Grandes problemas de
las tropas de EEUU en Irak
Strees
de guerra, baja moral y altas tasas de suicidios
Por
T. Trent Gegax - Newsweek, 02/04/04
Traducción
de www.socialismo-o-barbarie.org
El
rechinar de dientes que se oye en el Pentágono, es motivado por la
profunda preocupación sobre la moral del Ejército y el creciente número
de suicidios. El esperado estudio del Mental Health Advisory Team
(Equipo Asesor de Salud Mental) que fue publicado hace unos días,
mostró que la moral es baja —el 72 por ciento la califica de mala— y
que el numero de suicidios entre las tropas de EE.UU. en Irak es alto
—35 por ciento superior a la de los soldados estacionados en otras
partes—. Y esos números no incluyen los suicidios de soldados después
volver a casa.
El
informe es alarmante porque revela una tropa que se está volviendo
demasiado débil. El Ejército también debe aceptar que su plan para
tratar el stress de guerra no ha funcionado.
Oficialmente,
el Ejército ha preferido dejar de lado los resultados del nuevo
estudio. Los funcionarios del Pentágono se quejan que los medios de
comunicación hacen de cualquier cosa una montaña, en relación al
problema de los suicidios y la moral de las tropas. Dicen que, de
todos modos, la tasa de suicidios todavía está por debajo de la del
promedio de la población norteamericana. Pero un oficial de personal
del Ejército me reconoció con franqueza que este argumento es
artificioso. "Se supone que nosotros deberíamos seleccionar
gente que sea mucho mejor en su moral y conducta", me comentó
después de que se publicó el estudio.
¿Por
qué esos números son tan malos? La incidencia de la baja moral y el
alto número de suicidios refleja en parte un descuido en el control
de calidad. Según el coronel retirado del Ejército Jim Martin,
profesor de Investigación Social en la Universidad Bryn Mawr, sólo
85 por ciento de los soldados ha cursado la escuela secundaria. Lo
comparó con el 95 por ciento de graduados que había en la década
del 90.
En
otros términos, el nivel de exigencias se ha reducido para satisfacer
las demandas de reclutamiento. Y esas demandas van a intensificarse.
Para ahora, los informes del Ejército no indican una crisis de
retención de personal. Pero eso se debe a un mecanismo llamado "stop-loss"
("detener-pérdidas"), que consiste básicamente en
congelar todos los retiros. Mientras se mantenga este mecanismos de
"detener-pérdidas", no será posible tener una idea exacta
de la cuestión del personal.
Los
futuros reclutamientos deberán seleccionar a los que puedan responder
mejor a los rigores de la
guerra. Recientemente, los investigadores descubrieron, por ejemplo,
que los hombres que entran más rápidamente en la fase de Movimiento
Rápidos de Ojos durante el sueño son más predispuestos a sufrir
stress nervioso post-traumático.
Existen también indicadores
socio-económicos de los más propensos a la depresión. La mayoría
de los suicidios en Irak involucra al tipo de joven blanco alistado,
que no es oficial y que tenía problemas de dinero o de familia. En
otras palabras, ya estaban con problemas antes de ser enviados a Irak.
Las cosas se pusieron cada vez peores para ellos, al comenzar a ser
comandados por sargentos de sólo 24 años, mal preparados para
advertir tendencias suicidas, y con una oficialidad que no los lideró
bien durante el tiempo que duró su despliegue. Así, la angustia fue
devastadora en los soldados de la Tercera División de Infantería que
estuvieron acampados en el desierto de Kuwait durante casi un año
antes de entrar en el corazón de Irak. Les prometieron que cuanto más
pronto llegaran a Bagdad, más rápido serían enviados a casa. Luego,
por el
contrario, les alargaron sus turnos casi un año. Después de eso,
tienen la apariencia de muertos que caminan.
El
Pentágono tenía un plan para tratar las lesiones psíquicas en Irak
mediante equipos itinerantes de Control de Stress de Combate. Era una
gran idea. Pero los equipos fallaron, en parte porque no había ningún
oficial de alto rango a cargo de la salud mental en Irak (aunque ésa
había sido una de las primeras recomendaciones de los psicólogos del
Ejército, después de la primera guerra del Golfo). Sin un alto
oficial encargado de la salud mental, esos equipos de Control de Stress
de Combate fueron pasados por alto. Algunos ni siquiera disponían de
una radio. "Ese tipo de unidades siempre va último en la lista
de necesidades", cuando la máquina de guerra está alineada para
la batalla, dice el coronel Martin.
Más
importante aun, los soldados del Ejército no confían en los equipos
de Control de Stress. No van incluidos con cada unidad, de modo que los
soldados tengan la oportunidad de relacionarse antes con los psicólogos.
Es necesaria una confianza previa para que un miembro del servicio
confíe a otro sus demonios. Esta es la conclusión que también ha
sacado la Infantería de Marina.
Las
operaciones en Irak vieron asimismo el debut en la Infantería de
Marina de un programa llamado OSCAR (Control Rápido del Stress
Operacional). Mientras los especialistas de salud mental del Ejército
vagaban por el campo de batalla para encontrarse con soldados por
primera vez, los equipos de OSCAR eran parte de las unidades, como por
ejemplo los equipos de ingenieros. Aunque muchos odian admitirlo, el
Ejército pudo aprender algo de sus rivales de la Marina.
|