Reunión de la OTAN en Estambul
Sancionan el fraude del
"traspaso de poder" y proyectan una intervención global en
Oriente Medio
Por Loles Oliván
CSCAweb, 02/07/04
Tal y como se venía anunciando desde hace semanas, la Cumbre
de la OTAN celebrada esta semana en Estambul (Turquía) ha dado el
espaldarazo al proyecto de control militar directo de EEUU sobre Iraq.
Así mismo, la OTAN ha reconocido al nuevo "gobierno
interino" iraquí, tutelado por la Administración Bush y que
formalmente ha tomado el poder en el país tras la farsa de la entrega
de la autoridad por parte de Bremer a los nuevos
"presidente" y "primer ministro" iraquíes, Ghazi
al-Yawir e Iyad Allawi, respectivamente, llevada a cabo con dos días
de antelación al plazo previsto, el pasado 28 de junio [1].
Tras la aprobación de la resolución 1546 del Consejo de
Seguridad (CS) -que reitera la legitimación por parte de esta
instancia internacional de la ocupación y sanciona el control político,
económico y militar indefinido del país por parte de EEUU [2]- y la
declaración del G-8 a comienzos de junio -que a su vez respalda la
citada resolución y el proyecto estadounidense de remodelación
global de Iraq y de toda la región árabe [3]-, la Cumbre de la OTAN
celebrada el 28 y 29 pasados en Estambul cierra el círculo de la
legitimación internacional que EEUU requería para llevar a cabo su
proyecto de dominación global, política, económica y militar en
Iraq.
Por ello, no es sorprendente que en la Declaración final de
la Cumbre de la OTAN [4], los miembros de la Alianza hayan reiterado
literalmente los mismos puntos que EEUU ha ido imponiendo primero en
el marco de Naciones Unidas (NNUU) y después en el selecto grupo económico
del G-8.
Respaldo al fraude de la "transferencia de poder"
De la misma manera instrumental con que previamente EEUU ha
insertado a las otras dos instancias internacionales -la política,
NNUU; la económica, el G-8-, la OTAN, en tanto que instrumento
militar al servicio de los intereses estadounidenses y del gran
capital occidental, ha afirmado su apoyo al fraudulento proceso político
que EEUU ha abierto en Iraq a través de la "transferencia de
poder" y ha ofrecido su apoyo y "[...] plena cooperación al
nuevo gobierno interino soberano [de Iraq] en su búsqueda para
fortalecer la seguridad interna y preparar el camino a las elecciones
de 2005".
Con ello, la OTAN se alinea fundamentalmente con la
determinación estadounidense de que el nuevo gobierno iraquí asuma
la que será su función primordial: llevar a cabo la tarea de
legitimar internamente la represión y neutralización de la
resistencia armada y social iraquí que, al igual que hiciera el G-8 y
el CS de NNUU, la OTAN identifica explícitamente con terrorismo,
siguiendo el discurso de tergiversación empleado por la Administración
Bush y por buena parte de los medios de comunicación occidentales con
el que EEUU pretende seguir justificando interna e internacionalmente
la necesidad de mantener indefinidamente la presencia militar
extranjera en Iraq. Así, la Declaración de la OTAN afirma:
"[...] Deploramos y hacemos un llamamiento para un
inmediato cese de todos los ataques terroristas en Iraq. Las
actividades terroristas en Iraq y desde Iraq amenazan igualmente la
seguridad de sus vecinos y de la región en su conjunto."
Entrenamiento del nuevo ejército
En directa conexión con lo anterior, la OTAN ha decidido
apoyar la ocupación, proporcionando entrenamiento a las nuevas
fuerzas armadas iraquíes, reiterando el referente de la resolución
1546 y en línea con la pactada petición que el secretario de Defensa
estadounidense Powell encargó al "primer ministro" de Iraq,
Iyad Allawi, de que trasladara al CS la solicitud para que las tropas
de ocupación permanezcan en el país y para que se cree una fuerza
multinacional que intervenga en Iraq. Así, la Declaración reza:
"[...] En respuesta a la solicitud del Gobierno Interino
de Iraq, y conforme a la resolución 1546 que solicita a las
organizaciones regionales e internacionales que contribuyan a la
asistencia de la Fuerza Multinacional, hemos decidido hoy ofrecer la
asistencia de la OTAN al gobierno de Iraq entrenando a sus fuerzas de
seguridad. En consecuencia, animamos a las naciones que contribuyan al
entrenamiento de las fuerzas armadas iraquíes. Hemos pedido al
Consejo del Atlántico Norte que desarrolle de manera urgente las
modalidades para ejecutar esta decisión con el Gobierno Interino de
Iraq.
Hemos solicitado igualmente al Consejo del Atlántico Norte
que considere, con carácter de urgencia y sobre la base de un informe
del secretario general, otras propuestas para apoyar las nacientes
instituciones de seguridad iraquíes en respuesta al requerimiento del
Gobierno Interino Iraquí y de acuerdo con las resolución 1546 de
NNUU."
Formalmente, esta decisión limita la participación directa
de la OTAN a una mera función de entrenamiento de las nuevas fuerzas
de seguridad iraquíes, a pesar de que la Administración Bush lleva
meses tratando de que la Alianza intervenga con efectivos y
equipamiento militar propios en la ocupación del país bajo su mando
militar [5] con el objetivo de salvaguardar a sus propias tropas del
goteo de bajas mortales provocadas por la resistencia iraquí -en un
promedio de más de una diaria en junio- así como para aliviar los
gastos de defensa estadounidenses generados por el despliegue y el
mantenimiento de la ocupación en Iraq (mil millones a la semana).
El presidente Bush ha vuelto a formular esta petición en el
seno de la Cumbre trasladando una petición expresa del "primer
ministro"Allawi, según se había anunciado [6]. Un compromiso
mayor de intervenir directamente en tanto que Alianza no se ha
aceptado, no obstante, por la negativa que países como Alemania,
Francia y Rusia han mantenido durante el último año en respuesta a
la pretensión estadounidense de vincular a la OTAN sin que EEUU les
ofrezca contrapartidas de reparto en la gestión del control político,
económico y militar del futuro de Iraq.
No obstante, y pese a este limitado papel, EEUU obtiene un
notable beneficio, ya que con ello se verá aliviada una parte
importante de su estrategia de control interno de Iraq al hacer
descansar técnica y económicamente en la OTAN la formación y
entrenamiento de los nuevos aparatos de seguridad de Iraq que han de
apoyar la lucha de las fuerzas de ocupación contra la resistencia.
Así, será la OTAN quien asuma la tarea de entrenar unas
limitadas fuerzas armadas y servicios de inteligencia iraquíes que,
siempre bajo supervisión estadounidense, estarán organizadas,
entrenadas y capacitadas exclusivamente (véase columna de la
izquierda) para, en nombre de la seguridad, neutralizar a la legítima
resistencia interna, tarea que hasta ahora debían desempeñar
exclusivamente y con grave coste, las fuerzas estadounidense y británicas,
y reprimir a la disidencia social que se oponga al nuevo proceso político
instaurado por la Administración Bush.
Con ello, EEUU ha visto renovado a su favor, además y
gratuitamente, el papel tradicionalmente subsidiario de la Alianza
militar respecto a los intereses y objetivos de la política exterior
estadounidense. El presidente Bush ha dado cuenta de su satisfacción
tras la clausura de la Cumbre [7].
La región árabe, Israel y la OTAN
Igualmente, tal como se venía anunciando, la Cumbre de
Estambul ha servido para formalizar el compromiso de la OTAN con el
proyecto de remodelación estratégica de toda la región que EEUU
pretende imponer con el respaldo del G-8. En este sentido, se llevarán
a efecto las previsiones de transformar el instrumento ya existente
del Diálogo Mediterráneo de la OTAN (creado en 1994, incluye a
Mauritania, Marruecos, Túnez, Argelia, Egipto, Jordania e Israel) a
un rango de Asociación, a fin de fortalecer las relaciones militares
de dichos Estados y la OTAN sobre una base bilateral, es decir, de
cada Estado por separado con la Alianza.
Como afirma el diario israelí Ha'arez en su edición del 28
de junio, "[...] la actualización de las relaciones representa
otro paso hacia el establecimiento de Oriente Medio y Asia Central
como el teatro central de las operaciones de la OTAN". Con ello
se confirma lo que el representante de EEUU en la Alianza y el propio
secretario han venido anunciando en el último año.
Para ello, la OTAN ha establecido tres prioridades: la
primera, seguir interviniendo en Afganistán, ampliando su área al
norte y oeste del país con otros 2.200 soldados, a añadir a los
actuales 6.500 (más entre 1.200 y 2.000 más en países vecinos) [8];
la segunda, dar apoyo activo, a través del ya mencionado
entrenamiento a las fuerzas armadas iraquíes, al proyecto
estadounidense en Iraq; y, la tercera, la ampliación de las
operaciones de la OTAN a otras áreas de Oriente Medio, incluido el
conflicto árabe-israelí.
La OTAN ha previsto igualmente intervenir en los países árabes
del Mediterráneo para llevar a cabo operaciones militares "[...]
sujetas al acuerdo del CS de NNUU o en respuesta a la solicitud de los
países del área". Curiosamente la celebración de la Cumbre de
Estambul ha coincidido con la recuperación de relaciones diplomáticas
entre EEUU y Libia.
Uno de los primeros efectos que tendrá esta decisión es que
la OTAN va a poner en marcha, con la participación activa y formal
del Estado de Israel y de su armada, operaciones militares diseñadas
para "[...] prevenir el contrabando de armamento y materiales
para la fabricación de armas de destrucción masiva" [9].
Igualmente, la OTAN dotará a los países de la Asociación
"[...] equipamiento antiterrorista, y otros materiales para hacer
frente a desastres naturales y ataques terroristas".
Resistencia, hegemonismo y multilateralismo
En síntesis, se trata de formalizar el nuevo papel de la
OTAN como garante militar de la remodelación estratégica que la política
exterior estadounidense ha puesto en marcha a través de la invasión
y ocupación de Iraq en toda la región árabe. El modelo -ya ensayado
desde los años 90 y que abunda en el principio de que el
"terrorismo islámico" o "la inseguridad" es el
enemigo a combatir- tiene como objeto establecer una funcionalidad
esencial para la Alianza en un nuevo escenario geográfico en el que
dominación política y globalización económica se conjugan con el
concepto de "seguridad compartida".
En una región donde la resistencia popular antiimperialista
y antisionista no pueden ser doblegadas (véase Iraq y Palestina),
EEUU tiene que rebajar su hegemonismo inicial cediendo a la OTAN la
tarea de ser el dispositivo militar que vigile -con el aval sumiso de
los regímenes árabes y el respaldo incondicional a Israel- el nuevo
ordenamiento neocolonial que se pretende imponer en Oriente Medio. La
Cumbre de Estambul ha sido un paso en esa dirección.
Notas:
1.Véase en CSCAweb: Las cosas
claras: EEUU impone a un hombre de la CIA como primer ministro de Iraq
y desautoriza al enviado de Naciones Unidas
2. Véase en CSCAweb: El Consejo de
Seguridad aprueba en una nueva resolución el fraude de la
"transferencia de poder" en Iraq - Resolución 1546 del CS
de NNUU sobre Iraq aprobada el 8 de junio 2004 y EEUU preserva en el
nuevo borrador de resolución el pleno control sobre sus tropas en
Iraq, imposición aceptada por el gobierno de transición designado
esta semana
3. Véase en CSCAweb: Loles Oliván:
La Cumbre del G-8 aprueba un vasto plan estadounidense de transformación
política, económica, social y educativa de la región - ¿Qué es el
nuevo 'Amplio Oriente Medio y Norte de África'?
4.
Al-Jazeera, 28 de junio de 2004.
5. Véase en CSCAweb: 'Legitimar' la
guerra contra Iraq: EEUU, el Consejo de Seguridad y la OTAN | EEUU
fuerza la aprobación por el Consejo Gubernativo iraquí de un
borrador de Constitución, mientras alienta la implicación de NNUU y
la OTAN en la ocupación y enlaces relacionados.
6. Véase en CSCAweb: Medidas
contrainsurgentes de Allawi. EEUU y Gran Bretaña propondrán en la
Cumbre de Estambul de la OTAN que un contingente del Cuerpo de Reacción
Rápida de la Alianza se despliegue en Iraq
7. The New York Times, 29 de junio de 2004.
8. The Washington Post, 30 de junio de 2004.
9. "Israel, six other countries, offered NATO partnership",
Ha'aretz, 29 de junio de 2004.
|