¿El
mayor terrateniente del mundo?
Pentágono
y bases militares
Por
Juan Gelman
Altercom, 27/02/07
Parece increíble:
uno de los terratenientes más grandes del mundo es el Pentágono.
Según cifras
oficiales de 2005, sus 737 bases militares en todo el mundo más las
que posee en territorio propio ocupan una superficie de 2.202.735 hectáreas.
Tales datos figuran
en el Base Structure Report (BSR , por sus siglas en inglés, 2005),
un inventario anual del Departamento de Defensa de EE.UU. que registra
la proliferación de tales bases a partir del 2002.
El colonialismo,
antes, consistía en la ocupación militar permanente de países
enteros. Ya no.
El historiador
Chalmers Johnson señala en Nemesis: The Last Days of the American
Republic (Metropolitan Books, 2007) que las cifras del BSR no incluyen
las 106 guarniciones estadounidenses instaladas en Irak y Afganistán
desde mayo del 2005 ni las construidas en Israel, Qatar, Kirguizistán
y Uzbekistán. Tampoco las 20 que las fuerzas norteamericanas
comparten con tropas locales en Turquía, de propiedad del gobierno de
Ankara, pero bases norteamericanas al fin.
Ni la mayoría de las
que en Gran Bretaña se dedican al espionaje de las comunicaciones
mundiales: su valor total asciende a 5.000 millones de dólares y están
convenientemente disfrazadas de bases de la Royal Air Force. O la
enorme base Camp Bondsteel de Kosovo, edificada en 1999 por una
subsidiaria de la Halliburton que aún se ocupa de su mantenimiento.
"Si la cuenta fuera honesta –subraya el autor–, la dimensión
real de nuestro imperio militar probablemente ascendería a unas mil
bases en el extranjero, pero nadie –tal vez ni siquiera el Pentágono–
conoce su número exacto."
Un velo espeso
envuelve operaciones como el desplazamiento de armamento nuclear y
Johnson cita a una autoridad en la materia, el columnista de temas
militares de Los Angeles Times, William Arkine, quien escribió que la
Casa Blanca viola las obligaciones impuestas por los tratados de los
que es Estado Parte: "EE.UU. ha estado mintiendo a muchos de sus
aliados más cercanos, incluso a la OTAN, sobre sus designios
nucleares. Decenas de miles de armas nucleares, centenares de bases y
docenas de buques y submarinos existen en un mundo secreto especial,
sin justificación militar racional y menos con fines de contención".
La construcción de
un imperio ofrece éste y otros detalles.
EE.UU. ha desplegado
silenciosamente unos cinco mil efectivos en las fronteras de Jordania
con Irak y Siria, lo cual no impide al rey jordano Abdullah II
declarar que no hay tropas ni bases norteamericanas en el país.
Antes de la retirada
de Arabia Saudita en el 2003, la Casa Blanca negó con pertinacia que
mantenía una flota de bombarderos B–52 –reconocibles a simple
vista por su gran tamaño– estacionados en Jeddah, frente al Mar
Rojo. "Mientras los burócratas militares sigan implantando la
cultura del secreto para protegerse a sí mismos –propone Johnson–,
nadie sabrá la verdadera latitud de nuestra red mundial de bases, y
menos que nadie los representantes elegidos por el pueblo
estadounidense." Nemesis, el libro del que se extraen estas
citas, es el último de una trilogía que desnuda prolijamente las
entrañas de las políticas de W. Bush y sus acólitos. Su autor es un
personaje particular.
Historiador y catedrático
brillante, reconocido no sólo en EE.UU., Chalmers Johnson sirvió
como teniente en la Marina a principios de los ’50 y fue consultor
de la CIA en el período 1967–1973. Se ocupaba de la URSS y demás
países del "socialismo real": "Fui un soldado de la
Guerra Fría –afirmó en una entrevista que concedió a
TomDispatch.com, sitio del Nation Institute de Nueva York
(19–2–07)–. Nunca tuve la menor duda. Creía que la Unión Soviética
era una verdadera amenaza. Lo sigo pensando". Y también confesó:
"El problema es que yo sabía demasiado del movimiento comunista
internacional y no lo suficiente acerca del gobierno de EE.UU. y su
Departamento de Defensa... mirando hacia atrás, ojalá hubiera acompañado
el movimiento contra la guerra (de Vietnam). Con toda su ingenuidad y
turbulencia, tenía razón y la política estadounidense estaba
equivocada".
Cifras siempre del
Pentágono indican que posee 32.327 cuarteles, hangares, hospitales y
otros edificios en sus bases del extranjero y que alquila además
16.527 instalaciones.
Durante el año
fiscal 2005–06, casi 200.000 uniformados y un número igual de
empleados y funcionarios civiles del Pentágono fueron desplegados en
esos verdaderos enclaves en territorio ajeno y se contrató a más de
80.000 nacionales de diferentes países, un medio millón de personas
en total para ser breves.
Chalmers Johnson
pensaba que el colapso de la Unión Soviética en 1991 tornaba inútil
la alta concentración de tropas estadounidenses en Alemania, Italia,
Japón y Corea del Sur. El estudio de la realidad le mostró otra
cosa: a fines de los ’90 y dos años antes de los atentados del
11/9, "los neoconservadores desplegaron su grandiosa teoría de
que la ’única superpotencia’ debía adoptar abiertamente una
postura imperialista, incluyendo las operaciones militares preventivas
y unilaterales, la imposición de la democracia en el extranjero a
punta de pistola, la neutralización de cualquier país o bloque de países
que podrían desafiar la supremacía militar de EE.UU. y la visión de
un Medio Oriente ’democrático’ que nos abastecería de todo el
petróleo que quisiéramos" .
Parece que no es fácil.
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