La
Organización de Cooperación de Shanghai
Un bloque
contra la hegemonía global norteamericana
Amanecer
de un Nuevo Siglo, septiembre de 2007
La Organización de
Cooperación de Shanghai (OCS) fue creada hace 11 años para ocuparse de
los temas de seguridad en Asia Central, pero en los últimos años, tras
la adquisición del estatus de observador por parte de países tales como
Irán, Mongolia, Turkmenistán, Pakistán e India, se ha convertido en un
enorme bloque dirigido a neutralizar los intentos de EEUU de penetrar en
la región. El hecho de que los presidentes de los seis estados miembros
asistieran a la reciente cumbre de la OCSh en la capital kirguizia,
Bishkek, fue un indicador de la creciente importancia regional de la
organización.
Durante la cumbre, los líderes
de 12 países -miembros y observadores-, incluyendo Rusia, China e Irán,
declararon que había que dejar que Asia Central buscara sola su
estabilidad y seguridad, una velada advertencia a EEUU para que deje de
inmiscuirse en esta región estratégica y rica en recursos. La
advertencia se produjo además en la víspera de unas grandes maniobras
militares conjuntas. Putin y los líderes de los otros cinco países de la
OCSh viajaron a Urumqui (Xinjiang) para observar la conclusión de dichas
maniobras después de la cumbre.
“La mejor forma de
asegurar la estabilidad y la seguridad en Asia Central consiste, en primer
lugar, en la realización de esfuerzos por parte de los países de la región
en el marco de las existentes asociaciones regionales,” señalaron los líderes
de la OCSh en una declaración difundida al término de la cumbre de
Bishkek. En 2005, la OCSh hizo un llamamiento a favor de la fijación de
unos plazos de tiempo para la retirada de las tropas norteamericanas de
dos países miembros, Uzbekistán y Kirguizistán. Uzbekistán expulsó a
las fuerzas estadounidenses ese mismo año, pero Kirguizistán todavía
alberga una base norteamericana, que sirve de punto de apoyo para las
operaciones de EEUU en el vecino Afganistán. La declaración enfatizó
también la importancia de la lucha contra los “tres males” del
terrorismo, el separatismo y el extremismo. El tráfico de drogas de
Afganistán recibió una atención especial y la OCSh decidió a reforzar
las actividades de un Grupo de Contacto especial que se encarga de luchar
contra el narcotráfico procedente de ese país.
En la cumbre de la OCSh,
el presidente ruso Vladimir Putin declaró: “Año tras año, la OCSh se
está convirtiendo en un factor más importante para el logro de la
seguridad en la región.” Aunque no mencionó a EEUU en su discurso,
Putin señaló que “ningún intento de resolver los problemas globales y
regionales de forma unilateral tendrá posibilidades de prosperar.” Él
realizó asimismo un llamamiento para “crear un sistema multipolar
internacional que asegure una seguridad igual y las mismas oportunidades
para todos los países.” Rusia ha condenado también los planes
norteamericanos para desplegar un sistema antimisil en Polonia y la República
Checa, señalando que dicha medida amenaza la seguridad rusa. En un
momento en el que las relaciones de Rusia con Occidente se están
deteriorando, algunos expertos señalan que el Kremlin está haciendo todo
lo posible para buscar aliados y está fortaleciendo la OCSh para que se
convierta en un contrapeso a la OTAN. Por su parte, el presidente chino Hu
Jintao advirtió también en contra de la influencia extranjera señalando:
“Las naciones de la OCSh comprenden claramente cuáles son las amenazas
a las que hace frente la región y deben lograr la seguridad por sí
mismas.”
La OCSh, cuyos miembros
son algunos de los principales productores de energía del mundo, discutió
formas también para reforzar la cooperación energética “que es el
fundamento de un sostenible crecimiento económico y de la seguridad en el
territorio de la OCSh y en todo el mundo.” Los estados de la OCSh
comparten enormes intereses económicos. El enorme apetito de Pekín por
el petróleo y el gas ha suministrado un nuevo mercado a los monopolios
rusos del petróleo, mientras que las industrias armamentistas de Rusia
resultan vitales para los intentos de China de modernizar su ejército. En
un comentario acerca del potencial económico de la OCSh, el Financial
Times escribió el pasado 14 de agosto: “Al cubrir una extensa área que
va desde el Ártico ruso hasta los desiertos de Asia Central que bordean
Afganistán e Irán, los países de la OCSh albergan más de una cuarta
parte de la población mundial y al menos una quinta parte de las reservas
globales de gas y de petróleo, además de unas enormes reservas de
uranio.”
Los líderes de la OCSh
han accedido ya a crear un “mercado unificado de la energía” que
conllevaría el transporte de los recursos energéticos desde los países
miembros que poseen grandes reservas de petróleo y gas natural hasta
aquellos que necesitan tales recursos para promover su desarrollo. El
presidente kazajo Nursultan Nazarbayev hizo un llamamiento durante la
cumbre en favor de la creación de “un sistema de oleoductos” que
conectara todos los estados de la OCSh. En los últimos años, EEUU ha
promovido planes para la construcción de nuevos oleoductos que llevarían
el petróleo y gas de la región a los mercados occidentales sin pasar por
el territorio ruso, pero Rusia ha presionado con fuerza para controlar
estos flujos.
Otro signo más de la
intención del grupo de influir en los mercados de la energía fue la
participación en la cumbre del presidente turkmeno Gurbanguli
Berdimujamedov, cuyo país es el segundo productor de gas natural en el
territorio de la antigua Unión Soviética después de Rusia. Turkmenistán
no es miembro de la OCSh y el presidente asistió en calidad de
observador. Sin embargo, tanto los miembros de la OCSh como el líder
turkmeno expresaron su interés en el desarrollo de unos vínculos más
estrechos. Poco antes de la cumbre, el presidente de Kirguizistán,
Kurmanbek Bakiyev, habló con Hu Jintao acerca de la posibilidad de
convertir a Kirguizistán en un país de tránsito para un proyectado
gaseoducto, por valor de unos 4.000 millones de dólares, que discurrirá
desde Turkmenistán hasta China y que será completado previsiblemente en
2009. Este gaseoducto pasará también por Kazajstán.
Los presidentes de otros
dos estados observadores de la OCSh, Irán y Mongolia, acudieron a la
cumbre, como también lo hizo el ministro de Exteriores de Pakistán,
Jurshid Kasuri, y el ministro indio de Gas y Petróleo, Murli Deora. El
ministro de Exteriores de Pakistán señaló que su país quería
convertirse en miembro de pleno derecho de la OCSh, algo que también
reivindicó el presidente iraní Mahmud Ahmadineyad en los días que
precedieron al encuentro.
Aunque su país no fue
admitido en esta cumbre, Ahmadineyad ocupó un lugar central en el evento.
Él calificó los planes de EEUU para situar partes de un sistema
antimisiles en Europa del Este como una amenaza para toda la región.
“Estas intenciones van más allá de un solo país. Resultan
inquietantes para gran parte de Asia y de los miembros de la OCSh,” señaló.
Ahmadineyad se adhirió al acuerdo para la creación de un “club energético”
integrado por los países de la OCSh, y prometió también la ayuda iraní
para la organización de un encuentro de los ministros del petróleo y el
gas de la organización.
Existen también
indicaciones de que China ha aceptado finalmente la propuesta de Rusia
para el establecimiento de una asociación entre la Organización del
Tratado de Seguridad Colectiva (CSTO, en inglés) –integrada por Rusia,
Bielorrusia, Armenia, Kazajstán, Kirguizistán, Uzbekistán y Tayikistán-
y la OCSh. En este contexto, el secretario general de la CSTO, el general
Nikolai Bordyuzha, ha señalado que las dos organizaciones han estado ya
trabajando en la firma de un protocolo que formalice su cooperación y,
además, ambas podrían cooperar en el futuro en temas como la formación
militar conjunta. El comunicado conjunto de la OCSh difundido tras la
cumbre de Bishkek señala: “Los jefes de estado expresaron su apoyo al
incremento de los contactos entre la OCSh y la CSTO con el fin de
coordinar los esfuerzos dirigidos a reforzar la seguridad regional e
internacional y contrarrestar los nuevos desafíos y amenazas.” El
presidente tayiko, Imomali Rajmonov, sugirió incluso en su discurso en la
cumbre que, dado que la OCSh y la CSTO se duplicaban en varios asuntos,
podrían fusionarse en una sola organización.
La asociación entre la
SCO y la CSTO supone un doble revés para las políticas regionales de
EEUU. Ambas organizaciones constituyen un obstáculo para los intereses
geopolíticos estadounidenses. Washington intentó destruir ambas
organizaciones durante su proceso de formación, pero ahora contempla como
ambas han ganado más fuerza. Así pues, el plan estadounidense de
expandir la OTAN hacia la región de Asia Central está fracasando. Sin
embargo, a menos que la OTAN se expanda hacia Asia Central, no podrá
lograr su objetivo de cercar a Rusia y China. Esto significa que la
cooperación chino-rusa está abortando los intentos estadounidenses para
dominar la región de Asia Central.
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