto.

El gasto en armas supuso el 2,5 por ciento del producto interior bruto del mundo, o un gasto medio de 173 dólares per cápita.

En su informe a la nación en la Duma rusa, a principios de año, el presidente ruso dijo que "hablar del final de la carrera de armamento es prematuro" y señaló que ésta ha pasado a un nuevo nivel tecnológico.

El presupuesto militar norteamericano, "en magnitudes absolutas, es casi 25 veces superior al de Rusia", y debe servir de incentivo para reforzar las defensas propias, alegó el presidente.

Putin enumeró las nuevas posibilidades de equipamiento del Ejército ruso, como dos submarinos atómicos con nuevos cohetes estratégicos, que son los primeros en su género construidos desde 1990. Añadió que Rusia elabora armas de precisión únicas y otros armamentos para mantener el "equilibrio estratégico de fuerzas".

Putin insistió en la necesidad de integrar a Rusia en la economía mundial como país competitivo. "Rusia debe realizarse plenamente en los campos de las altas tecnologías, como la energía moderna, las comunicaciones, el espacio, la construcción aeronáutica, y debe convertirse en gran exportador de servicios intelectuales", señaló.

Por otra parte, la semana pasada, los presidente de Rusia y China, Vladimir Putin, y Hu Jintao respectivamente, acordaron mantener el intercambio militar y perfeccionar la cooperación en materia técnico militar.

El comercio de armas entre ambos países supera los mil millones de dólares, mientras que el comercio entre ambos creció un 50 por ciento en los primeros meses de este año en comparación con igual período del 2005.

Además Rusia tenderá un gasoducto hasta China al costo de 10 mil millones de dólares que comenzará a funcionar en 2011.

Moscú y Beijing consideran la cooperación energética como uno de los principales elementos de la asociación estratégica bilateral.

Rusia colabora con China en la construcción de una central electronuclear y se propone incrementar sus ventas de petróleo al gigante asiático en este año.

Actualmente el comercio entre ambos países es de 29.000 millones de dólares y se espera aumentarlo a 68.000 millones en cinco años.

La cooperación ruso–china preocupa a Washington, y el vicepresidente norteamericano, Dick Cheney ha atacado a ambos países.

Europa aplaza crisis política

Tras el rechazo el pasado año a la Constitución europea en los plebiscitos en Francia y Holanda, la Unión Europea ha venido posponiendo una resolución sobre el tema. Algunos consideran esencial aprobar un texto constitucional para avanzar en la estabilidad y unidad institucional, aunque otras naciones consideran que se puede continuar bajo los acuerdos de Niza.

La constitución en disputa establece la economía de mercado como condición para integrar la unión, centraliza más poder, quitando la soberanía financiera y en cuestiones de seguridad a los países.

La ampliación de la Unión a 25 miembros no ha fortalecido a la Unión como se esperaba, así que los países más poderosos comienzan a plantear la necesidad de que en el futuro sólo puedan ingresar quienes cumplan con nuevos requisitos de desarrollo económico, y no sólo que cumplan las metas ya establecidas ahora.

Francia considera que se debe detener el proceso expansión hasta tanto la UE disponga de su Constitución y mejoren las condiciones económicas.

Por otra parte, la Cumbre abordó el tema de la inmigración ilegal anunciando medidas para combatirla, aunque un documento del Consejo de Europa sostiene que el continente necesita de la inmigración para mantener su población.

Los flujos migratorios son necesarios no sólo como mano de obra sino también para renovar las generaciones.

El documento del Consejo de Europa observa que, presa de "un envejecimiento ineluctable", la población europea disminuirá el 13,5 por ciento de aquí al año 2050.

El mismo documento afirma que la curva de una demografía normal no podría reestablecerse ni siquiera con la inmigración. Europa necesitaría "un millón 800 mil migrantes por año de aquí al 2050 para que la población se mantenga a los niveles del año 1995, y 3,6 millones de inmigrantes por año para que se estabilice la población en edad de trabajar".